Los culpables de la depresión del Atleti

Un lance del partido disputado en el Metropolitano (EFE).

Ya os lo adelanto: no, no es Simeone. Más allá de algunas decisiones en sus onces y algunos cambios que a veces sólo él entiende, el Cholo es el único valor seguro de este equipo que, en lo que llevamos de temporada, parece sumido en una depresión que lo tiene en diciembre muy lejos de lo que muchos esperábamos en agosto y pendiendo de un hilo en la Champions.

Los culpables del Atleti son los de siempre, los que dejaron incompleta una plantilla ya de por sí muy renovada, los que van anunciando a través de sus plumas de cámara que en enero tampoco se va a fichar, pese a que el principal problema del equipo en el terreno de juego es la total carencia de gol (Morata está haciendo una dignísima temporada, pero no es suficiente) y encima con Diego Costa lesionado (el hispano-brasileño merece capítulo aparte).

Los culpables son aquellos que fueron transmitiendo este pasado verano que el club tenía la mejor plantilla de su historia, aunque quizá también los que, en algún momento u otro de la canícula, nos creímos esa película.

Empecé este artículo citando a Simeone y creo que todo lo que haya que hacer a partir de ahora debe de pasar por él y sólo él, porque el futuro sin su presencia da verdadero pánico. Pero es una pena que cada vez la imagen que se va formando en la cabeza del aficionado atlético es que el ciclo del Cholo se está agotando, entre otras cosas porque hay mucho olvidadizo dentro de la afición que en vez de mirar al palco, mira al banquillo.

Este domingo el Atleti podía, perfectamente, haber ganado. Ter Stegen, la falta de acierto y la tradicional y sibilina actuación de uno de los peores árbitros europeos de los últimos años, el siempre sobre y malactuado Mateu Lahoz lo han impedido. En realidad, todo eso ya no importa. El Atleti está ‘depre’ y habrá que ver si cenamos en Nochebuena con alguna esperanza para 2020. Pero por favor, nunca olvidemos que las cosas malas no pasan por el Cholo, sino a pesar de tenerle entre nosotros.

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