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Oleguer no fue el único: estos futbolistas también se negaron a jugar con España

Después de las declaraciones que el catalán Oleguer Presas ha hecho este miércoles a la revista Panenka explicando su ‘no’ a la selección española, os dejo un recopilatorio del resto de jugadores que también rechazaron representar a España. Hay casos curiosos, sobre todo por las excusas que pusieron.

Oleguer con el chándal de la selección.

Oleguer con el chándal de la selección.

No todos los aficionados (ni jugadores) del Barça somos independentistas

Empezando por mí. Yo podría ser un claro ejemplo. Es verdad que no soy catalana, pero sí aficionada al fútbol y, en concreto, hincha del FC Barcelona. No lo niego. Y es que el Barça como equipo mueve fronteras y no solo tiene afición dentro de Cataluña. Es más, estoy completamente segura de que los catalanes ocupan una mínima parte del total, aunque hagan más ruido. De hecho, muchos de los que conozco simpatizan más con el Real Madrid y esto les aseguro que no es pura casualidad.

La mayoría de los seguidores culés son de Asia, América, buena parte de Europa o del resto de España. Por este preciso motivo, no comprendo que, como entidad, el club azulgrana apoye el referéndum separatista ilegal de este domingo. También es verdad que, individualmente, cada uno está en todo su derecho de decir lo que quiera. He ahí la libertad de expresión.

'Esteladas' durante un Barça-Real Madrid. EFE

‘Esteladas’ durante un Barça-Madrid. EFE

Que Piqué quiere votar, que lo intente. Que Bartomeu quiere que Cataluña sea un país, que lo proponga… Pero, por favor, que no involucren en este acto (recalco lo de ilegal) a un club que representa, no solo a catalanes, sino también a españoles, chinos, argentinos, rusos y, si me apuran, hasta a portugueses. ¿Qué les interesa al resto del mundo que ellos quieran ser independientes? Nada. Y, entonces, ¿ tendría que afectarles? No, pero sí, les afecta.

Por ejemplo en que, por mucho que lo desmientan, en caso de que Cataluña se separe de España, el FC Barcelona pudiera salir de la Liga. Y no solo de la Liga española, también de la Champions y de todas las otras competiciones en las que ahora destaca como uno de los candidatos al título. No me cabe la más mínima duda de que si su club (nuestro club) deja de ser un referente a nivel mundial, dejará de tener los seguidores que tiene. Pues esto, señores, también aporta dinero (y prestigio) a su (todavía) comunidad autónoma.

Si, una vez independientes, no sale de ninguna de estas competiciones también estoy segura de que no será gracias a sus directivos, sino a sus jugadores. Muchos de ellos no están en el Barça por su nivel de catalanismo. Es más, la mayoría no son ni catalanes. Y a la hora de elegir si jugar en una liga catalana o en la española… ¿Ustedes qué creen que decidirían? Pues eso.

¿Se imaginan al actual Barça sin Messi, Rakitic, Iniesta, Luis Suárez o incluso… Ernesto Valverde? Y es que de los 24 jugadores que están ahora en la primera plantilla, 18 no son catalanes por lo que lo más lógico sería que se fuesen del club, aunque podrían no hacerlo.

Será difícil entender una competición sin el Barça. Es más, sin duda, sería aburrida. Y sería difícil ver a un Barça fuera de la Liga igual de competitivo. Por lo que, el hecho de que el fútbol y la política se cojan de la mano podría no ser una buena idea para este deporte, los futbolistas y los aficionados. Pero claro, una gran idea para la política porque, ya saben, el fútbol mueve montañas (y hasta puede separar países).

La audiencia del derbi de Manchester y cómo la Premier va ganando en interés a LaLiga hasta en España

Organizando el calendario futbolístico del pasado fin de semana, sin duda había un partido prioritario sobre los demás: El United – City. El derbi de Manchester era mucho más que el morbo de ver ese saludo (que al final fue pseudoabrazo) entre Mourinho y Guardiola, era ver cómo habían modificado ambos entrenadores a dos equipos que el año pasado no estuvieron a la altura de lo que se esperaba de ellos.

Mourinho y Guardiola

Mourinho y Guardiola se abrazan antes del derbi de Manchester (EFE).

