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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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Los popes de la prensa y su futuro

La semana pasada asistí a la charla de Juan Luis Cebrián en el Hotel Ritz, uno de esos interesantes desayunos que organiza el Foro de la Nueva Comunicación que dirige José Luis Rodríguez y patrocina Vodafone.

Justo esa misma semana pude leer en Jotdown, una publicación que cada vez me gusta más, una entrevista en profundidad a Gumersindo Lafuente.

A los pocos días ví también en El Mundo un artículo de Pedro J Ramírez sobre el futuro de la prensa y los nuevos dispositivos. Pedro J dio también una charla en el CEU en la que tocaba temas muy similares.

No hay duda de que el futuro de la prensa es preocupante.

Lo de menos es si el papel sobrevivirá o no. Nadie llora ya por el final de las tabletas de barro con escritura cuneiforme (por cierto, la tableta vuelve, aunque sea en otra forma) y muy pocos por la desaparición del pergamino y los copistas medievales.

Es el propio concepto de la prensa lo que está en peligro. Cada vez más personas declaran no leer diarios (y no se refieren a diarios en papel, sino a cualquier tipo de transmisores de información) por su enfoque exclusivo en las malas noticias o por su sesgo partidista. Ahora es muy difícil saber qué está pasando si no se confrontan varias fuentes (y casi siempre es complicado encontrar la verdad entre opiniones tan dispares).

El otro problema es el sesgo  de la prensa digital hacia lo frívolo : pocas veces un análisis profundo figura entre los artículos más leídos; en cambio es muy fácil situar en esa lista un  artículo si se utiliza una adecuada combinación de sexo y famosos en el titular. El artículo Sexyperiodismo, de David Jiménez, también en Jotdown, es muy esclarecedor.

Mientras tanto, la inversión publicitaria en Diarios sigue descendiendo a marchas forzadas y terminará este año en cifras similares a las de 1993 si se cumplen las previsiones de mi estudio Vigía. ¡Retrocede casi 20 años! Si uno escucha a Juan Luis Cebrián, esto no debe preocupar demasiado, porque la publicidad ya sólo representa un 20% de los ingresos de su grupo (en mi opinión, unas cuentas saneadas se sitúan en el entorno del 50/50, mejor si la publicidad tiene algo más de peso). Supongo que sería menos preocupante si durante ese tiempo hubiera aumentado la venta de ejemplares, pero justo se produce la situación contraria.

A lo largo de esta misma semana se han seguido publicando noticias sobre EREs y despidos que afectan prácticamente a todos los grupos editoriales. Han sido muy comentadas las declaraciones de Cebrián en el sentido de que los mayores de 50 años no tienen sitio en los medios de su grupo porque no han sido capaces de reciclarse y adaptarse a las nuevas tecnologías. Curioso en alguien que supera por mucho esa edad y que presume de haber previsto hace ya quince años en su libro La red hacia dónde iban a ir los cambios en los medios de comunicación.

Sindo Lafuente habla de la actual contradicción: disponemos de las mejores heramientas para contar la realidad, pero esas mismas herramientas han puesto a los medios contra las cuerdas. Y no hay soluciones mágicas: el iPad (sea Orbyt o Kioskoymás) no lo es. Los dinosaurios que dirigen ahora los grupos editoriales no pueden renovar el periodismo.

Las estructuras de los nuevos medios tienen que ser más ligeras, ardillas en palabras de Sindo. Él es contrario a introducir, al menos de momento, el pago en los diarios on line y cree que el futuro está en hacer un periodismo de comunidades de audiencia y establecer diálogo con ellas. También defiende la marca personal del periodista, como un valor que suma a la marca del diario en el que publica.

Pedro J reconoce en su artículo su perplejidad por el hecho de que sus muchos millones de usuarios únicos de elmundo.es no le compensen en ingresos publicitarios las pérdidas que sufre su edición en papel. La crisis de la publicidad se superpone a la crisis del papel y ambas se realimentan. Pierden miles de lectores de pago en papel y los millones de lectores on line son gratuitos y, en su opinión, de paso. Al contrario que Lafuente, Ramírez confía en que los dispositivos de tipo tableta y las aplicaciones de pago como Orbyt serán la solución para el sector. Por el momento ya han conseguido 65.000 suscriptores de pago para su diario y ahora se dispone a afrontar nuevos retos.

