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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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2018: El año en que la publicidad se la juega (II)

¿Cambiamos audiencias por personas?

Haciendo de la necesidad virtud decimos que ahora la publicidad ya no es intrusiva y que conseguimos impactar sólo a personas interesadas en un determinado producto y en el momento en que están interesadas. Pero seguimos recibiendo publicidad del hotel de una localidad que buscamos hace tiempo en Google y a la que no pensamos ir nunca.

Hablamos de que sustituimos audiencias (como si eso hubiera estado mal) por personas. Pero esas personas somos datos de unas bases que muchas veces no están actualizadas. No creo que cambien mucho las cosas este año con la puesta en marcha del GDPR (Reglamento General de Protección de Datos). Será mayor el control sobre la privacidad y el uso de los datos pero no es muy probable que eso influya en el uso que hagamos las agencias.

Estamos en una encrucijada, un momento clave: no hemos conseguido eliminar de la televisión los bloques interminables pero, salvo en el caso de las grandes compañías que manejan bases de datos propias de comportamiento de los usuarios (Amazon, Facebook, Google,…) no siempre somos capaces de cumplir la promesa de enviar sólo publicidad relevante. Ni siquiera está claro que esas grandes compañías lo consigan siempre.

Mientras tanto el camino se va llenando de cadáveres de medios. La noticia del cierre de dos revistas tan emblemáticas como Tiempo e Interviú me sorprende escribiendo este artículo. El papel vive una situación muy complicada y no todos los medios han encontrado el modelo de negocio para su transformación digital.

Pago por contenidos

La llegada de Donald Trump al poder, sus ataques a los medios, el auge de la posverdad (la manipulación basada en bulos) produjo un fuerte crecimiento en el número de abonados a la prensa seria; el New York Times fue uno de los grandes beneficiados.

En España, que parecía el paraíso de la piratería, donde nadie iba a pagar nunca por contenidos accesibles en Internet, ya tenemos algún ejemplo de diarios que viven de las aportaciones de sus socios, lectores prioritarios a los que se les ofrecen versiones ¡sin publicidad! La llegada de opciones como Netflix y las ofertas combinadas de las compañías de telecomunicaciones han hecho que el pago por ver contenidos audiovisuales viva su mejor momento histórico…y creciendo. Nuevamente en muchos casos con versiones sin publicidad.

Importancia de la medición

En 2017 la inversión publicitaria creció menos de lo que preveíamos a comienzos de año y, lo que es mucho más grave, todo parece indicar que se quedó muy lejos del crecimiento del PIB. Aquí podemos echarle parte de la culpa a Cataluña; la publicidad, como la economía en general, huye de incertidumbres y de conflictos. Pero creo que estamos ante un tema más grave: algunos grandes anunciantes han perdido su fe en la publicidad y su capacidad de hacer crecer a las marcas y sus ventas y han cambiado el foco de sus inversiones. Por otro lado algunos tipos de comunicación no se miden, o se miden mal, por parte de las fuentes de datos lo que podría darnos una imagen distorsionada de la realidad.

Patricia Sánchez de Infoadex presentando el estudio de inversión publicitaria de 2016. FOTO: E.Madinaveitia

Necesitaríamos una mejor medición de toda la actividad de comunicación de las empresas. Las fuentes de datos (Infoadex e i2p fundamentalmente) lo tienen cada vez más complicado para desentrañar la magnitud de esas inversiones sin la colaboración de los propios actores del mercado. Y esos actores no siempre están dispuestos a prestar su colaboración. El estudio de inversiones digitales que realiza IAB es un buen ejemplo de esa dificultad.

Ahí, en la medición, está otro de los muchos aspectos en los que la publicidad se la juega este año.

Tras siete años de contar con ComScore como medidor recomendado, vamos a vivir en los primeros meses de 2018 un nuevo concurso. Con sus luces y sus sombras el actual medidor recomendado ha hecho un trabajo muy complicado: el móvil (con sus dificultades añadidas de medición) ganó peso a una velocidad no prevista en el anterior concurso; no es sencillo conseguir muestras representativas en digital; las actualizaciones de software llevan casi siempre aparejada la caída del sistema de medición y la consiguiente reducción de la muestra…y la propia realidad medida es compleja (dominios, propiedades, grupos, navegación en apps,…) sobre todo si parece que sólo se presta atención a un concepto  como el de los usuarios únicos que es cada vez más irrelevante salvo para la construcción de rankings para engordar egos.

