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El precedente que sienta el ‘caso Zozulya’: tendrá que haber suspensiones todas las jornadas

El ucraniano Roman Zozulya (TWITTER).

«Ese portugués, ‘hijo puta’ es»; «Guti maricón»; «Ole ole ole, cornudo Simeone»; «Griezmann muérete»; «Shakira tiene rabo»; «Puta Barça y puta Cataluña»; «Aitor Zabaleta era de la ETA»; «En el Calderón hay mucho maricón»… Podría estar horas escribiendo graves insultos homófobos, racistas, xenófobos o simplemente, cargados de odio, que se oyen o se han oído en los campos de fútbol de España desde tiempos inmemoriales, eso sin entrar en sonidos de mono con jugadores de origen africano o hasta el lanzamiento de plátanos. En todos estos casos, que se han saldado con más o menos castigos a posteriori, no se han suspendido partidos. Pero este domingo hemos tenido el primer caso.

Ha ocurrido, como bien sabrá el lector, en Vallecas, donde los cánticos de «puto nazi» al delantero ucraniano del Albacete Roman Zozulya han provocado que, por decisión unánime de ambos equipos y el árbitro, con el apoyo de LaLiga y la RFEF, el partido no se jugara tras el descanso.

Personalmente, estoy de acuerdo que se suspendan partidos con este tipo de cánticos que entrarían en la categoría de manifestaciones de odio. Creo que debería haber más mano dura. España por suerte no es Italia, pero creo que aún nos queda para alcanzar el nivel de Alemania e Inglaterra. Me parece fantástico que haya habido quórum este domingo en Vallecas. Pero el problema es que ha sido demasiado tarde.

La cuestión es que no deja de chirriar que se suspenda este Rayo-Albacete después de que hayamos vivido ejemplos como los que recordaba en el primer párrafo, y en los que nunca pasó nada, más allá de sanciones a posteriori y nunca con excesiva dureza. Si no suspendes un partido por cánticos racistas y sí lo haces por llamar «nazi» a un jugador, es inevitable que haya gente que se haga preguntas.

Por otro lado, me pregunto si este caso con Zozulya va a suponer un precedente. Si es así, árbitros, Liga y Comité de Competición van a tener mucho, muchísimo trabajo, porque habrá que suspender numerosos partidos todas las jornadas. Quizá sea un precio razonable si al final, el aficionado español tome conciencia de qué puede y no puede rebuznar en un campo.

Tengo verdadero interés por ver lo que pasa este miércoles, en el Barcelona-Real Madrid. A ver cómo ha quedado el listón de alto.

La Champions asesta un durísimo golpe a la Superliga europea

Celebración del Tottenham

Celebración del Tottenham con Pochettino y sus jugadores eufóricos (EFE).

Para los que, como yo, tenían ciertas dudas sobre la conveniencia de que se cree a corto plazo una Superliga europea, como quieren algunos mandatarios de grandes clubes del Viejo Continente, lo que ha sucedido en esta Champions, con mención especial a Anfield y el Amsterdam Arena, ha sido un golpe duro, muy duro. Para empezar, se acabó el apoyo del aficionado al fútbol, que ha disfrutado tanto en esta edición que no va a querer renunciar a una competición así.

Dejando a un lado preferencias personales -obviamente el aficionado culé no ha disfrutado de esta semana­-, lo que es innegable es el impresionante espectáculo que hemos disfrutado en esta edición. Y que nadie piense que esto resta valor a las anteriores ganadas por el Real Madrid, sino todo lo contrario, ha quedado claro lo dificilísimo que es ganar este torneo, sin duda el mejor del mundo de clubes. No fallar ni una vez en tres años cobra tintes de epopeya.