Siendo ese partido total y absolutamente prioritario en la agenda de cualquier amante del futbol, sorprendió ver que a la misma hora había puesto la Liga el partido entre el Celta y el Atlético de Madrid. Un buen partido, sin duda, pero el interés de todos aquellos aficionados que no fueran de ambos equipos estaba en otro lado en ese momento.

Pues bien, hoy nos ha dejado un dato interesante Ricardo Sierra, periodista de Movistar+: hubo más gente que vio el United-City en esta plataforma que el Celta-Atlético. Son datos, conviene aclararlo, solamente de Movistar+, sumando los de Bein Sports la audiencia del partido entre vigueses y colchoneros habrá superado al de la Premier, pero evidencian una mala elección de la hora… y un cierto desinterés hacia la Liga española.

Hay que admitir que la emoción por la Liga (perdón, LaLiga) es cada vez menor. Un año más, veremos una lucha titánica entre Barça y Real Madrid y, con suerte, se colará de nuevo el Atlético de Madrid. Es absolutamente imposible que se dé algo distinto a ello, por mucho que el Alavés fuera capaz de ganar en el Camp Nou, un caso aislado evidentemente. Cada vez que un jugador destaca en otro equipo, se va a otra competición o a uno de los grandes, como hemos visto en el caso del Valencia con Alcácer y André Gomes o del Sevilla con Gameiro. Se tienen que conformar con las migajas el resto, desangrados tanto por los de aquí como por clubes extranjeros (Premier, especialmente), con mucho más dinero.

El argumento de que LaLiga española es la mejor del mundo se puede sostener de momento gracias al dominio de Real Madrid, Barça y Atlético en la Champions en las últimas temporadas y a la gran labor del Sevilla, que ha ganado varias veces la Europa League gracias a los milagros de Monchi fichando.

Ahora es eso precisamente lo que tienen que hacer el resto de clubes, milagros. La competencia con la Premier es ya imposible con los precios desorbitados que se están pagando en Inglaterra, y solo lo rematadamente mal que fichan muchos de ellos (no hay más que ver las millonadas que se han pagado por jugadores mediocres como Benteke, Mangala, Sterling y un largo etcétera) hace que, de momento, no dominen las competiciones europeas.

Pero lo que es innegable es que su competición es, ahora mismo, más interesante, más abierta y mejor organizada y que, como esto siga así, casos como el de este fin de semana con el City-United con más audiencia en una plataforma que el Celta-Atlético puede repetirse con frecuencia. Aquí jamás habrá un Leicester que enamore hasta proclamarse campeón, ni un Tottenham que le quite la plaza de Champions a equipos muy superiores. La liga española se ha visto tan previsible que hace que miremos a otro lado en busca de emociones distintas. Y la Premier espera con los brazos abiertos.

El reparto del dinero en la Premier, el milagro del Leicester y la comparación con la Liga española

La Premier League ha hecho públicas las cifras del reparto del dinero de las televisiones y deja dos datos interesantes: por un lado las impresionantes cantidad que manejan y, por otro, el equitativo reparto que se hace.

Es significativo comprobar como el equipo que más se ha llevado esta campaña, el Arsenal, se lleva poco más de 100 millones de libras (más de 130 en euros), mientras que el que menos, el descendido Aston Villa, se lleva más de 66. Es decir, el club con menor ingreso se ha embolsado solo dos terceras partes de la cantidad que se lleva el de mayor.

Esto sin duda contrasta con el reparto que se hace en España y que tantas quejas provoca de todos los clubes (menos de dos, evidentemente). Esta temporada, Real Madrid y Barça se llevarán entre 140 y 160 millones de euros, mientras clubes como Las Palmas, Eibar o Sporting no pasarán de los 15 ó 20 millones.

Las comparaciones son odiosas. Evidentemente, esto es lo que explica el ‘milagro’ del Leicester y por qué eso mismo no puede pasar en la Liga española.

Tabla de reparto del dinero de la televisión en la Premier

Tabla de reparto del dinero de la televisión en la Premier.

Y de repente la Undécima es posible

Pues sí, después de una temporada bochornosa, con ridículos como el sufrido en Cádiz en Copa con el Cheryshevazo, humillaciones como la lección de fútbol recibida en el Bernabéu ante el Barça, no ganar en el campo de ningún equipo medianamente decente, descartados para la Liga en febrero, jugadores escandalosamente fuera de forma e imputados o el desprecio de la máxima estrella a varios de compañeros y resulta que, de repente, es posible que la temporada acabe con un tremendo éxito del Real Madrid. Qué caprichoso es el fútbol.

