¿Cómo afectan las caras enfadadas de los muñecos al desarrollo de tus hijos?

3e7bd05f2a6066e2c95f889d95bfef6d_articleEl investigador Christoph Bartneck hizo saltar la alarma hace un par de años con la publicación de un estudio en el que se evidenciaba que el número de rostros sonrientes en los muñecos LEGO ha disminuido progresivamente a lo largo de los años. Ahora en lugar de caras alegres encontramos expresiones más hostiles, de ira y rabia. Parece que estos juguetes no son tan inocentes como solían ser y otras compañías también siguen este patrón cada vez más violento (como por ejemplo Playmobil).

Los rostros violentos y el halo que les acompaña (trajes militarizados, armas, etc) están vinculados a comportamientos, cognición, y afectos negativos. Por ejemplo, se ha demostrado que la exposición frecuente a expresiones emocionales violentas provoca una desensibilización a conductas agresivas y también está relacionada con una disminución significativa de la empatía del niño.

Se ha encontrado que los juguetes violentos correlacionan con una mayor tasa de conducta antisocial de los niños que los usan en comparación con el uso de juguetes no violentos; los investigadores Carlsson-Paige y Levin, Frazier, y Silva aseveran que «los muñecos que expresan hostilidad son perjudiciales para el desarrollo saludable de los niños«.

La pregunta que me surge es: ¿por qué?, ¿cómo es que estas expresiones nada simpáticas van incrementándose sibilinamente en el diseño de estos muñecos? De acuerdo con Smith y Zuiker, creadores y productores de juegos y películas, la industria se esfuerza por ‘jugar’ con los límites de lo permitido para evitar que su audiencia se aburra con un contenido similar. Esta creatividad va apuntado cada vez más a renovar las caritas sonrientes por expresiones hostiles para captar la atención de sus clientes. En esta carrera no sólo compiten con otros fabricantes de juguetes, sino también con la televisión y los videojuegos, que también se han vuelto más violentos en los últimos años.

El debate está servido, yo creo que lo importante para los padres es la supervisión como componente fundamental a la hora de permitir un comportamiento agresivo lúdico, que es un aspecto totalmente normalizado en el desarrollo del niño, asegurando simplemente pautas apropiadas en el juego. ¿Qué pensáis vosotr@s? ¿Habéis observado esta transformación?

 

7 comentarios

  1. Dice ser Schrödinger's Cat

    Desde el respeto más absoluto, estoy harto de que los Flanders siempre metáis a los videojuegos por medio cuando seguramente en tu caso no tengas ni idea. De hecho existe una recomendación de edad (sistema PEGI) que incluso destaca en la contraportada del juego los elementos no apropiados que se dan en él. (Terror, uso de drogas, lenguaje abusivo, etc…) En los juguetes hay recomendaciones de edad también, incluso en las películas en las que se suelen basar.

    Si los padres no hacéis ni caso luego no vayáis llorando. Menos prohibir y más educar.

    30 septiembre 2016 | 12:48 pm

  2. Dice ser Dr. Grijander

    Cuánta puto remilgo… Ahora resulta que los niños se van a traumatizar porque los Lego tienen cara de enfado. Es para cagarse.

    En serio, papis modernos, sacad a vuestros hijos de las burbujas en que los tenéis metidos, ya que algún día van a crecer y van a tener que enfrentarse al mundo real. Y luego os llevaréis las manos a la cabeza cuando a la mínima adversidad se vengan abajo.

    30 septiembre 2016 | 1:50 pm

  3. Dice ser Viernes!

    Nunca me había dado cuenta de lo que se dice en este artículo y sinceramente es algo que da que pensar..yo creo que flaco favor puede hacer a los nińos ese tipo de juguetes

    30 septiembre 2016 | 3:11 pm

  4. Dice ser Carmen

    ¿Cómo les afecta? Pues les afecta en su comprensión de las emociones humanas, que necesitan conocer desde la infancia. Fuera de ahí, entresacar dramas, traumas y demás filias y fobias inventadas por investigadores que sabes a ciencia cierta que necesitan publicar algo (o si no, de patitas a la calle) no es más que ganas de traumatizarse y buscar donde no hay.