Me gustaría que cada vez tuviera más peso el tiempo de consumo y su cuota; pero creo que aún estamos lejos de eso.

La publicidad se la juega este año en muchos terrenos; en uno de ellos compite con las grandes consultoras que han puesto sus ojos en este negocio y que tienen liquidez suficiente para comprarse cualquiera de los grandes grupos publicitarios…si les interesara.

 

(*) Esta entrada es la segunda parte de un artículo que se ha publicado también en la edición en papel de la revista IPMark del mes de enero de 2018.

2018: El año en que la publicidad se la juega (I)

Este es el octavo año en que Pedro Urquidi, redactor jefe de la revista IPMark; me encarga un artículo dedicado al ejercicio que comienza.

Tengo la mala costumbre de releer los anteriores, como preparación y, sobre todo, como cura de humildad que me confirma lo difícil que es acertar en las previsiones. Eso me lleva a que cada vez los artículos sean más un resumen del año anterior y de la situación del mercado publicitario que una previsión de lo que puede ocurrir en el futuro. En las circunstancias actuales el futuro, incluso el muy próximo, se ve con mucha dificultad. Todo cambia muy rápido y no siempre en la dirección que pronostican los expertos.

Situación complicada

En 2017 hemos vivido algunas situaciones complejas para el mercado publicitario. Algunos de los grandes anunciantes, con Procter&Gamble a la cabeza, mostraron sus dudas sobre la eficacia de la publicidad digital y, como en los últimos años una buena parte de su esfuerzo inversor se había dirigido hacia ahí, fue la publicidad en general la que salió perjudicada.

También seguimos viendo cómo los grandes medios digitales (Facebook, Twitter, YouTube,…) reconocían errores en sus mediciones de la repercusión de la publicidad; se produjeron algunas reacciones, todavía tímidas y concentradas en Estados Unidos pero de momento el mercado sigue consintiendo que los propios medios sean quienes proporcionen las mediciones de las campañas que los utilizan y sin exigir una medición por parte de terceros.

Las campañas en sitios no deseados, el tráfico no humano, los problemas de visibilidad de la publicidad y los adblockers han seguido creando dudas sobre el uso que se está haciendo de la publicidad digital. Las malas prácticas de unos pocos enturbian la imagen general de nuestra actividad.

En cualquier caso la publicidad digital, y en especial la que se sirve a través del móvil, es la que experimenta el mayor crecimiento un año tras otro. Y va a seguir siendo así.

La presión que las grandes empresas de distribución han realizado sobre los fabricantes ha reducido en gran medida las posibilidades de inversión publicitaria de éstos, lo que ha perjudicado a la publicidad y a los medios pero también a las propias marcas, dañadas en su imagen y en sus ventas.

Cambios en el consumo audiovisual

Tras muchos años en que los grandes grupos de Televisión bloquearon el dato de audiencia de invitados, en marzo de 2017 se hizo público. Eso ha hecho posible un aparente aumento del consumo de televisión lineal. Pero si se compara el dato que veníamos utilizando hasta ahora, ese consumo se reduce de nuevo unos pocos minutos, como viene ocurriendo desde 2012. Nos conformamos con maquillar los datos para que la foto siga saliendo bien. Pero la realidad cambia. Poco a poco pero siempre en una misma dirección.

Alejandro Echevarría, Presidente de UTECA y de Tele5 en la jornada de UTECA de Noviembre. (FOTO: E. Madinaveitia)

El consumo audiovisual en dispositivos diferentes del televisor, o el de opciones diferentes a las grandes cadenas generalistas crece sin parar, especialmente entre los jóvenes. Pero también sin medida, o al menos sin una medida reconocida y valorada por todo el mercado. Aun así la televisión medida muestra un nivel de fragmentación sin precedentes: nunca una cadena había dominado un año con una cuota tan baja como Tele 5 en 2017: un 13,3%.

