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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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You Tube cumplió cinco años

Hace poco, allá por el mes de octubre, se cumplieron los primeros quince años de publicidad en internet.

Desde entonces está en marcha un negocio floreciente y que crece cada año (aunque se acaba de publicar la noticia de que en Estados Unidos la inversión en internet cayó el año pasado un 3,4%. Hay crisis para todos).

En España internet creció el año pasado; algo menos de lo que se esperaba, pero creció. Y se espera que vuelva a crecer este año. Al menos eso opinan los panelistas de Zenthinela y de Zenith Vigía.

Uno de los factores que más pueden hacer crecer la inversión en internet será el vídeo, quizá el formato publicitario por excelencia, con el que se muestran más cómodas las agencias creativas tradicionales.

El gran fenómeno del vídeo en internet sigue siendo You Tube, que hace un par de semanas cumplió cinco años.

Es curioso que You Tube celebre su cumpleaños el 23 de abril, aniversario de las muertes de Cervantes y de Shakespeare, cuando aquí celebramos el día del libro.

You Tube no es todavía rentable desde el punto de vista publicitario, aunque desde el año pasado hace un gran esfuerzo de comercialización. Muchas marcas ven el vídeo de aficionado como una apuesta arriesgada.

Esa podría ser la oportunidad para otro tipo de plataformas, como Hulu, que ofrecen contenido de calidad, de las grandes empresas productoras.

En cualquier caso, el futuro del vídeo en internet es apasionante.

Dos días en Ibiza

En mi post anterior hice un resumen de mi intervención en las XIX Jornadas de Exterior que se celebraron el jueves y el viernes pasado en Ibiza.

En total hubo once intervenciones; en muchas de ellas tuvo, como en la mía, un cierto peso la televisión. También la influencia que la digitalización puede tener en los cambios que ya están afectando al medio.

La digitalización nos trajo varias veces por la calle de la amargura: presentaciones que se habían probado varias veces, fallaban en el momento de la verdad. Los centros donde se realizan congresos no siempre son conscientes de la importancia que tiene que todo esté bajo control, que nada falle.

Sobre la digitalización de Exterior hablaron Rafa Martín-Alós y Alfonso del Barrio. Este contó un estudio muy interesante realizado por Kinetic en el Metro de Londres, en el que se podían comparar los recuerdos generados por campañas estáticas y en movimiento.

El catedrático Carlos Lema, uno de los mayores expertos en legislación sobre publicidad, hizo una exposición sobre la compleja situación que vive el sector, sometido a nada menos que 357 leyes, casi todas restrictivas.

Julián Bravo, presentó la Academia de la Publicidad que preside, haciendo especial hincapié en la figura de Alfonso de Zunzunegui, a quien puede considerarse el padre de la moderna publicidad exterior española.

Antonio Morales proyectó un video sobre las numerosas campañas audiovisuales que en los últimos meses han utilizado el medio exterior en su creatividad, destacando la campaña de despedida que TVE dedicó a la publicidad.

Fernando Contreras analizó el atractivo que el perfil de la publicidad exterior puede tener para anunciantes que en la actual situación se vean perjudicados.

Paloma Lumbreras insistió, como había hecho yo por la mañana, en las ventajas que puede tener Exterior en un mercado en el que la consecución de coberturas tiende a complicarse.

Ya el viernes, los componentes del Grupo APEU, de la Universidad Jaume I de Castellón se ganaron al público con una fresca y sensual campaña de sensibilización hacia el medio Exterior.

José Antonio Miranda, mi compañero en Zenith Media expuso un ejercicio de optimización en los soportes de transporte, con especial incidencia en el Metro.

Las Jornadas terminaron con la presentación que Daniel Cuende realizó sobre la situación internacional de la investigación del medio Exterior, algo en lo que su empresa tiene cada vez más que decir.

Las Jornadas, mejorables como todo, fueron interesantes para mí.

El jueves se entregó una placa de honor a Carlos Lozano, en representación de AIMC, por el papel que esa asociación ha tenido en la normalización del medio.

Antonio Morales tuvo el detalle de citarnos a Julián Bravo y a mí, como otros colaboradores en el hecho de conseguir que Exterior figure como un medio más en el EGM y que pueda entrar en compartivas y análisis multimedia.

Hace cinco años, mi última colaboración con AIMC fue la elaboración, junto con un pequeño Grupo de Trabajo, de un dictamen sobre la evolución que debería tener el EGM. La inclusión del medio Exterior fue una de las pocas cosas en las que ese dictamen tuvo algún efecto.

