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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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La @: una apuesta por la innovación (I)

Los días 15 y 16 de junio se ha celebrado La @ de AEDEMO, un seminario que nació para acercar el mundo digital y el de la investigación de mercados. Tienen muchos puntos de contacto, necesitan caminar juntos, pero a veces parece que no lo saben y miran en direcciones distintas.

La digitalización ha transformado la realidad; en muchos sentidos la ha hecho más compleja. Para la investigación de mercados tradicional medir esa realidad es más difícil pero a su vez la digitalización nos proporciona nuevas maneras de aproximarnos a esa realidad.

Cada vez se generan más datos; el análisis de esos datos nos da información que podemos transformar en conocimiento. Los datos, el big data, estuvieron presentes en varias ponencias. El neuromarketing ha avanzado mucho es estos últimos años y también tuvo su protagonismo. El reconocimiento de imágenes, los bots, el tratamiento de voz, la investigación en general y la de la eficacia publicitaria en concreto, completaron el panorama. Un panorama al que aún le faltaría una pieza si no tuviera en cuenta a las start ups que se inician en el negocio; también de eso tuvimos, incluso a la gran triunfadora de estos últimos años.

Gemma Muñoz al comenzar su intervención. (FOTO: EMadinaveitia)

La @ tuvo un comienzo de lujo. Es posible que haya alguien que sepa más de big data que Gemma Muñoz (@sorprendida); lo dudo, pero es posible. Pero seguro que nadie habla de datos con más pasión y conocimiento que Gemma. Los datos contienen información de la que hay que extraer conocimiento para la toma de decisiones. Hay que detectar qué nos pueden decir los datos; hacer big data no es acumular datos: no siempre es mejor tener más datos. @sorprendida sorprende también con su ironía:

los analistas hacen dashboards para que les dejen en paz.

Pero tiene muy clara la importancia de visualizar bien los datos así que recomienda no enseñar nunca una tabla y sí buscar buenos sistemas de visualización.

Gemma define su empresa El arte de medir como Pasión y precisión. Cuando se asiste a una de sus presentaciones queda claro que cumple con su eslogan.

Los datos y su tratamiento estuvieron presentes a lo largo de todo el seminario pero lo que más sorprendió fue la visión de Juan Mora, de Datacentric, que aportó una visión muy diferente. Su investigación es más detectivesca que sociológica. Juan habla de pasar del big data al deep data: enriquecer la información acerca de cada posible cliente utilizando información pública (del catastro, de los ficheros de morosidad, de la cobertura de fibra óptica,…). Añadiendo información fue perfilando la fotografía de un posible cliente (persona individual o empresa) hasta dotarla de una gran nitidez. Reforzó así la idea de que, también en datos, la calidad puede ser más importante que la cantidad.

Las encuestas y los medios

El mercado publicitario y de medios se ha basado siempre en resultados de encuestas, de mayor o menor tamaño, pero representativas de la población.

Detrás de las encuestas está toda una rama de las matemáticas: la Teoría de Muestras, la misma que está tras los estudios electorales.

Los últimos fracasos en estos estudios han hecho que algunos se pregunten ¿y si también fallan los estudios de audiencia y no hay una jornada electoral para comprobarlo?

Creo que es un problema grave.

En el Reino Unido los estudios preveían el triunfo de los partidarios del Brexit hasta que, en la misma semana del referéndum cambiaron bruscamente tras el asesinato de la diputada Jo Cox. ¿Se hicieron bien estas últimas encuestas o, con las prisas, se olvidó el uso de muestras representativas? Con una buena muestra, acertar los resultados de un referéndum es muy fácil.

Las elecciones españolas son mucho más complejas (en realidad hay 52 elecciones y cada una exigiría una muestra de tamaño suficiente) pero el fracaso en las estimaciones fue sonado. Incluso en las israelitas de la jornada electoral que, se supone, manejaron grandes muestras. Pero ¿eran representativas?

