Con la premisa «no dejes de andar que es bueno para ti», me levanto todas las mañanas, pese al dolor (pubalgia y ciática) que se ha instaurado permanente en mi pierna izquierda provocado por el peso y la presión del útero. Algo muy habitual, y más a estas alturas de embarazo pero que a la hora de mi caminata diaria, supone un doloroso e incómodo problema. Sí, es la pierna mala, la que está más afectada por la esclerosis múltiple, ¿casualidad?, a mi me parece que no.
Necesito moverme, conozco de sobra todos los beneficios que aporta a mi salud, además es que me encanta y no quería dejarlo por mucho dolor que tuviese. Soy cabezota a más no poder, y si he ido a andar con brotes, esto también tenía que superarlo. Con algunos cambios, eso sí.
Lo primero que hice fue cambiar el recorrido. Encima, soy una aburrida y me gusta ir siempre por el mismo sitio. Normalmente, el punto más lejos estaba a media hora de mi casa pero un día me quise dar la vuelta porque ya no soportaba el dolor y me costó volver. Así que decidí establecer mi casa referencia y como punto más lejano, a un cuarto de hora andando. En parte, funcionó. Me siento más segura y si no me encuentro con fuerzas para seguir, siempre puedo volver sin que sea un auténtico suplicio, como me pasó la otra vez.
Otro cambio fue el horario, lo pasé a la mañana porque me encuentro muchísimo mejor, pero volvía con mucho dolor. Forzaba tanto la pierna, que después durante el día casi no me podía mover y tampoco quería estar así.
Así que finalmente, he decido partir el paseo en dos, media hora por la mañana y media hora por la tarde, y de momento, parece que es la mejor solución. No llego a forzar tanto la pierna como antes y por la tarde, voy pronto para aprovechar la energía que me queda. Divide y vencerás, que se suele decir.
Aunque de lo que realmente estoy orgullosa es de no haber tirado la toalla y de la capacidad de adaptación que he ido adquiriendo según las circunstancias.
ES usted admirable, no se rinda jamás. Espero que se alivie con su tenaciad
12 noviembre 2015 | 13:38
¡Claro que sí!
Me alegro mucho por ti, seguir adelante te hace más grande aún. Escuchar al cuerpo y adaptarse es un gran consejo.
Un abrazo.
Nerea.
12 noviembre 2015 | 14:39
Buf, más quisiera poder dar paseos yo que me los daba de tres horas a fitmo fuerte. Ahora mismo justo voy a tomar café al bar y vuelvo, la mayoría de las veces voy en coche porque al menos sentado las piernas cumplen su función. Andar ya es otra cosa, parece que en vez de suelo hay una colchoneta de playa y bajar escaleras ni os cuento. Este brote me tiene frito y ya van siete meses. Tengo que hacerme un plan de choque para reconducirme.
12 noviembre 2015 | 15:58
Madre mía, Paula, vaya pasada! Muchísimo ánimo, guapa! Qué fuerza y qué voluntad tienes!
12 noviembre 2015 | 16:03
#3 @incabot1: Necesitas rehabilitación, tienes que ir poco a poco y volver a ejercitar las piernas.
13 noviembre 2015 | 09:46