La noche del segundo día me encontré en mi habitación un bello regalo: el libro El color de la Publicidad, una colección de carteles de los mayores artistas del primer tercio del siglo XX: Mucha, De Penagos, Utrillo, Opisso, De Riquer, Casas, Xaudaró y tantos y tantos otros.

Gracias de nuevo a la AEPE.

Al final el vuelo se retrasó algo más de los habitual, pero podemos dar las gracias porque no nos afectó la nube del volcán de Islandia.

Esto sólo lo arreglamos entre todos

Hace unos meses participé en el equipo que preparó en mi agencia la propuesta para la campaña de la Fundación Confianza que se ha resuelto en la idea que da título a este post.

Finalmente la agencia de medios ganadora fue, algunos pensarán que estaba cantado, Arena. Allí tengo muy buenos amigos: ¡enhorabuena!

La campaña está siendo polémica, lo que a lo mejor se pretendía, y muy contestada.

Estoy viendo muchas más críticas negativas que positivas.

No sé si la resolución es la mejor posible, pero creo que la idea inicial, tratar de incrementar la confianza en nosotros mismos era buena.

Nuestro enfoque era diferente: tratábamos de elevar la autoestima destacando la cantidad de campos en los que hemos sido capaces de triunfar los españoles.

Por supuesto en deportes (Fútbol, Baloncesto, Fórmula 1, Tenis, Balonmano, Motociclismo, Ciclismo… y tantos y tantos otros) pero también en muchas otras actividades (Cocina, Energías renovables, Transporte, Pesca, Animación…y tantas y tantas otras).

Y si hemos sido capaces de destacar en tantas cosas ¿no vamos a ser capaces de salir de ésta?

Ya sé que la mayoría de los que estamos inmersos en la crisis no somos los causantes, pero está claro que si sólo nos dedicamos a buscar a los culpables y esperar a que nos lo solucionen ellos no vamos a conseguir nada.

Cuando trabajábamos en nuestra propuesta yo siempre tenía en mi cabeza aquella idea kennedyana de hace ya medio siglo:

no pienses en lo que tu país puede hacer por tí, piensa en lo que tú puedes hacer por tu país.

Creo que es una buena manera de enfocar el asunto.

No es muy diferente del

Yes, we can

o el

Juntos podemos

que propuso Obama.

No nos sentemos a esperar que nos resuelvan los problemas; si luchamos contra ellos estaremos en el camino de solucionarlos.

La música del tiempo

Son sólo siete notas, pero eran una de las músicas más conocidas de la televisión.

Repsol patrocinaba la información del tiempo en TVE desde hace casi 25 años.

Cuando empezó ese patrocinio yo todavía trabajaba en RTVE y me parece que hace una eternidad que salí de allí.

Es otra de las víctimas de la arbitraria decisión que el año pasado expulsó a la publicidad de TVE.

Leí hace poco que Repsol había intentado que ese patrocinio fuese indultado, como el toro de Osborne que sigue presente en las carreteras españolas aunque, eso sí, sin marca.

(El toro, uno de los mayores emblemas de la publicidad española, sobrevivió a una ley que prohibía la publicidad en las carreteras.)

Pero no lo consiguieron.

Ahora están en trámites, amistosos nos dicen, para vender a TVE los derechos de esa música, que son propiedad de Repsol.

De momento la música se mantiene como introducción a los programas de información meteorológica.

Puede que durante algún tiempo se siga recordando a Repsol cuando llegue el momento de El Tiempo en TVE.

La verdad es que se lo merecen.

Un patrocinio tan largo y tan consistente debe tener premio.

Ciego por un día

Marcos de Quinto, Presidente de Coca Cola Iberia se convirtió en ciego por un día; un día de trabajo en el que intentó hacer su vida normal…lo más normal posible en esas condiciones.

Ferrán Adriá, el mejor cocinero del mundo, el líder de El Bulli fue sordo durante un día de trabajo en la cocina de su restaurante.

María Garaña, Presidenta de Microsoft Ibérica pasó un día en silla de ruedas, un día normal de trabajo en su empresa, con sus reuniones y sus complicados desplazamientos.

Al final del día Marcos se desenvolvía más o menos bien con el bastón blanco, identificaba los billetes al tacto o aprobaba campañas de publicidad a partir del sonido o de la descripción de las imágenes.

