Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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«El próximo parado… será un diputado»

Lo cantan a coro: «Y si es un senador… será mucho mejor». «Y si es la Cospedal… será fenomenal«. «¿Y si es Rajoy?… que sea para hoy».  Mientras la calle grita estos pareados, los anodinos diputados y senadores españoles, nombrados a dedo por sus partidos, y refrendados a ciegas por electores que no los conocemos ni de vista, no se enteran de que están a un paso del harakiri.

Presentación en Madrid el Manifiesto "Por una nueva ley de partidos"

Presentación en Madrid el Manifiesto «Por una nueva ley de partidos»

Ayer se presentó en Madrid «El Manifiesto por una nueva ley de partidos»El Pais de hoy titula así su información: «Un centenar de intelectuales proponen una reforma radical de la ley de partidos»

A primera vista, parece que se trata de un grupito de reformadores o soñadores de élite con más ingenuidad y buena fe que coraje.

Yo estuve allí, en una salita pequeña de la 5ª planta del Círculo de Bellas Artes. (Allí mismo nos reuníamos bajo la Dictadura, a escondidas claro, para arreglar España y parte del extranjero. Entonces, también nos llamaban ingenuos y miedosos.)

Por la ventana, a la misma hora, pudímos ver una manifestación por la calle Alcalá que se acercaba a la alcaldía.

Después de escuchar a los cuatro promotores (solo una mujer), y no sin cierta emoción, firmé el Manifiesto en www.porunanuevaleydepartidos.es. Las primeras 100 firmas (entre las que están Savater, Azúa, Alvarez Junco, Casajuana, Conthe, Cullel, Fidalgo, Garicano, Aristóbulo de Juan, Juliá, Molinas, Muñoz Molina, de la Nuez, Vargas Machuca, etc.) se habían convertido, en un par de horas, en siete mil. Casi seguro que pronto pasaremos del millón.

En este caso, el número de firmas carece de efectos legales. Solo cuenta para que los partidos políticos actuales tomen nota… y se asusten un poco.  La actual clase política está protegida por una ley orgánica anacrónica y viciada que impide ser reformada por la Iniciativa Legislativa Popular (ILP). Por tanto, aunque para la presentación del Manifiesto al Congreso no importa el número, creo que es bueno acompañar a los 100 con varios miles de firmas.

Recomiendo vivamente la lectura completa del Manifiesto de los dos folios. Pero, para convencernos de la urgencia y sentido democrático de esta reforma, basta con repasar estas

Siete propuestas

Las propuestas contenidas en el Manifiesto pueden resumirse en siete puntos.

1. Celebración de congresos cada dos años como mínimo y, en todo caso, a fecha fija.

2. Reunión de los órganos de control de las directivas y parlamentos internos a fecha fija, incluyendo en el orden del día la votación sobre la gestión de la directiva con voto secreto. Limitación del número de sus integrantes, entre los cuales no se contarán los de la directiva.

3. Composición de los congresos y de los órganos de control proporcionales al número de afiliados o de votos del partido en cada provincia o distrito. Limitación de mandatos al menos en los órganos de control.

4. Elección de los órganos ejecutivos, delegados a congresos y miembros de los órganos de control mediante voto secreto de los afiliados o delegados al congreso.

5. Elección de los candidatos a cargos representativos por elecciones primarias.

6. Mandato limitado de los tesoreros y encargados de las cuentas y elección de los interventores por parte de los distintos niveles del partido. Auditorías anuales por empresas independientes, previas a la presentación de las cuentas, que deberán ser aprobadas por los máximos órganos de dirección del partido.

7. Constitución de comisiones independientes para verificar los gastos de las campañas e inspecciones para verificar el cumplimiento de los límites de gasto electoral.

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La presentación del Manifiesto estuvo cargada de contención y prudencia.  No querían espantar a nadie. Y nadie osó hablar de ruptura. Solo de reforma. Pero se citaron nombres de reformadores muy potentes: Jovellanos, Joaquín Costa y Ortega y Gasset. Nada menos.

De pronto, me dió un ataque de nostalgia perniciosa (propia de abuelo cebolleta). Vi pasar por mi memoria un montón de manifiestos, impresos clandestinamente en la «vietnamita» que aún tengo en el sótano de mi casa, pidiendo democracia, derechos humanos, amnistía para los presos políticos, partidos políticos libres, etc., etc.

