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Los bochornosos pitos a Gareth Bale en el Bernabéu

Gareth Bale, en el Bernabéu

Gareth Bale, en el Bernabéu (EFE).

No acabo de entender muy bien lo que está pasando con Gareth Bale. El público del Bernabéu, implacable de nuevo, volvió a silbar al galés cada vez que cogió el balón en el encuentro ante el Athletic.

Lo curioso del caso es que esa sentencia que parece que ya se ha dictado solo afecta al británico. Es como si el gran culpable de la mala temporada del Real Madrid fuera él y solo él, como si el resto del equipo hubiera estado bien y este año para olvidar fuera todo por su evidente mala temporada.

Y es que lo de su desastrosa mala temporada no tiene discusión. Bale ha decepcionado, me ha decepcionado enormemente. Esperaba que fuera un líder sobre el campo, que cogiera el relevo goleador de Cristiano, y eso no ha ocurrido. Quizás por sus recurrentes lesiones, quizás porque ya el físico, su gran virtud, no le da para más, pero es la cruda realidad ahora mismo con el galés.

Bale debe de salir del Madrid este verano, en el nuevo proyecto no tiene que estar. De eso tampoco tengo dudas, y no tengo problema en reconocerlo.
Pero que alguien, por favor, me explique esa inquina con el hombre que hace apenas unos meses metió los dos goles decisivos de la victoria en la final de la Champions, uno de ellos una inolvidable chilena.

Su rendimiento quizás ha sido algo inferior de lo esperado, pero desde luego no ha sido Kaká. Su media de goles y asistencias ha sido más que buena (parecida, por ejemplo, a la de Raúl) y absolutamente siempre ha aparecido en los momentos importantes. No solo en esa final de Champions en Kiev, también fue decisivo en la de Lisboa de 2014, y en la de Milán en 2016. Dejó también un gol imborrable en una final de Copa ante el Barça. Y en 2016 marcó el tanto ante el City que dio el billete a la final continental.

Son muchos, muchísimos, los buenos momentos que ha dejado. ¿Qué pasa entonces? Si es su desidia, ¿por qué a Kroos no se le trata igual de mal? Si es que no habla casi español tras más de cuatro años, ¿por qué al madridismo le cae entonces tan bien David Beckham?

Igual es algo tan imperdonable como irse a jugar al golf en sus ratos libres, e incluso verlo por televisión. Debe de ser eso lo que hace a un amplio sector del madridismo odiarle y a muchos periodistas perseguirle sin tregua.

Qué hacer ahora con Gareth Bale, el héroe de las grandes noches arrasado por las lesiones

Pocas cosas duelen más que ver cómo tu jugador fetiche se lesiona constantemente. Me gusta tanto Gareth Bale que cuando se hizo un cambio en este blog, no dude en mencionarle en la definición que me tocó dar.

Muchos de los momentos deportivos con los que más he disfrutado recientemente, se los debo a él. Hace algo más de tres años, en Mestalla, le vi echar una carrera a Bartra, desaparecer de mi vista (literal, desde la tribuna de prensa se le dejó de ver), y reaparecer de nuevo para hacer una de las mayores demostraciones de potencia jamás vistas sobre un campo. Compartía mesa con varios periodistas deportivos conocidos por su poco aprecio al galés. Jamás olvidaré sus caras.

Gareth Bale

Gareth Bale (EFE).

Pocas semanas después, en Lisboa, marcó el gol que adelantó al Real Madrid en la prórroga de la final de la Champions ante el Atleti. Fue en un contragolpe voraz llevado por Di María y en el que Bale demostró de nuevo su tremendo físico, llegando el primero al área contraria tras más de 100 minutos de esfuerzo brutal.

No me olvido tampoco de Milán, de la garra que demostró ese día. Volvió a tener problemas físicos ese día, se le veía acalambrado, medio cojo. Y aun así, fue de los mejores del equipo, cada vez que cogía el balón, la defensa del Atleti se echaba atrás. Tampoco se excusó por no poder casi ni andar en la tanda de penaltis, y se encargó de uno de los lanzamientos con valentía. Pudo esconderse en su lesión, pero decidió dar un paso adelante.