    Ni te creas todo lo que lees ni aceptes todo lo que publican. Como psicóloga, supongo que eso lo sabes o deberías saberlo. O al menos, ponerlo en duda, especialmente cuando piensas que Calígula, Napoleón, Hitler. Mussolini, Franco o el dictadorzuelo que se te ocurra no jugaron ni a legos ni a videojuegos.

    Aburre ya que los profesionales de la psicología no se pongan a investigar en serio y a analizar la realidad, y no sacar de quicio cosas que no tienen la más mínima importancia. Un niño configura la realidad en su perspectiva, le da la importancia que le da: la justa.

    Me recuerda a cuando los padres pusieron el grito en el cielo por Bob Esponja pero nadie criticó la creación estereotipada del zorro Swiper en Dora la Exploradora (eso si es patético: poner un animal como un zorro como el ladrón y el malo, mientras la niña si que le robaba al bendito zorro). Eso es lo más patético : los psicólogos ven lo que no hay y lo que hay, lo pasan por alto.

    Son ganas de llenar páginas de parafernalia psicoanalítica barata y de que los investigadores sigan cobrando sus millonarias subvenciones por las que publican chorradas.

    30 septiembre 2016 | 6:31 pm

  5. Dice ser Perogrullo

    no hay niguna referencia a nigun estudio que diga que afecte spicologicamente ni lo más mínimo, el estudio nobrado no relaciona los juguetes violentos con niguna conducta anómala.

    Es mas, lo personajes que expresan hostilidad, son precisamente los «malos de la película» a los que, en el juego, se criminaliza y combate.

    Ver peliculas violentas,jugar a videojuegos de combate o a figuritas de lego, no nos covierte en en psicópatas, auque, tabien es cierto, que siempre es más recomendable juegos educativos, de costruccion y sociales-colaborativoas

    30 septiembre 2016 | 8:55 pm

  6. Dice ser Ivanchu

    Hombre, cuando yo era un crio los Lego tenían esa sonrisa «prozac» en la cara, es cierto.
    Pero también es cierto que mis juguetes favoritos, los G.I.Joe, venían con ametralladoras, fusiles, lanzagranadas… y no lucían expresiones amables y solidarias precisamente. Después fui creciendo y pasé a jugar con los amigos al DOOM en mi Pc, y con la motosierra no cortábamos troncos. Luego dimos un paso más allá, afilamos nuestros lápices y empezamos a jugar A JUEGOS DE ROL, en los que la fantasia era principalmente violenta.
    Han pasado más de 20 años de todo aquello. Estoy felizmente casado y criando a mi hijo. Jamas asesiné, ni descuarticé ni si quiera me peleé con nadie. Y los amigos con los que me movía en esa época, tres cuartos de lo mismo, a ninguno le ha dado por liarse a tiros ni se ha puesto ha dar espadazos a la gente por la calle.
    Y os puedo asegurar que desde que soy padre mi empatía se ha elevado hasta límites que nunca imagine alcanzar.
    ¿En serio creéis que me preocupan las caras de los playmobils de mi hijo? Me preocupan mucho más la violencia de muchos dibujos «infantiles» y los valores que muestra la TV actual. Dejar que mi hijo vea la TV supone una labor de supervisión importante. ¿Cuantos padres les enchufan a la caja tonta para que dejen de dar la brasa? ¿Y luego serán los mismos que se quejen de un Lego con mala cara y sin afeitar?

    01 octubre 2016 | 1:12 am

  7. Dice ser Anita

    Cuanta agresividad en los comentarios.
    Me encantaría saber con que jugaron de pequeños, igual este artículo se confirma .
    Me encanta el artículo , que lo ponga en standby o no me lo reservo, pero es de admirar que alguien se siente a escribir artículos como este y lo comparta con nosotros no ?

    01 octubre 2016 | 11:46 am

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