Casi enteros Casi enteros

Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

Archivo de noviembre, 2017

Paradojas de la brecha digital de género

El lunes pasado asistí en el Espacio Fundación Telefónica a la charla De la sociedad analógica a la sociedad digital, la última de este año del ciclo Tech & Society.

La socióloga Belén Barreiro, que fue Directora General del CIS y ahora dirige su propia empresa MyWord, y José María Lassalle, actual Secretario de Estado de la Sociedad de la Información y Agenda Digital debatieron, moderados por David Blazquez.

Un momento del debate. FOTO: E.Madinaveitia

Toda la charla fue muy interesante y de un nivel intelectual elevado.

Varios temas me llamaron la atención pero en especial uno: la brecha digital de género se está ampliando en estos últimos años. No si nos referimos al acceso a Internet, que ya es casi universal y que, por tanto, casi ha igualado los porcentajes de participación de los dos géneros. Se amplía en el campo de la formación: cada vez es mayor la diferencia entre hombres y mujeres en el acceso a carreras técnicas (especialmente Telecomunicaciones e Informática). José María Lassalle, que planteó el problema, lo contraponía al hecho de que, por el contrario, en las carreras relacionadas con la salud el porcentaje de mujeres sea abrumador.

Yo no creo que por el hecho de ser hombres o mujeres vengamos predestinados a elegir un tipo de carrera u otro así que pienso que sería interesante profundizar en las causas reales de estas diferencias.

Siempre se ha dicho que las mujeres huían de las carreras que exigen formación matemática. Mi experiencia me dice que eso es falso: cuando yo estudié Matemáticas hace ya más de cuarenta años en mi curso de la Complutense había más chicas que chicos (y muchas estaban entre las personas que tenían mejores expedientes). Es verdad que luego, en su mayor parte, se dedicaron a la enseñanza, que entonces era la salida más habitual. Entre los que nos inclinamos por la empresa había, seguramente, más chicos.

Pero en el caso de la nueva brecha digital veo que en España se está dando una interesante paradoja: si bien hay menos mujeres que eligen las carreras técnicas, parece que a las mujeres se les da muy bien hacer carrera dentro de las empresas tecnológicas.

Si nos fijamos en las empresas tecnológicas más emblemáticas veremos que aquí todas, o una gran mayoría, están dirigidas por mujeres. Tras la reciente llegada de Nathalie Picquot a la dirección de Twitter nos encontramos con, al menos, un interesante y brillante póker de damas en grandes empresas tecnológicas: Koro Castellano dirige Amazon y Buy Vip en España y Portugal; Irene Cano es Directora General de Facebook para España y Portugal y Fuencisla Clemares dirige Google en España y Portugal. Seguramente hay unos cuantos ejemplos más.

No está mal para no gustarles la tecnología. Parece que dirigir a tecnólogos se les da mejor.

¿No parece una paradoja?

Bienvenidas en cualquier caso este tipo de paradojas que ponen en su sitio a un buen puñado de mujeres muy valiosas.

El día de la Televisión

El 21 de noviembre es el Día de la Televisión.

UTECA, la asociación de las televisiones en abierto aprovecha ese día para celebrar una Jornada sobre el medio. Es una jornada para las loas y las reivindicaciones; a un nivel muy alto: el discurso de apertura lo imparte la Vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría. Un discurso muy correcto y muy bien preparado, por cierto. Esta vez el título de la jornada miraba al futuro: 2020 y más allá.

Este año he tenido el honor de que me invitaran a la jornada; no es la primera vez pero tampoco es habitual. Voy a tratar de hacer un resumen de los asuntos más interesantes (desde mi punto de vista) que se trataron.

Foto de familia con la Vicepresidenta. FOTO: UTECA

Creo que se pueden agrupar en tres grandes áreas: las cifras del medio, las audiencias y su problemática y la legislación con sus implicaciones.