La construcción de coberturas para las campañas, que sigue siendo la manera en que se construyen las marcas, es cada vez más difícil. La televisión sigue siendo el arma fundamental pero sus disparos tienen cada vez menos alcance. Esto complica los planes de medios: han de utilizarse más soportes cada vez para alcanzar coberturas que ya nunca son las mismas. Si además nos dirigimos a públicos innovadores (jóvenes o usuarios intensivos de dispositivos diferentes del televisor) el problema se complica aún mucho más: la fragmentación de la televisión es una broma si la comparamos con la de los medios digitales.

Por su propia naturaleza es prácticamente imposible encontrar dos personas consumiendo simultáneamente un mismo contenido digital.

 

(*) Este artículo es la primera parte del que se ha publicado en la revista IPMark, en papel, del mes de enero de 2018.

Hoy cumplo diez años

Acababa de empezar el año 2008 cuando, tras varios intentos anteriores, por fin me decidí a empezar con el blog. El 3 de enero de aquel año nació Casi Enteros.

Todos los años, cuando llega esta fecha, me hago la misma consideración: nunca pensé que esto podría llegar tan lejos: ¡Diez años!

El año que acaba de terminar ha sido duro para mí; sobre todo al final. Aun así ha sido el año en que superé las mil entradas acumuladas a este blog; algo más de cien de promedio al año. Eso hace que las 69 del año 2017 se queden bastante cortas. Pero al menos no he desfallecido. Y todos los meses he escrito algo.

Durante el año he acumulado algo más de cien mil visitas, unas trescientas al día. No está mal aunque se queden muy lejos del más de medio millón que tenía en 2009 o 2010. Seguramente eran mejores tiempos para los blogs o quizá yo daba más a menudo en la tecla de temas más interesantes.

El blog, Casi Enteros (porque es más que medios), se enfocó desde el principio a temas relacionados con los medios de comunicación, su investigación y su financiación. Pero ya en el título llevaba implícita una declaración de intenciones: hablaría de eso, pero no sólo de eso.

Un libro sobre diez años decisivos

Pero los medios han dado mucho de sí. No en vano estos diez años han sido decisivos para el sector como declara desde su título, Diez años que cambiaron los medios, el libro de Bernardo Díaz Nosty que recientemente han publicado Ariel y la Fundación Telefónica y en el que escribí el apartado dedicado a la publicidad.

Hemos visto cómo la crisis económica reducía a la mitad las fuentes de financiación de los medios; cómo la digitalización lo transformaba todo y dejaba a muchos medios, en especial los que proceden del mundo del papel, buscando con escaso éxito su nuevo modelo de negocio; cómo la investigación de Televisión, la más sólida y con más influencia en el negocio, va perdiendo pie a medida que se multiplica la oferta digital y el televisor ya no es el único dispositivo en el que se ve; cómo desaparecían medidores de Internet y el mercado no veía las ventajas del medidor único recomendado, lo que ha llevado a un nuevo concurso con nuevas especificaciones…y muchas cosas más. De todas, o casi todas, he tratado de escribir en este blog que para algunos es, casi, una referencia. Muchos de los artículos publicados aquí se han reproducido en revistas del sector de la publicidad y los medios.

Pero en el blog he hablado también de mis lecturas; de mi familia y mis amigos; de mis charlas; de las publicaciones de Usúe, mi hija y de mi JubilARTE; de mis problemas de salud…e incluso de temas relacionados con mi formación como matemático. Dos de los posts que cada mes me sorprenden al ser los más leídos corresponden a este último tema. Billones y trillones sigue consiguiendo unos 1.500 lectores nuevos cada mes cuando ya se van a cumplir seis años de su publicación (eso hace ya más de cien mil lectores); Los 15 matemáticos más influyentes supera casi todos los meses los tres mil nuevos lectores cuando lleva ya veintiséis meses publicado: en total supera los ochenta mil lectores.

Bien mirado, con los temas que he ido tratando en el blog se podría escribir un libro…o varios. Sólo haría falta un editor que se anime. Y lectores interesados.

Gracias a todos los que me habéis animado a lo largo de estos diez años con vuestras, críticas, vuestros comentarios, la reproducción de mis artículos en vuestros medios.

¡Y gracias a 20 Minutos por estos diez años en que ha alojado mis artículos!

Un año raro

Con este mes termina un año raro.