Veremos quién de todos ellos tiene razón. Lo que está claro es que los diarios, y con ellos el periodismo, están atravesando una profunda crisis: cada vez se venden menos ejemplares y los ingresos por publicidad se han hundido.

En esas condiciones es muy difícil que se puedan mantener los altísimos costes estructurales y de distribución de la prensa tradicional. Lo más probable es que la mayor parte de los diarios reduzcan radicalmente sus plantillas, que las ediciones en papel desaparezcan o se dediquen sólo a análisis en profundidad de algunos temas, con tiradas mucho menores. Creo que en un mundo en el que la información es un bien excepcionalmente abundante será muy complicado introducir el pago, que perdió su oportunidad con los errores de los primeros tiempos de internet.

No sé si en esa situación estaremos mejor informados. Tendremos toda la información al alcance de nuestra mano, la buena y la mala, la seria y la frívola, la verdadera y la falsa, la sesgada hacia un lado y la sesgada hacia el otro, pero no sé si todos seremos capaces de encontrar lo que nos interesa y en la versión que más se ajuste a la realidad.

Ese debería ser el momento para los diarios rigurosos y de prestigio. Pero ¿quedará alguno?

El Plan PIVE: una esperanza para el sector publicitario

El sábado escribí mi análisis de los resultados del estudio Zenith Vigía correspondiente al mes de septiembre. Vigía es un estudio en el que yo sólo intervengo en dos cosas: para enviar y reclamar (varias veces) el cuestionario y al final con una ligera ponderación de las respuestas. Toda la información la proporcionan los panelistas, que son directivos de medios que, en buena parte, viven de la publicidad.

El análisis completo sólo lo envío a los panelistas (los de Vigía y los de Zenthinela, que son directivos de empresas anunciantes) pero también escribo un resumen que envío a mucha más gente y, desde hace poco, se publica en el blog de la empresa: Bloggin Zenith.

A partir de ese resumen la prensa hace sus interpretaciones; aquí se puede ver la de Marketingdirecto.com o la de PRNoticias. A veces ponen cosas con las que no estoy del todo de acuerdo, pero esa es otra historia.

Esta vez en mis comentarios reñí un poco, sólo un poco, bastante hacen con contestarme, a los (había escrito a mis) panelistas porque, aunque la mayoría reconocen que las cosas van mal, los resultados que salen al final son muy optimistas. Una caída de sólo el 7,6% no parece realista cuando el primer semestre se cerró con caídas del orden del 15% y los primeros meses del segundo semestre están siendo aún peores. Todo parece indicar que el año puede cerrarse con una caída superior al 17% y así  opinan mis jefes que, claro, me riñen a mí.

Ésta ha sido una semana de previsiones de inversión. Si el lunes se publicaron las del Vigía, el martes salieron las que nuestro grupo, ZenithOptimedia, publica a nivel mundial. También se pueden ver en Bloggin Zenith. Aquí ya podemos encontrar alguna esperanza: el mercado publicitario mundial ya está creciendo; cerrará este año con un crecimiento del 3,8% y seguirá aumentando hasta el 5,2% previsto para 2014.

También estas previsiones las recogen los medios. Aquí se puede ver el artículo de El Publicista y aquí el de El Programa de la Publicidad.

Además de la esperanza de crecimiento, el estudio recoge el cambio estructural en el mercado publicitario: la publicidad on line va a supera a la realizada en diarios y llegará al 21% (que en algunos países superará el 30%) de la tarta. Así lo destaca Marketing Comunidad.

Normalmente cuando los países de nuestro alrededor crecen, nuestro crecimiento no está lejos. Otras veces ha sido así; como esta crisis tiene un componente local importante, puede que sea diferente. Europa va peor que la mayor parte del Mundo; España peor que la mayor parte de Europa. Parece que nuestra recuperaciónpuede retrasarse.

Pero en el Consejo de Ministros del pasado jueves, además de los Presupuestos del año que viene y de los correspondientes recortes de cada semana, se aprobó una medida que ha llenado de esperanza a nuestro sector, junto a otros varios: el Plan PIVE.

