Archivo de abril, 2018

Ahora, todos a rezar para que el Real Madrid no gane la Champions

Parece que si el Real Madrid se alza con su decimotercera Champions League la temporada del Barça se va al traste. Conseguir un doblete (es decir, ganar dos títulos) no sería suficiente si el eterno rival gana la competición continental (un solo título). Vale más una Champions, que una Liga y una Copa del Rey juntas. O esa es la sensación que tienen muchos de los aficionados madridistas, ansiosos por que la felicidad que merodea ahora por Barcelona llegue a Madrid a finales de mayo. Pero esta sensación también la tienen algunos culés, aunque es cierto que se debe a diversos motivos.

Cristiano Ronaldo se lamenta. (GTRES)

Cristiano Ronaldo se lamenta tras una ocasión perdida con el Real Madrid. (GTRES)

Uno de ellos quizás sea que, de ganar la 13.ª Champions, cada vez se antojará más difícil que el Barça pueda superar al Real Madrid en el número de copas de Europa que lucen sus vitrinas. Una competición en la que los blancos son los reyes. Y esto también jode en Barcelona. ¿Por qué no admitirlo? Siempre fastidia que tu máximo rival te supere. Sea en lo que sea. Y si es a nivel continental todavía más porque es más visible fuera de España.

El primero en mostrar esta opinión fue el expresidente del Barça Joan Gaspart, que dijo tras ganar la Copa: «Para que la temporada sea completa me gustaría que el Madrid no ganara la Champions». Y después muchos aficionados hicieron esta frase suya. Y los hinchas blancos alardean de ello, encantados con chafar la gran temporada del equipo culé. Por ello, no contentar las sensaciones de la afición del Madrid es otro de los objetivos. Los piques siempre han existido: en casa, entre amigos, en el trabajo… y a los vaciles siempre le siguen otros vaciles. Un bucle del que todos quieren salir airosos.

Otro de los motivos por el que un culé quiere que el Madrid pierda su ansiada Champions podría deberse a las sensaciones que había antes de perder contra la Roma. El Barça tenía el triplete cerca, las impresiones eran muy buenas, igual que la temporada, que se chafó en ese momento. En cambio, la del Real Madrid ha sido muy irregular, eliminado primero en Copa y alejándose cada vez más del líder de la Liga. Un tira y afloja que, casi siempre, suele pasar factura.

Entonces, ¿ahora que nos queda? Parece que rezar para que el Real Madrid no gane la Champions y no pueda deslucir la gran temporada del Barça. Y es que la rivalidad va más allá de los clásicos.

Si solo pudieras renovar a uno, ¿a quién eliges: Oblak o Griezmann?

Jan Oblak y Antoine Griezmann (EFE).

El pasado jueves, en el Emirates Stadium, quedó totalmente claro cuáles son los dos pilares que sostienen al Atlético de Madrid (en el terreno de juego, claro. Fuera de él el pilar es Diego Pablo Simeone). Uno, en la portería, Jan Oblak. Otro, en la delantera, Antoine Griezmann. Dos jugadores que son cracks mundiales. Dos tipos de esos que te ganan partidos.

Afrontando ya la recta final de la temporada, los equipos van pensando ya en el año que viene y en las plantillas que van a poner en liza en las diferentes competiciones. En un mundo ideal, contaríamos seguro con el esloveno y el francés en la plantilla 2018/2019, pero ya sabemos cómo va esto y mantener a los dos será difícil.

De la posible salida de Griezmann se viene hablando hace mucho tiempo. De la de Oblak, no tanto, aunque el balcánico no despeja dudas sobre su futuro (normal, por otro lado). Así las cosas, un escenario posible sería que el Atleti pudiera hacer un esfuerzo por mantener a uno de sus dos jugadores de clase mundial. La cuestión es que en una hipotética posibilidad de elección… ¿con cuál te quedarías?

Yo lo tengo claro (y admito que no es fácil), pero no voy a decirlo aquí (y voy a intentar que no se note). Allá van dos alegatos.