Cristiano, Bale y Benzema

Cristiano, Bale y Benzema celebran un gol al Sevilla (EFE).

Recordando los partidos contra el Atleti, las visitas a Villarreal o Sevilla, el duelo ante el Barça o el del Bernabéu ante el PSG suena a utopía que este Real Madrid de fútbol racano en las grandes noches pueda ser campeón de Europa, sí, pero de repente se encuentra con una eliminatoria bastante asequible ante el Wolfsburgo y una vez en semifinales, quién sabe. El partido ante el Sevilla ha devuelto la ilusión al madridismo porque recuerda que con un portero en estado de gracia y tres delanteros de la clase de la BBC los milagros pueden ocurrir.

No, nadie dice que el Madrid sea favorito, hay al menos dos equipos mejores. Quizás cuatro o hasta cinco. ¿Pero desde cuando en fútbol ganan siempre los mejores? Hemos visto recientemente a Grecia levantar una Eurocopa, al Chelsea de Di Matteo hacerse con una Champions poniendo un autobús tras otro o al Leicester convirtiéndose en gran favorito para llevarse la Premier a escasas jornadas para el final, por lo que ver a este Real Madrid levantando la Undécima no sería ni siquiera excesivamente raro en comparación. Y entonces los mismos jugadores a los que todo el madridismo quiere echar del Bernabéu a patadas desde hace semanas se convertirán en héroes, aunque sea casi por accidente. No puede ser más divertido esto del fútbol, insisto.

¿Y si no son tan buenos?

Llevo tiempo preguntándome qué falla en el Real Madrid. Por qué está casi descartado en la Liga en el mes de febrero. Por qué sus resultados son tan pobres, especialmente cada vez que juega fuera del Bernabéu o ante rivales de entidad. Y he leído muchas opiniones sobre el tema.

Se apuntó primero a Benítez, que fue un verdadero fiasco, pero Zidane, que llegó como una especie de Mesías, se ha diluido en apenas un par de visitas a campos un poco complicados. El madrileño lo hizo mal, sí, fue poco elegante además la semana pasada con sus declaraciones, pero desde luego la culpa no fue toda suya. Ni mucho menos.

Ramos y Cristiano

Sergio Ramos y Cristiano (EFE)

También a Florentino Pérez y su modelo de cambiar de entrenadores con demasiada frecuencia y no apostar por un proyecto. Cuatro en seis años, teniendo en cuenta que en esta campaña ya son dos, tampoco me suena exagerado, el Barça ha tenido en ese periodo de tiempo a tres, por ejemplo, los mismos que el Bayern.

Hay también críticas al 4-3-3, pues parte en teoría al equipo. Y luego miras al Barça y el esquema es exactamente el mismo, no me creo que la solidaridad defensiva de Neymar y Messi sea tan superior a la de Bale o Cristiano como para marcar tanta diferencia. Además, en los últimos partidos del Madrid, sin el galés, se ha jugado con cuatro centrocampistas/mediapuntas (qué difícil es a veces diferenciarlos hoy en día), no con delanteros.

Pero… y si la realidad es, simplemente, que los jugadores del Real Madrid no son tan buenos. Que Ramos no es el mejor central del mundo, ni está entre los mejores, en la gran mayoría de los partidos que ha jugado en los dos últimos años. Que Cristiano a lo mejor ya no es uno de los dos mejores del mundo, sino que es ‘solo’ uno de los 10-15 mejores. Que de Kroos a Busquets va un mundo, que Bale se lesiona demasiado como para confiar en él y que Isco sería el jugador número 13 o 15 en la plantilla del Barça.

Con la temporada en juego, es el momento de mirar de una vez a los jugadores y, quizás, admitir que no, no son tan buenos como pensamos, o como ellos se piensan. Y que la clasificación del equipo es solo la lógica para la plantilla que hay, con demasiadas carencias.

Y ya en verano, si no hay un nuevo milagro en la Champions, que con equipos peores se han levantado ‘Orejonas’, será el momento de mirar arriba del todo. Porque hay alguien que debe responder ante la confección de esta plantilla, por ciertas renovaciones y dar la cara un presunto nuevo fracaso.