El año en que Marc Pritchard, el capo de P&G, decidió aplicar un recorte drástico a sus inversiones en comunicación digital y no pasó nada. Ni siquiera que alguien pidiera cuentas al señor Pritchard por su mala gestión anterior de las inversiones. Otros grandes anunciantes se movieron en la misma dirección…y tampoco pasó nada.

El año en que Facebook, YouTube y Twitter reconocieron que habían cometido errores en sus mediciones de eficacia publicitaria. Curiosamente todos los errores les favorecían. Y no pasó nada.

El año en que se confirmó que una parte, pequeña pero importante, de la inversión gestionada como programática estaba financiando al Daesh o a sitios que promueven la violencia, la anorexia o el maltrato. Y no pasó nada.

El año en que los bulos tomaron tal fuerza e influyeron tanto en la realidad de nuestras vidas que tuvimos que llamarles posverdad. Y no pasó nada.

El año en que la economía española crecía moderadamente pero la inversión publicitaria no seguía su paso y permanecía plana. Y, para algunos, no pasaba nada.

El año en que todo parece pasar por el móvil pero, si atendemos a las mediciones de inversión, parece que aún no pasa nada.

O sí. Pasaron cosas: las dos grandes corporaciones digitales americanas siguieron acaparando cada vez más inversiones, en un medio cada vez más difícil de controlar.

Se empezó a pensar que quizá es el tiempo de permanencia y no el número de contactos el mejor indicador para Internet. A lo mejor los de la tele no lo habían hecho tan mal.

En España se convocó un nuevo concurso para medidor digital recomendado. Algunos se preguntan si hace falta y qué novedades podría aportar un nuevo medidor.

Los cambios llegan a la Televisión con los nuevos operadores y el crecimiento de la televisión de pago pero lo hacen de una manera desigual: mucho más entre los jóvenes, mucho más en dispositivos diferentes al televisor del hogar. Y, al menos para la medición oficial, esos cambios son lentos.

El papel siguió sufriendo su particular calvario, sin dar con la tecla que le ayude a resurgir.

La Radio se mantiene como el medio más estable, tanto en los momentos en que todo va mal como cuando todo va bien.

Exterior ha vivido un año de consolidación de todos los cambios que se produjeron el año anterior.

Nos espera un 2018 muy interesante…en el que, muy probablemente, seguirá sin pasar nada.

 

(*) Este artículo es muy similar al publicado con el mismo título en la edición en papel de la revista IPMark correspondiente al mes de diciembre.

La radio: siempre ahí

Este año las inversiones publicitarias no van muy bien para el conjunto de los medios; sólo crecen con fuerza los digitales puros. A continuación está la radio; con un crecimiento moderado, pero crecimiento al fin.

No es una situación excepcional. La radio es un medio muy estable: cuando el mercado crecía con fuerza la radio lo hacía moderadamente; cuando la inversión se derrumbó, cayó también moderadamente.

Eso ha hecho que a lo largo de los años la porción de la tarta que se lleva el medio sonoro se mantiene siempre muy cerca del 10%.

Es un medio cada vez más digital a pesar de un cierto conservadurismo. La transformación hacia la norma DAB se debía haber hecho a lo largo de unos pocos meses en el año 2000. Ni las empresas que tenían las licencias, ni mucho menos la Administración hicieron ningún esfuerzo para conseguirlo. Noruega cerró la FM a principios de este año. En España ni siquiera hemos llegado a prescindir de la onda media a pesar de que lo preveía un plan técnico de los años sesenta, hace más de medio siglo.

Iñaki Gabilondo: uno de los históricos de la radio española. FOTO: Blog de Gorka Zumeta

Todos llevamos ahora un receptor de radio en el bolsillo, aunque no todo el mundo lo use como tal. La transformación digital ha venido más por el camino de Internet que por el de la nueva norma DAB+, que las grandes empresas del sector tampoco están apoyando. Dicen que nadie emite en DAB+ porque no hay oyentes y que los oyentes no usan DAB+ porque nadie emite. Pero en algún momento se dará el salto. Mientras tanto Internet nos ha traído los podcast, la radio en píldoras (que pueden ser de gran tamaño: programas enteros), que se pueden escuchar en cualquier momento. El futuro, o parte de él, puede estar por ahí, con marcas apoyando contenidos próximos a su línea de comunicación o sus valores.