Por fin alguien ha pensado que además de recortar conviene utilizar alguna medida de estímulo. Como explicaba el Ministro Soria, por cada euro empleado en ayudar a la compra de vehículos menos contaminantes (cualquier vehículo nuevo contamina menos que uno de más de doce años de antigüedad) se recuperan más de tres por la vía de los impuestos. Los fabricantes pueden hacerse un planteamiento similar: por cada euro que añadan al plan del Gobierno también recuperarán varios como beneficio de la venta. Y eso estimula la industria, y el mercado publicitario,…y probablemente ayuda a reducir el paro y…

Quienes me hayan leído alguna vez ya saben que yo creo que para reducir el déficit es más eficaz aumentar los ingresos que reducir los gastos (si la reducción de los gastos incrementa el paro, es ficticia; en realidad incrementará el déficit).

Uno de los panelistas de Zenthinela, que trabaja en un fabricante de automóviles me pedía que trasladara a mis contactos en los medios una petición de fuerte apoyo para esta medida. ¡Me encanta que alguien piense que yo tengo ese poder!

Pero si, por casualidad, alguien con poder lee este post, ya lo sabe: esta es una medida que merece todo el apoyo.

A ver si conseguimos enmendarle la plana a la realidad y al final la previsión de Vigía no está tan lejos del cierre real del año.

Pago por contenidos ¿llegamos a tiempo?

Este año los ingresos por publicidad de los diarios españoles volverán a caer, entre un 15% y un 20%, y volverán a cifras de comienzos de los años noventa. Los ingresos de las revistas también caerán este año, algo menos que los de los diarios, pero las caídas acumuladas en años anteriores les van a hacer retroceder hasta valores que no veíamos desde los años ochenta.

Como también están disminuyendo los ingresos por venta de ejemplares, la viabilidad de los medios impresos es cada vez más complicada.

Entre 2007 y 2011 los ingresos mundiales de los editores de prensa cayeron un 40%, según el informe Tendencias de la Prensa Mundial que elabora la asociación WAN-IFRA, que les agrupa.

La solución debería ser internet, pero…

…cuando a mediados de los noventa la mayor parte de los diarios decidieron volcar su contenido en internet, o cuando poco después enriquecieron el producto con actualizaciones continuas de contenido, pocos pensaron en cobrar a los lectores por ese contenido. El coste del nuevo producto era marginal y, pensaron, podría mantenerse con los ingresos publicitarios. Eso si se pensaba sólo en el coste directo y se olvidaba que el nuevo producto canibalizaría al anterior.

Se generó así un magníficco negocio para los buscadores, para Google en especial, y se iniciaba el camino hacia la ruina de los diarios. Un informe reciente de la Newspaper Association of America constataba que por cada dolar que aumentan los ingresos de la prensa digital los diarios en papel pierden 25. Un negocio ruinoso para los editores veteranos, pero ¿podría ser diferente para nuevos actores, que comiencen con estructuras mucho menores?

Varias noticias recientes han vuelto a poner de actualidad la posibilidad de que el consumidor de información en internet tenga que acabar pagando por los contenidos que consume. El diario New York Times vendió el portal About.com y se vuelve a contemplar la posibilidad de recuperar la fórmula del pago por suscripción. Hasta ahora los intentos de cerrar el acceso, sólo para suscriptores, de una parte sustancial del contenido, han fracasado.

Por otra parte el Gobierno alemán ha anunciado un proyecto de ley que obligaría a los buscadores a pagar a los diarios por el contenido de sus artículos. La AEDE, Asociación de Editores de Diarios Españoles se ha apresurado a aplaudir la idea.

La profesora Pilar Diezhandino, de la Universidad Carlos III, presentó en la Fundación Telefónica el estudio El periodismo en la encrucijada, en el que aboga por la continuidad del periodismo de calidad. Para ello es imprescidible llegar a un modelo mixto de financiación, en el que el pago directo ayude a la publicidad a financiar el producto informativo. Suena muy parecido al modelo tradicional de financiación de la prensa en papel. Según el estudio, la gratuidad total haría inviable el periodismo de calidad. El estudio hace hincapié también en la sangría de profesionales de la información que se ha venido produciendo en los últimos años.