La Superliga europea rompe con todo lo que hemos vivido en esta edición. Es absolutamente imposible que en el hipotético caso de que existiera, el Tottenham fuera uno de los dos primeros. Con el Ajax pasa algo parecido. Y se antoja imposible porque es probable que estos dos clubes ni siquiera formen parte de la citada competición…

Real Madrid, Barça, Juventus, Milan, Bayern, Manchester United, Liverpool, Chelsea, Arsenal, Manchester City y Paris Saint-Germain son los fundadores del proyecto, mientras que Atlético, Inter de Milán, Roma, Borussia Dortmund y Olympique de Marsella figuran ahora como invitados. Impresionante cartel… en el que no están ninguno de los dos equipos que jugarán la final de la Champions el próximo 1 de junio. No queda claro si sería una liga cerrada o con ascensos y descensos, pero en ningún caso los holandeses hubieran estado, eso parece seguro.

Ya hemos visto con lo sucedido en el baloncesto que si los clubes lo desean, es imposible frenarles. La Euroliga es ya una Superliga en la que juegan todos contra todos en una fase regular, con unos playoffs y una Final Four después. Y la competición de la FIBA, la Champions del basket, es tan residual que hay que ser un súper entendido para saber qué equipos la juegan.

De igual manera que no apetece comer un chuletón (o una pizza, sushi, o la comida favorita de cada uno) todos los días, tampoco conviene la saturación de megapartidos cada semana. Recordemos los rallies de clásicos, como uno acaba hastiado de tanto Madrid-Barça. El riesgo de que pase lo mismo, existe, y me vuelvo a remitir al baloncesto para consolidar esa opinión.

Se avecinarán cambios en el fútbol europeo, y la Champions posiblemente necesite una remodelación para dar algo más de emoción a la primera fase del torneo. Pero lo que hemos vivido desde octavos deja claro que es un torneo muy vivo que conviene no fulminar como ha sucedido en el deporte de la canasta.

PD: Estoy seguro de que Javier Tebas habrá vibrado como el que más viendo lo bueno que ha sido esto para LaLiga y para continuar con el modelo actual.

Messi y lo único que tiene que envidiar a Maradona

Bate todos los récords, tanto individuales como con su equipo. Supera a todos los cracks del momento (por mucho que los trofeos de 2018 no lo avalen). Y aún así, Leo Messi tiene que seguir demostrando en cada partido que es el mejor futbolista del mundo. Y quizás de la historia del fútbol.

Eso sí, para opiniones, colores. Ya que no piensan lo mismo ex estrellas de este deporte como Pelé o Zico, ambos brasileños. Para ellos, Messi está aún por debajo del mejor Maradona. Los argumentos expuestos este miércoles por Zico para incendiar con polémica el comienzo de año ha sido:

Maradona siempre jugaba con un marcador individual. Maradona siempre destacó en las grandes competiciones. Diego no jugó en un equipo como el que tiene Messi ahora y quedó campeón

Unas declaraciones que llegan poco menos de un mes después de que su compatriota dijera que tampoco tiene nada que envidiar el Pelusa a la Pulga:

Para mí, Maradona fue uno de los mejores jugadores que ha habido. Si usted me pregunta, ¿fue mejor que Messi? Fue. Mucho mejor. También están Beckenbauer, Cruyff. Jugadores excelentes también

Pelé hizo además una comparación en función de la calidad de cada uno:

Es cuestión de gustos. Cómo se puede comparar a alguien que cabecea bien, patea con la derecha, con la izquierda, con otro que patea apenas con una, sólo tiene habilidad y no cabecea bien. No se puede comparar»

Leo Messi y Diego Armando Maradona en una imagen de archivo del Mundial 2010. (EFE)

Leo Messi y Diego Armando Maradona en una imagen de archivo del Mundial 2010. (EFE)

Lo dicho, es cuestión de gustos Y quizá de épocas. Seguramente todos los hinchas del Barça y amantes del buen fútbol en general —incluso me atrevería a decir que la mayoría de los que vieron jugar a Maradona— creen que Leo Messi está un escalón por encima. Porque hay a quien no le hace falta cabecear bien para marcar goles y demostrar su valía. Con tirar faltas, dar asistencias y chutar con toda la delicadeza y precisión es suficiente.