El EGM ya empezó a medir los podcast, ya tenemos algunos datos de modo muy general (*). Eso nos lleva al sistema de medición: la radio, como medio, siempre critica al EGM, el mismo EGM que utiliza como único sistema de medida, pero nunca ha hecho un esfuerzo para cambiar a otro método de medición. O sí: cuando lo hizo en 2003 utilizando el audímetro suizo, no se decidió a dar el necesario paso adelante a pesar de que la prueba fue muy satisfactoria.

La radio, y sus estrellas, sigue ahí. Como siempre.

 

(*) En la tercera ola del EGM de este año la audiencia diaria de podcast se cifra en 380.000.

(**) Este artículo es muy similar al publicado en el número de noviembre de la revista IPMark en papel.

(***) Si quieres saber más, mucho más, sobre radio, consulta el blog de Gorka Zumeta: http://www.gorkazumeta.com/ Entre otras cosas puedes ver los mejores análisis sobre los datos de audiencia de radio del EGM, con una perspectiva imparcial.

El día de la Televisión

El 21 de noviembre es el Día de la Televisión.

UTECA, la asociación de las televisiones en abierto aprovecha ese día para celebrar una Jornada sobre el medio. Es una jornada para las loas y las reivindicaciones; a un nivel muy alto: el discurso de apertura lo imparte la Vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría. Un discurso muy correcto y muy bien preparado, por cierto. Esta vez el título de la jornada miraba al futuro: 2020 y más allá.

Este año he tenido el honor de que me invitaran a la jornada; no es la primera vez pero tampoco es habitual. Voy a tratar de hacer un resumen de los asuntos más interesantes (desde mi punto de vista) que se trataron.

Foto de familia con la Vicepresidenta. FOTO: UTECA

Creo que se pueden agrupar en tres grandes áreas: las cifras del medio, las audiencias y su problemática y la legislación con sus implicaciones.

Concha Iglesias de Deloitte fue quien dio más cifras, aunque también se escucharon algunas interesantes en la conversación sobre la audiencia. La Televisión en Abierto muestra una buena salud si miramos a la cifra de negocio: se recupera poco a poco tras la crisis; se mueve ya en las cifras de 2011 (muy lejos todavía de las de 2007; pero mejor que la mayor parte del resto de los medios). Si atendemos a la audiencia las cifras también son saludables: aunque el tiempo de consumo se reduce poco a poco desde 2012 aún se mantiene cerca de las cuatro horas diarias, por encima del dato de 2010 cuando a nadie se le ocurría hablar de muerte de la Televisión. Además el 98% del consumo medido en televisores corresponde a visionado lineal (el clásico de la televisión en abierto).

La Televisión es clave por su papel vertebrador en lo económico, lo social y lo cultural.

Desde el punto de vista de la realidad medida no parece haber problemas: el consumo de la televisión en abierto se mantiene y el mercado publicitario, su principal fuente de ingresos, sigue apostando por la Televisión. No parece haber preocupación en este aspecto. Y sin embargo…el discurso dominante en muchos ámbitos es el fuerte auge de YouTube o de plataformas como Netflix, Amazon y similares, que llevaría a la muerte de la Televisión tradicional. ¿Qué ocurre en realidad? La publicidad sigue apostando en gran medida por la Televisión en abierto porque sigue siendo el medio con el que se pueden conseguir grandes coberturas, algo que las marcas necesitan y que no obtienen en el hiperfragmentado mundo digital. Eduard Nafría destacó en su intervención que Digital es el medio para conseguir efectos a corto plazo pero también se agota enseguida por la dificultad para alcanzar grandes coberturas, un papel en el que la Televisión todavía es única. El otro aspecto del problema es precisamente la medición de lo que ocurre en otros dispositivos diferentes al televisor en los que todo parece indicar que se concentra el consumo de la otra televisión. Eduard Nafría prometió que pronto tendremos esa medición, fruto del acuerdo entre Kantar y ComScore. Pero no podemos olvidar que, dada la fragmentación de la realidad digital será una medición mucho más compleja y entraremos en el mundo de los etiquetados y las mediciones híbridas, con todo lo que eso implica.