María se peleaba con los complicados pasillos o los espacios entre las mesas de su oficina, pero era capaz de entrar y salir de un ascensor amplio o incluso subir una cuesta impulsando su silla con las manos.

Ferrán se expresaba con el lenguaje de los signos y trataba de leer los labios de su interlocutor.

Todos nos transmiten, en primera persona, las dificultades que viven los discapacitados cuando hacen su vida normal…lo más normal que se puede en sus circunstancias.

Todos nos transmiten que hay personas que lo tienen más difícil, pero que lo hacen y que, eso sí, tienen más mérito.

La idea de la agencia Shackleton para la Fundación ONCE se ha plasmado en un fantástico vídeo. Dura algo más de veinticinco minutos, pero merce la pena verlo.

Internet y los creadores de contenidos

Los creadores de contenidos han sido siempre los que menos ganaban con lo que hacían.

En la industria discográfica tradicional el negocio lo hacían las grandes casas discográficas, la distribución se llevaba también su buena parte y para el creador o el intérprete quedaban unas migajas que casi nunca llegaban al 10% del precio pagado por el consumidor.

Claro que en los pocos casos en que se vendían millones de copias, eso podía suponer mucho dinero para el artista.

La industria discográfica creó millonarios escandalosamente ricos, (como refleja perfectamente en el artículo linkado mi amigo Miguel del Fresno) junto a una gran mayoría de intérpretes que malvivían con sus derechos.

No era muy diferente la industria editorial. El gran negocio lo han hecho siempre las editoriales. Algunas grandes librerías también se llevaban su parte, aunque en muchos casos pertenecían a los mismos grupos de las grandes editoriales. Y las pequeñas librerías y los autores se llevaban las migajas.

Eso sí, siempre ha habido unos pocos escritores que vendían millones de ejemplares y podían vivir muy bien con sus sacos de migajas.

Algo parecido ocurre en el mundo del cine, aunque en este caso las estructuras industriales son más complejas y quienes pueden identificarse como creadores son muchos.

El problema que surge con internet es que en la mayor parte de los casos no ha encontrado su modelo de negocio, o sólo lo ha hecho de manera imperfecta.

Internet necesita contenidos. Es más, la mayor parte del tráfico se genera gracias al consumo de contenidos de gran calidad (y en algunos casos de cierta calidad).

Pero los autores o los intérpretes no ven ni un euro de los que ayudan a generar en muchos sitios de internet con los contenidos que crean.

Los buscadores no harían negocio si no hubiera contenidos que buscar; los sitios de descargas y de intercambios no harían negocio si no hubiera contenidos que descargar.

Yo creo que esa es una parte del problema que hay que resolver y habrá que hacerlo para que internet siga avanzando.

Yo no creo que la solución esté en el cierre administrativo de webs sin decisión judicial previa.

Pero creo que los defensores a ultranza de una internet sin leyes, que saltan encima de cualquiera que intente introducir algo de sensatez no le hacen ningún favor al medio.

En internet, como en todo, hay cosas buenas y cosas malas pero si cuando uno, después de años de hablar de lo bueno, habla de alguno de los problemas, siempre hay algún talibán que te salta a la yugular, no le estamos haciendo ningún favor a internet.

Estos días convulsos, entre mucha demagogia he visto también algún intento de introducir sensatez. La FECEMD (que agrupa a las empresas de marketing directo y de comercio electrónico) trata de buscar algún tipo de consenso.

También en un debate en Linkedin he leído la respuesta de Juanjo Azcárate, uno de los más grandes profesionales de este mercado, con la que estoy bastante de acuerdo.

Los creadores tendrán que obtener de internet también sus migajas o se dejarán de crear contenidos de calidad y eso a medio plazo significará la degradación de internet.

Y de la sociedad.

La nueva economía y el PIB

Hace unos días vino a verme Luis Tamayo.

Luis es uno de los pioneros en España de los estudios de tendencias con técnicas etnográficas.

Cuando yo le conocí trabajaba en Escario, luego ha pasado por Advira y ahora está poniendo en marcha su propia empresa, Simbyosi.

Tiene la edad, las ganas y las ideas, así que estoy seguro de que le saldrá bien.

Además lo cuenta con mucho encanto. Convence.

Su idea, que no voy a contar aquí, claro, está basada en la nueva economía de colaboración que nace con internet.

La cooperación, el compartir ideas, enriqueciéndolas para que todas las partes ganen (el win/win de los ingleses), está en el fondo de esta idea.

No voy a negar que tiene un cierto aspecto utópico. No voy a negar que me encanta.