Guardiola y el concepto de fracaso

Todavía hay gente que le quita mérito a lo que ha hecho como entrenador Pep Guardiola. Que si con Messi cualquiera, que si Xavi e Iniesta estaban en plenitud. Como si esos mismos jugadores no estuvieran en el equipo unos meses antes de su llegada, cuando el club iba a la deriva y le tuvo que hacer el pasillo al máximo rival unos minutos antes de recibir un baño de juego y llevarse una goleada que pudo ser mucho peor.

Pep Guardiola

Pep Guardiola (EFE).

El entrenador catalán fabricó una máquina casi perfecta y logró aunar un fútbol exquisito con resultados deportivos casi insuperables (14 títulos de 19 posibles). Es posible que el desgaste que le produjo su enfrentamiento con Mourinho impidiera que Pep continuara más años, aunque también influyó la falta de hambre que él creyó intuir en algunos de sus jugadores.

Su elección del Bayern, tras un año sabático, vino cargada de cierta dosis de mala suerte. Escogía un club al que le estaba costando dominar la liga de su país, debido al impresionante rival que tenía enfrente, el poderoso Borussia Dortmund de Klopp, y que en Europa se le resistía la victoria en la Champions. Que nadie se olvide que Guardiola dio el sí en enero a un equipo que no era ni siquiera campeón de Alemania.

La mala fortuna vino a través de un listón insuperable. El Bayern de Heynckes logró un histórico triplete e hizo que mejorarlo fuera absolutamente imposible. Ganar Bundesliga, Champions y Copa alemana ‘solo’ significaría igualar lo logrado por su antecesor.

Dos años y medio después, no paro de escuchar que Guardiola no ha triunfado en su periplo en el Bayern. Hasta que ha fracasado, incluso. «No ha ganado la Champions» en ninguna de las dos temporadas, el acabose. Como si levantar la Orejona fuera algo relativamente sencillo en la época del Barça de Messi y el Real Madrid de Cristiano, los dos equipos que le han dejado fuera de la Champions, ambas veces en semifinales.

El Bayern de Pep ha dominado con puño de hierro la Bundesliga, competición en la que ha arrasado las dos anteriores temporadas y que en esta va por el mismo camino, pero su cartel de mejor entrenador del mundo convierte sus éxitos en menores sólo porque no aplasta a un rival tras otro en toda competición que juegue.

A Guardiola aún le queda una bala (esta Champions) para que se le reconozca de manera unánime como exitoso su periplo por el Bayern, y mientras afronta el reto los amantes del fútbol nos moriremos de ganas de ver si es capaz de revolucionar un fútbol inglés tan atractivo como poco competitivo cada vez que disputa competiciones internacionales. Y, si pudiera ser con Mourinho en la acera de enfrente, en el United, mucho mejor.

PD: A buen seguro que ya lo conocen, pero permítanme una recomendación, el libro Herr Pep, de Martí Perarnau, sobre la primera temporada de Guardiola en el Bayern. Estoy seguro de que lo disfrutarán, sean del equipo que sean.

Gonzalo Higuaín: el antihéroe que quiere emular a Maradona

Hay algo de antihéroe en Gonzalo Higuaín. Y también de eterno sospechoso. Es el jugador que nadie querría tener como delantero en la final del Mundial o de la Champions aun marcando registros de delantero de categoría mundial. Tener cifras goleadoras al alcance de muy pocos ‘nueves’ en Europa nunca es suficiente para que se le valore.

Gonzalo Higuain

Gonzalo Higuain (EFE).

Precisamente la última final del Mundial fue una perfecta representación de su vida. Lavezzi puso un centro perfecto en el área y ahí estaba el Pipita en el área para empujar el balón. Su celebración fue desbocada, corrió por la banda desesperado ante el momento que tanto había esperado, por el que tanto había trabajado. Era su momento. Y el linier se lo quitó: fuera de juego. Él no está llamado a ser héroe en tiempos de Messi.

Higuaín dejó poco después el Real Madrid por la puerta de atrás. Sus cifras goleadoras eran muy buenas, pero jamás fueron suficientes para convertirle en indiscutible. Meter más goles que su gran rival por el puesto, Karim Benzema, tampoco. Porque el Pipita no enamora, ejecuta sin demasiado estilo, no parece hábil con el balón, y por ahí le llegó su condena en el equipo blanco. Eso y luchar contra el ojito derecho del presidente, por supuesto.