La caída de audiencia de la Televisión en abierto es mucho mayor entre los jóvenes que en la media de la población

La legislación es el gran tema que preocupa al sector. Aún no se ha aprobado la nueva directiva europea sobre el Audiovisual; se espera que se apruebe a lo largo del próximo año. A partir de ahí los estados miembros tienen dos años para hacer su transposición a las legislaciones nacionales. Nos pondríamos así, con suerte, en el 2020. Pienso que a la velocidad que evoluciona la realidad, la legislación llegará ya obsoleta.  Y se trata de una legislación muy necesaria porque en este momento tenemos dos realidades muy diferentes compitiendo en un mismo mundo y por unos mismos clientes. Como recalcó Alejandro Echevarría, Presidente de UTECA, mientras las Televisiones en abierto se mueven en un marco muy regulado (limitaciones en publicidad, horarios protegidos, obligación de financiar la producción cinematográfica,…) los nuevos distribuidores desarrollan su actividad en una jungla legal, con limitados o nulos controles y obligaciones y con escasa contribución a la economía nacional.

Muchas veces nos quedamos mirando a nuestro pequeño duopolio local y se nos olvida que el gran duopolio, el que concentra las mayores inversiones publicitarias y el mayor crecimiento, lo forman empresas que no se rigen por nuestras leyes y que prácticamente no pagan impuestos en España. Parece lógico pedir que todos los competidores de un mercado se rijan por unas mismas leyes.

Fue una Jornada muy interesante; el mundo de la televisión en abierto lo sigue siendo.

Ayer tuve un sueño

Ayer tuve un sueño. Como Martin Luther King…o como el mucho más próximo Manolo Díaz, del que ya no sé si se acuerda nadie.

Estuve en La Coruña, en la Universidad, en unas Jornadas sobre las Nuevas Audiencias, muy bien organizadas por la profesoras Ana González Neira y Natalia Quintas. La compañía, los otros ponentes, también era importante: Fernando Santiago, Director Técnico de AIMC (la asociación de medios y agencias que elabora el Estudio General de Medios y que también audita las operaciones de audimetría en Televisión -Kantar Media- e Internet -ComScore-); Esther Medina, Jefa del Servicio de Innovación en el entorno digital de TVGa y Javier Olivares, guionista de Isabel y El Ministerio del Tiempo, entre otras series de éxito, que se convirtió en la estrella de la reunión: todos los alumnos querían fotografiarse con él y conseguir su autógrafo. Una joranda muy agradable e interesante.

El autor del blog antes de empezar su intervanción.

Lo pasé mal los días anteriores a la charla: siempre es difícil encontrar el tono y el nivel cuando se va a hablar en una universidad. Me decidí por hacer un poco de historia y hacer hincapié en la importancia que tiene la elección de indicadores en la creación de la propia realidad que se quiere medir. Y acerté.

Creo que es muy conocido, al menos entre los que nos dedicamos a esto, que el uso de la audiencia acumulada como principal indicador de la Radio ha hecho que los programas de radio españoles sean sumamente largos.

No sé si todos somos conscientes del daño que le ha hecho a Internet el uso de las impresiones y los usuarios únicos ( y el no tener en cuenta la duración del contacto) como principales indicadores. Si la oferta es infinita el precio tiende a cero. Si basta con que la mitad de un contenido aparezca en pantalla durante un segundo para contarlo como contacto, tendremos muchos contactos (y el anunciante pagará por ellos) pero su efecto será mínimo. Parece que ahora se empieza a intentar solucionar el error (también desde Estados Unidos, donde nació, y se empieza a considerar el tiempo: se habla ya de Coste por Hora, aunque los contactos duren unos pocos segundos).

Algo debería cambiar.

Como estamos en pleno proceso de preconcurso para la selección de un nuevo (o el mismo) medidor recomendado para Internet, mi mente se puso a soñar: ¿Y si fuéramos capaces de mirar a largo plazo? ¿Y si nos olvidáramos de los intereses de cada uno y nos centráramos en los colectivos del mercado publicitario y de los medios? ¿Y si pensáramos en la posibilidad de encontrar un medidor multimedia, ahora que la tecnología seguro que nos ayuda a hacerlo posible? Y¿ si eso lo hiciéramos como mercado y no como empresas que tienen que competir cada día? ¿Y si recuperáramos el espíritu de los sesenta cuando se pusieron en marcha, entre otras cosas, la OJD y el EGM, como fruto de acuerdos de mercado? ¿Y si…?