Con Franco no había libertad ni partidos. Por eso, dominando el arte del disimulo, florecieron multitud de cuasi partidos polítidos minúsculos y miniparlamentos: asociaciones de vecinos (como los ramilletes de barrio derivados hoy del 15-M), comunidades de cristianos de base, curas rojos, colegios profesionales, amigos de la Unesco, sindicatos ilegales de obreros y de estudiantes, células clandestinas embrionarias de los futuros partidos (hoy anquilosados), revistas, panfletos y multitud de asambleas y reuniones con vigilantes en la puerta para avisarnos por si venían «los grises» porra en mano.

En los últimos años de la Dictadura, toda aquella riquísima flora democrática que brotó en la catacumbas de la sociedad española se fue organizando en la Junta Democrática, en la Plataforma (luego fusionadas en la Plata-Junta) y en otras alianzas opositoras al régimen de Franco. Al final, las Cortes franquistas notaron la presión ciudadana en favor de la democracia y, por una mezcla de miedo y sentido común, favorecieron en harakiri (desde la Ley a la Ley) propuesto por Adolfo Suarez. Triunfó la reforma sobre la ruptura. Y no nos fue tan mal. Fue el arte de lo posible, gracias al espíritu de consenso que presidió la Transición de la Dictadura a la Democracia.

Los padres de la Constitución del 78 (y la mano izquierda de Alfonso Guerra y de Fernando Abril Martorell) optaron por una Ley de Partidos que, ante todo, garantizara la estabilidad. Hemos tenido estabilidad, quizás en demasía, y estamos pagando ahora un alto precio por ello. Como los políticos que están instalados en el sistema no parecen dispuestos al harakiri que supondría para ellos reformar la ley orgánica que les ampara («entre bueyes no hay cornás»), solo nos queda la presión de la sociedad civil para que espabilen y le vean las orejas al lobo.  De lo contrario, podríamos estar sembrando las bases de la ruptura que no se hizo al morir el dictador.

Este Manifiesto por una nueva ley de partidos es un primer grito para despertar a los diputados y senadores, a los líderes políticos, a los gobernantes. Cuanto mas fuerte sea el grito (con más y más firmas) mejor lo oirán los políticos que, por ahora, se hacen los sordos para no perder sus privilegios.

Los cuatro presentadores del Manifiesto dijeron que se trataba de un primer paso…

Les felicito por pasar de las palabras a los hechos.

¿Cual será el siguiente paso? ¿Tienen ya nombre para la nueva Plata-Junta, partido o partidos que ayuden a profundizar en muestra democracia?

Lo que no hay es vuelta atrás. «Los males de la democracia se curan con más democracia». Por eso, también me apunté a Foro + Democracia que proponen Jordi Sevilla y Josep Piqué. Algún día nos juntaremos todos (jóvenes y carrozas) con el 15-M.

La que se va armar aquí si la vieja clase política, tan desprestigiada y alejada de la sociedad, no se despierta y se regula por una nueva Ley de corte europeo…

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PS. Al salir del Círculo de Bellas Artes de Madrid, ayer a mediodia, pasé por Cibeles. Los manifestantes ya estaban apostados, con sus gritos y pancartas, en la puerta del  Ayuntamiento, bajo el despacho de la alcadesa Ana Botella (de Aznar).

Desde lejos, no supe distinguir por qué protestaban pero escuché un grito tan claro como ingenioso. Decían, a coro:

¡Esa Botella… al contenedor!

Pues eso.

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14 de abril: a rey flaco todo son pulgas

A fuerza de mirar hacia arriba, a los elefantes, al rey Juan Carlos se le puede caer la corona.  Por su mala cabeza y la de su familia. Menos mal que el juez Castro imputó a la infanta Cristina. ¿Qué es peor: ser cómplice o tonta de remate?

 

El rey Juan Carlos posando ante un alefante abatido en Africa

El rey Juan Carlos posando ante un alefante abatido en Africa

Arsenio Escolar nos recuerda en su blog que «El rey está hoy más desnudo»El País publica la foto que conocimos hace un año -otro 14 de abril- de Juan Carlos de Borbón posando ante un elefante abatido a tiros en Africa.  Desde luego, parece que se cumple el refrán: «A perro flaco, todo son pulgas».