En Italia sigue haciendo lo que mejor se le da, marcar goles, y esta temporada lleva nada menos que 16 en 17 partidos en el calcio para meter a su equipo tercero a un solo punto del liderato. A lo mejor el destino sí le reserva algo grande: hacer campeón al Nápoles, algo que solo ha conseguido… Diego Armando Maradona. Porque el fútbol le debe algo a Higuaín, de eso estoy seguro.

BONUS TRACK: Veamos las cifras goleadoras de Higuaín esta temporada y comparémoslas con las de los grandes goleadores europeos.

 

GOLEADORES (en las grandes liga, al menos diez)

Patrick Aubameyang: 18 (17 partidos)

Gonzalo Higuaín: 16 (17 partidos)

Zlatan Ibrahimovic: 15 (14 partidos)

Robert Lewandowski: 15 (16 partidos)

Jamie Vardy: 15 (17 partidos)

Neymar: 14 (13 partidos)

Thomas Müller: 14 (17 partidos)

Luis Suárez: 13 (13 partidos)

Riyad Mahrez: 13 (16 partidos)

Romelu Lukaku: 13 (17 partidos)

Imanol Agirretxe: 12 (14 partidos)

Odion Ighalo: 12 (17 partidos)

Cristiano: 12 (16 partidos)

Lucas Pérez: 12 (16 partidos)

Karim Benzema: 11 (11 partidos)

Chicharito Hernández: 11 (14 partidos)

Benjamin Moukandjo: 11 (19 partidos)

Michy Batshuayi: 11 (19 partidos)

Aritz Aduriz: 10 (16 partidos)

Éder: 10 (15 partidos)

Edinson Cavani: 10 (16 partidos)

Nikola Kalinic: 10 (16 partidos)

Olivier Giroud: 10 (17 partidos)

 

OTROS ILUSTRES

Harry Kane: 9 (17 partidos)

Gareth Bale: 8 (11 partidos)

Marco Reus: 8 (13 partidos)

Antoine Griezmann: 8 (16 partidos)

Paulo Dybala: 8 (16 partidos)

Kun Agüero: 7 (11 partidos)

Alexis Sánchez: 6 (14 partidos)

Leo Messi: 5 (10 partidos)

 

Rivales en Champions: el eterno perdedor, un equipo apaleado en el Camp Nou y el deseado

Barça – Arsenal, Real Madrid – Roma y Atlético – PSV Eindhoven, los tres equipos españoles superviviente ya conocen sus rivales en octavos de la Champions. Y así son:

ARSENAL Y SU CARTEL DE ‘LOSER’

Mesut Özil

Mesut Özil (EFE).

¿Será este el año del Arsenal? Cada nueva temporada, siempre la misma pregunta, y lo cierto es que esta vez los signos no pueden ser más positivos. Los de Wenger son líderes de la Premier (con un partido más que el Leicester, eso sí) y sus sensaciones no pueden ser mejores, pues a su habitual buen juego está demostrando una gran solidez.

Mucho talento liderado por Ozil. La gran calidad de sus centrocampistas es siempre su gran seña de identidad. El máximo exponente de ello es Mesut Özil, uno de los grandes talentos del fútbol mundial, pero siempre lastrado por su irregularidad. Esta temporada, el alemán está mostrando lo mejor de su repertorio y lidera a un equipo que también cuenta con Cazorla (lesionado, duda para la eliminatoria), Ramsey, el rapidísimo Walcott, Joel Campbell, un gran Alexis Sánchez y el revitalizado Giroud.

La barrera psicológica. Son ya cinco años seguidos cayendo en octavos de final del torneo, y la etiqueta de ‘equipo perdedor’ en Europa es propiedad del Arsenal de Wenger. Además, el Barça se ha convertido en su bestia negra esta década, pues además de ganarle en la final de la Champions en 2006, también le ha eliminado en dos ocasiones (cuartos de 2010 y octavos de 2011).

APALEADOS EN EL CAMP NOU… PERO OJO

Iturbe y Alba en el Barça - Roma

Iturbe y Alba en el Barça – Roma (EFE).

Si nos atenemos a lo que se ha visto de la Roma esta temporada, puede parecer que el Real Madrid ha tenido suerte en el sorteo. Se ha clasificado con muchos apuros para octavos de final de la Champions, es quinto en el calcio a siete puntos del líder y, sobre todo, su juego está siendo ramplón.

