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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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Balances y propósitos

Se acabó el año en que nació Unax y me convirtió en abuelo.

Empieza el que, seguramente, será mi último año completo de actividad profesional.

Es un buen momento para hacer balance y también para mirar un poco hacia el futuro.

2013 ha sido un año bueno en lo personal. En lo profesional ha sido raro, como todos los últimos. Hacerse a la idea de que uno ocupa un papel cada vez más marginal es duro a veces, pero seguramente inevitable en esta sociedad cuando se ha rebasado con creces el hito de los sesenta años.

Hicimos, junto con The Cocktail Analysis, un gran estudio de Redes Sociales. Hemos hecho muchos estudios de Touch Points, seguramente el año que más, incluido el de carácter multinacional que me llevó a México DF para presentarlo. Y todo con el equipo reducido por la baja maternal de Mapi (sí; también fue el año en que llegó Martina). Así pudimos ver que el de Investigación de Zenith es un gran equipo. Muchas gracias, chicos. E hicimos muchos estudios más, en el día a día y para los numerosos new business de fin de año; en esta segunda parte del año ya con Mapi. Todo mucho más fácil.

Para el año que empieza la reducción de presupuestos presenta un panorama muy parecido a un erial. ¿Más marginal aún? Seguramente.

Así que Vigía y Zenthinela me han servido cada mes para oxigenarme un poco. Además al final las previsiones han empezado a ser buenas; a ver si se cumplen. En 2014 llegaré a la previsión número 100. Me gustaría celebrarlo de algún modo. Pero tendrá que ser modesto; no habrá presupuesto.

Siempre leo mucho. Hoy he estado contando los libros que he terminado en 2013: han sido 53, algo más de uno por semana.

Este blog, Casi Enteros, ha languidecido de una manera que no me gusta nada: 33 post en todo el año, cuando el primer año me quedé al borde de los 200. Mi propósito para este año es recuperar el ritmo y escribir al menos 150; temas siempre sobran. Lo que hay que encontrar es tiempo para escribir.

Claro que esto no es lo único que escribo. He escrito algunos artículos para Bloggin Zenith, el blog de la compañía, en el que también me gustaría colaborar más este año. También he escrito alguna cosa para revistas del mercado publicitario, y para Telos, la revista de Fundación Telefónica.

También he dado algunas, no muchas este año, charlas (AEDEMO, IIR,…)

Carlos, mi yerno, me regaló un blog, El Vigía, que puse en marcha en diciembre, en el que espero contar experiencias personales a un ritmo de una por semana. A ver si soy capaz.

Quizá donde más actividad he tenido es en Twitter. Siempre que he acudido a algún acto he intentado resumir alguna de las ideas principales que se estaban transmitiendo. También he reflejado mis ideas, cuando me venían y eran fáciles de resumir.

Ahora tengo más de mil seguidores en Twitter (1064 en este momento); 562 amigos en Facebook, una red que cada vez utilizo menos, casi sólo para reproducir mis tuits (aunque luego tienen más repercusión en esta red que en la propia Twitter); en LinkedIn tengo 1424 contactos, esta red la utilizo sobre todo para participar en debates en grupos; creo que su utilidad principal, buscar un nuevo trabajo, la tengo complicada y no la voy a necesitar a mi edad. Ni siquiera tengo muy actualizado el perfil.

Este año que empieza, el primero del resto de mi vida, va a ser clave para decidir qué haré a partir de ahora, especialmente cuando, ya pronto, no tenga que acudir cada día a la oficina. No me veo de brazos cruzados. Seguro que, al menos, escribiré y leeré mucho.

 

Aunque, como suele ocurrir, la redacción ha ido en otra dirección, la idea inicial de este artículo era recopilar una buena parte de esos artículos en los que se resume lo más visto, lo más leído, lo más… A continuación incluyo algunos de los links que había ido almacenando: IPMark recogía la lista de los vídeos más vistos en YouTube. También se puede seguir la lista de la propia Google. O lo que más se vio en España, que resumía Marketing Directo. También se publicó un vídeo resumen de seis minutos con lo más destacado del año.

Pero, en el plano más próximo a la temática de este blog, podemos comparar la lista de los vídeos publicitarios más vistos; o los mejores vídeos de marcas en la nueva red Vine o la de las campañas más virales, que está recogiendo Bloggin Zenith, el blog de mi empresa.