Y Manuel Vicent dedica su columna dominical de El País al 14 de abril de 1931, el sueño republicano. Un artículo excelente que copio y pego a conitnuación:

14 de abril

El grave problema político que atraviesa la monarquía consiste en que no teniendo el rey ninguna responsabilidad política, tiene la obligación moral de no permitirse la más mínima quiebra

Manuel Vicent

(El País, 14 de abril de 2013)

«La corrupción de lo mejor es la peor, decían los latinos. Corruptio optimi pessima. Si se da por supuesto que lo mejor en el orden social es un rey, un príncipe, una infanta, los yernos y demás parentela, se entenderá por qué en la opinión pública causa tanta alarma, no exenta de morbo, cualquier escándalo que se derive de la Casa Real. En nuestra monarquía parlamentaria el rey no tiene ningún poder político. Solo ejerce el papel simbólico de cohesionar la unidad del Estado cuya jefatura ostenta. Precisamente por ser un símbolo, el rey no tiene otra responsabilidad que la de ser ejemplar, la de moverse dentro de una esfera platónica, limpia y transparente, que dé un sentido mágico a ese residuo histórico e irracional que es la monarquía. Los reyes están ligados al propio azar ovárico-seminal.

 

Dentro de esa granja dorada de reproducción en la que viven estos privilegiados individuos, la primera labor de un monarca consiste en engendrar un príncipe y sucesivos vástagos que aseguren el futuro de la dinastía a capricho de la genética. El grave problema político que atraviesa la monarquía en este país consiste en que no teniendo el rey ninguna responsabilidad política, tiene la obligación moral de no permitirse oficialmente la más mínima quiebra, puesto que una esfera, si no es perfecta, deja de ser esfera.

 

Cuando esta figura platónica, que simboliza el Estado, se corrompe, la ficción política se convierte en una farsa y todo el tinglado del teatro se derrumba. En nuestro caso existe otro peligro añadido. En medio de los escándalos de la Casa Real se eleva un fantasma luminoso, que se aparece cada año en primavera, como una flor de acacia.

Saludo al rey en el Patio de los Leones con mi hija Andrea a cuestas (1986)

Saludo al rey en el Patio de los Leones con mi hija Andrea a cuestas (1986)

Hoy es 14 de abril. Puede que la Segunda República, ahogada desde el principio por sus enemigos, fuera un desastre, pero todavía hoy constituye un paradigma de racionalidad, modernidad y regeneración idealista cuya fuerza estriba en que muchos ciudadanos sin haberla vivido la han convertido en un sueño. Monarquía o república no es todavía el dilema.Antes de cambiar de caballo en mitad del río turbulento de la crisis la opinión pública exige primero que se limpien las caballerizas del monarca para que la esfera del Estado sea un espejo en el que los ciudadanos se reflejen sin avergonzarse.» (FIN)

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Foto por foto. Con todas las emociones familiares (e históricas) contenidas en la fecha de hoy («Salud y República«), debo reconocer que, por miedo o agradecimiento, me apunté en la lista de juancarlistas el 23 de febrero de 1981, cuando el rey utilizó su uniforme castrense para abortar el Golpe de Estado militar que amenazó con regresarnos a las cavernas de nuestra historia.

En aquel momento, hice un acto de fe en favor de esta monarquía parlamentaria. (Ya sabemos que recurrimos a la fe para creernos todo aquello que sabemos que no es verdad).

Pensamientos y petunias. (14 de abril de 2013).

Pensamientos y petunias. (14 de abril de 2013).

Contra todo razonamiento, he procurado defender emocionalmente a esta monarquía hereditaria («La razón de la sinrazón…») que facilitó la transición liderada por Adolfo Suárez desde la Dictadura a la Democracia y frenó el 23-F.

A medida que iba conociendo los escándalos de la realeza, el crédito emocional que yo había concedido al rey Juan Carlos se fue esfumando poco a poco. La razón, implacable, me pasó factura.

Hace hoy justamente un año -el 14 de abril de 2012- vi esta foto del cazador de elefantes y me di de baja de la lista de juancarlistas.

Ese día descolgué de la pared de mi casa una simpática foto que tenía con el rey y con mi hija Andrea en La Alhambra y la bajé al sótano.

En su lugar, voy a colgar esta foto tricolor, recién florecida, de mis «pensamientos»: «llevas sangre , llevas oro y, por tu penas, morada.»

Del sótano al salón...

Del sótano al salón…

¡Ay! 14 de abril…

Oído en la calle:

«Juan Carlos acelera…

… que viene al Tercera»

 

 

El 14 de abril en Almería, que es mi tierra.