Con Gales, en la Eurocopa de 2016, demostró que es un auténtico líder. Cogió a una selección menor, muy menor, y la llevó nada menos que a las semifinales.

Las críticas a la BBC siempre se han centrado en él. Daba igual todo lo contado anteriormente, o sus buenas cifras de goles y asistencias. Si las cosas iban mal, el galés era el señalado. Tras la final de San Siro, empezó la temporada 2016/17 como un tiro… y entonces empezó su calvario. Sus lesiones eran antes frecuentes, pero desde ese momento han pasado a no darle un respiro. Estuvo meses sin jugar, llegó justo para disputar la final de la Champions (fue suplente ante un Isco estelar) y en esta campaña apenas ha podido jugar.

En verano, pese a la salida de Morata y James, el Real Madrid decidió no reforzar su línea de ataque. Se confiaba en que con la BBC más Isco y Asensio, era suficiente. Quién sabe si por ello Florentino decidió retirarse de la puja por Mbappé, con tanta estrella no era fácil el reparto de minutos.

Pero… ¿y ahora qué? Es triste, y duele escribir esto, pero todo proyecto del Real Madrid a partir de ahora no puede contar con Bale como pieza clave como hasta ahora. No digo que haya que venderle (no se sacará mucho ya, viendo su historial de lesiones), digo que su historial de lesiones, con más de un año ya sin apenas disputar partidos, hace imposible tener confianza en que esté a disposición de Zidane cuando se le necesite. Toca ser agradecido con Gareth por todo lo que ha dado al Real Madrid (tres Champions desde que llegó, que nadie se olvide), y a la vez ser conscientes de que no es nada fiable por su historial de lesiones. Y si, por un casual, deja de lesionarse con frecuencia, bienvenido será, por supuesto.

El Real Madrid muestra sus debilidades: de los errores de Benzema al desastroso momento de Bale

Ya hemos hablado alguna vez en este blog de la tendencia de un amplio sector del madridismo al drama, al pesimismo desmedido después de un mal resultado. Y con el empate en casa ante el Valencia de ayer, volvió a salir esa vertiente en los aficionados blancos. Da igual que se hayan ganado dos Champions seguidas, se acaben de levantar dos títulos o se haya aplastado sin piedad al Barça hace una semana, las críticas son siempre feroces.

Sin caer en el victimismo barato, del empate ante el Valencia se intuyen varias debilidades en este Real Madrid que últimamente no se habían ni intuido:

  1. Dependencia de Cristiano. El tremendo rendimiento del luso en el final de la pasada temporada se debió a que, por fin, fue dosificado durante todo el curso. Esta campaña cumplirá 33 años, y Zidane debe seguir administrándole los minutos. Sin embargo, da la sensación de que en la actual plantilla, el único que tiene gol es él.

    Bale y Benzema en un entrenamiento

    Bale y Benzema en un entrenamiento (AFP)