Jan Oblak: Es el mejor portero del planeta, sin lugar a dudas. Y ojo, no olvidemos que tiene ¡¡¡25 años!!! Es más joven que Griezmann, de hecho. Es decir, que al esloveno le quedan sus buenos diez añazos de carrera. ¿Cuánto cuesta encontrar a un portero de estas características? Un tipo que está perfectamente adaptado a la Liga, que no es excéntrico, que es sobrio, que para lo imposible, que impone seguridad a su defensa… Como éste aparece uno cada muchos, muchos años. Pensábamos que con Courtois habíamos visto al mejor portero de la historia del Atleti, pero el belga está ya muy atrás. Jan Oblak debería ser el portero del Atleti hasta 2030.

Antoine Griezmann: En el escalón de los mortales, es decir, los que están por debajo de Messi y Cristiano Ronaldo, el de Mâcon tiene sitio privilegiado. Quizá el egipcio Salah sería el único que, a día de hoy, podría discutirle ese primer puesto de los humanos y tercero en la general del mejor jugador del planeta. Griezmann tiene talento, tiene descaro, tiene gol, muchísimo gol. Es mediático, es desequilibrante, tiene esa chispa de crack que, como el otro día en Londres, le hace aparecer y decantar un partido. Hacía mucho tiempo que el Atleti no tenía un jugador de estas características. ¿Cuánto tendría que pagar el Atleti por un reemplazo que no le llegaría a la altura de los tacos al francés? No hay color. Griezmann debe ser el jugador-franquicia para varios años.

Y tú, si tuvieras que elegir solo a uno… ¿con cuál te quedabas?

«Zidane no tiene ni puta idea de fútbol»

Zidane

Zidane en Turín (EFE).

Estoy seguro de que usted ha oído o leído esa frase en alguna ocasión. Ha podido ser en una reunión familiar, en una cena de amigos, viendo un partido en el bar o en ese sitio en donde todo el mundo sabe más que nadie, Twitter.

El mantra de que Zidane no tiene ni idea de fútbol es algo extendido. Se le considera un alineador, un tipo que triunfa porque se lleva bien con los jugadores, por su mano izquierda, porque consigue que en el vestuario haya buen rollo. Es muy, muy raro que alguien alabe una decisión táctica suya.

En París, tomó una que cambió la eliminatoria, un variante llena de valentía. Cambió el esquema a un claro 4-4-2 con dos hombres en las bandas, Lucas y Asensio, y el Madrid le dio un meneo al equipo más caro del mundo. Si lo hacen otros, se hablaría de genialidad, de gran estratega. A Zidane eso no se lo conceden.

El galo lleva todo el tramo final de la temporada haciendo cambios (tanto tácticos como de nombres) que le están dando resultado. Lo hizo en la eliminatoria ante la Juventus, y ante el Bayern de nuevo. Ha ganado de manera consecutiva en París, Turín y Múnich, algo utópico hasta hace nada, y se sigue hablando de flor, de suerte, de carambolas. Nunca del entrenador. Por no hablar de cómo ha gestionado que la BBC no juegue prácticamente nunca a la vez.

El otro día, viendo a Salah, recordé que en su momento pensaba que me recordaba a Theo Walcott. También creía que era absolutamente imposible que la Roma eliminara al Barça. O que el Madrid no hubiera hecho mal vendiendo a Cristiano hace un par de años. He leído artículos que decían que Xavi era una gran mentira, allá por 2008. Y los de la Juve eran unos viejos decadentes después del 0-3 ante el Madrid. Hay millones de ejemplos. ¿No les ha pasado a ustedes cosas parecidas, casos similares? A ver si los que no tenemos ni puta idea de fútbol somos aficionados y periodistas, y no el actual bicampeón de Europa y uno de los 10 mejores futbolistas de la historia.

Gran sanción al Barça por pitar el himno de España… hace 93 años

Pitada al himno en la final de Copa de 2017. (GTRES)

Pitada al himno en la final de Copa de 2017 entre el Barça y el Alavés. (GTRES)

Ocurrió el 14 de junio de 1925. Ese día y ese año, el FC Barcelona fue sancionado por haber pitado el himno de España con seis meses de suspensión y el cierre de su campo (en aquel momento El Camp de Les Corts). Un Barça campeón de la Copa de España y Copa de Catalunya jugaba contra el humilde CE Júpiter (campeón de la Segunda catalana y de Segunda División Española). Ambos clubes se enfrentaban por ser los campeones de la autonomía catalana. Un partido amistoso que se torció.