 

 

 

Elogio de Guerra a Suárez en el país de la ingratitud

El hermano médico del ex presidente Suárez nos dijo ayer que «el estado mental y fisico de Adolfo se deteriora lentamente pero sin pausa». No reconoce a nadie y no pudo saber nada de los elogios recibidos ayer en el homenaje que le brindó la Universidad Europea de Madrid.

Hipólito Suárez y Alfonso Guerra en el homenaje al ex presidente Suárez de la Universidad Europea de Madrid

Lástima. Le llegan demasiado tarde «en el país donde -como dijo nuestro colega Manuel Campo Vidal«la ingratitud es la norma».

«Impactado y emocionado», el doctor Suárez nos regaló algunas anécdotas de la vida que compartió con su hermano en una pensión de estudiantes de la madrileña Calle Almirante en los años 50. «Adolfo ha tenido una vida dura, muy dura, pero en aquellos años yo creo que fue feliz», recuerda Hipólito.

«Siempre fue tolerante, generoso y muy activo y tenía muy claro, al terminar su carrera de abogado, que él sería presidente porque me lo dijo varias veces».

El ex videpresidente Alfonso Guerra también sumó recuerdos emocionados del ex presidente Suárez y negó todas las historias publicadas sobre la animadversión entre ellos.

-«Son falsas», dijo, «le he visto con frecuencia antes de su enfermendad y lamento mucho no haberle creído cuando le pregunté si iba a publicar sus memorias. Me respondió»:

-«No las publicaré porque estoy perdiendo la memoria. De verdad, Alfonso, estoy perdiendo la memoria».

No le creí y fue la última conversación que mantuvimos (el 10 de abril de 2002) antes de que se detectara su enfermedad.

Guerra tuvo palabras de elogio para la vida y la obra de Suárez, su adversario político, como «paradigma de la autoredención; un gran político que combinaba la reflexión con la decisión». Resumió su obra: como numerario de un régimen oprobioso, fue ascendiendo en el edificio que quería derribar, era un desclasado y nadie le comprendió cuando hizo el desmontaje de la vieja estructura del franquismo. Fue valeroso y generoso y no guardaba ningún rencor.

A continuación, Alfonso Guerra hizo una excelente reivindicación de la transición de la Dictadura a la Democracia como fruto de la presión desde abajo y de la liberación desde arriba. Y destacó el papel relevante de estos personajes clave: Adolfo Suárez, Felipe González, Fernando Abril Martorell, Santiago Carrillo, el cardenal Tarancón y, especialmente, el Rey.

Hubo un espiritu de acuerdo hasta la Constitución, en un tiempo marcado por la incertidumbre, la crisis, la violencia, la libertad y el consenso. La clave, a su juicio,  fue que «nadie quedó totalmente satisfecho pero nadie quedó fuera del juego democrático. Se hizo lo que convenía a los españoles (para que los nietos no sufran nunca más una guerra civil ni una dictadura) y se consiguió el punto medio: una transición ni muy rápida ni muy lenta. Y el fruto ha sido un periodo de paz desconocido en la historia de España».

Adolfo Suárez

Guerra recuerda muchos detalles porque los anota. («Lo importante son los detalles, que se olvidan»). Y nos contó su intercambio con Suárez en diciembre de 1981:

Guerra:

«¿Cuál fue el impulso que te llevó a dimitir como presidente del Gobierno?

Suárez:

«Al final, estaba sólo»

Tras un breve silencio, Alfonso Guerra, más poeta que político, nos suelta esta afirmación lapidaria:

«Líder y nada»

«La amistad es una conversación inconclusa entre dos soledades. Y me dijo que nos ayudaría a gobernar. Creo que Suárez no ha dejado ni un día de pensar en España».

Para teminar, Guerra nos dió una exclusiva: nos leyó las notas, no desveladas hasta ayer, que tomó el ujier que el 23-F llevó al golpista teniente coronel Antonio Tejero y al presidente del Gobierno en funciones Adolfo Suárez hasta  una salita del Congreso.

Este fue el relato literal del ujier leído por Guerra:

Suárez y Tejero en Portería General. Suárez me pregunta donde pueden hablar. Está en la puerta M 30.

-Presidente, aquí hay un cuarto.Yo entro detrás de ellos. Suárez está a mi izquierda, Tejero a mi derecha

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Suárez a Tejero: ¡Explique qué locura es esta!