  2. Bale, el físico no le da. Tiene mucha calidad, pero su juego se basa en la potencia, la explosividad. Hace un año, era el mejor jugador de la plantilla; ahora, es uno de los peores. Ya no tiene la titularidad garantizada, y no es solo que Asensio o Isco le hayan comido la tostada, es que hoy en día, no aporta prácticamente nada al equipo. La clave está en su condición física: o vuelve a ser el de hace un año, o su temporada apunta a dramática. El Bernabéu no tendrá piedad con él.
  3. Desesperación con Benzema. Su fútbol solo se justifica cuando tiene al lado un goleador, y sin Cristiano se queda huérfano. Por mucho que combine y que aporte, es el ‘9’ del Madrid, y no puede fallar ocasiones casi a puerta vacía como ante el Valencia.
  4. Carencias en defensa. Con la tendencia de Ramos a ser expulsado y los eternos problemas de lesiones de Varane, el centro de la zaga va corta. Casemiro lo hizo bien, pero el brasileño es más necesario en el medio del campo.
  5. ¿Por qué se han vendido a los dos ‘9’ suplentes? La gran carencia en la planificación blanca. El objetivo era Mbappé, pero el galo se va a ir al PSG. Mientras, el Madrid ha vendido a Morata y Mariano, lo que deja como únicos delanteros puros a Benzema, del que ya vimos ayer de lo que es capaz, y al inexperto Borja Mayoral. El Madrid ha perdido, y mucho, en gol saliendo desde el banquillo.
  6. Mucho talento, poco control. Curioso que con un centro del campo formado por Kroos, Modric, Isco y Asensio el control del partido nunca fuera del Madrid. Talento a raudales, pero sin organización. Se echó en falta en esa zona a Casemiro.
  7. ¿Hay confianza en Marcos Llorente? Me sorprendió que, con Casemiro jugando atrás, no jugará ni un minuto. Kovacic no tuvo su mejor día cuando salió en la segunda mitad y se le vio desbordado cuando le tocó defender.

 

 

 

 

¿Por qué no juegan los que están mejor en el Real Madrid?

Me gustaría saber qué pasó por la cabeza de Isco en el clásico. No solo no fue titular, sino que Zidane ni siquiera encontró un solo minuto para él en el partido más importante del año en la Liga. Venía de salvar a su equipo en Gijón con una actuación para el recuerdo, y lo hizo bien en el partido ante el Bayern.

Messi y Bale

Messi celebra su gol ante Bale en el Real Madrid – Barça (EFE).

En su lugar, el francés optó por lo fácil, por la alineación de Play Station. La BBC al campo, con Modric y Kroos por detrás.

Soy más de Bale que algunos de sus familiares. Me ha dado varios de los mejores momentos de los últimos años, desde la carrera con Bartra hasta el gol en la prórroga de Lisboa en la final de la Champions. Disfruté sus semifinales en la Eurocopa como un galés más. Pero no está. Las lesiones le están matando, este año más que nunca, y desde que volvió de la última se le ve mal físicamente, y esa es su gran arma. Sus dos últimos partidos ni siquiera ha podido acabarlos, ante el Bayern y el Barça, nada menos, con la temporada en juego. Le cuesta coger la forma, y ni desborda, ni es decisivo.

De Benzema salen artículos uno detrás de otro después de cada buena actuación suya. Es decir, cada dos o tres meses. Es el ‘9’ del Madrid, se desentiende del juego defensivo y a cambio no ha aportado nada decisivo en los tres partidos grandes del año: los del Bayern y el Barça. Si Isco debe andar mosqueado, Morata debe andar mirando a dónde se va el año que viene.

Tampoco pasa por su mejor momento Modric, que ha pasado de ser el mejor centrocampista del mundo a desaparecer en demasiados momentos de los partidos. El físico le está pasando factura, pero es tan indiscutible que sigue agotando cada minuto de los partidos trascendentales del año.

En la Liga, habrá rotaciones, pero luego vienen dos partidos a vida o muerte ante el Atlético, que no va a perdonar ni un fallo. Jugar con Benzema casi todos los minutos y volver a apostar por Bale será dar ventaja. ¿Eso es lo que vas a decidir, Zizou?

La BBC al lado de Messi, puro postureo

Messi celebra el gol ante Bale.

Messi celebra el gol ante Bale.

Messi está un escalón por encima del resto. No hay nadie en el mundo que pueda aportar argumentos sensatos y verídicos para negar eso. No me canso de decirlo y de alabar al argentino y ya se me acaban los calificativos para un genio de tal calibre.

Da igual que le rompan la cara (literalmente hablando), Messi se recompone rápidamente para marcarse una de sus jugadas por excelencia y dejarnos a todos boquiabiertos. O para ayudar a su equipo robando balones, presionando y dando pases de gol. Lo tiene todo y es un lujo verlo cuando está en uno de sus mejores momentos, es decir, casi siempre.