Aneimo, la asociación del sector, dejaba caer una sospecha en su nota: ninguna de sus empresas asociadas, que cumplen las normas de Esomar, realizó un estudio exit poll.

En estos tiempos en que los datos nos abruman, no confundamos la cantidad con la calidad. Si de todos esos datos de los que ahora disponemos queremos extraer conclusiones para poblaciones o grupos de personas que no están en las bases de datos, deberemos insistir en que la base de partida sea representativa de ese grupo.

Si no es así podemos incurrir en errores muy graves.

Para los estudios de medios esa es la principal misión de la AIMC: garantizar que las muestras utilizadas representan a la población.

(*) Este artículo se publicó en el número del pasado julio de la revista IPMark.

La revista I&M, de AEDEMO, publicó en septiembre un número, casi monográfico, sobre el tema de las encuestas electorales. Nada menos que diez artículos, de especialistas como Lluis Fatjó, Ricardo Romero de Tejada, Carlos Lamas, Juan Antonio Gómez Yáñez, Kiko Llaneras, Paz Álvarez, Pepe Martínez, Idoia Portilla, José Vicente del Barco, Rafael Urbano o Sergi Guillot. Muy recomendable para cualquiera al que le interese este tema.

Mi voto cuenta

Ayer fue la jornada de reflexión.

Aunque la publicación de encuestas está prohibida, por una ley de los primeros años de la transición que ya no tiene ningún sentido, pudimos divertirnos con los datos sobre el precio del agua y la fruta en Andorra, que ha seguido publicando cada día El Periodic d’Andorra. El peligro de este tipo de iniciativas es que, al estar basadas en muestras muy pequeñas, parecen  mostrar una variabilidad que quizá no sea real. Pero no se puede negar que tienen interés.

Cada voto cuenta

Con datos de encuestas serias, bien hechas y con muestras de tamaño suficiente, podríamos tener una mejor orientación a la hora de, hoy, ir a votar. Sólo quienes trabajen para partidos políticos o los que lo hacen en institutos de investigación tienen esa información.

Una de las maravillas de la democracia es justo esa: cada voto cuenta. Todos los votos valen igual (al menos los de una misma circunscripción). El mío también.

Siempre me pregunto ¿para qué ir a votar? Emitir un voto es como echar una gota de agua salada al mar: nada va a cambiar. Los escaños se deciden por miles de votos. Prácticamente nunca un voto es decisivo. Incluso para ese último escaño que en algunos sitios tiende a oscilar, la decisión se hace por un número importante de votos; casi siempre varios centenares.

Pero esos centenares son opiniones de personas como yo, que quizá se pregunten en cada elección ¿para qué sirve mi voto?¿cambiaría algo si no voy a votar?

Yo no pude votar hasta los 28 años. Mis padres se pasaron más de cuarenta años sin votar (sólo lo pudieron hacer en dos o tres ocasiones con unas papeletas que llevaban impreso el , la única respuesta posible).

Dentro de un rato iré a votar, sabiendo que esa gota de agua tiene mucha importancia.

La Radio On Line es el futuro ¿También el presente?

No sé si la Radio On Line camina imparable, como dice el gran experto Gorka Zumeta (al que ya seguía y conocí personalmente en el evento de AERO), ni si está de moda, como también dice él mismo en un tuit.

Lo que sí parece claro es que está de rigurosa actualidad. La semana pasada participé en una mesa redonda que siguió a la Asamblea de AERO (Asociación Española de Radio On Line), la organización que preside la dinámica Elisa Escobedo, a quien agradezco su invitación.


(El autor del blog durante su intervención. Fotografía: Gorka Zumeta)

La semana que viene, el día 22, la IAB organiza una Jornada de Radio On Line.
Todavía más: una semana después, el 29, el Colegio de Ingenieros organiza la jornada La encrucijada tecnológica de la Radio.

