Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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Si vas por el infierno, ¡no te pares!

Quiero acabar el año con unas gotas de optimismo. Y no he bebido. Un almuerzo con nuestro hombre en el Banco Central Europeo me ha levantado un poco el ánimo.

Prof. José Mannuel González Páramo

El profesor José Manuel González Páramo, miembro saliente del Consejo del BCE, debería predicar en la tele, en hora de máxima audiencia, y no solo ante los alumnos del IESE. Haría más por recuperar la confianza de los españoles (y europeos) que todos los sermones de los viernes de Dolores que siguen al Consejo de ministros.

Sin embargo, voces tan sensatas y autorizadas como la suya no se oyen, no se escuchan, entre tantos lamentos provocados por los recortes ideológicos del Gobierno del PP y la resignación culpable de la oposición socialista. Ocho años en el gobierno del BCE le dan una visión de la crisis y una perspectiva del futuro dignas de tener en cuenta; especialmente al acabar un quinquenio tan desastroso para la economía española como ha sido el de 2008- 2012.

González Páramo nos habló de la fortalezas y las debilidades del euro, pero su conclusión fue bastante positiva: en 10 años, desde que nació el euro, el PIB creció un 30%. El euro es popular, se ve como algo bueno. Sin embargo, aquí está la paradoja, es el epicento de la crisis. Cuando estalló la crisis, a finales de 2007 y 2008, vimos un euro defectuoso, incapaz de absorber los shocks. La coordinación dentro de la zona euro era muy débil.

Por fin, en junio de 2012, los líderes europeos se caen del caballo, reaccionan y ponen en marcha un proceso para la Unión Bancaria y Fiscal, un supervisor bancario central y único, pero no avanzan nada en la integración política. A partir de esa fecha, quien vaya contra el euro puede quemarse. Los mercados empiezan a temer al BCE puesto que ha lanzado el mensaje de apoyo a los países que pidan ayuda, una ayuda sin límites para garantizar los depósitos. Con estas medidas en marcha, González Páramo cree que ha pasado lo peor de la crisis. «Los grandes riesgos quedan atrás», nos dijo. Y la Unión Bancaria se puede hacer sin cambiar el Tratado de UE. Defiende el salvamento de los bancos en crisis con dinero público con esta frase: «No es barato dejar caer a un banco».

Su diagnóstico de la crisis española fue bastante claro: la 2ª peor crisis de de nuestra historia reciente, con exceso de inversión inmmobiliaria y un ajuste fiscal tremendo (del 11,5 al 7 %), es decir, reduciendo 4,5 puntos en un año, saneamiento de bancos y empresas endeudados, recomposición de sus balances, etc. La vícitima ha sido el crédito. En el lado positivo, la competitvidad y las exportaciones aumentan y eso creará más empleo. Se queja de la lentitud de los políticos europeos en la toma de decisiones y les anima a seguir avanzando sin pararse con esta frase: «Si vas por el infierno, no te pares».

Reconoce que con su salida del Consejo, España ha perdido presencia en el Banco Central Europeo (lo siente como «un pellizco«) y lamenta la falta de una narrativa clara que explique a los ciudadanos la crisis que atravesamos.

Desde luego, su discurso sobre la crisis del euro fue bastante claro y esperanzador. Y la claridad ilumina mejor el futuro…

¡¡¡Feliz año 2013 !!!

 

 

Quebrar o renegociar… y que parezca un accidente

Ahora o nunca. Como antes ocurrió con Grecia, el tiempo juega ahora, contrareloj, a favor de Alemania y en contra de España. Cada día que pasa, España pierde fuerza negociadora en Europa, a medida que la banca alemana se va deshaciendo rápidamente de sus posiciones en deuda española e italiana.

Europa le echa una mano (al cuello) a España

Ahora aún podríamos amenazar con una suspensión de pagos, que haría mucho daño a la banca europea, si no se resuelve inmediatemente la refinanciación de nuestra deuda mediante la creación de los eurobonos o la compra masiva del bono español por el Banco Central Europeo.