A pesar de los festejos, el partido se celebró con gran controversia. El Barça ganó 3-0 con goles de Sagi, Alcántara y Martí, ante más de 14.000 espectadores. Gran afluencia de público que, además de animar a sus equipos, silbaron con fuerza el himno nacional. Y no solo eso, ovacionaron el himno del Reino Unido, el God Save The Queen. Ya de aquella parecía haber aficionados independentistas.

España estaba en aquel momento bajo la dictadura del general Primo de Rivera, que, tras enterarse de lo sucedido, forzó el cierre de Les Corts durante seis meses, aunque más tarde la sanción se quedó en tres. Una sanción estratosférica que no ha servido para mucho porque, en el actual Camp Nou se sigue (y seguirá) pitando el himno de España. Y no solo ahí, también en todos los estadios en los que juegue el Barça, sobre todo si se trata de la Copa del Rey.

Lo veremos este sábado en la final ante el Sevilla de esta competición copera en el el Wanda Metropolitano. Y… ¿recibirá el club azulgrana alguna sanción por pitar el himno? Previsiblemente no. Porque ahora, gracias a dios, existe la libertad de expresión.

¿Cómo defender que Messi es el mejor de la historia después de otro fracaso en Champions?

Leo Messi

Leo Messi (EFE).

Está el mundo del fútbol convulsionado por un árbitraje, y ello ha tapado un tema que merece un repaso más pausado unos días después. ¿Cómo es posible que el equipo de Messi haya perdido otra vez en cuartos de final de LA COMPETICIÓN, la Champions?

Vamos al lío. Leo es, por sensaciones, el mejor del mundo. Nadie puede hacer lo que él. En términos globales, Cristiano le iguala en definición, en gol, pero en generación está a años luz, más ahora con la edad. Y muchos, muchísimos, consideran que el argentino es ya el mejor de la historia.

Ahora, hay un PERO, y con mayúsculas. ¿Se imaginan que Jordan hubiera caído un año tras otro ante rivales menores? Que a Michael le hubieran derrotado los Knicks de Ewing, los Suns de Barkley, los Jazz de Malone y Stockton o incluso los Cavs de Mark Price en los años de plenitud de Sir Air? O que Bolt perdiera la final olímpica varias veces ante Gatlin o Asafa Powell. O a Federer eliminado una vez tras otra por David Ferrer o Davydenko en Grand Slams.

Mientras, su gran rival coetáneo, Cristiano, mete 10 goles de cuartos a la final el año pasado. Y este va camino de algo similar. Hasta se disfraza de Oliver Atom y mete un gol de chilena que creíamos era exclusiva de los dibujos animados.

Cuando el Barça gana, la gloria es de Messi. Y cuando pierde, y son demasiadas veces ya, nadie le señala, la culpa es de los demás, de sus compañeros.

Ser el mejor de la historia implica también ser el mejor en el clutch, meter el gol de tu vida a Inglaterra en un Mundial, no al Getafe en la Copa. Y si Messi no lo hace, si en la Copa del Mundo no tiene una actuación legendaria, su lugar en la historia será de privilegio, pero nunca ocupará el podio ni mirará por encima del hombre a los Maradona, Pelé o Di Stéfano. Lo de Cristiano lo dejamos para otro día.

Carta a Fernando Torres: siempre serás el Niño, siempre serás un Señor

Torres, besando el escudo del Atleti en el último partido liguero del Calderón (GTRES).

Estimado Fernando:

Han pasado ya unos días desde que anunciaste que, cuando acabe el año, te vas del Atlético de Madrid. La verdad es que se han dicho ya muchas cosas, casi todas buenas. Yo las comparto casi todas.