Tres eventos sobre el tema en menos de tres semanas seguro que quieren decir algo.

Siempre fui un apasionado de la Radio. En mi casa tardó en entrar la televisión y las veladas tenían por centro el aparato de radio (Cabalgata fin de semana, Matilde, Perico y Periquín, El Gran Musical o Ustedes son formidables forman parte de mis recuerdos de infancia y adolescencia). Siempre estudié con la radio como fondo.

Disfruté mucho cuando, años después, acabé convirtiéndome en el especialista en audiencia de Radio de RTVE y representé a la Radio en la Comisión Técnica de AIMC o dirigí dos estudios de audiencia de Radio en la Comunidad de Madrid en los que conseguimos que participaran todas las emisoras existentes entonces, desde las grandes cadenas a las pequeñas nuevas emisoras de pueblo o de barrio. Años después, ya en Zenith, hicimosun estudio Menfis, de eficacia publicitaria, para la SER y GDM.

Mi intervención en la mesa redonda del día 9 se refería a las previsiones de inversión en Radio On Line. Hace unos meses me pidieron que incluyera en mis estudios Vigía y Zenthinela preguntas referidas a ese tema. Estos estudios se basan en opiniones, pero en opiniones cualificadas, de expertos en el mercado publicitario. Y suelen llenar huecos: cuando no hay ninguna información sobre un tema es bueno tener un dato, aunque esté basado en opiniones. Eso han pensado en su momento (2002) los Diarios Gratuitos; o en 2008 los Móviles, los Blogs o las Redes Sociales; o en 2009 los Medios para Inmigrantes; o en 2010 el Vídeo On Line; o en 2011 la Publicidad Exterior Dinámica (Digital signage); o en 2012 las Apps o ahora la compra programática o la propia Radio On Line. Para algunas de esas especialidades sigue sin existir un dato de otra fuente.

Los anunciantes del panel Zenthinela estimaban en febrero que la inversión en Audio On Line representa el 6,5% de toda la inversión en publicidad on line; los directivos de medios del panel Vigía situaban en marzo esa estimación en el 5,3%.

A mediados de los años ochenta participé en una Rencontre Internacional de Radio; expertos europeos de un buen número de países hablaban de la Radio como el medio del 10% porque ese era el porcentaje aproximado que se llevaban del total de las inversiones publicitarias en medios (en España nunca se ha separado mucho de esa cifra; en 2014 se situó en el 9,3%). Yo creo que a medio plazo ese 10% de la inversión digital puede ser un buen objetivo para la radio on line. Ví que desde la Asociación eran más optimistas; no me parece mal el optimismo como objetivo.

Recuerdo que hace ya casi veinte años, en el curso Nuevos medios, nueva publicidad, ¿nueva financiación? que organizó Zenith en la UIMP en Santander, Jaime Agulló, que entonces estaba en mi equipo, me dijo: la Radio Digital no funcionará mientras no nos demos cuenta de que todos llevamos un receptor (el móvil) en el bolsillo. Ahora ya es así.

También hay otras opiniones: el representante de una de las mayores cadenas de radio, uno de los líderes también en digital, me decía que esas cifras son muy exageradas. También me decía que los anunciantes pagan por la audiencia de la cadena y no están dispuestos a pagar más por lo digital (ni el medio a distinguir la audiencia digital, interpreto). Ese error, regalar la audiencia digital cuando la parte importante estaba en la oferta analógica, ya lo cometieron en su momento los diarios de papel. Luego es muy difícil, casi imposible, cobrar por lo que se ha regalado, incluso cuando lo digital es ya la parte del león.

No sé si la cifra real estará más cerca del 6% o del 4%; estoy seguro de que la inversión en Audio Digital va a crecer con fuerza en los próximos tiempos. También estoy seguro de que si los grandes regalan la audiencia digital se lo estarán poniendo muy difícil a las numerosas pequeñas emisoras digitales que están surgiendo. Unas emisoras con una multitud de especialidades diferentes, como puso de relieve Elisa Escobedo al final de la mesa redonda.