Pero, y de esto es de lo que quería hablar hoy, su charla me hizo pensar.

En general el PIB y todas las cuentas públicas sólo recogen aquellas actividades en las que se da una transacción económica.

Por eso nunca se ha recogido el fruto de la actividad de las amas de casa, que no reciben un pago por su trabajo.

Me da la impresión de que en muchos de los aspectos de la nueva economía, entre otros todo lo que se ha dado en llamar UGC (Contenidos Generados por los Usuarios) se está generando riqueza, pero en muchos casos esa riqueza se pone a disposición de la sociedad pero no hay transacciones económicas que reflejar.

¿Cuanto vale la Wikipedia? ¿Se refleja en alguna contabilidad el software libre? ¿Valen menos las obras acogidas al Copyleft que las acogidas al Copyrigth? ¿En las redes sociales no se está creando valor?

En resumen ¿somos ahora menos ricos- es probable- o además estamos haciendo mal las cuentas sobre el valor de lo que tenemos?

Seguro que algún lector, mucho más versado que yo en Economía y en cuentas públicas, me puede orientar.

Las nuevas agencias de medios

En el principio…me contaron que en el principio fueron las distribuidoras, luego vinieron las centrales de compras, más tarde las centrales de medios y allí por el cambio de milenio ya éramos agencias de medios. Algo que en su momento produjo el enfado de las agencias, de las creativas de toda la vida.

Por el camino hemos ido aportando cada vez más valor aunque, eso sí, recibiendo a cambio menos dinero. Es lo que tiene cuando un mercado madura, me dicen. Pero yo no lo creo. Yo creo que no hemos sabido transmitir cual es ese valor que aportamos.

Cada vez que hay un concurso y hacemos un gran esfuerzo de investigación, un planteamiento estratégico novedoso, llevamos propuestas creativas acordes con esa estrategia, planteamos una campaña integrada que tiene en cuenta todos los puntos de contacto posibles con el consumidor del producto (apoyada en una investigación que ha costado su buen dinero)…y al final el concurso se adjudica a los mejores costes, me convenzo más de que algo estamos haciendo mal.

Porque además todos sabemos que esos costes se consiguen a base de presionar a los medios y la capacidad de presionar depende más de las características del anunciante que de las de la agencia. O sea que al final son los medios los que pagan los platos rotos de los concurso y de la presunta “maduración del sector”.

¡Uy! Me parece que me estoy alejando del briefing. Yo tenía que escribir de las tendencias en nuestro negocio. Pero creo que la tendencia a, simplemente, comprar más barato, siendo la real, no es políticamente correcta.

Claro que hay veces que parece que eso es lo único que valora el anunciante, o al menos algunos anunciantes. Porque se da por hecho que todos tenemos un producto similar: las mismas fuentes, todas, y la misma panoplia de investigaciones propias, de herramientas y hasta, supongo, el mismo talento.

Bueno, pues eso no es cierto ni siquiera en el caso de las fuentes (algunas tenemos más y otras, no siempre las más pequeñas, menos) pero está muy lejos de la realidad en el caso de las investigaciones propias, de las herramientas y, supongo, en el del talento.

Todos hablamos de investigaciones sobre los puntos de contacto con el consumidor (los famosos touch points) pero el grupo ZenithOptimedia completó el mes pasado su estudio número 400; creo que nadie más puede hablar de esas cifras ni del conocimiento que eso supone pero ¿qué valor tiene eso en un concurso frente a un 2% más de descuento?

Todos hablamos de comunicación integrada, de planes en los que se contemplan todos los medios, pero algunas empresas han desarrollado más su conocimiento sobre nuevos medios y tienen a sus especialistas integrados en los equipos de servicio al cliente y otras no. Algunas tienen sus propios estudios sobre blogs y publicidad o sobre publicidad en redes sociales y otras no.

Todos sabemos que el móvil puede ser la plataforma publicitaria del futuro, pero hay pocas agencias que hayan desarrollado estudios propios sobre el tema y creo que sólo hay una que haya realizado ya tres ediciones de su estudio.

Todos creemos conocer las potencialidades publicitarias presentes y futuras de Internet pero sólo unos pocos nos hemos preocupado de realizar estudios específicos sobre la red y sólo unos pocos más estamos peleando porque Internet tenga una medición adecuada a las necesidades del mercado publicitario.

