‘Lila, la pequeña libélula’, un cuento para entender el autismo

Lila es azul y hermosa, porque es única. Tiene un ala más pequeña, pero vuela acrobática sin cesar, inquieta y nerviosa. Le gusta jugar, sentirse querida y cuidada. No es tan diferente del resto de libélulas que pueblan la charca. Pero Lila es muy preguntona, le gusta tener bien controlado lo que va a pasar, qué viene a continuación, lo que durará la diversión. Y no le gustan nada los imprevistos. En un mundo que a veces resulta difícilmente comprensible, tanto pregunta, tanto pregunta, que su madre necesita inmensas dosis de paciencia para responder constantemente lo mismo. Por eso se les ocurre emplear un cuaderno en el que todo esté plasmado.

Lila, la pequeña libélula (Editorial Pábilo – 16 euros), es un cuento bellamente ilustrado por Carolina Luzón y escrito con una poesía y sencillez acorde con las ilustraciones por David Gómez, que sabe bien lo que se trae entre manos. David es vicepresidente de la Asociación Mírame de Granada, una entidad integrada en Autismo España y tiene un hijo de 10 años con autismo. La inspiración de la inquieta Lila.

David y Carolina han logrado crear un cuento que aporta, dotado de la misma delicadeza en los textos y los dibujos como el vuelo de una libélula; un cuento que ayuda a que se comprenda mejor a muchas de las personas que tienen autismo. Conozco niños y adultos como Lila y Sergio, que bullen de vida y necesitan un mundo estructurado. No todos son así. Mi hijo, por ejemplo, se parece poco a Lila. Si Jaime fuera una criatura en el bosque en el que se encuentra la charca de Lila y su familia, sería más bien un zorrillo indolente, que disfruta escuchando el trinar de los pájaros mientras saborea uvas dulces cómodamente enroscado en su cálida madriguera y al que no le preocupa mucho que su mundo se estructure mientras se sienta querido y cuidado.

No me cansaré nunca de explicar la enorme variedad de manifestaciones existente dentro del trastorno del espectro autista. Igual que no me cansaré tampoco de insistir en que la etiqueta diagnóstica no debe eclipsar ni tratar de explicar por completo a la persona. Lila es un cuento que sumado a otros maravillosos como El cazo de lorenzo, Lucas tiene súperpoderes o Por cuatro esquinitas de nada contribuyen a entender y aceptar la diversidad.

En absoluto a modo de crítica, sino como sugerencia de mejora, creo que es un cuento que pide a gritos al final unas pocas páginas explicando qué es el autismo a modo de guía didáctica, incluso con propuestas de actividades para los niños y las familias. Sobre todo pensando en si cae en manos de personas ajenas al autismo. Pero incluso sin esa guía, su valor es innegable. Cualquier niño comprenderá que se trata de una preciosa historia que pone en valor al diferente.

Tenía pensado recomendar este cuento con una entrevista a su autor, pero no es necesario. Si queréis saber más del trasfondo tras el vuelo de la libélula azul, el color del autismo, podéis ver el vídeo de la presentación que se llevó a cabo el pasado mes de septiembre. A partir del minuto 25 podéis escuchar a David, un «enamorado de la literatura infantil». Y luego a Carolina, impulsora de la idea, que insiste en la importancia de fijarse en los detalles del cuento.

2 comentarios

  1. Dice ser Miguel

    Tengo dos de esos cuatro cuentos. Habrá que ampliar la colección!! 🙂

    05 noviembre 2018 | 12:07

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