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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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Rajoy frente a Albert y Pablo ¿es la persona o el formato?

Ayer se disolvieron las Cortes y Rajoy comenzó su campaña electoral, acudiendo a TVE, algo poco habitual en esta legislatura.

Una media de 2.190.000 espectadores estuvieron pendientes de la entrevista que Ana Blanco hizo al Presidente; ayudada por doce preguntas pregrabadas a otras tantas personas seleccionadas por una empresa de estudios sociológicos (de cuyo nombre no nos informaron). Esa cifra representa un 5,2% de los españoles, o un 11,6% de quienes estaban viendo la televisión en ese momento.

¿Son buenas esas cifras? Depende; como todo. Ese 11,6% se sitúa por encima de la media de la cadena, que suele ser el indicador de éxito o fracaso de los programas y que, en el caso de La 1 se sitúa este mes en el 10,2%. Fue el noveno programa más visto durante el día de ayer. No es brillante, pero no está mal.

Mariano Rajoy durante su intervención ayer en TVE

Tan sólo ocho días antes pudimos ver en La Sexta el programa en el que Jordi Évole presentaba el debate entre Albert Rivera y Pablo Iglesias.

La Sexta es una cadena menor; la media de la cadena en lo que va de mes se sitúa en un 7,2%. Eso quiere decir que por cada cien minutos que pasa el espectador medio viendo La Sexta, dedica 142 minutos a ver La 1.

Pues bien, el programa de La Sexta fue, con mucha diferencia, el más visto del domingo 18. Una media de 5.091.000 espectadores lo vieron. Esa cifra representa un 12% de la población que considera Kantar (el medidor de audiencia en España) y un 25,5% de los que veían televisión durante el periodo de su emisión.

La audiencia de Salvados multiplica por 2,3 la que obtuvo Ana Blanco con su entrevista al Presidente Rajoy.

¿Albert y Pablo, dos políticos que aún no han tocado poder, interesan más del doble que un Presidente contando los éxitos de su Gobierno tras una legislatura casi completa? Puede ser, pero…

¿No tendrá también algo que ver el formato? El debate entre Iglesias y Rivera respiraba vida, a pesar de ser un programa grabado; la entrevista de una muy correcta Ana Blanco a un Presidente que contestaba según un guión establecido sin tener en cuenta las preguntas de la entrevistadora, se veía encorsetada, a pesar de ser en directo. Las preguntas pregrabadas a los doce espectadores (a las que el Presidente contestó o no según se ajustaran a sus intereses) funcionaron mal. Se quiso hacer un remedo de Tengo una pregunta para usted y acabó dando pie a las bromas sobre las preguntas en plasma a un Presidente que ha sido plasma a lo largo de casi toda la legislatura.

Los encargados de Comunicación de los partidos tienen mucho que analizar a la vista de estos datos.

TVE: Lentamente hacia su desaparición (III)

Los lectores de este blog, que por diversas razones y contra mi voluntad tengo casi abandonado, ya saben cual es mi tesis sobre TVE. La expongo aquí en cuatro pasos:

1.- Se retira la publicidad para favorecer a los amigos de las cadenas privadas y se define un sistema de financiación complejo y, sobre todo, deficitario.

2.- Tras un inicial incremento de audiencia (al no haber publicidad no se producen las bajadas de audiencia típicas de los bloques) la audiencia cae porque la programación se deteriora al no contar con recursos para financiarla.

3.- Se declara que una audiencia tan baja no justifica el coste de la Corporación.

4.- Se pide el cierre de una institución caduca y deficitaria.

 

Ya hemos dado el segundo paso y tengo pocas dudas de que el tercero está muy próximo.

En junio la audiencia de La 1 cayó por debajo del 10% y se quedó en el 9,6%, su mínimo histórico. Podía ser un pinchazo circunstancial y el verano, cuando alguna de las privadas importantes suele levantar el pie del acelerador con la programación, era una oportunidad para salir del agujero.

Pero los datos de julio confirman el problema: a pesar de que la audiencia de Tele 5 cae, La 1 repite su mínimo del 9,6%.

Resulta curioso que la situación de TVE es peor a lo largo del día que en el prime time donde tradicionalmente se han jugado las grandes batallas y el prestigio de las cadenas. En el horario de máxima audiencia han aguantado bien en los últimos meses programas como Máster chef, Isabel o Cuéntame. Estos programas además han ganado varios premios.