Ya lleva 500 goles con el Barça, pero no es lo único que se le da bien. Dar de probar al rival de su propia medicina es otra de sus especialidades: ¿Que tú marcas un gol? él dos; ¿que tú eres el mejor lanzando faltas? él te supera. No hay quien le pare. Y así hasta llegar al clásico de ayer. Leo Messi fue el protagonista en el momento más oportuno. Marcó dos goles, pero metió el que más le duele al rival: el que se encaja en el último minuto, cuando ya no tienes capacidad de reacción, cuando tus esperanzas de ganar se esfuman y llega la rabia y la impotencia.

Una pena que Sergio Ramos tuviese que verlo desde el vestuario. ¿A que fastidia? Pero alguna vez le tendría que tocar al Real Madrid, equipo experto en decidir un partido en las ultimas jugadas gracias a la aportación del jugador de Camas, que saca a su equipo de más aprietos que su tridente galáctico.

Y es que la BBC, con Bale lesionado, Benzemá que no da pie con bola y Cristiano pasando una de sus peores rachas profesionales… es todo postureo.

Qué hacer con la BBC definirá a Zidane

Estaban los cuchillos, incluido el mío, afilados contra Zidane por sus desastrosas decisiones en el derbi ante el Atlético, cuando de repente le dio al Barça por perder en Málaga y lo tapó todo. Definitivamente, el galo es un tío con suerte, lo que no es poco en el mundo del fútbol.

Bale, Benzema y Cristiano

Bale, Benzema y Cristiano (EFE)

Confío el técnico en el equipo de gala, en el que salió en Milán para conquistar la Undécima. Suena a decisión lógica. Los estados de forma le dieron igual. Y bueno, no fue del todo mal la cosa, pues el Madrid dominó, fue mejor y creo más ocasiones de gol. No muchas, pero más.

Ya por delante en el marcador, llegó el caos. Era obvio que el Atlético se iba a ir arriba a por el gol del empate, el partido le pedía a gritos a Zidane que sacara otro centrocampista para controlar más el balón y a su rival. Y el galo quitó a Kroos para meter a Isco. La BBC, intocable de nuevo.

Hubo una época en el que a la BBC se le comparó con la MSN. No hace tanto, de hecho. Ahora, suena a risa. Para igualar a Cristiano con Messi, tienes que ser muy creyente. Comparar las cifras goleadoras de Benzema con las de Luis Suárez me hace tener tendencias homicidas. Y Bale, el único que podría aguantar el pulso con Neymar, se lesiona cada dos por tres y ha vuelto hecho un desastre.

Lo que quiero decir con esto es que Messi, Suárez y Neymar son intocables y bien hace Luis Enrique en dejarles en el campo siempre, especialmente en partidos decisivos. Pero no pasa lo mismo con el tridente del Madrid, especialmente con Benzema y el actual Bale. Porque el equipo blanco tiene una cosa que no tiene su eterno rival, un banquillo espectacular. Ahí está Isco, pidiendo más minutos en partidos importantes. Y Asensio, todo talento. También Kovacic, un centrocampista ideal para los minutos finales de partidos como ante el Atlético.

Ahora llega el partido en Múnich, ante el Bayern. Allí se ganó 0-4 con la BBC en el ’11’, por cierto, pero no conviene confiar siempre en los milagros. En esta eliminatoria, Zidane deberá decidir qué tipo de entrenador quiere ser, y eso dependerá de cuántos minutos jueguen Bale y Benzema. Porque Cristiano es otra cosa.

 

 

Real Madrid: toca sobrevivir sin sus tres mejores jugadores (y Cristiano no es uno de ellos)

¿Se imaginan un Barça con Messi, Neymar y Luis Suárez lesionados a la vez? ¿Qué pasaría con ese equipo? ¿Iría líder de la Liga?

Modric y Bale

Modric y Bale se abrazan tras marcar un gol a Osasuna (EFE).

En esos parámetros se debe analizar la actual situación del Real Madrid. Los tres jugadores más importantes del equipo, que son Modric, Bale y Marcelo, están de baja y el conjunto blanco debe sobrevivir como pueda a esa circunstancia.