Además, si nos fijamos en las cifras, trofeos y títulos conseguidos, el palmarés de Messi es mucho más abrumador que el de Maradona (basta con consultar la Wikipedia de ambos para corroborarlo). Sí está claro que el equipo en el que juega y los jugadores que lo rodean hacen de Messi un jugador mejor. Pero es lo normal en el fútbol actual: los mejores equipos del mundo se pegarían (y seguro que lo hacen) por tenerlo entre sus filas. Alguien como Messi tiene que estar en un ‘grande’ para hacerlo todavía mejor.

Por todo ello, en realidad, solo hay una cosa que tiene que envidiarle el actual jugador del Barça a Maradona. Y no es la (mala) fama lograda tras su retirada. Sino haber ganado un Mundial con Argentina. Es lo único que podría hacer que la balanza se decantara a favor del Pelusa. En cualquier caso, Messi no se retirará antes del próximo Mundial (Catar 2022) y todavía puede superar al 100% a su máximo competidor en las apuestas por ser el mejor jugador de la historia del fútbol. Nadie podrá hacerle sombra ni criticar (o envidiar) su valía.

¿Eres un friki del fútbol? ¿Cuánto sabes de este 2018?

Francia celebra el Mundial

Francia celebra el Mundial (EFE).

Se nos acaba el año, un 2018 plagado de grandes momentos futboleros, con Mundial incluido. Y para finalizarlo, te proponemos desde El Tridente este trivial en el que evalúes tus conocimientos sobre lo que ha pasado en este año en el deporte rey. A por ello… ¡y feliz 2019!

El nuevo presidente del Athletic no se oculta: «Me gustaría ver a Euskadi en la Eurocopa»

Aitor Elizegi, nuevo presidente del Athletic Club (EFE).

Apenas 24 horas después de ser elegido nuevo presidente del Athletic Club, Aitor Elizegi ya ofrece jugosos titulares. El nuevo mandatario del club vizcaíno no tuvo la menor duda en mojarse en temas polémicos en su primer día de mandato. Lo hizo en los micrófonos de El Larguero de la Cadena SER. Fue claro y conciso: «Me gustaría ver a Euskadi en la Eurocopa».

Cocinero de profesión, Elizegi no se cortó cuando fue preguntado por la presencia de la selección española en San Mamés: «Echo de menos ese Euskadi-España. Sería un partido precioso. Mientras tanto, me gustaría ver a Euskadi en la Eurocopa. Me da igual los que se enfaden o no se enfaden. Eso no quita para que un Euskadi-España también os gustaría verlo a vosotros«.

Apoya, además, sin ambages, la oficialidad de la selección vasca: «Pondré mi granito de arena siempre desde la lealtad». También se considera nacionalista, «de ese nacionalismo que considera que podemos convivir al norte y al sur. En el desarrollo estatuario, como dice mi lehendakari, me gustaría llegar lo más lejos posible, siempre dentro de las reglas del juego».

A la pregunta de si le gustaría que el País Vasco obtuviese la independencia, Elizegi no arrojó dudas: «Entiende bien».

Está claro que este cocinero de 52 años no va a dejar indiferente a nadie. Ni a los hinchas del Athletic que viven en el País Vasco ni a los numerosísimos aficionados del club vizcaíno que viven repartidos por toda España. Habrá que seguirle de cerca.

El River-Boca en Madrid: no quiero (más) ultras pelotudos

Por Susana Gozalo, jefa de cierre de 20 Minutos

Hinchas de Boca, en el Santiago Bernabéu (EFE)

No me gusta el fútbol. Nunca lo ha hecho. Cada vez menos. Lo detesto desde que los domingos soporto a toda pastilla las televisiones de mi redacción con dos o tres partidos simultáneos. Cuando los gritos de Edu Casado alteran mis tímpanos y mi ritmo cardiaco. Depende del día y de si he logrado, o no, esquivar al equipo de sus amores: el Atlético. No lo soporto desde que las madres de jugadores infantiles se lían a golpes en las gradas. Menos aún desde que la afición ‘machirula’ da por hecho que las árbitras son, en general, «pasadas por la piedra del vestuario».