Aunque quizá sea más práctica la lista, publicada por LinkedIn, de las 25 habilidades profesionales que proporcionan más oportunidades laborales.

Si tienes un rato, revisa estos listados. Están llenos de ideas interesantes.

Va de boca en boca

El martes por la tarde estuve en el Espacio Fundación Telefónica participando en el primer WOM Day de Madrid, que organizaba trnd, la empresa líder en el sector. Ya sólo la presencia en el espacio remodelado merece la pena, pero la conferencia también estuvo muy bien.

WOM son las iniciales de Word of Mouth, que aquí algunos traducen como boca a boca y otros como boca a oreja. Yo creo, y así lo dije en mi charla, que en castellano deberíamos decir de boca en boca, que es como se han transmitido siempre los rumores.

Las estrategias WOM consisten en utilizar a nuestros propios consumidores como prescriptores; empresas como trnd han desarrollado técnicas para estimular ese tipo de comunicación y medir sus resultados.

Intervino en primer lugar Othman Bennis de La Roche Posay. Othman contó cómo se desarrolla una campaña de WOM y los resultados que obtuvieron en una de las que desarrollaron para uno de sus productos, para el cuidado de  pieles delicadas. Los cinco pasos imprescindibles son la selección (adecuada) de las persosnas que colaborarán, la extensión, la conexión, el apoyo y la medición.

Francisco Bernabé de Nielsen, explicó las posibilidades de la modelización econométrica para el cálculo del ROI (retorno de la Inversión), aunque en una charla necesariamente breve creo que quienes no la conocieran ya, se quedaron con la miel en los labios.

A continuación intervine yo; luego les cuento.

Terminó la tarde con la participación de Martin Oetting, de las oficinas centrales de trnd en Alemania. De forma divertida desmontó los siete mitos sobre el WOM. A mí el que me dejó más huella es: no se puede controlar el WOM. En opinión de Martin, el miedo a que sólo digan cosas negativas de nuestra marca es absurdo. Los que sólo hablan mal de todo, son unos cenizos, que acaban cayendo mal a todo el mundo. Preferimos a quienes hacen una crítica inteligente y saben recomendar los productos que les han gustado.

Yo también creo que es así.

En mi charla utilicé lo que alguien en Twitter denominó un anuncio vintage: el del lanzamiento de Ariel automáticas en 1981. (Gracias Luís por localizármelo). En el spot una actriz, que no estoy seguro de que sea Tina Sainz, en el papel de presentadora del Telediario, da la noticia de la blancura absoluta de la ropa que consigue la protagonista de la noticia y le pregunta ¿se lo dijiste a alguien? A mi hermana Carmen. Que a su vez se lo dijo a su amiga Ana…Al final la presentadora nos recomienda: Corra la voz.

Así que no se trata de algo nuevo que estemos inventando ahora. Está claro que Procter & Gamble ya conocía hace más de 30 años la fuerza de la comunicación de boca en boca. Algo tan antiguo como la civilización: la misma técnica ya se utilizó para propagar el Evangelio.

No existe una fuente de datos oficial que nos dé datos sobre la inversión en WOM, pero yo llevo cuatro años preguntando a los anunciantes del panel Zenthinela cuanto piensan invertir cada año. En un momento en el que la inversión en medios de masas cae con fuerza (volvemos a las cifras de hace quince años) este tipo de comunicación crece, a ritmo moderado pero crece.

Por otra parte los estudios Touch Points, que analizan todos los puntos de contacto entre las marcas y sus usuarios, nos dicen que los contactos WOM, de persona a persona, son los que tienen más influencia en la compra de productos. Está claro: si alguien en quién confío me recomienda un producto que ya conoce, es más probable que le haga caso. El grupo ZenithOptimedia ha realizado ya más de 625 estudios Touch Points en todo el mundo, de los que se pueden obtener datos comparativos por categorías, por edades, por zonas geográficas, etc.

Además trnd ha desarrollado con el instituto alemán Ifwom técnicas de medición que nos permiten analizar cómo se va desplegando el mensaje. En una campaña desarrollada para uno de nuestros clientes utilizando 3.500 participantes de primer nivel se alcanzó a más de 760.000 personas en tan sólo dos pasos.

El potencial que ha tenido siempre este tipo de comunicación se está viendo muy ampliado gracias a las redes sociales en Internet, que amplifican el efecto de las redes sociales de contacto personal con las que hemos convivido desde siempre.