Como ambas soluciones no están contempladas en la legislación europea, sólo un órdago del gobierno español (acompañado por el italiano o viceversa) podría convencer a la señora Merkel del inmediato cambio legal en la UE para que fuera posible acabar ya con la presión insoportable que sufren la deuda española y la italiana. Dentro de tres meses, ese posible órdago (suspender pagos y renegociar la deuda en condiciones de tipos y plazos soportables) ya será pólvora mojada. No será posible. Merkel le dirá entonces al pobre y despistado Rajoy: «No, Muchas Grecias». O  bien: «Ahí te pudras».

Keynes dijo algo así:

«Si un ciudadano debe mil libras a un banco, el ciudadano tiene un problema. Si le debe al banco diez millones de libras, quien tiene un problema es el banco».

Nosotros tenemos un problema, pero Alemania tambien lo tiene. Alemania y España  -tanto el que da como el que toma- son igualmente culpables o responsables de nuestra burbuja inmobiliaria.  Y ambos tienen ahora un problema común que exige soluciones comunes y reparto equitativo de costes. Que no se lave ahora las manos la banca europea, o sea, alemana, sin coste alguno.En cambio, si le damos tiempo, en otoño, el problema será más español que alemán. La deuda estará entonces en manos de la banca española y España, sin cartas que jugar e incapaz de financiar su déficit en el exterior, estará más cerca del «corralito».

El gobierno alemán no va a cambiar su parcialmente falso discurso sobre los vagos y derrochadores del Sur si no le damos un empujoncito. De la avaricia a la solidaridad no se pasa de la noche a la mañana si no le damos a Alemania motivos para ello. La solidaridad con los miembros del euro le tiene traer más cuenta a Alemania que su actual avaricia a corto plazo. Y eso lo verá Merkel muy claro solo si España e Italia (o Italia y España, como ocurrió un poco en la pasada cumbre europea) enseñan sus cartas seriamente y a cara de perro: suspensión de pagos ordenada (con su quita correspondiente) sin que apenas se note… y que parezca un accidente. Sin escándalo. Pero debe quedar muy claro ante el mundo (o los mercados, como dicen ahora) que la deuda soberana de los países del euro es solvente y está garantizada a tope por el Banco Central Europeo.

Como la tozuda realidad nos muestra cada dia (prima de riesgo por encima de los 500 puntos y tipos de interés por encima del 7 por ciento), la solución de compromiso adoptada en la pasada cumbre europea de final de Junio como un gran paso adelante no ha convencido a nadie. Por lo que se ve, fue un engañabobos. La banca europea están ganando tiempo para quitarse de encima el problema de la deuda hispano-italiana y pasar entonces al sálvese quien pueda.

Ahora dicen en Alemania que la ayuda de hasta 100.000 millones de euros para recapitalizar la banca española, aprobada el 9 de Junio, no será independiente del déficit hasta la primavera de 2013 o incluso hasya 2014. Para entonces, todos calvos.

Paul Krugman nos da una clave en su último artículo (El País, 8 de Julio, 2012):

«Una parte del problema radica en el hecho de que los políticos alemanes se han pasado los dos últimos años diciéndoles a los votantes algo que no es cierto; concretamente, que la crisis es culpa de los Gobiernos irresponsables del sur de Europa. En España —que es ahora el epicentro de la crisis— el Gobierno tenía en realidad poca deuda y superávits presupuestarios justo antes de la crisis; si el país está ahora en crisis, esto es consecuencia de una inmensa burbuja inmobiliaria que los bancos de toda Europa, entre ellos especialmente los alemanes, ayudaron a inflar. Pero ahora, esa historia falsa se interpone en el camino de cualquier solución viable.»

Veremos quien le pone primero el cascabel al gato. Y cuando…