Lo siento: había muchos más «y si…» pero desperté oyendo a Fernando Santiago que, en la comida, nos decía, siempre realista: si ahora tuviera que ponerse en marcha el sistema de audimetría, no saldría adelante.

Como decía Calderón: los sueños, sueños son, pero ¿a que sería bonito?

Ilusión por la Academia de la Publicidad

La Academia de la Publicidad afronta una nueva etapa.

El pasado mes de julio se eligió una nueva Junta. Pablo Alzugaray, su tercer Presidente, llega acompañado por una buena dosis de savia nueva, junto con la continuidad que aportan varios miembros de la Junta anterior. Consigue así un interesante cocktail de continuidad, ilusión, empuje y nuevas ideas.

Primera reunión de la Junta Directiva 2017. FOTO: Academia de la Publicidad

El objeto fundamental de la Academia sigue siendo el que ya tenía cuando la fundó Julián Bravo, su primer Presidente, pronto hará diez años: seleccionar y nombrar Académicos de Honor, un pequeño número de personas (cuatro al año, como máximo) que hayan destacado en nuestra profesión a lo largo de su vida.

La Academia se define así como una fábrica de referentes. Los Académicos de Honor lo son por: mérito, integridad, generosidad y ejemplaridad durante una trayectoria profesional no inferior a veinte años. A diferencia de lo que se pedía en los primeros estatutos de la Academia, pueden ser profesionales que sigan en activo.

Sigue en pie el objetivo de colocar un publicitario en la RAE. Sabemos que es un camino largo pero ya se han dado importantes pasos en la buena dirección.

Se ha creado el reconocimiento al Publicitario del Año para quien haya destacado por su labor durante ese periodo y se ajuste a los valores de la Academia.

Hay otros proyectos, siempre en la línea de fortalecer la memoria y el prestigio de una profesión como la nuestra basada en crear contactos muy efímeros pero que en muchas ocasiones provocan cambios sociales que permanecen durante muchos años.

La Junta Directiva se ha organizado en grupos de trabajo de tamaño reducido para abordar las diferentes actividades.

La Academia de la Publicidad emprende esta nueva etapa cargada de ilusión, convencida de que los proyectos que aborde van a interesar a la profesión y conseguirán el apoyo económico necesario.

¿Aún no eres socio?

(*) Este artículo apareció en la revista IPMark, en papel, en su número correspondiente a octubre de 2017

En este enlace puedes escuchar una entrevista sobre la Academia

La publicidad ha ayudado a mejorar la sociedad

A principios de esta semana se presentó el libro Lo que aprendemos con la publicidad, de Fernando Montañés.

Fernando es ahora profesor universitario sobre temas relacionados con la publicidad en la Autónoma de Madrid. Y siempre ha sido uno de los mejores periodistas especializados en publicidad.

Hace un año me comentó su intención de poner en marcha este libro y compartimos unas cuantas ideas. Por motivos de salud (una pequeña operación en el codo justo el día anterior) no pude asistir a la presentación pero he visto algunas reseñas.

Estoy seguro de que el libro, promovido por la Plataforma Publicidad Sí!, que agrupa a las principales asociaciones del sector, no tiene desperdicio.

El objetivo de la publicidad es dar a conocer marcas y productos y ¡cómo no! vender. Pero no siempre; o no sólo.

La publicidad de la DGT ha contribuído (junto con otras causas, por supuesto: mejores carreteras, mejores coches, carnet por puntos,…) a reducir drásticamente el número de muertos en carretera. En los años sesenta, con un parque de muchos menos coches, había cerca de seis mil muertos al año; ahora hay pocos más de mil…que siguen siendo muchos, por supuesto.

Con la llegada de la democracia, la publicidad nos ayudó a comprender que los impuestos son útiles para todos: Hacienda somos todos, fue mucho más que un slogan publicitario, aunque hace poco intentaron hacernos creer lo contrario.

Aprendimos que había que proteger a los peces pequeños para no terminar con algunas especies: Pezqueñines no, gracias.