¿Cómo ha cambiado internet nuestras vidas?

Hoy, 17 de mayo, es el día de Internet.

Hace 20 años, muy poca gente había oído hablar de Internet. Hoy creo que muchos no nos podríamos hacer a la idea de cómo sería ahora nuestra vida sin internet. Había pensado recoger en este post todos aquellos aspectos de mi vida que han cambiado desde que ¡hace ya 17 años! tuve mi primer contacto con aquella internet incipiente y desesperantemente lenta (que, pese a todo, nos parecía un milagro). Pero no caben en un post de tamaño legible, así que me tengo que conformar con algunos. Y eso que, evidentemente, no soy un nativo digital; ni siquiera un usuario avanzado de internet.

Ya casi no recibo cartas, a lo sumo facturas; a cambio una buena parte de mis horas de trabajo las dedico a leer y escribir e.mails.

Tengo mi propio blog (éste) y me he convertido en un minimedio de comunicación que hasta tiene unos cuantos miles de seguidores habituales, muchos de ellos amigos o colegas de profesión. Además puedo ver su reacción si son de los que comentan.

Cuando publico algo se lo puedo contar inmediatamente a mis cientos de contactos en las redes sociales.

Cuando quiero buscar el significado de algo, casi nunca utilizo un diccionario de papel: voy a la wikipedia o a un buscador, que además me permiten enlazar con las empresas o los sitios en los que encontraré más información o incluso podré comprar el producto si lo necesito.

He dejado de estudiarme los periódicos en papel, que compro muy pocos días; pero no tengo la sensación de estar peor informado que antes.

En el plano profesional internet se ha convertido en mi principal objeto de estudio (estudio de Redes Sociales,estudio de Blogs, Net Radar, estudio de eficacia publicitaria en internet) y también en el vehículo de una buena parte de las investigaciones que llevamos a cabo: Vigía y Zenthinela existen porque existe el e.mail, pero hay otras investigaciones (los cuatro estudios de Móviles, algunos de los estudios Touch Points, más de un estudio rápido de notoriedad, The Pool sobre Vídeo en internet, o post tests de creatividad y varios más) que se han hecho a través de internet.

El propio mercado publicitario, en el que trabajo, ha cambiado radicalmente: Internet ya es el tercer medio por captación de inversiones y se prepara para ser el segundo muy pronto. Y es, como medio muy tecnológico pero intensivo en mano de obra, el que más trabajo da actualmente.

Por si fuera poco, internet ha cambiado también la relación entre los políticos y sus electores; creo que en España estamos lejos de vivir una campaña electoral comparable a la de Obama, pero hay un acuerdo general en que internet fue un factor clave en la elección de Obama.

Además está contribuyendo a cambiar el mundo: las revueltas de Oriente Medio, que cambiaron el Gobierno en Túnez y Egipto y que están complicando mucho la vida a otros dictadores en Libia, Siria o Yemen, tampoco habrían sido lo mismo sin la influencia de internet.

En algún momento me he preguntado si en un país con cinco millones de parados y con una juventud sin esperanza no acabaría ocurriendo algo similar. Europa es mucho más conformista; los sistemas de protección social pueden frenar muchas reacciones, el tener un partido del siglo generador de grandes polémicas cada semana puede atontar…y si falla eso tenemos una buena dosis de Belén Esteban, pero…

…el movimiento Democracia real ya acaba de ponerse en marcha. La repercusión inicial no ha sido muy grande ¿o sí? pero esto no ha hecho más que comenzar y no creo que internet tenga menos fuerza aquí que en los países árabes.

Veremos

Las nuevas agencias de medios

En el principio…me contaron que en el principio fueron las distribuidoras, luego vinieron las centrales de compras, más tarde las centrales de medios y allí por el cambio de milenio ya éramos agencias de medios. Algo que en su momento produjo el enfado de las agencias, de las creativas de toda la vida.

Por el camino hemos ido aportando cada vez más valor aunque, eso sí, recibiendo a cambio menos dinero. Es lo que tiene cuando un mercado madura, me dicen. Pero yo no lo creo. Yo creo que no hemos sabido transmitir cual es ese valor que aportamos.

Cada vez que hay un concurso y hacemos un gran esfuerzo de investigación, un planteamiento estratégico novedoso, llevamos propuestas creativas acordes con esa estrategia, planteamos una campaña integrada que tiene en cuenta todos los puntos de contacto posibles con el consumidor del producto (apoyada en una investigación que ha costado su buen dinero)…y al final el concurso se adjudica a los mejores costes, me convenzo más de que algo estamos haciendo mal.