También Manuel Moreno identificaba al gratis total como el mayor enemigo del periodismo actual. El papel puede morir, como murió el pergamino, pero la prensa digital necesita, para sobrevivir, encontrar su propio sistema de financiación y ese no será la información regalada. Tampoco la publicidad si, como recoge el informe Tendencias… sólo el 2,2% de los ingresos publicitarios de los diarios proceden de la publicidad digital.

Por el momento se siguen pagando los errores del pasado. De hecho, según el citado informe de WAN-IFRA la mayor parte de los ingresos de los diarios siguen procediendo de las ediciones en papel.

Quizá, como afirma Pablo Fernández en su blog, lo que falta aún por hacer es una verdadera revolución a la hora de digitalizar los contenidos. La concepción de las versiones digitales sigue haciéndose con una mentalidad muy analógica, muy dependiente de lo que siempre se ha hecho en papel, con lo que no se aprovechan todas las posibilidades de la digitalización. En sus palabras, la evolución no evoluciona.

Pero volviendo al sistema de financiación: todo parece indicar que la supervivencia de los diarios, las revistas y, en general, de los contenidos de calidad, pasa por algún tipo de pago directo por esos contenidos.

Mi duda es si llegamos a tiempo. Tras haber acostumbrado a los usuarios durante casi veinte años a disponer gratuitamente de todo tipo de contenidos ¿es posible conseguir ahora que paguen por lo que tenían gratis?

Si algo funciona: ¡cámbialo!

Estos días se está presentando la nueva programación de TVE y de RNE. Hay que elogiar los esfuerzos para hacer algo decente con un presupuesto menguante. Los medios públicos lo tienen complicado en un momento en el que, por la vía del ultraliberalismo rampante, se desprestigia todo lo público. La retirada de la publicidad de TVE fue un error grave del anterior Gobierno que éste, de momento, no parece que vaya a rectificar.

Me ha llamado la atención el hincapié que hace el nuevo equipo directivo en el liderazgo en los informativos, que ha mantenido TVE a lo largo de los últimos cinco años Creo que es un triunfo merecido, que espero que se mantenga. Pero ¿no es un poco extraño que, si se está tan satisfecho con los resultados se cambie de arriba a abajo a todo el equipo responsable?

Una de las primeras medidas que tomó el nuevo Presidente de la Corporación fue destituir al Director de Informativos. A partir de ahí se sucedieron cambios en todos los conductores de los noticieros, con la única excepción de Ana Blanco (a quien algunos llaman la incombustible; más de veinte años en su puesto en una empresa en la que los cambios son constantes). Me parece perfecto mantener a Ana Blanco pero ¿por qué no también a los otros profesionales responsables del éxito?

Un caso similar se produjo en RNE, ya en el mes de julio: los responsables de los mejores resultados de audiencia de la emisora pública en mucho tiempo fueron destituidos ¿por qué?

Yo soy oyente de RNE; me gustaba cómo lo hacía Juan Ramón Lucas por las mañanas. Le oía al venir hacia el trabajo. Esta semana ha empezado el programa su sustituto Manolo HH. Cuatro días son muy pocos para juzgar y tendremos que esperar para ver cómo se desarrolla el programa. De momento me parece acartonado y rígido.

Veo que Ignacio Corrales, el director de TVE, asegura que mantendrán la pluralidad en sus informativos. Eso espero. Hacer unos informativos sólo para los votantes fieles al partido del Gobierno tiene poco sentido, incluso desde el punto de vista político. No se necesita convencer a los convencidos.

Para hacer contenidos partidistas ya están las emisoras privadas, cada una con su orientación, muchas de ellas muy similar a la del actual Gobierno.

Desnudando a Google

El libro de Alejandro Suárez ha sido otra de mis lecturas de este verano.

Lo había comprado hace unos meses y lo tenía a medias. Durante el curso me resulta complicado avanzar con varios libros a la vez. Pero lo intento.

Desnudando a Google es una crítica despiadada a la mayor empresa tecnológica del mundo y especialmente a su declaración de intenciones don’t be evil, algo así como no seas malvado.

Lo curioso es que esa crítica se hace desde la más profunda admiración, que rezuma a todo lo largo del libro.