Concha Iglesias de Deloitte fue quien dio más cifras, aunque también se escucharon algunas interesantes en la conversación sobre la audiencia. La Televisión en Abierto muestra una buena salud si miramos a la cifra de negocio: se recupera poco a poco tras la crisis; se mueve ya en las cifras de 2011 (muy lejos todavía de las de 2007; pero mejor que la mayor parte del resto de los medios). Si atendemos a la audiencia las cifras también son saludables: aunque el tiempo de consumo se reduce poco a poco desde 2012 aún se mantiene cerca de las cuatro horas diarias, por encima del dato de 2010 cuando a nadie se le ocurría hablar de muerte de la Televisión. Además el 98% del consumo medido en televisores corresponde a visionado lineal (el clásico de la televisión en abierto).

La Televisión es clave por su papel vertebrador en lo económico, lo social y lo cultural.

Desde el punto de vista de la realidad medida no parece haber problemas: el consumo de la televisión en abierto se mantiene y el mercado publicitario, su principal fuente de ingresos, sigue apostando por la Televisión. No parece haber preocupación en este aspecto. Y sin embargo…el discurso dominante en muchos ámbitos es el fuerte auge de YouTube o de plataformas como Netflix, Amazon y similares, que llevaría a la muerte de la Televisión tradicional. ¿Qué ocurre en realidad? La publicidad sigue apostando en gran medida por la Televisión en abierto porque sigue siendo el medio con el que se pueden conseguir grandes coberturas, algo que las marcas necesitan y que no obtienen en el hiperfragmentado mundo digital. Eduard Nafría destacó en su intervención que Digital es el medio para conseguir efectos a corto plazo pero también se agota enseguida por la dificultad para alcanzar grandes coberturas, un papel en el que la Televisión todavía es única. El otro aspecto del problema es precisamente la medición de lo que ocurre en otros dispositivos diferentes al televisor en los que todo parece indicar que se concentra el consumo de la otra televisión. Eduard Nafría prometió que pronto tendremos esa medición, fruto del acuerdo entre Kantar y ComScore. Pero no podemos olvidar que, dada la fragmentación de la realidad digital será una medición mucho más compleja y entraremos en el mundo de los etiquetados y las mediciones híbridas, con todo lo que eso implica.

La caída de audiencia de la Televisión en abierto es mucho mayor entre los jóvenes que en la media de la población

La legislación es el gran tema que preocupa al sector. Aún no se ha aprobado la nueva directiva europea sobre el Audiovisual; se espera que se apruebe a lo largo del próximo año. A partir de ahí los estados miembros tienen dos años para hacer su transposición a las legislaciones nacionales. Nos pondríamos así, con suerte, en el 2020. Pienso que a la velocidad que evoluciona la realidad, la legislación llegará ya obsoleta.  Y se trata de una legislación muy necesaria porque en este momento tenemos dos realidades muy diferentes compitiendo en un mismo mundo y por unos mismos clientes. Como recalcó Alejandro Echevarría, Presidente de UTECA, mientras las Televisiones en abierto se mueven en un marco muy regulado (limitaciones en publicidad, horarios protegidos, obligación de financiar la producción cinematográfica,…) los nuevos distribuidores desarrollan su actividad en una jungla legal, con limitados o nulos controles y obligaciones y con escasa contribución a la economía nacional.

Muchas veces nos quedamos mirando a nuestro pequeño duopolio local y se nos olvida que el gran duopolio, el que concentra las mayores inversiones publicitarias y el mayor crecimiento, lo forman empresas que no se rigen por nuestras leyes y que prácticamente no pagan impuestos en España. Parece lógico pedir que todos los competidores de un mercado se rijan por unas mismas leyes.

Fue una Jornada muy interesante; el mundo de la televisión en abierto lo sigue siendo.

Algo se muere cuando cierra un cine

Esta semana han echado el cierre los cines Acteón.

Cada vez van quedando menos en el centro de Madrid.

La mayoría de las salas se han ido desplazando a los grandes centros comerciales del extrarradio. En el último cuarto de siglo las salas de cine se han convertido en un elemento más dentro de una gran oferta comercial. Vas a pasar la tarde allí y, además de ir al cine, algo comprarás. O viceversa: vas a comprar y puedes acabar el día con una cena ligera en una franquicia y viendo una película.

Creo que esta opción me pilló muy mayor. Yo soy más ir al cine dando un paseo, o volver paseando y tomar algo al pasar. Cada vez va a ser más difícil para los que vivimos en el centro de Madrid.