Porque además todos sabemos que esos costes se consiguen a base de presionar a los medios y la capacidad de presionar depende más de las características del anunciante que de las de la agencia. O sea que al final son los medios los que pagan los platos rotos de los concurso y de la presunta “maduración del sector”.

¡Uy! Me parece que me estoy alejando del briefing. Yo tenía que escribir de las tendencias en nuestro negocio. Pero creo que la tendencia a, simplemente, comprar más barato, siendo la real, no es políticamente correcta.

Claro que hay veces que parece que eso es lo único que valora el anunciante, o al menos algunos anunciantes. Porque se da por hecho que todos tenemos un producto similar: las mismas fuentes, todas, y la misma panoplia de investigaciones propias, de herramientas y hasta, supongo, el mismo talento.

Bueno, pues eso no es cierto ni siquiera en el caso de las fuentes (algunas tenemos más y otras, no siempre las más pequeñas, menos) pero está muy lejos de la realidad en el caso de las investigaciones propias, de las herramientas y, supongo, en el del talento.

Todos hablamos de investigaciones sobre los puntos de contacto con el consumidor (los famosos touch points) pero el grupo ZenithOptimedia completó el mes pasado su estudio número 400; creo que nadie más puede hablar de esas cifras ni del conocimiento que eso supone pero ¿qué valor tiene eso en un concurso frente a un 2% más de descuento?

Todos hablamos de comunicación integrada, de planes en los que se contemplan todos los medios, pero algunas empresas han desarrollado más su conocimiento sobre nuevos medios y tienen a sus especialistas integrados en los equipos de servicio al cliente y otras no. Algunas tienen sus propios estudios sobre blogs y publicidad o sobre publicidad en redes sociales y otras no.

Todos sabemos que el móvil puede ser la plataforma publicitaria del futuro, pero hay pocas agencias que hayan desarrollado estudios propios sobre el tema y creo que sólo hay una que haya realizado ya tres ediciones de su estudio.

Todos creemos conocer las potencialidades publicitarias presentes y futuras de Internet pero sólo unos pocos nos hemos preocupado de realizar estudios específicos sobre la red y sólo unos pocos más estamos peleando porque Internet tenga una medición adecuada a las necesidades del mercado publicitario.

Todos sabemos que los medios se pueden utilizar de muy diferentes formas, desde las más convencionales a las más innovadoras. Algunas empresas gestionan este aspecto desde unidades especializadas en innovación, muy imbuidas de creatividad; otras no lo consideran necesario.

El mercado de medios es cada vez más complejo. Conocerlo bien y plantear las mejores estrategias de comunicación es cada vez más complicado, pero todos parecemos dar por hecho que ese conocimiento no tiene ningún valor o, si lo tiene, que no hay que pagar por ello. Si en épocas de bonanza ya era así, la maldita crisis ha acentuado esa tendencia y, de nuevo, lo único que importa es comprar más barato. Da igual lo que compremos, pero que sea muy barato.

Yo quiero pensar que la tendencia es otra. Que en algún momento los anunciantes se darán cuenta de que desde las agencias de medios se aporta valor y que éste no es igual para todas. Que en algún momento todos nos daremos cuenta de que los medios también aportan valor, que son los vehículos necesarios para nuestra comunicación y que ese valor tiene un precio que hay que pagar. Que estrangulando a los medios estamos apretando el nudo con el que todos nos ahorcaremos y que pagando cada vez menos por el servicio, acabaremos teniendo un peor servicio.

Yo creo que este mercado necesita una reflexión sobre sí mismo, sobre sus actitudes, su presente y su futuro.

Yo creo que estamos a tiempo de replantearnos el papel que debe adoptar cada uno para conseguir un mercado publicitario sostenible.

Pero hacen falta interlocutores que sepan valorar lo que aporta cada cual en la negociación.

Si no es así, si no somos capaces de pararnos a reflexionar sobre cómo estamos destruyendo el mercado, la publicidad será probablemente muy barata pero será inútil.

Espero que seamos capaces de demostrar que de verdad aportamos valor.

Este artículo se ha publicado en la revista especializada IPMark, este mes de octubre.

Navegando por aguas turbulentas

Me acaba de llegar el número 1254 de la revista Anuncios, el correspondiente a esta semana. Como en él se publica el artículo que les había prometido, lo reproduzco ya.