Me ha gustado mucho tu discurso, cómo sin poner paños calientes has expuesto la situación que hay. Juegas poco, menos que el resto de delanteros y todavía te ves con energía y fuerzas para seguir jugando. Es normal que quieras buscar otros horizontes. Seguro que los encuentras. Hay un buen amigo tuyo, David Villa, que sabe bien de qué va.

Esta carta es también, en cierto modo, una disculpa. Disculpa porque te confesaré que algunas veces te he criticado. Me he apoyado en los fríos datos, que, coincidirás conmigo, no siempre te han dejado en buen lugar. Llegué a decir que no merecías ser titularVerba volant, scripta manent, que decían los romanos. Así lo escribí y así está recogido, no tendría sentido negarlo. ¡Bastantes broncas me he llevado de mis hermanos, ‘torristas’ irredentos! Pero ya sabes cómo somos los periodistas.

También he criticado a tu entorno, sí, otra palabra que se ha escuchado y leído mucho estos días. Creo que eres el primero en saber que, a veces, los que te quieren ayudar acaban perjudicándote.

Por esto último tiene más valor la forma en la que dijiste adiós el otro día. Sin dramas, sin alharacas, demostrando que pese a que todo el mundo te llama Niño, en realidad lo que eres y has sido siempre es un Señor, así, con mayúsculas.

En estos tiempos es difícil encontrar gente como tú en el mundo del fútbol, Fernando. Por este motivo, tu pérdida para el Atlético va a ser más notable de lo que todos podemos pensar. Y por eso mismo, cuando el cuerpo diga basta o cuando a ti te dé la gana, espero que vuelvas. Estoy seguro de que querrás. El puesto lo podrás elegir tú. Porque insisto, en estos tiempos de escudos convertidos en logos de ‘app’, de camisetas de diseño en serie, de estadios cinco estrellas sin solera y de celebraciones virales, hace mucha falta gente como tú. Y al fin y al cabo, será volver a casa.

Un abrazo, suerte y, sobre todo, gracias, Niño.

Eduardo Casado.

¿Ha tirado el Barça la temporada a la basura?

Un partido desastroso. Un partido perdido. Una eliminatoria que estaba de cara. Una eliminatoria perdida. El encuentro ante la Roma hoy en la vuelta de Champions ha sido el peor que ha jugado el Barça en lo que va de temporada. Y no solo eso. No recuerdo un partido tan fatídico de los culés en muchos, pero que muchos meses. Creo que no lo ha habido, al menos no de tanta repercusión. Y no solo por el juego (que también), sino porque no han sabido mantener a favor un marcador que habían encarrilado en el Camp Nou (1-4) y tampoco reaccionar a los goles del contrario.

Un contrario que no era ni el City de Pep Guardiola (otro de los mejores de Europa, pero también eliminado hoy) ni el Bayern, ni Real Madrid. Era la Roma: cuarto en la clasificación de la Serie A y el rival más asequible de todo el bombo de Champions. Todos nos antojábamos felices cuando salió su nombre en el papelito, pero ahora todos lloramos (en sentido figurado). Por tercer año consecutivo, esta vez en manos de Ernesto Valverde, el Barça se despide por tercer año consecutivo de la competición europea. Tres veces. Tres desastres.

Messi, desaparecido ante la Roma. EFE

Messi, desaparecido ante la Roma. EFE

¿Los motivos? Podrían ser muchos: la desaparición de Messi; el desacierto de Iniesta; la alineación de Semedo, que ha dejado mucho que desear en todo el partido… Es más, solo se salvarían Ter Stegen y Piqué. Y eso dice mucho. Los azulgrana solo han podido defenderse de los italianos. No han atacado, no han mantenido la pelota más de 10 pases seguidos en sus pies y, por tanto, no han sabido jugar.

Pero ahora me pregunto yo. Es hora de hacer balance. Con esta eliminación en la competición europea, y la más preciada de las disputadas, ¿ha tirado el Barça la temporada a la basura? Mi respuesta en este momento es ambigua. La temporada ha sido larga y todavía queda mucho por competir y mucho por ganar. Solo ha sido un partido, aunque sí que es verdad que de los más decisivos del año. El Barça tiene más de media Liga en el bolsillo y disputa el 21 de abril la final de Copa del Rey. Sin embargo, sí que es verdad que este ha sido un palo duro para los de Valverde. Todo pintaba bien. Muchos apuntábamos a un posible triplete, que ahora se ha diluido.