Pero que no me guste el fútbol no nubla mis entendederas ni el sentido común que debería regir las decisiones de las máximas autoridades deportivas y gubernamentales.

El River-Boca es un partido de riesgo. De máximo riesgo. De altísimo riesgo. El país de una de las dictaduras más férreas que ha conocido la historia reciente, Argentina, se declara incompetente para controlar la violencia de sus aficiones. Sí, ese país en el que policías y militares no se andan ni han andado nunca con chiquitas a la hora de controlar al que se desmanda, ya sea disidencia política o barras bravas deportivos.

Por eso, por la violencia extrema y etílica que destila el choque entre estos dos equipos de los arrabales bonaerenses, me niego a que ese encuentro se celebre en España. Y más aún, me niego a que se celebre en Madrid el día que las familias cierran un puente festivo.

No quiero compartir espacio ni aceras en plenos días de ocio con quienes no respetan al prójimo. Con quienes usan el deporte para la gresca. Para el cuerpo a cuerpo. Para ver quién es el más macho. En realidad, el más boludo. El más pelotudo de la fiesta. Que en todas hay uno o varios de esos.

El sector de la restauración se frota las manos. Los hoteleros se preparan para hacer caja. El turismo deportivo dejará miles de euros en la ciudad y, por extensión, en el país: vuelos, conexiones, trenes, quizá algunos de los cafres (los menos) aproveche para hacer turismo. Lo dudo. No va con ellos. Se trastornan con el simple rodar de un esférico. No dan para más, ni para menos.

Pero el fin nunca justifica los medios. Publicitar al reino como meca del deporte, como cuna del fútbol, es un argumento irrisorio para brindar nuestra casa a lo peor de las ajenas. Quienes viajarán al encuentro son ultras. Son extremistas. Son violentos. Son aquellos a los que Macri no puede controlar. Son incontrolables. Y los españoles, como siempre, los jaimitos. Todo sea por hacerse la foto. Y si puede ser con las gafas. Y mejor a bordo del Falcon. Porque esto va de eso, de la foto.

Esperemos que no haya que lamentar la imagen contraria. La de un agente muerto en la contienda (ya nos pasó en febrero en Bilbao en el choque entre el Athletic y el Spartak de Moscú). Al buen hombre le dio un infarto por la angustia de semejantes bestias descontroladas. Los hinchas del equipo ruso se entrenan con técnicas paramilitares cual guerrillas. A esos sí les abrimos la puerta.

Ya nos pasó cuando murió uno de su calaña, Jimmy, un aficionado extremo (como se dice ahora tras la irrupción de Vox, que es «derecha extrema, no extrema derecha»). A este hombre le tiraron sin miramientos al río los ultras del Atleti. Habían quedado para pegarse. Y le costó la vida. No me duele por él, sino por la familia que le llora y que dejó atrás. Padres, viuda y huérfanos.

Y antes que él también pagó con la vida un buen hombre: Aitor Zabaleta. Se equivocó de bar y él, aficionado de la Real, decidió tomarse algo en el nido de hinchas del Frente Atlético. También lo pagó con su vida

Pue eso… que no tengamos que lamentar.

Es vergonzoso para el fútbol que Leo Messi no esté en el podio del Balón de Oro

Messi recibió el trofeo Pichichi de la temporada 2017/18. (MARCA)

Messi recibió el trofeo Pichichi de la temporada 2017/18. (MARCA)

Hace apenas dos meses la revista France Football (que otorga el premio) retiró por presunto hackeo una encuesta sobre el favorito para ganar el Balón de Oro encabezada por Leo Messi. Y no por poco. El crack argentino ganaba con un 47% de los votos de los aficionados al fútbol (no vinculantes), por delante de Mohamed Salah (32%). Luego, ya a gran distancia, aparecía Cristiano Ronaldo con un 8% y tres jugadores más con un 2%: Mbappé, Modric y Neymar.