El máximo exponente de su mal inicio de temporada es el partido en el Camp Nou. El Barça pasó por encima de un equipo que atacó sin fe y fue un desastre en defensa (6-1). Lo mejor para la Roma, por lo tanto, es que aún quedan más de dos meses para que se juegue el partido de ida, por lo que tiene margen para mejorar.

Grandes nombres: Si se repasa la plantilla, queda claro que es un rival al que conviene respetar. La velocidad de Salah, uno de los jugadores más rápidos de Europa, la clase de Gervinho, la experiencia de Keita, la calidad de Pjanic, la fuerza de De Rossi y un ataque poderoso con Iturbe, Dzeko, Iago Falqué y el eterno Totti son armas para tener muy en cuenta.

Problemas en defensa: Ya quedó claro en el Camp Nou que el punto débil de la Roma es su sistema defensivo. Su defensa adelantada fue un chollo para Neymar, Luis Suárez, Messi y compañía. Entre los candidatos a llevarse el Scudetto es el equipo que más goles ha encajado esta temporada. La mezcla de veteranía (Maicon, Manolas) y juventud (Rudiger, Digne) no está funcionando.

UN HOLANDÉS YA NO DISGUSTA

Hace ya muchos años que la liga holandesa ha dejado de ser un referente. Los tiempos en los que el Ajax era uno de los favoritos y el PSV una alternativa son historia desde hace tiempo, y ahora son equipos ‘deseados’ a estas alturas del torneo.

Cocu y mucha juventud. Un viejo conocido de la afición española, Philip Cocu, comanda la nave holandesa, en la que se encuentra también un nombre familiar como Andrés Guardado (ex Deportivo y Valencia), clave en el PSV. Los goles de Luuk De Jong son el mejor arma de un equipo que, conviene no olvidar, ha dejado fuera nada menos que al Manchester United.

Inexperiencia y poca calidad. Para la gran mayoría de la plantilla, esta será su primera experiencia en unos octavos de la máxima competición, pues ya son nueve los años que llevaba el equipo holandés en llegar a estas alturas en la Champions.

Su poca fiabilidad en defensa y la escasa competitividad de su liga son otros factores que juegan en su contra, el Atlético es muy favorito en la eliminatoria.

El peor partido del Real Madrid y la grandeza (relativa) del fútbol

Solemos decir que qué bonito es el fútbol cuando un equipo que es claramente inferior durante un partido logra, al final del mismo, llevarse la victoria. Bueno, es bonito cuando ese equipo que ha sido peor en el campo y gana es el tuyo, por supuesto. O cuando te da igual el resultado. Que pregunten hoy a los aficionados del PSG si el fútbol es un deporte maravilloso por esto tras la tremendamente injusta derrota que sufrieron en el Bernabéu.

Casemiro y Nacho (EFE).

Casemiro y Nacho (EFE).

El Madrid jugó ante el los parisinos el peor partido de la temporada con mucha diferencia. El gran partido hace dos semanas en París y la victoria lograda en Vigo desataron las alabanzas al equipo, con especial énfasis a la labor de Rafa Benítez, capaz de sacar el equipo adelante aun con una tremenda plaga de lesionados.

Y por eso mismo el baño del Paris Saint-Germain ha sido tan duro. Tras la superioridad (sin pasarse, ojo) del Madrid en el Parque de los Príncipes, se esperaba una victoria relativamente cómoda. Mismo rival, pero en casa. Como si los silogismos sirvieran de algo en el fútbol.

Son innumerables las teorías que se vinieron abajo en un solo partido. Poner cuatro centrocampistas no siempre es sinónimo de dominar el centro del campo, el tridente Casemiro-Kroos-Modric no es la fórmula perfecta e inamovible para los partidos ‘grandes’ y, por supuesto, se echa de menos a James, Bale y Benzema. Ni Isco debe ser indiscutible, ni a Jesé le llega para más que ser un buen recambio.

Las buenas noticias vuelven a llegar en el aspecto defensivo, pero por desgracia a nivel individual. Casemiro destruye con solvencia incluso en sus peores días, Varane está a un nivel excelso, Sergio Ramos parece algo más centrado y Nacho demuestra ser el comodín perfecto, un jugador fiable en cualquiera de las posiciones de atrás.

Lo de Cristiano y lo desconectado que se le ve del juego, habrá que dejarlo para otro día. Son demasiadas sus malas actuaciones como para pasarlo por alto.