Si todavía quedaba alguien que no supiera que Google es, por encima de cualquier otra cosa, la mayor empresa publicitaria del mundo, Suárez se lo explica.

Si alguien no sabe que Google, que nos proporciona información sobre cualquier tema que se nos pueda ocurrir (incluyendo sus propias competidoras) es, no obstante, absolutamente opaca cuando se trata de hablar de sí misma, en este libro se pueden encontrar todos los detalles.

Si alguien no sabe que la empresa que tiene más ingresos por publicidad en España (o eso suponemos los que nos dedicamos a este negocio, porque sus cifras han de estimarse a partir de muy poca información) no paga ni un euro de impuestos en nuestro país, también se puede ver en este libro.

Podríamos seguir así con otros muchos aspectos sobre la política empresarial de una de las empresas líderes y más admiradas del mundo, pero quien esté interesado en Google es mejor que busque el libro y lo lea.

El libro se lee con facilidad y mantiene siempre el interés y, como ya he dicho, desde la más pura admiración, que el autor no puede disimular y que, por qué no decirlo, Google merece.

Pero claro, lo de don’t be evil no siempre le resulta fácil a una empresa que cotiza en Bolsa y que, como todas, tiene que ganar el máximo dinero posible.

El primer spot interactivo en televisión

Hoy hace catorce años se emitió el primer spot interactivo en televisión en España.

En aquella época llevábamos en Zenith la cuenta de Renault, un anunciante muy ligado a la innovación (al menos en aquella época).

Era una tarde del mes de junio; estábamos cuatro gatos en la oficina porque entonces empezábamos  la jornada continua antes que ahora. Llamaron de Canal Satélite Digital para contarnos que con una nueva tecnología se podía hacer un anuncio interactivo en televisión.

Tenemos otro fabricante de automóviles interesado.

Con ese cebo no teníamos escapatoria; el anuncio tenía que ser de Renault. Y lo fue.

Esa misma tarde Maribel Moreno, que era entonces la subdirectora general, habló con el cliente y con la agencia creativa, Tiempo BBDO.

Se modificó el audio de una campaña de Renault Clio que se estaba emitiendo en aquellos momentos, los técnicos de CSD añadieron las funciones necesarias para la incipiente interactividad, se puso en guardia a los concesionarios y en pocos días teníamos la campaña en el aire.

Fue un éxito.

De los poco más de cien mil abonados que tenía entonces CSD más de cuatro mil interactuaron con el anuncio y cerca de mil quinientos solicitaron la prueba. El cliente nos dijo que había sido más efectiva que cualquiera de las acciones de marketing directo que habían llevado a cabo hasta entonces.

La semana pasada participé en Vitoria en el Congreso CARVI sobre televisión conectada. Quise empezar mi charla proyectando aquel viejo anuncio pero no lo encontré: ni en Zenith (en el traslado archivamos todo lo antiguo); ni en Digital +, la heredera de CSD (nos estamos volviendo locos y de momento no lo localizamos); ni Santi, ni Mercedes, que lo sabían todo de Renault en aquella época.

Sí encontré, perdida en la página 50 de Google más o menos, la noticia en la que se contaba aquella campaña en El País.

En la primera página de Google se daba como primer spot interactivo el que ha realizado este año, también para Renault, en esta caso Twizzy, su actual agencia OMD. Curioso ¡catorce años después la misma marca vuelve a tener el primer spot interactivo!

En aquella primera época la empresa más activa fue Corporación Multimedia; Eduardo Matilla me ha proporcionado una memoria con casi toda la producción interactiva de aquellos primeros momentos.

Luego, cuando se fusionaron CSD y Vía Digital y desapareció Quiero, el interés por la interactividad desapareció o casi.

Ahora parece que vuelve, entre otras de la mano de Microsoft. Aunque no sé si, como dice Eduardo Vázquez en su blog, la interactividad y la manera de ver televisión no se llevarán nunca bien.

Si es así, aquellos primeros experimentos de hace catorce años no habrían sido una anticipación sino un error.

¿Tiene futuro la interactividad en televisión? Y usted ¿qué cree?

