Hacer deporte es bueno para nuestra salud. Eso ya lo sabemos todos, pero cuesta esfuerzo y da mucha pereza. En una enfermedad como EM, la fatiga y el cansancio es el pan de cada día del enfermo. Aún sabiendo que el deporte es bueno para ti, no es suficiente, para prepararte para ello, salir de casa y empezar la actividad.
Además, siempre te recomiendan que si tu nivel de cansancio es alto, es mejor que no hagas nada, o que hagas, pero poco, es decir, poco tiempo y poca intensidad. Pero siempre te quedas en casa, descansando y esperando a que el día siguiente te encuentres mejor. El problema está cuando al día siguiente no te encuentras mejor, y al siguiente tampoco, ni al siguiente, ni al siguiente, …
Después de dos años, de hacer deporte regularmente, sé los beneficios que aporta realizarlo; y por el contrario, también conozco cómo te sientes si no practicas nada.
Durante ese tiempo, nadaba y caminaba, entre cuatro o cinco días a la semana (en primavera verano se suelen añadir el patinaje y el snorkel). La sensación de fortaleza de mis músculos era mayor: tenía menos sensación de hormigueo, me costaba menos levantarme, los calambres disminuyeron, sentía que mis extremidades llegaban más lejos, … y a su vez, eso hacía que mi vida cotidiana fuese mejor. Podía hacer una vida más o menos normal sin cansarme en exceso, sin tener que quedarme en casa para recuperarme. Pero un día…
… un día todo cambió, mi vida profesional cambió, más horas, más responsabilidad, menos deporte. Entonces, empezaron los problemas: Calambres, cansancio, fasciculaciones varias y un estado de ánimo pésimo. No tenía ni tiempo, ni ganas ni fuerzas para salir de casa, ni siquiera para andar media hora. Así unos cuantos meses, un día te encuentras mal y al siguiente, y al siguiente, … Entras en un bucle en el que es difícil salir. Notas como tus piernas no son tan fuertes, como te fatigas antes, el estado de ánimo por los suelos, … en definitiva, te quedas sin fuerzas.
… otro día te da un brote, y tu cuerpo se queda hecho polvo. Otra vez, sin fuerzas.
En ambas situaciones, me he propuesto ir haciendo deporte, poco a poco, para mover mi cuerpo, incluso con estiramientos en casa.
Caminar, nadar o hacer yoga, son los deportes más comunes que practican los enfermos de EM (o por lo menos, los que yo conozco). Aquí van mis humildes consejos que hay que tener presentes para realizar algún deporte:
- Ser constante: no vale ir una vez al mes.
- Una alimentación e hidratación adecuadas siempre.
- No hay que poner excusas: no hay que engañarse uno mismo. Nadie te obliga a hacer deporte, solo tienes que pensar que es bueno para ti.
- Si te encuentras mal o no estás agusto, para a tiempo: alargarlo solo empeorará tu situación.
- Practica algo que te guste: a mí por ejemplo el yoga no me gusta 😉
- Ten paciencia con los resultados: no se obtienen en una semana, pero empezarás a encontrarte mejor contigo mismo y físicamente. Notarás como tu estado de ánimo sube de inmediato.
- No hay que ser exigente con uno mismo: no vas a competir, solo es por salud.
- Ponte pequeñas metas y que sean realistas: si un día andas media hora, no quieras al día siguiente andar dos.
- Sé consciente de las limitaciones de uno mismo: no hay que frustrase porque el de al lado nada más rápido que tú.
Os dejo un enlace que hablan del beneficio del deporte en EM: http://www.emyaccion.com/pacientes_familia_amigos/blogs_neurologos/2012/febrero/beneficios_del_ejercicio_20_01_2012.shtml
Y cual es la alimentación ideal??….mi emfermera me dijo que la dieta mediterránea ya está bien.Pero he oído que hay muchos alimentos que nos perjudican!!!!
08 octubre 2012 | 13:17
Pues no había oído nada de que nos perjudicasen ciertos alimentos… Bueno, el alcohol quizá es lo que peor nos sienta. Yo sigo una dieta mediterránea y procuro comer de todo…. Espero haberte ayudado, un saludo!
08 octubre 2012 | 13:38