La última vez que Cristiano completó un regate el entrenador era Mourinho y ahora solo está para aportar goles, y no tantos como antes. Benzema sigue siendo ese ‘9’ fantasma que maravilla un partido y desaparece cinco, y el resto son formidables complementos, grandes jugadores, pero que no deciden partidos. No me refiero, por supuesto, a Sergio Ramos, cuyo cabezazo salvador otra vez estuvo a punto de llegar en Vigo, pero esta vez no hubo milagro.

Este es el panorama que le espera a Zidane en las próximas semanas, unos partidos en los que el objetivo es tratar de perder los menos puntos posibles y salvar como se pueda la eliminatoria ante el Nápoles en la Champions. La Copa del Rey da grandes alegrías, de eso no hay duda, pero no era una prioridad. En la mente de todos los aficionados blancos está ganar por fin una Liga (que ya han pasado nada menos que cinco años desde la última) y ser el primer equipo en la historia de la Liga de Campeones en lograr revalidar el título.

El día que Zidane quedó en evidencia por su fe ciega en la BBC

Es curioso cómo, con cada entrenador de la historia reciente del Real Madrid, la historia se repite, cómo todos acaban encorsetados por una idea: la BBC es intocable, inamovible.

Zidane y Benzema

Zidane y Benzema se abrazan en la banda (EFE).

Le pasó a Ancelotti, también a Benítez, y ahora a Zidane. Como Morata se estaba ganando más minutos a base de ganas, empuje y, sobre todo, goles, la solución del entrenador galo no fue otra que alinear al canterano junto a Bale, Cristiano y Benzema. Un 4-2-4, como si se tratara de los años 70 o de una alineación de la Play.

Y no, el fútbol no es eso. No es poner a los mejores en el campo sin más. No se pueden poner juntos a cuatro delanteros sin correr el riesgo de perder el centro del campo incluso ante un equipo menor como el Legia. Más si tus centrocampistas son Toni Kroos y Kovacic, no precisamente destacados por sus virtudes defensivas.

Si Zidane triunfó la temporada pasada fue por el respeto que le tienen los jugadores. Sus decisiones no eran puestas en cuestión por el vestuario. Si James tenía un papel residual, nadie levantaba la voz, por más que hubiera costado 75 millones. Es lo que tiene haber sido un dios del fútbol, que hasta ha podido cambiar alguna vez a Cristiano Ronaldo sin que haya un terremoto.

Ante el Legia traicionó todo eso. Las buenas actuaciones de Morata debían ser premiadas, pero a costa de Benzema, o quizás de Cristiano, aunque sea utópico. Un descanso a Bale tampoco está de más de vez en cuando, dada su propensión a lesionarse. Pero Zidane eligió juntarlos a todos, y el resultado fue el desastre que todos vimos.

Ya dijo el galo al llegar que la BBC era intocable, y lo repitió hace pocas semanas cuando se le volvió a preguntar por ello. Y con esa frase se mete en problemas él solo.

Por suerte, no era un partido decisivo y el resultado solo complica las cosas en la Champions al Real Madrid, al menos a priori. Y deja en un muy mal lugar a Zidane. Seguro que no se vuelve a repetir.

El Balón de Oro debe ser para Cristiano… o para Gareth Bale

«Está claro que Messi es el mejor jugador del mundo», me decía hace un momento una compañera. Y como no voy a discutir esa afirmación, básicamente porque por desgracia es la más cruda realidad, quiero recordar una cosa: el Balón de Oro es un premio que reconoce al mejor jugador de ESE AÑO, independientemente de que sea el mejor del mundo o no.

Cristiano y Bale

Cristiano y Bale, abrazados (EFE).

Pues bien, una vez aclarado eso, vamos a repasar los grandes triunfadores colectivos de la temporada. Por un lado tenemos al Real Madrid, que ganó otra vez la Champions pese a esa eterna crisis que le persigue desde hace ni se sabe. Por el otro, tenemos a Portugal, que contra pronóstico se llevó la Eurocopa pese a que los más puristas se llevaran las manos a la cabeza porque el juego no es el que a ellos les gusta.