Mi 2011 y la investigación de Internet

El año 2011 fue muy importante para la investigación de Internet en España. Después de muchos años IAB y AIMC pusieron en marcha el concurso que decidió que ComScore sea la referencia del mercado para los datos de audiencia. Yo participé hace años en los primeros pasos de la mesa que acabó dando lugar a este concurso, tan necesario, pero luego dejé paso a la gente de mi equipo (primero Marga Ollero, luego Mapi Merchante) que por edad y trayectoria saben más de eso. Creo que fue un acierto; ellas lo han hecho muy bien.

Pero no era de eso de lo que quería hablar hoy. Mirando hacia atrás veo que en 2011 he participado en varios proyectos relevantes en el campo de la investigación de Internet; siempre con grandes colaboradores.

El próximo miércoles iré a Barcelona a la entrega de premios de la IAB Europe’s Research Awards. Entre los siete proyectos seleccionados en la lista corta en el apartado de investigación de la eficacia publicitaria están dos en los que he participado junto con diferentes equipos. Es muy probable que el miércoles no ganemos nada, pero el simple hecho de que dos de nuestros estudios hayan sido seleccionados entre los siete mejores, me llena de orgullo.

Uno de ellos, The Pool junto con el equipo de Vivaki (Bea Fernández, Ana Arias, Andrés Azpilicueta, Cristina Recuero y, cómo no, Mapi Merchante) consistió en la búsqueda de un nuevo formato para la publicidad en vídeo en Internet. Participaron los nueve soportes más importantes de publicidad en Internet y diez anunciantes, clientes de empresas del grupo. El formato ganador, ASq, ya se ha empezado a utilizar en alguno de los soportes participantes.

El otro, Net Radar, es un estudio de Zenith en el que el papel principal lo ha tenido el equipo de investigación de mi empresa, capitaneado por Mapi Merchante, junto con TNS que ha realizado el trabajo de campo. Es un estudio complejo, del que me siento particularmente orgulloso. Utiliza técnicas innovadoras para medir la eficacia de la publicidad en Internet, los diferentes formatos, sites, tipos de anunciantes etc.

Pero además de esos estudios en los que participé por mi trabajo también es importante el Estudio de Inversión en Comunicación Digital, que puso en marcha IAB. Aquí el equipo lo formaban Gonzalo Iruzubieta, que fue quien me involucró en el proyecto y Patricia Chávez y Óscar López de Grupo Consultores, junto conmigo. Todos supervisados por Antonio Traugott, de IAB y Kika Samblás de Consultores y siguiendo la idea de Daniel Solana de Doble You. Como ya escribí aquí, creo que el estudio supone un primer paso en una dirección que dará muchos frutos en el futuro.

Además he seguido incorporando nuevas opciones digitales a las estimaciones de inversión que hago con mis estudios Zenith Vigía y Zenthinela. En algunos casos son las únicas estimaciones de las que dispone el mercado.

Así que me siento orgulloso de mi aportación durante 2011 al conocimiento de internet. Creo que no está mal para un inmigrante digital que ya no cumplirá los sesenta años.

La publicidad en su laberinto

Hoy hace un mes, en plena Semana Santa, Enrique Dans publicaba en su blog un post con este título, que supongo inspirado en el de la novela El general en su laberinto, de Gabriel García Márquez. Enrique Dans es el gran gurú de internet en nuestro país y siempre hay que hacer caso de lo que dice. Si además profundiza en el tema que a uno le da de comer, con mucha más razón.

La inversión publicitaria en medios ha caído en el primer trimestre de este año en torno a un 15% y, si como todo parece indicar, cerramos este año con fuertes caídas, será el cuarto de los cinco últimos (sólo se salvó, por poco, el 2010) con fuertes retrocesos. Hemos vuelto a las cifras de 1997; en algunos medios, los impresos, a las de los años ochenta. La situación es preocupante.

Claro que la comunicación de las marcas ya no es sólo, no lo ha sido nunca, inversión en medios. Daniel Solana lo explica muy bien en su libro Postpublicidad; esas ideas estaban en el origen del estudio sobre Inversión en Comunicación Digital que IAB puso en marcha y que yo dirigí y presenté a finales de marzo.