Todos sabemos que los medios se pueden utilizar de muy diferentes formas, desde las más convencionales a las más innovadoras. Algunas empresas gestionan este aspecto desde unidades especializadas en innovación, muy imbuidas de creatividad; otras no lo consideran necesario.

El mercado de medios es cada vez más complejo. Conocerlo bien y plantear las mejores estrategias de comunicación es cada vez más complicado, pero todos parecemos dar por hecho que ese conocimiento no tiene ningún valor o, si lo tiene, que no hay que pagar por ello. Si en épocas de bonanza ya era así, la maldita crisis ha acentuado esa tendencia y, de nuevo, lo único que importa es comprar más barato. Da igual lo que compremos, pero que sea muy barato.

Yo quiero pensar que la tendencia es otra. Que en algún momento los anunciantes se darán cuenta de que desde las agencias de medios se aporta valor y que éste no es igual para todas. Que en algún momento todos nos daremos cuenta de que los medios también aportan valor, que son los vehículos necesarios para nuestra comunicación y que ese valor tiene un precio que hay que pagar. Que estrangulando a los medios estamos apretando el nudo con el que todos nos ahorcaremos y que pagando cada vez menos por el servicio, acabaremos teniendo un peor servicio.

Yo creo que este mercado necesita una reflexión sobre sí mismo, sobre sus actitudes, su presente y su futuro.

Yo creo que estamos a tiempo de replantearnos el papel que debe adoptar cada uno para conseguir un mercado publicitario sostenible.

Pero hacen falta interlocutores que sepan valorar lo que aporta cada cual en la negociación.

Si no es así, si no somos capaces de pararnos a reflexionar sobre cómo estamos destruyendo el mercado, la publicidad será probablemente muy barata pero será inútil.

Espero que seamos capaces de demostrar que de verdad aportamos valor.

Este artículo se ha publicado en la revista especializada IPMark, este mes de octubre.

Un spot de Campofrío en el Museo Reina Sofía

Algunas piezas publicitarias son verdaderas obras de arte.

Al menos eso pensamos algunos.

A partir de esta idea la IAA, International Advertising Asociation, puso en marcha hace cuatro años una idea interesante: seleccionar cada año aquellos anuncios que merezcan figurar en un museo.

El martes pasado se celebró en el Reina Sofía el acto de proclamación de las piezas ganadoras.

La presentación corrió a cargo de dos de los grandes de la publicidad española actual: Fernado Ocaña, Presidente de Tapsa y de la propia IAA y Miguel Ángel Furones, que lo ha sido todo en Leo Burnett a nivel mundial y ahora preside Ignition K, una pequeña agencia del mismo grupo Publicis.

Me encantaron las palabras que pronunció Miguel Ángel, un magnífico discurso lleno de poesía y de sentimiento, además de cariño a la profesión.

Luego vimos la proyección de las casi cuarenta películas preseleccionadas; muchas de ellas podían haber tenido premio.

Pero sólo se eligen tres; las tres mejores a juicio de un jurado que combina a profesionales del mundo de la publicidad con otros procedentes de las bellas artes.

Las tres ganadoras fueron la campaña de Navidad de Freixenet, con el equipo español de natación sincronizada, la campaña de Photoespaña, con un guiño hacia una foto clásica y la película Vegetarianos, de Campofrío, toda una maravilla de humor, con la estética del flower power y la típica Volkswagen Caravelle montando un atasco en las modernas carreteras actuales. Una campaña que abrió un estilo que otros anunciantes han imitado este año.

Enhorabuena a las tres campañas premiadas (pueden verse en este link; merece la pena) y a sus agencias.

A lo largo de la próxima semana se podrán ver en una sala del Museo Reina Sofía estas tres y el resto de las películas seleccionadas.

Pero con este ojo…

Ayer lo ví y casi no me lo podía creer.

Cuando lo he visto otra vez ya sé que no me había equivocado.

Se trata de una autopromoción de La Sexta. En concreto de El Intermedio.

Una serie de personajes conocidos comentan, con textos diversos:

Yo también veo El Intermedio

.

La guinda la pone Fernando Trueba; probablemente el bizco más bizco que se conozca:

Yo también veo El Intermedio, pero con este ojo…veo Tele 5.

Siempre me ha encantado la gente que es capaz de reirse de sus propios defectos o limitaciones. Especialmente si, como es el caso de Trueba, no les han impedido llegar muy lejos en su profesión.

Enhorabuena a La Sexta, enhorabuena a El Intermedio y enhorabuena, sobre todo, a Fernando Trueba. Se trata de una buena autopromoción.