Este número de la revista está muy interesante para los lectores habituales de Casi Enteros. Contiene un artículo de Carlos Lamas sobre la compra de TNS por WPP, los resultados de Zenith Vigía y muchos artículos más relacionados con nuestra área de interés. Se lo recomiendo.

Y aquí va el artículo, tal como lo escribí a finales de julio. Algunos de los indicadores a los que se hace referencia han evolucionado a peor, otro, el precio del petróleo, nos ha dado un respiro, pero se ha perdido entre el paisaje general.

Crisis, desaceleración, recesión, contracción del mercado…

Llevamos unos cuantos meses en los que estas o parecidas palabras resuenan una y otra vez en nuestros oídos.

Después de más de diez años de crecimientos, la economía española ha entrado en la fase negativa del ciclo. ¿Recuerdan que hace unos años hubo un momento en que nos dijeron que ya no iba a haber ciclos? Creceríamos siempre; no me acuerdo bien del razonamiento, pero tenía algo que ver con la digitalización.

El mercado de medios ya vivió una pequeña crisis entre 2001 y 2003, debida sobre todo al desmesurado crecimiento de los años anteriores. Fueron los años de la liberalización de las telecomunicaciones, las grandes ofertas públicas de acciones y el lanzamiento de las empresas puntocom, cuando parecía que los perros se ataban con longanizas. La vuelta a la realidad fue dura, pero los problemas se superaron pronto. En aquel caso se trató más bien de un ajuste y no afectó al conjunto de la economía.

Ahora parece que las cosas son diferentes. Estamos viviendo un profundo cambio estructural que afecta a toda la sociedad y también, de forma muy especial, al mercado publicitario.

El detonante se produjo en el verano de 2007 y venía de Estados Unidos. La crisis de las subprime morgage, lo que algunos medios llamaron el tsunami financiero, fue la primera señal de alarma. Pero tras unos momentos en los que cundió el pánico, también en nuestro mercado, pareció que las aguas volvían a su cauce.

El año 2007 terminó bien, casi con la misma fuerza con la que había empezado y los dos primeros meses de 2008 tampoco fueron malos: se redujo un poco el optimismo, pero aún se hablaba de crecimientos y de cumplir los presupuestos.

Ahora ya no.

Ya casi nadie se acuerda de que cuando iba a empezar la guerra de Irak una de las cosas que nos prometieron fue petróleo barato. Ya hemos visto el barril de brent a más de 145 $ y nos dicen que no es descabellado pensar en un coste de 180 $, que multiplica por más de 7 el coste de 2001.

Con este precio del petróleo, el aumento de coste de las hipotecas y la sensación permanente de crisis económica, no es de extrañar que las ventas de automóviles hayan caído en España un 17,5% en los seis primeros meses del año (casi un 31% en junio). (Gráfico 3)

El cambio es estructural, profundo y afecta a todas las economías avanzadas, pero tiene una incidencia especial y unas características propias en España.

Durante los últimos años hemos vivido en España un modelo de desarrollo basado en la construcción y la especulación que llevaba aparejada. Cuando el sector entra en crisis (Llanera, Astroc, SEOP, muchas más y últimamente la mayor: Martinsa Fadesa) arrastra a otros muchos: todos los de materiales de construcción, muebles y decoración, electrodomésticos, seguros de hogar, la propia banca…y el mercado se contrae.

Con un número creciente de empresas en dificultades aumenta el paro, disminuye la ocupación (en el primer trimestre el paro aumentó un punto, pero aún crecía la población ocupada; en el segundo ya no ha sido así), disminuye la capacidad de consumo privado (muy afectada también por el alza de los tipos de interés) y los problemas se van extendiendo a otros sectores. La última es una caída en el sector de las telecomunicaciones.

En un claro efecto dominó, los problemas han terminado afectando al mercado publicitario. Y mira que esta vez nos hemos resistido.

Los dos primeros meses de 2008 fueron relativamente buenos. Marzo fue raro: hubo elecciones y Semana Santa temprana. Abril era el mes de la esperanza. Todo debería haber resurgido, pero no fue así. Con todo comparábamos con un abril anterior con Semana Santa y eso enmascaraba un poco los problemas. Pero llegó mayo y ya no se podía mirar para otro lado. Y junio…y julio…

Sólo las victorias deportivas de los españoles parecen animar algo el panorama: la selección en la Eurocopa de fútbol, Nadal en tenis (Roland Garros y Wimbledon), Contador en ciclismo (Giro) fortalecen la Marca España, como muy pronto se encargó de destacar la Universidad de Navarra. En Fórmula 1 aunque Alonso no está viviendo su mejor año, sigue cosechando grandes audiencias.