O a luchar contra el fuego: Todos contra el fuego; o, Cuando un bosque se quema, algo tuyo se quema.

La publicidad ha ayudado a combatir las drogas con campañas como Engánchate a la vida; o a luchar contra el SIDA con campañas sobre el uso de preservativos.

Pero no sólo las campañas de la administración; también las marcas han propagado valores. El papel de la mujer con campañas como las de Porque yo lo valgo, de L’Oréal o el respeto a la diferencia que promovió Ikea con su campaña Redecora tu vida.

La publicidad también nos ha ayudado a modernizarnos: podemos analizar la evolución de la tecnología contemplando la publicidad que ha acompañado a los televisores, los móviles o Internet a lo largo de su historia. O la entrada de medios de pago como las tarjetas de crédito; o la banca sin sucursales (ING, tu otro banco).

También nos ha enseñado a comer sano o a ayudar a nuestra salud con alimentos funcionales, o a que el yogurt no era sólo para niños: Aprende de tus hijosy tantas y tantas cosas.

La Publicidad nos ha ayudado a tener medios libres, de calidad, gratuitos o a precio reducido. Pero también nos ha enseñado a vivir mejor.

Estoy deseando leer el libro de Fernando Montañés. Seguro que merece la pena.

Yo sí pagaría tres euros por Twitter

La llegada de Internet hace ya un cuarto de siglo vino acompañada de la idea de que todo iba a ser gratis. La publicidad, y nuestros datos, lo pagarían todo. Luego también nos empezamos a quejar, con razón, de que había demasiada publicidad y de que, a lo mejor, no estábamos de acuerdo con todo el uso que se hacía de nuestros datos.

Hay empresas, Google y Facebook serían los mejores ejemplos, a las que le ha ido muy bien con el trato. Pero también ha habido muchas otras (y aquí los ejemplos serían la mayor parte de los medios que provenían del papel) que se han ido a pique o lo están pasando muy mal.

Yo me empiezo a hartar de ver cómo mueren medios, empresas, que me gustaban o me caían bien pero no han sabido adaptarse al paradigma del todo gratis.

Este verano he leído un artículo muy interesante sobre las dificultades de Twitter para sobrevivir.

La interacción entre Twitter y la TV es importante.

Twitter tiene más de 300 millones de usuarios en el mundo, ingresa más de 2.000 millones de dólares al año y sus pérdidas se acercan a los 500 millones. Su cotización en Bolsa no para de caer.

Y sin embargo…

Los medios de comunicación usan Twitter. Los políticos usan Twitter. La sociedad usa Twitter.

Vamos a Twitter cuando queremos seguir al instante cualquier acontecimiento. Los casos de éxito basados en Twitter son cada vez más abundantes. Este verano se ha hablado mucho de la novela de intriga de Manuel Bartual que, en cuatro días, consiguió cientos de miles de seguidores.

Yo consulto Twitter varias veces al día; de hecho publico tuits varias veces al día casi todos los días. Es mi red social favorita. Cuando, allá por los comienzos de 2008, me metí de lleno en el fenómeno de las Redes Sociales, que venían con fuerza y a las que pronto íbamos a dedicar nuestro primer estudio, ligué mis tuits a Facebook. Cada vez que publico un tuit, automáticamente se ve en Facebook. Ya sé que todas las teorías dicen que no hay que hacerlo así. Pero eso me permite ver cual es la capacidad de respuesta, entre mis contactos, de cada una de las redes. Por cada interacción que consigo en Twitter tengo tres o cuatro, a veces más, en Facebook. Y eso a pesar de que tengo cuatro veces más contactos en Twitter (algo más de 2.600 seguidores) que en Facebook (poco más de 500 amigos). Está claro quién es el ganador.

Pero, vuelvo al artículo que dio origen a estas reflexiones: si cada uno de los 328 millones de usuarios de Twitter pagáramos tres euros al año las pérdidas de 500 millones pasarían a ser ganancias en una cantidad similar.

Ya sé que cuando se rumoreó que Whatsapp iba a pasar a cobrar ochenta céntimos al año hubo muchas personas que se dieron de baja, o dijeron que iban a hacerlo.

Pero yo sí pagaría esos tres euros al año por seguir disfrutando de mi red social favorita.