Solo queda reflexionar, aprender de los errores y saber que sin Messi y su magia, el Barça también debe ser grande en Europa. Algo que, ahora mismo, muchos ponemos en duda y que Valverde tiene que solucionar. ¿Cómo? Ese ya es su cometido.

Seis retos que le quedan a un Barça de récord

Tras alcanzar el sábado a la Real Sociedad con la cifra récord de 38 partidos consecutivos sin perder, el Barça de Ernesto Valverde busca más retos. La Liga está casi sentenciada: por ahora lleva 24 victorias y 7 empates. Está a once puntos del Altético de Madrid y a 15 del Real Madrid. Tiene a Leo Messi como Pichichi de la Liga y a Ter Stegen al acecho del Zamora, que ahora está en manos de Oblak. Una competición propicia para batir más récords e incluso ganar otro triplete (o sextete). Estas serían las opciones:

1. Ganar la Liga sin perder. Es algo que lograron el Atlético de Madrid (1929-30) y el Real Madrid (1931-32) cuando el campeonato nacional solo contaba con 18 jornadas. El Barça puede ser el siguiente, alzándose con su vigesimoquinta Liga; la séptima en la última década. El pasado sábado ya igualó el récord de partidos sin perder que ostentaba la Real Sociedad: 38 (31 de esta temporada y siete de la anterior). En su mano está superarlo el próximo sábado 14 de marzo en el Camp Nou ante el Valencia (16.15 horas).

2. Superar los 100 puntos. Lo consiguieron en su día Tito Vilanova (con el Barça en la temporada 2012-13) y Mourinho (con el Madrid un año antes) y el equipo de Valverde podría solo igualarlo. Eso sí, tendría que ganar los siete partidos que le quedan por delante. Ahora tiene 79 puntos y se colocaría con 100 puntos en total.

Jordi Alba y Leo Messi celebral un gol del argentino. EFEJordi Alba y Leo Messi celebral un gol del argentino. EFE

Jordi Alba y Leo Messi celebra un gol del argentino ante el Leganés en Liga. EFE

3. Récord de goles. Es uno de los retos más complicados. El Barça ha batido la portería contraria en 79 ocasiones, con un promedio de 2,55 goles por partido. Es una buena marca, pero está lejos del récord que alcanzó el Real Madrid de Mourinho en la temporada 2011-12, cuando el conjunto blanco marcó 121 tantos. Le quedan 42 goles por marcar y solo siete partidos… debería marcar una media de seis por encuentro. Si lo consigue sería algo sobrenatural.

4. Cinco pichichis. Leo Messi es el actual Pichichi de la Liga con 29 goles marcados, muy por delante de sus perseguidores: Cristiano Ronaldo (23), Luis Suárez (22), Iago Aspas (19) y Antoine Griezmann (18). Se antoja que terminará la temporada como el que más goles ha marcado en la competición nacional y, con ello, conseguirá su quinto pichichi. Una marca que solo consiguieron en Primera División El Brujo Quini, Alfredo Di Stéfano y Hugo Sánchez. Su próximo objetivo: igualar la marca de Telmo Zarra, el máximo goleador de la historia del pichichi, con seis.

5. Menos goles recibidos. El que fuera portero del Deportivo de la Coruña en la temporada 1993-94, Paco Liaño, recibió 18 goles en las 38 jornadas de liga. Un récord que, hasta el momento, nadie ha podido superar. Pero Ter Stegen, a la caza de Oblak por el Zamora, ha encajado solo un gol más que él en Liga: 16 en 31 partidos. Y, si logra mantener la portería a cero en la mayoría de los encuentros que queda, el récord de Liaño podría olvidarse.

6. Lograr otro triplete. El Barça es el único equipo europeo que ha logrado la triple corona (Copa, Liga y Champions League) dos veces: Temporadas 2008/09 y 2014/15. Y podría ser el que lo logre una tercera. Está vivo en todas las competiciones: La liga está casi sentenciada, disputa la final de Copa del Rey el 21 de abril en el Wanda contra el Sevilla y tiene ya un pie dentro de semifinales de Champions: solo le falta el partido de mañana ante la Roma.