Pero de éxitos deportivos no se come.

Así que, podemos llamarle como queramos, pero el caso es que estamos en crisis.

El seguimiento que hago con Zenith Vigía, consultando a directivos de los principales medios españoles, ya lo venía advirtiendo: en febrero el mercado crecerá menos que el año pasado; en abril el mercado casi no crecerá; en junio el mensaje era ya claro este año el mercado publicitario se retraerá. Y las percepciones sobre la economía y sobre el mercado publicitario, que desde el comienzo del año eran negativas, empeoraban a cada ola.

Arce Media publicó en mayo un primer avance de su estudio i2p de inversiones publicitarias y ya hablaba de una caída en el primer trimestre, pero pronosticaba una recuperación a lo largo del año. Pero sus datos sobre el primer semestre, publicados en julio acentúan el descenso (hasta un 11,7% en total medios y un 7,5% en televisión) y descartan esa posible recuperación. La previsión para total año es una caída del 13%.

Infoadex también ha hecho público un avance sobre el primer semestre que recoge una caída importante de la inversión publicitaria: un 6,5 en total medios y un 4,1% en televisión.

Lo de menos es la diferencia entre las cifras, que seguro que se justifica por los métodos de estimación; lo importante es la unanimidad de la tendencia: estamos en crisis.

Y a juzgar no sólo por los datos sino por el desconcierto generalizado, estamos ante la crisis más grave en muchos años. Tantos que la mayoría de los encargados de gestionar ésta no han vivido anteriormente ninguna crisis seria.

¿Y ahora qué?

Cómo decía al principio se trata de una crisis estructural. Cuando haya pasado, ya nada volverá a ser como antes. Estamos en plena mutación. En nuestra economía, porque hay que encontrar una nueva locomotora que sustituya al mercado inmobiliario. En el mercado de los medios porque cuando salgamos estaremos en un nuevo panorama, mucho más digital, en el que el papel de la publicidad habrá cambiado. Cada vez se buscará más el contacto personal, proporcionar experiencias de marca a los consumidores. En el nuevo panorama tras el apagón analógico las grandes audiencias serán más excepcionales, pero seguirán siendo necesarias para la creación de grandes marcas; eso aumentará su valor.

Los estudios Touch Points, que ZenithOptimedia viene realizando a lo largo de todo el mundo muestran la importancia creciente de otros tipos de comunicación (el boca-oreja, la recomendación personal, el punto de venta…) que ya rebasan a los medios masivos. Pero incluso ahí los medios de masas, con la televisión a la cabeza, van a tener un papel clave como activadores o catalizadores de esos medios alternativos. De lo que no cabe duda es de que el tratamiento habrá de ser diferente.

No podemos limitarnos a sobrevivir. Tenemos que reinventar nuestro propio trabajo. De esta crisis no se va a salir recortando plantillas, aunque en algunos casos haya que hacerlo; se saldrá generando valor. Eso quiere decir inversión en innovación, en talento, en mejoras en los procesos, en dotar de valor a las marcas.

Y eso quiere decir publicidad. No, seguro, publicidad convencional en bloques de sesenta spots. Eso seguramente no volverá; quedará muerto y, si se me permite, bien enterrado. Hay que seguir inventando nuevas fórmulas, hay que seguir innovando. Hay que buscar esas fórmulas que establezcan el diálogo con el consumidor, que le proporcionen experiencias, que le impliquen con nuestras marcas.

En la nueva sociedad hacia la que nos dirigimos las marcas seguirán teniendo mucha importancia y el camino más corto para crear marcas es la buena publicidad. Pero además la sociedad necesitará, seguirá necesitando, medios potentes y los medios, para ser potentes necesitan publicidad.

Publicidad y medios, marcas y medios, son mundos condenados a entenderse. Se necesitan mutuamente.

Pero el modo de relacionarse entre sí y con el consumidor, que ambos mundos necesitan, está cambiando rápidamente y nada volverá a ser como antes.

Un gran reto. Una gran oportunidad para quienes mejor sepan leer los cambios.