Por si eso fuera poco los Telediarios, la joya de la corona, también perdieron su liderato que habían mantenido durante casi cinco años. Primero fue la segunda edición: la que presentaba Marta Jaumandreu pronto se vio superada por el Informativo de Tele 5 que presenta Pedro Piqueras, un peso pesado, ex de la casa. Durante algunos meses la distancia se fue incrementando hasta superar el medio millón de espectadores, lo que con las cifras actuales supone algo más del 20% de la audiencia. Hasta ahora la veterana Ana Blanco había conseguido mantener su baluarte de la Primera Edición, pero en los últimos tiempos incluso eso parece haberse venido abajo y muchos días se ve superada por Antena 3 Noticias 1 que, curiosamente, presenta otro ex TVE como Vicente Vallés.

Con un sistema de financiación deficitario, pese a que en principio TVE ya no puede incurrir en déficits, no es extraño que se busquen fórmulas que bordean la ilegalidad, incluyendo en el capítulo de patrocinios culturales algunos contenidos, cuando menos, dudosos. Tampoco es extraño que sus competidores, los más interesados en que se llegue al paso 4, lo denuncien.

Quienes creemos que la desaparición de TVE sería un error histórico de grandes proporciones debemos apoyar que se ponga en marcha un sistema de financiación sostenible, que incluya la vuelta de la publicidad de una manera controlada, como propone la AEA (Asociación Española de Anunciantes).

El lobby de las cadenas privadas es muy fuerte, así que no puede extrañar demasiado que el PP no esté dispuesto a rectificar un error que cometió otro partido cuando ellos eran oposición: nos dice que no está dispuesto en absoluto a la vuelta de la publicidad a TVE.

Pero rectificar es de sabios. Si el Gobierno se diera cuenta de que por contentar a dos grupos de comunicación está perjudicando a la mayor parte de las empresas que generan el empleo y la riqueza de este país, quizá cambiar de opinión.

Si algo funciona: ¡cámbialo!

Estos días se está presentando la nueva programación de TVE y de RNE. Hay que elogiar los esfuerzos para hacer algo decente con un presupuesto menguante. Los medios públicos lo tienen complicado en un momento en el que, por la vía del ultraliberalismo rampante, se desprestigia todo lo público. La retirada de la publicidad de TVE fue un error grave del anterior Gobierno que éste, de momento, no parece que vaya a rectificar.

Me ha llamado la atención el hincapié que hace el nuevo equipo directivo en el liderazgo en los informativos, que ha mantenido TVE a lo largo de los últimos cinco años Creo que es un triunfo merecido, que espero que se mantenga. Pero ¿no es un poco extraño que, si se está tan satisfecho con los resultados se cambie de arriba a abajo a todo el equipo responsable?

Una de las primeras medidas que tomó el nuevo Presidente de la Corporación fue destituir al Director de Informativos. A partir de ahí se sucedieron cambios en todos los conductores de los noticieros, con la única excepción de Ana Blanco (a quien algunos llaman la incombustible; más de veinte años en su puesto en una empresa en la que los cambios son constantes). Me parece perfecto mantener a Ana Blanco pero ¿por qué no también a los otros profesionales responsables del éxito?

Un caso similar se produjo en RNE, ya en el mes de julio: los responsables de los mejores resultados de audiencia de la emisora pública en mucho tiempo fueron destituidos ¿por qué?

Yo soy oyente de RNE; me gustaba cómo lo hacía Juan Ramón Lucas por las mañanas. Le oía al venir hacia el trabajo. Esta semana ha empezado el programa su sustituto Manolo HH. Cuatro días son muy pocos para juzgar y tendremos que esperar para ver cómo se desarrolla el programa. De momento me parece acartonado y rígido.

Veo que Ignacio Corrales, el director de TVE, asegura que mantendrán la pluralidad en sus informativos. Eso espero. Hacer unos informativos sólo para los votantes fieles al partido del Gobierno tiene poco sentido, incluso desde el punto de vista político. No se necesita convencer a los convencidos.

Para hacer contenidos partidistas ya están las emisoras privadas, cada una con su orientación, muchas de ellas muy similar a la del actual Gobierno.