La revista aseguraba en ese momento que los resultados habían sido manipulados: «Nos hemos visto obligados a suprimir el artículo debido a la creación de miles de cuentas falsas, a través de malware [programa diseñado para provocar un mal funcionamiento], para trucar los resultados», explicaban fuentes del medio galo. En esa encuesta se habían registrado más de 700.000 votos. Y no fue la única hecha por un medio al respecto.

Encuesta Balón de Oro de 20minutos.es.

Encuesta de 20minutos.es.

También 20minutos.es lanzó la pregunta de «¿Quién será el ganador del Balón de Oro 2018?» a sus lectores y registró más de 26.000 respuestas. La sorpresa llega cuando, a la hora de recabar las respuestas, el 34,19% de los votos fueron para Leo Messi. Otra encuesta realizada, otra encuesta ganada. Para los lectores de este medio, en segundo lugar se encuentra Luka Modric (30,49%) y en tercero Antoine Griezmann (14,48%). Ya fuera de los tres primeros estaba Cristiano Ronaldo (10,22) y Kylian Mbappé (4,6%).

Encuestas de Sport y Mundo Deportivo.

Encuestas de Sport y Mundo Deportivo.

En cuanto a periódicos especializados, otro que refleja el claro favoritismo de sus lectores por Messi es Mundo Deportivo. Su pregunta, lanzada el pasado 10 de octubre da como principal ganador a la Pulga (74% de los 30.884 votos). A él le siguen, aunque muy de lejos, Griezmann (7%), Ronaldo (5%) y Modric (5%). Otro medio catalán como Sport, no obstante, no lo da como ganador, sino que lo sitúa en segunda posición con el 30% de los 24.016 votos, por detrás del croata (60%).

Encuestas de Marca y As.

Encuestas de Marca y As.

Ambas opciones se repiten en periódicos madrileños como As (cuyos lectores le darían el Balón de Oro a Leo Messi con un 32,59% de los votos por delante de Modric y Griezmann) y Marca, que pone a Messi con el 18% en el tercer lugar (el que peor resultado le da) por detrás de Modric (29%) y Cristiano (22%).

Obviamente estos resultados tampoco son vinculantes, ya que los que votan para elegir quien verdaderamente gana el premio es «un jurado de periodistas especializados e independientes«, como explican desde France Football. Pero, por muy independientes y especializados que sean creo que se han dejado a alguien bastante importante fuera.

Es vergonzoso para el fútbol que un jugador de la categoría de Leo Messi no esté siquiera en el podio de candidatos a obtener el galardón como mejor jugador del mundo cuando los aficionados al fútbol lo meterían, como poco, en tercera posición. Y muchos de ellos se lo darían. ¿Con razón o sin ella?

No nos engañemos: ni el Barça es un equipo tan odiado, ni el Real Madrid tan querido por los aficionados

Enfrentamiento entre Piqué y Ramos, los jugadores más polémicos de ambos equipos. (EFE)

Enfrentamiento entre Piqué y Ramos, los jugadores más polémicos de ambos equipos. (EFE)

Estoy leyendo varios titulares de medios especializados deportivos que dicen: «El Real Madrid es el equipo más querido de la Liga española por los aficionados»; «El Barça es el club más odiado de la Liga por los aficionados».

Sin embargo, están sesgados. Ni el Real Madrid se libra de detractores (que tiene, y no pocos), ni el FC Barcelona ha dejado de tener seguidores. Es más, ambos lideran las dos tablas de resultados publicadas este martes por Statista European Football Benchmark, tanto la de «el club más querido» como la de «el club más odiado». Y no a mucha distancia el uno del otro.

Los equipos más queridos de La Liga. (Statista)

Los equipos más queridos de La Liga. (Statista)

En la lista de simpatías, el 46% de lo españoles se declara fan merengue frente al 36% que se identifica como azulgrana, primero y segundo respectivamente. En el extremo contrario, en lo que respecta a los detractores, el Barça es el club de fútbol que más antipatías despierta (35%) por parte de los aficionados a este deporte en España, seguido de cerca del Real Madrid (30%). Siempre según el estudio citado anteriormente.