Y ya saben, si quieren saber mucho más sobre la radio digital (y sobre la radio en general) visiten el blog Gorka Zumeta-Comunicación.

¿Podemos fiarnos de las encuestas?

Una vez más, las encuestas preelectorales han fallado y esto puede perjudicar seriamente el prestigio de las encuestas en general. Esto resulta muy preocupante para quienes, directa o indirectamente, desarrollamos nuestra actividad profesional en el campo de las encuestas por muestreo y las estimaciones a partir de muestras pequeñas.

Pero ¿han fallado las encuestas o lo que ha fallado es la cocina?

Normalmente los resultados que se publican no son los que se extraen directamente de las encuestas. Coloquialmente se denomina cocina a las modificaciones que se introducen en los resultados obtenidos.

Hay dos tipos de cocina:

1. El que trata de corregir los efectos de la ocultación de voto en función de la experiencia en encuestas anteriores . Se sabe por esas experiencias que las personas de determinadas ideologías tienen tendencia a contestar menos o a declarar al encuestador una opción distinta a la que realmente piensan votar. Esta cocina es perfectamente legítima y, en condiciones normales, mejora los resultados obtenidos.

2. El otro tipo es el que modifica los resultados obtenidos para favorecer los intereses de quien encargó la encuesta. A la vista de las diferencias que se encuentran entre los resultados publicados por medios de ideologías contrapuestas, este tipo de cocina también es muy habitual. Desde mi punto de vista es absolutamente ilegítimo. Los resultados de una encuesta se pueden interpretar desde diferentes puntos de vista, pero no se deberían manipular.

En teoría las elecciones europeas, que se desarrollan en circunscripción única para toda España, son las más fáciles de estimar. No hacen falta tamaños de muestra tan grandes como cuando se trata de estimar los resultados en 52 circunscripciones.

Pero en esta ocasión existía una complicación adicional: se presentaba un buen número de partidos para los que no se disponía de datos anteriores. ¿Hasta qué punto los encuestados exageraban u ocultaban el voto a Podemos, Vox o Ciudadanos, por poner un ejemplo? La cocina buena, la 1, no tenía armas para corregir esas posibles desviaciones.

Siempre recuerdo mi única presencia en una noche electoral durante mi etapa en RTVE. Fue en las elecciones autonómicas vascas de 1990; la única vez durante mis quince años de permanencia en la casa en que la exit poll, la encuesta que se hace a la salida de los colegios electorales, se encargó desde el Gabinete de Investigación de Audiencia (que éramos los expertos en estudios sociales) y no desde Informativos. El trabajo de campo lo hizo la empresa Metraseis, una de las más prestigiosas en aquel momento, ahora absorbida por la vorágine multinacional.

Cuando en la tarde electoral, en Torrespaña, fuimos recibiendo los resultados de la encuesta cundió el pánico: Unidad Alavesa, un partido que se presentaba por primera vez, obtenía 3 escaños. Nadie sabía muy bien qué representaba el nuevo partido; todos los ojos se volvían hacia mí: un alavés podría aclarar las dudas. Pero yo no sabía mucho más que los otros. Al final se decidió informar de la entrada de UA en el Parlamento Vasco, pero atribuyéndole sólo un escaño.

Cuando se conocieron los resultados finales se vio que la encuesta había dado en el clavo, algo que nunca supieron los que sólo conocieron los resultados de la encuesta a través de la información emitida. Para la opinión pública, aquella encuesta falló.

No tengo información suficiente para juzgar lo que ha ocurrido en esta ocasión, pero me temo que una buena parte de los errores se debe mucho más a la cocina que a las encuestas. Demasiados partidos nuevos y demasiado cambio en la aceptación de los dos partidos dominantes como para que la experiencia de los cocineros ayudara a mejorar el guiso ofrecido.