Pero vuelvo al artículo de Enrique Dans. Parte del caso de Apple, que gasta cada vez menos en publicidad y consigue unos resultados espectaculares. Es un ejemplo clásico; en nuestro país tenemos otros dos: Zara y Mercadona, líderes en sus sectores respectivos, invierten muy poco en publicidad en medios. Cualquiera de los tres son grandes maestros de las relaciones públicas, el otro aspecto de la comunicación. Se puede discutir si las tiendas de Apple o las presentaciones de Steve Jobs, con una amplísima repercusión en medios, o si los locales de Zara en las mejores esquinas del centro de las ciudades, no son publicidad, pero desde luego llevan muy poca inversión a los medios, unos medios que, además, siempre entran al trapo: las colas ante las tiendas la víspera de un lanzamiento siempre son portada de periódicos o de telediarios; las manifestaciones de Juan Roig sobre la duración de la crisis (algo que favorece a Mercadona) también.

Para Dans la publicidad se ha convertido en una especie de persecución impenitente a un usuario que huye de ella y en muchos sentidos no le falta razón. Copio un párrafo de su argumentación:

Las señales de alarma nunca fueron tan claras: marcas que se encuentran de repente anunciándose en sitios en los que su presencia carece de toda lógica, agencias que prescriben únicamente portales caducos que tan solo congregan a lectores de criterio irrelevante, anuncios que molestan al usuario, métricas manipuladas y distorsionadas, precios que parecen más una partida de póker con trampas que a un proceso con la mínima transparencia que se le debería exigir a toda dinámica empresarial…

Parece un ataque en toda regla al trabajo de las agencias de medios, pero en realidad se trata de un ataque a todo el sistema. Las televisiones, que han sido quienes marcaban las reglas del juego, han preferido siempre tener sus bloques saturados (hemos visto bloques de más de veinte minutos) aún a costa de mantener precios muy bajos; los anunciantes (o una gran mayoría de ellos) han elegido precios bajos en lugar de una mayor calidad. Y los precios bajos de la televisión han arrastrado a todos los otros medios. Así teníamos un sistema al borde de la ruina antes de la revolución del 2.0.

Y ahora nos dicen que la publicidad no tiene que ser intrusiva, que no tiene que interrumpir los contenidos que el usuario quiere ver. En muchos casos son contenidos que el usuario quiere ver de forma gratuita, pagados por los anunciantes, pero de esto no se suele hablar.

Hace dos semanas se publicaba un estudio de Nielsen en el que se ponía de manifiesto que la confianza de los consumidores hacia la publicidad convencional no deja de disminuir, mientras crece en la publicidad on line.

Mark Curtis decía en MarketingNews, que la clave está en la pasión generada por un buen producto y confiar después en el boca a oreja. Está claro que en ocasiones funciona y ahora Internet puede ayudar, pero en muchos casos ese boca a oreja tardará mucho en funcionar si no contamos con un buen detonante. Puede que cuando llegue el éxito la empresa ya haya quebrado.

Javier Regueira también trataba hace unos días sobre el futuro de la publicidad en Marketing Comunidad. La crisis no es coyuntural. Pero no se trata de una lucha entre lo convencional y lo no convencional. Dice Javier:

El único futuro posible es sustituir las campañas basadas en la repetición y la interrupción (que el consumidor bloquea y esquiva) por campañas que el consumidor sí quiera ver.

Vuelvo a copiar a Enrique:

que las señales de alarma ya deberían ser imposibles de ignorar, y que ha llegado el momento de repensar las inversiones publicitarias para adaptarlas a un mundo diferente.

La publicidad no ha muerto; lo que está herida de muerte es la forma de hacer publicidad sin tener en cuenta al consumidor. Lo que puede estar herido de muerte (y yo me alegraré mucho) es la venta de publicidad al peso en busca de las mejores condiciones de unos medios también heridos de muerte.

Pero para eso tendremos que dejarnos de hipocresías.

El colapso de la publicidad en diarios

No son buenos tiempos para la publicidad. El lunes se publicaron los datos de i2p referidos al primer trimestre: se ha producido una caída del 14,7%; su previsión es que el año se cierre con una caída del 10,7%. Hoy se han publicado los de Infoadex, muy similares, pero aún un poco peores: la caída según esta fuente es del 15,1%.