Derbi madrileño: Zidane pensó en la Champions en un derbi con (al menos) dos penaltis no pitados al Real Madrid

No valía de mucho el derbi madrileño, y eso se notó en la planificación de Zidane, que pensó más en el partido de la Juventus del miércoles, en particular, y en lo que queda de temporada, en general.

Así, no jugaron de inicio Casemiro, Modric, Isco y Benzema, mientras que Cristiano fue sustituido a la hora de partido sin poner ni una mala cara ni un gesto de extrañeza. El plan de Zizou estaba bien claro.

Ahora, una cosa es que en el partido haya poco más que la honrilla en juego y otra que guste que se dejen de pitar tres penaltis a favor. El primero de ellos, a Kroos, fue muy, muy claro, y la explicación del comentarista madridista de Bein, Jorge Valdano, fue que «El árbitro deja seguir porque ve que hay continuidad en la jugada».

También en la primera mitad, Lucas Vázquez reclamó la pena máxima en una dura entrada en el área por parte de Lucas Hernández, y el propio extremo recibió tras el descanso un codazo en el área por parte de Godín que Xavier Estrada Fernández o bien no vió o bien consideró que dar un golpe con el codo en la cara no es suficiente para señalar los 11 metros.

Un poco de polémica para animar un derbi anodino por la escasa emoción que tenía, pero interesante por el juego. En Europa les esperan las verdaderas batallas a ambos.

 Los jugadores del Real Madrid protestan al árbitro

Los jugadores del Real Madrid protestan al árbitro Estrada Fernández en el derbi ante el Atlético (EFE).

Guardiola y «el árbitro español»: una historia de obsesión y excusas

Tras la goleada recibida en Liverpool, Guardiola salió a dar explicaciones. Un gol en el que Salah partió en fuera de juego era el motivo, pero el técnico sorprendió a todos recordando una jugada de la temporada pasada, cuando el Mónaco eliminó al City. Hasta en dos ocasiones recordó la actuación del «árbitro español». Que nadie piense que es casualidad que recuerde la nacionalidad.

Pep Guardiola

Pep Guardiola (EFE).

Pep es un entrenador gigante, de eso no tengo duda. Lo demostró en el Barça, también en el Bayern (sobre el debate de si triunfó en Alemania o no ya me pronuncié) y lleva un buen camino en la siempre difícil Inglaterra. Pero esto es fútbol, y perder es lo más habitual. Y eso parece que el entrenador catalán (no sé por qué me da que le llamen español no le acaba de gustar) no lo lleva nada bien.

Cuando el Real Madrid le metió un contundente 0-4 al Bayern en el Allianz, Guardiola habló de que eran «atletas», una forma sibilina de menospreciar al rival. Es la tónica habitual de Pep en las derrotas, que ayer también dejó caer la actitud demasiado defensiva de su rival.

Pero aquí lo único cierto, lo único irrebatible, es que lleva ya tres dolorosísimas, por las formas, derrotas en la Champions, y va camino de la cuarta eliminación. Además de esa goleada de 2014 por los atletas, también fue aplastado un año después por el Barça. Y la pasada campaña, el bisoño Mónaco se exhibió ante los de Pep.

Para Guardiola, solo existe un modo de jugar al fútbol, el suyo. Sus ideas son las buenas, y de la misma forma que le parece que España es un estado «autoritario», a la vez defiende las bonanzas de Qatar, del que llegó a decir que «es sin duda el país del mundo islámico más abierto, más occidental. Si no, no le hubieran dado el Mundial».

Esa forma de ver el mundo que tienes es la que explica que ayer recordara que fue «un español» (persiguiendo a un oprimido catalán) el que hizo que eliminaran de la Champions y que no entienda que otras formas de jugar son tan válidas como la suya. Quizás le fuera mejor con un poco de autocrítica para plantearse el porqué de tantos repasos recibidos en Europa.