Leo que hace unos años había en el entorno de la Gran Vía más de trescientas salas de cine. Me parecen demasiadas incluso si tomamos el concepto de entorno en un sentido muy amplio. Quizá yo no las conocí. No es tan importante que el número sea real como que la tendencia es que los cines no pueden mantenerse en el centro porque no son rentables.

La especulación inmobiliaria, que primero hizo que se cerraran un gran número de grandes salas en el centro de las ciudades y luego creo las multisalas en los centros comerciales de la periferia parece que ahora va a dar un nuevo empujón que reducirá aún más el número de salas.

¿Muere el Cine en sala? Creo que no será así, pero de nuevo sus enemigos empujan con fuerza.

Y cada vez que una sala se cierra muere algo en el corazón de quienes amamos el Cine.

Ayer tuve un sueño

Ayer tuve un sueño. Como Martin Luther King…o como el mucho más próximo Manolo Díaz, del que ya no sé si se acuerda nadie.

Estuve en La Coruña, en la Universidad, en unas Jornadas sobre las Nuevas Audiencias, muy bien organizadas por la profesoras Ana González Neira y Natalia Quintas. La compañía, los otros ponentes, también era importante: Fernando Santiago, Director Técnico de AIMC (la asociación de medios y agencias que elabora el Estudio General de Medios y que también audita las operaciones de audimetría en Televisión -Kantar Media- e Internet -ComScore-); Esther Medina, Jefa del Servicio de Innovación en el entorno digital de TVGa y Javier Olivares, guionista de Isabel y El Ministerio del Tiempo, entre otras series de éxito, que se convirtió en la estrella de la reunión: todos los alumnos querían fotografiarse con él y conseguir su autógrafo. Una joranda muy agradable e interesante.

El autor del blog antes de empezar su intervanción.

Lo pasé mal los días anteriores a la charla: siempre es difícil encontrar el tono y el nivel cuando se va a hablar en una universidad. Me decidí por hacer un poco de historia y hacer hincapié en la importancia que tiene la elección de indicadores en la creación de la propia realidad que se quiere medir. Y acerté.

Creo que es muy conocido, al menos entre los que nos dedicamos a esto, que el uso de la audiencia acumulada como principal indicador de la Radio ha hecho que los programas de radio españoles sean sumamente largos.

No sé si todos somos conscientes del daño que le ha hecho a Internet el uso de las impresiones y los usuarios únicos ( y el no tener en cuenta la duración del contacto) como principales indicadores. Si la oferta es infinita el precio tiende a cero. Si basta con que la mitad de un contenido aparezca en pantalla durante un segundo para contarlo como contacto, tendremos muchos contactos (y el anunciante pagará por ellos) pero su efecto será mínimo. Parece que ahora se empieza a intentar solucionar el error (también desde Estados Unidos, donde nació, y se empieza a considerar el tiempo: se habla ya de Coste por Hora, aunque los contactos duren unos pocos segundos).

Algo debería cambiar.

Como estamos en pleno proceso de preconcurso para la selección de un nuevo (o el mismo) medidor recomendado para Internet, mi mente se puso a soñar: ¿Y si fuéramos capaces de mirar a largo plazo? ¿Y si nos olvidáramos de los intereses de cada uno y nos centráramos en los colectivos del mercado publicitario y de los medios? ¿Y si pensáramos en la posibilidad de encontrar un medidor multimedia, ahora que la tecnología seguro que nos ayuda a hacerlo posible? Y¿ si eso lo hiciéramos como mercado y no como empresas que tienen que competir cada día? ¿Y si recuperáramos el espíritu de los sesenta cuando se pusieron en marcha, entre otras cosas, la OJD y el EGM, como fruto de acuerdos de mercado? ¿Y si…?

Lo siento: había muchos más «y si…» pero desperté oyendo a Fernando Santiago que, en la comida, nos decía, siempre realista: si ahora tuviera que ponerse en marcha el sistema de audimetría, no saldría adelante.

Como decía Calderón: los sueños, sueños son, pero ¿a que sería bonito?