Los equipos más odiados de La Liga. (Statista)

Los equipos más odiados de La Liga. (Statista)

Todo ello está promovido porque son los clubes que más afición despiertan en nuestro país y, por tanto, también los que más odio, como es lógico. Una cosa viene derivada de la otra. Porque cualquier seguidor del Real Madrid va a votar como el equipo más odiado al Barça, y cualquier culé lo hará con el club madridista. España está dividida (siempre lo ha estado, no es novedad) y los medios se han decantado por uno u otro resultado, pero sin ver que realmente el fondo es el mismo para ambos equipos.

Si el Real Madrid tiene más seguidores en España, siempre va a ser el Barça el que despierte más odio entre ellos. Y con esto del independentismo (en auge en el periodo mencionado en el que se realizaron las encuestas) los odios a un club azulgrana politizado están en su mayor nivel en la capital. También ejemplo de esto es que el Girona se el tercer equipo que más odio despierta. Esta encuesta, de haberse hecho a nivel mundial, seguramente sería muy dispar a la actual. Y quizá de haberse hecho en otro momento, también.

Los delirios de Xavi: ahora propone jugar 10 contra 10 para favorecer el espectáculo

Xavi Hernández, en un evento en Catar (GTRES).

A Xavi Hernández lo ha devorado su propio personaje. No niego que estamos hablando de uno de los dos o tres mejores jugadores españoles de la historia, pero desde que dejó el fútbol de élite (y ya un poco antes), se ha convertido en una especie de caricatura. Y todo, por su convencimiento de que posee la verdad absoluta sobre el fútbol.

Pertenecer al Barça y a la selección que sublimó el fútbol de toque (y para el que es necesario tener jugadores de determinadas características) han hecho que Xavi sea un acérrimo defensor del estilo tiki-taka radical. A mí me parece una forma de entender el fútbol tan lícita como cualquier otra, pero solo eso. No soy capaz de decir que sea mejor una que otra. Pero a lo que íbamos: famoso por sus cada vez más exageradas preocupaciones por el estado de los terrenos de juego de toda Europa (el césped, vaya), ahora Hernández propone una idea revolucionaria para el fútbol: que los partidos sean de 10 contra 10.

Lo dijo este fin de semana en una entrevista en Catalunya Ràdio. Xavi cree que con equipos con un jugador menos, el fútbol sería más visitoso, más espectacular, habría más espacios y se verían beneficiados los equipos que juegan al toque. Evidentemente, Xavi ve las cosas con sus gafas especiales de posesión de la verdad absoluta del fútbol mundial. En la entrevista Xavi dice que quiere acabar con esos equipos que disparan dos o tres veces a puerta.

Lo que Xavi quiere son equipos que salgan a tumba abierta contra el Barcelona y se lleven media docena de goles como mínimo, como le pasaba al Rayo de Jémez. Precioso. Lo que el de Tarrasa no tiene en cuenta es que hay algunos equipos que no tienen ni plantillas ni presupuestos para jugarle a un Barcelona de igual a igual. O a un Manchester City. Pero claro, el espectáculo es lo que diga él.

Tiemblo de pensar que Xavi Hernández pueda llegar a tener, en algún futuro, algún cargo en la FIFA. Espero, sin embargo, que sea entrenador y si no le pasa lo que a Guardiola (que ha entrenado a Barça, Bayern y City, es decir, presupuestos descomunales y superestrellas mundiales para tener siempre la razón), tenga la ocasión de entrenar a un equipo modesto y contar a todo el mundo cómo sales ante un equipo grande con muchos espacios y con mucho espectáculo. Y el césped, rápido y cortito, claro.

Oleguer no fue el único: estos futbolistas también se negaron a jugar con España

Después de las declaraciones que el catalán Oleguer Presas ha hecho este miércoles a la revista Panenka explicando su ‘no’ a la selección española, os dejo un recopilatorio del resto de jugadores que también rechazaron representar a España. Hay casos curiosos, sobre todo por las excusas que pusieron.

Oleguer con el chándal de la selección.

Oleguer con el chándal de la selección.