Cuando el peque tenía año y medio y nosotros ya un segundo embarazo en la cabeza, nos cambiamos de casa. Hasta entonces ocupamos una que tenía dos dormitorios, uno en el que cabía la cama de matrimonio holgadamente pero otro bastante pequeño.
La nueva tiene ya tres, uno chiquito en el que están los ordenadores y la mesa de trabajo de los niños, otra mediana con nuestra cama y una estantería llena de libros y la más grande, la destinada al sueño y el juego de ambos.
De esas dos habitaciones una es bastante mayor que la otra. Recuerdo perfectamente que varias personas, con poco que ver entre ellas, cuando vieron la casa recién adquirida, antes o durante las obras de reforma, dedujeron que la habitación más grande sería la nuestra.
Y yo les explicaba que no, que para nosotros la mediana era más que suficiente. Dos adultos no necesitan más que una cama en su dormitorio. Para los niños en cambio su habitación es su santuario: en ella no sólo duermen, también juegan, estudian, invitan a sus amigos, sueñan, crecen… La disposición y el tipo de muebles también cambian con el tiempo.
Además, nosotros deseamos que compartan habitación. Aún no lo hacen ya que Julia todavía es muy pequeña. Pero es lo que nos gustaría.
En definitiva, que desde mi punto de vista, y siempre que se pueda elegir claro, las habitaciones de los niños deberían ser las más espaciosas.
¿Cómo lo véis?