Tejero: ¡Por España, todo por España!

Suárez: ¡Qué vergüenza para España! ¿Quién hay detrás de esto? ¿Con quién puedo hablar?

Tejero: No hay nada de que hablar. Solo debe salir.

Suárez: ¿Pero quién es el responsable?

Tejero: Todos, estamos todos.

Suárez: Como presidente le ordeno que deponga su actitud.

Tejero: Usted ya no es el presidente de nadie.

Suárez: Le ordeno…

Tejero: Yo solo recibo órdenes de mi general.

Suárez: ¿Qué general?

Tejero: Milans. No tengo nada más que hablar.

Suárez: Le insisto, soy el presidente.

Tejero: No me provoque.

Suárez: ¡Pare esto antes de que ocurra alguna tragedia, se lo ordeno!

Tejero: Usted se calla. Todo por España.

Suárez: Le ordeno

Tejero: Cállese, siéntese y usted (al ujier que escuchó la conversación y se la facilitó a Guerra) fuera.

—-

No hay grandes novedades en este diálogo porque todos hemos visto en televisión la actitud valerosa de Suárez durante el Golpe de Estado del 23-F pero es, según Guerra, «un detalle más de su compromiso con la libertad»

Antes que el diputado más veterano del Congreso (Guerra lo es desde las primeras elecciones libres en 1977), habló brevemente Belem Hoyo, la diputada más joven (PP de Valencia, 27 años). Y lo hizo para abrazar los valores de la transición: entendimiento, pacto y consenso, y cambiar el tono, la forma y el fondo de la política. «Adolfo Suárez», dijo, «buscó la concordia». Y terminó haciendo un guiño machadiano a Guerra:

«Ni el pasado ha muerto ni está el mañana ni el ayer escrito».

Lástima que Suárez no haya podido oir ni entender que los elogios tan merecidos de ayer iban dirigidos a él.

Un poco tarde, ingrata España.

Tres hurrras por el presidente Suárez.

 

Sentencia del 11-M: de día para unos y de noche para otros

Pese a que he dedicado docenas de comentarios sobre la teoría conspiratoria del trío Pinocho (Aznar-Acebes-Zaplana) aplicada a la viculación espuria de ETA con el 11-M, no salgo de mi asombro cuando compruebo la dosis de fe, religión, dogma o simple desvergüenza de los promotores de las mentiras del 11-M para poder ganar las elecciones del 14-M.. Pésima gestión del 11-M y peor digestión del 14-M. Pobre Aznar.

La última etapa era la sentencia del Tribunal Supremo, conocida ayer. Los titulares de El Mundo son de traca, pues sigue, erre que erre, alimentando su fe ciega en la teoría conspiratoria. Da igual lo que diga la Audiencia, el Supremo o el Sursum Corda ya que todo aquello que no encaja en su puzzle conspiratorio simplemente lo toman como falso o ni siquiera lo citan entre los hechos probados.

Los titulares y los comentarios editoriales de hoy no precisan comentario alguno.

Para Publico:

El Supremos da la puntilla a la conspiración

Para El País:

El Supremo respalda todos los datos clave de la sentencia del 11-M

Informando sobre la misma sentencia (sí, sí, la misma), El Mundo lo ve todo al revés:

11-M: golpe de gracia del Supremo a aspectos clave de la versión oficial

Es decir, lo que es día para unos, es de noche para otros. Supongo que viven en distintos hemisferios. O, quizás, alguno de ellos -pésimo periodista- no tiene vergüenza torera.

Sin duda alguna, la foto del Rey con el brazo sobre el hombro del ex presidente Adolfo Suárez será archivada con todos lo honores de libro de texto. La foto merece portada. Pero cada cual le da el tamaño que quiere. Van en este orden: El Pais, El Mundo y Público. Además del tamaño sello de su portada, observo una diferencia adicional en el titular de Público: al Rey le ponen (rey) con minúscula.

¿Será cosa de su libro de estilo o van más allá?

Yo estuve allí… ¡con John Lennon!

Al ver la página 40 de El País de hoy me dí cuenta, una vez más, de que me voy haciendo mayor.

Hace 40 años, yo estuve allí… con John Lennon. Lo recuerdo muy bien.

¿Quién podría olvidar haber conocido personalmente a este Mozart de nuestro tiempo. Trabajé de extra en un película muy rara dirigida por Richard Lester (un calvo con pelo largo que le salía apenas del cogote) que se llamaba «Cómo gané la guerra».