¿Qué jugador tienen ambos en común? Sí, Cristiano Ronaldo. Vale, también Pepe, pero creo que con su nominación se puede dar más que por satisfecho. Ayer mismo criticaba el mal momento de forma del portugués en este arranque de campaña, pero en un año en el que ha marcado más goles que nadie y se ha llevado los dos títulos más importantes de la temporada, resulta más que complicado encontrar un argumento en contra de que se lo lleve el luso por quinta vez más allá de que algunos le consideren un chulo, un egoísta, un creído y demás cosas similares que se dicen de él.

La última estupidez fue precisamente ayer, cuando tras marcar Morata, Cristiano levantó el brazo para celebrar el tanto, miró después al linier para ver si lo había anulado y muchos (pero muchos) dijeron que estaba… ¡¡¡pidiendo fuera de juego!!!

El único que puede discutir el Balón de Oro de Cristiano es Gareth Bale. El extremo fue tan importante o más en la Champions del Real Madrid y, pese a que se ha llegado a decir de él hasta que no sabe jugar al fútbol, cogió a una selección menor, limitada y sin talento para llevarla hasta las semifinales de la Eurocopa en una exhibición de liderazgo impresionante.

Porque Griezmann perdió las dos finales que jugó (fallando un penalti clave en una de ellas), Messi desapareció en Champions en la eliminación ante el Atlético y también falló una pena máxima en la final de la Copa América ante Chile y los méritos de Neymar y Luis Suárez, aun con sus buenas campañas, son insuficientes para ser coronados mejor del mundo.

El Balón de Oro debe volver al vestuario del Real Madrid. Y si no piensas igual… aquí está nuestra encuesta para que te pronuncies.

Gareth Bale: con Robben en el recuerdo

Una de las portadas que recordaré siempre es aquella del diario Marca con la cara de Arjen Robben y el siguiente titular: “Bien vendido”. El diario, entonces dirigido por Eduardo Inda, respaldaba así la decisión de Florentino Pérez de vender a uno de los mejores jugadores del Real Madrid. Y el motivo era claro: las lesiones.

Casi siete años después, el Madrid se encuentra con un caso bastante parecido. Gareth Bale se ha convertido, en estas casi tres temporadas, en un nuevo caso Robben. Un jugador que rinde mucho y bien cuando está en el campo pero que se lesiona demasiado, lo que le convierte en un jugador poco fiable. Llegó la fase decisiva de la Champions y el Real Madrid ha tenido que recurrir a un ‘plan B’, sin poder contar con el que, por calidad y caché, debería ser el segundo hombre en importancia del proyecto blanco.

Precisamente el otro día discutía su caso con un compañero. Mi argumento para defender a Bale son sus 14 goles y 8 asistencias en 16 partidos de Liga, el suyo, no exento de lógica, es un contundente «me da igual lo bueno que sea, si no juega». Pues sí, el galés se fue con la ilusión de remontar al Barça en la Liga y vuelve con todo perdido.

Bale es una de mis debilidades futbolísticas desde que empezó a jugar de centro del campo para arriba en el Tottenham, club al que dejó a las puertas de la Champions casi él solo en su último año, y pese a su irregularidad, en dos temporadas y media en el Real Madrid ya llevan su firma el gol decisivo de la final de la Copa 2014 ante el Barça y el 2-1 en la final de la Champions. Nada más y nada menos.

Pero pensando en el futuro, ese en el que a corto o medio plazo será sin Cristiano Ronaldo y con él como estandarte, no deja de ser ciertamente preocupante. El mismo motivo que hizo que Robben fuera considerado «Bien vendido» por el diario Marca y con el que muchos estaban de acuerdo se podría aplicar a Gareth Bale, que apenas ha jugado el 60% de los partidos de esta Liga. Y es tan bueno que su salud deber ser una prioridad para el Real Madrid.

Gareth Bale

Gareth Bale, lesionado (EFE).