El mercado publicitario retrocede así 15 años y se sitúa en las cifras de 1997.

Pero la caída no es igual para todos; en esos 15 años se ha producido un cambio estructural muy fuerte dentro de la publicidad. Internet, que casi no existía entonces (no llegaba a captar el 1% de la inversión) va a convertirse este año en el segundo medio. En el otro extremo los Diarios, que ya habían retrocedido a cifras de 1993 pueden perder este año un nuevo 20%.

Hay muchas maneras de verlo: hoy mismo El Roto utiliza el humor negro en El País: El papel no tiene futuro…¡menos el de los billetes, claro! Uno de los panelistas del estudio Vigía, que coordino, me decía que la pérdida de peso de la prensa no es real, que sólo se refiere a los Diarios de Madrid, mal llamados nacionales. Es muy posible que alguno de los diarios de otras zonas no lo esté pasando tan mal, pero creo que mi amigo se refería a la excesiva politización partidista que, hace ya mucho tiempo, se identifica con los diarios de Madrid.

Esa sería también la visión de Goliat, mi tradicional comentarista, que en un tuit me decía: cobrar opinión a precio de información es mal negocio.

Miguel Ormaetxea, en su blog Balas Mediáticas, afirma claramente: La prensa española se hunde. El artículo, muy documentado, me llega también a través de Goliat que lo encontró reproducido en Tendencias 21. Miguel habla de inmovilismo y de falta de adaptación al cambio. Para él la transformación digital se ha hecho tarde y mal. Yo estoy de acuerdo en que se ha hecho mal (incluso admitiría muy mal) pero no tanto en lo de tarde: en la primera mitad de los noventa (cuando menos del 1% de los españoles conocía internet) ya había varios diarios españoles con versión digital.

Pero la crisis de la publicidad en Diarios no es un problema exclusivamente español. El pasado 28 de febrero el diario estadounidense The Atlantic publicaba un gráfico con la evolución de la inversión en Diarios de USA, del que he tomado el título para este post. La cifra de 2011 sería equivalente a la de 1950 en dólares constantes, si ajustamos los valores por la inflación. Algo de este artículo (y los gráficos) los reprodujo marketingdirecto.com.

Parte del problema es que la inversión publicitaria que captan las versiones digitales es mucho menor de la que sale del papel. El famoso cambio de euros analógicos por céntimos digitales. Enlazaríamos así con otro tema, el de la crisis de la publicidad como concepto. Pero eso da para otro artículo (o varios) que prometo emprender muy pronto.

Cuando en el Congreso mundial de la asociación Wan-Ifra, que agrupa a muchos de los principales diarios del mundo, se anuncia que la inversión publicitaria en prensa digital superará a la de papel en 2013 la clave no es tanto el aumento de la publicidad en prensa digital (que sí se produce) como la caída de la publicidad en diarios en papel.

Mientras tanto, en este mundo al revés que nos ha tocado vivir, supongo que hay que entender como una buena noticia la salida a Bolsa de El Diario del Pueblo, órgano oficial del Partido Comunista Chino. Además está recaudando mucho más dinero del que habían previsto.

¿Alguien lo entiende?

¿Conseguirá Antena 3 ganar el mes de abril?

La voladura controlada de TVE está teniendo consecuencias inesperadas.

Después de muchos meses en los que la primera cadena de la televisión pública se situaba como líder de audiencia, Tele 5 se hizo con el mes de marzo. No fue una sorpresa. Durante varios meses se situaba cada vez más cerca y Gran Hermano sigue siendo (creo que España es el único país en el que ocurre) un valor seguro.

Esta mañana, a la vuelta del fin de semana, me he encontrado con que los datos de los 15 primeros días de abril sitúan a Antena 3 como líder del mes. Todavía quedan otros 15 días y la diferencia sobre La 1 es de sólo una décima (seis décimas sobre Tele 5). Todavía puede cambiar todo radicalmente;  pero si finalmente Antena 3 ganara el mes sí sería una sorpresa. Hace varios años que Antena 3 no consigue ser líder de audiencia al finalizar un mes. Si lo fuera este mes marcaría un hito.

Seguro que nos queda mucho que ver en estos próximos 15 días.