Al leer la crónica de J.A. Aunión me han brotado multitud de recuerdos juveniles. Y he buscado, como loco, unas fotos que me hicieron durante el rodaje, en pleno desierto de Almería. Sin éxito.

José A. Martínez Soler (dcha), sargento del Ejercito Imperial Británico en la peli de John Lennon.en-Almería

José A. Martínez Soler (dcha), sargento del Ejercito Imperial Británico en la peli de John Lennon.en-Almería

(Siete años después de escribir lo anterior, encontré por casualidad una foto mía en el rodaje con John Lennon en Almeria y se la envié al incrédulo David Trueba. Andaba él entonces empeñado en seguir las huellas de John Lennon por tierras de Almería. Su úlitma pelicula «Vivir es fácil con los ojos cerrados» ha sido seleccionada para el Festival de San Sebastian. Por si aún quedan más incrédulos entre mis lectores, adjunto aquí la prueba gráfica de mi trabajo en la peli que hizo Richard Lester con John Lennon.  Mas vale tarde que nunca)

Llevaba yo entonces uniforme de sargento británico color caqui, casi beige claro, con pantalón corto y una pequeña porra.

Encontré, cambio, las fotos de mi pandilla en aquel verano del 66 en que conocimos a Lennon. No las puedo escanear en casa pero algún día lo haré. En ellas están conmigo (y con Marie France, una amiga francesa),Steve y Rick Guillinson, hijos de Alexander Guillinson (a quien llamabamos «barón»), en cuya casa se hospedó John Lennon hasta que se pudo trasladar a una casa para él sólo por el Zapillo.

En la ultima planta de los Guillinson, a la orilla del mar (entre Las Conchas y el Zapillo), había una habitación con piano y sofá que daba a una gran terraza sobre la playa.

Allí hacíamos los guateques veraniegos casi a diario y, desde la terraza, veíamos llegar a Lenon en un cochazo enorme con cristales opacos.

Estaba anocheciendo cuando una tarde se abrió la puerta y, al calor del piano y, quizás, del Dúo Dinámico a todo volumen, apareció entre nosotros el mismísmo John Lennon, con pelo corto y gafas grandes. Le ofrecimos una especie de sagría (que entonces llamábamos «caps») y bajamos el volumen del pik-up. Solo aquellos que entendían inglés pudieron hablar con él. Yo entonces había elegido el francés y no entendí ni una palabra de lo que nos dijo. Pero le di la mano. «Para contarlo algún día», le dije. Y ahora estoy cumpliendo aquella promesa.

Cada vez que oigo algo de Los Beatles recuerdo la impresión que me causó conocer a aquel genio irrepetible. Solo estuvo un rato con nosotros (y creo que sólo nos visitó para pedirnos que bajaramos el volumen del Dúo Dinámico y de Los Llopis). Entró y salió sonriente y nos dejó un buen recuerdo. A los pocos días, le vi en pleno rodaje de la película, pero no me reconoció. El era una estrella y yo un estudiante disfrazado de sargento británico.

Si encuentro las fotos, las pegaré aquí.

La verdad es que siendo de Almería (o sea de Mini-Holliwood) no tiene mucho mérito haber trabajado en el cine con gente famosa. También salgo en Lawrence de Arabia (delante de Peter O´Toole, que va en moto) subiendo y bajando de un tranvía en Damasco. O sea, en el Parque de José Antonio de Almería, hoy recuperado para Don Nicolás Salmerón, que hacía las veces de la capital siria.

Cuando un joven Adolfo Suárez González, jefe de producción de TVE en busca de caras nuevas, me preguntó un día si había hecho teatro, le contesté que sí, en el Colegio La Salle de Almería, pero que, más que teatro, había hecho cine.

Ni corto ni perezoso le dije que había trabajado con John Lennon, con Anthony Quinn y con muchos otros grandes como Peter O´Toole.

Adolfo Suárez se echó a reir… y me mandó hacer una prueba ante las cámaras. Así nació mi segundo empleo en Televisión Española, cuando aún estudiaba Arquitectura, como presentador de la Televisión Escolar en los estudios del Manzanares.

Citar a Lenon ante Adolfo Suárez fue milagroso y me vino muy bien. Yo había perdido la beca del PIO y pasaba más hambre que el perro de un titiritero. Creo que el futuro presidente del Gobierno me lo vio en la cara.