El libro de la vida se nos escapó en pantalla grande. No debimos ser los únicos, me da que pasó de puntillas por la cartelera comparada con otros estrenos infantiles del pasado curso. Se nos escapó pese a la recomendación de un buen amigo, en cuyo criterio confío. Tal vez por eso me quedé con ganas de verla en casa en cuanto saliera a la venta. Este fin de semana hemos podido verla y entiendo perfectamente la recomendación de mi amigo; es una película que los niños disfrutan (Julia quería volver a verla ayer tarde por segunda vez) y también los adultos que los acompañan.
Con Jorge R. Gutiérrez en la dirección y tras el guión, ha sido producida por Guillermo del Toro. Como suele ser habitual el elenco de voces en la versión original es de lujo: Channing Tatum, Zoe Saldana, Diego Luna, Christina Applegate o Danny Trejo entre otros.
Visualmente es una maravilla. Muy mexicana, cierto, tal vez eso sea lo que echara para atrás a muchas familias, pero precisamente la imaginería mexicana es tan rica, distinta y colorida y en la película se ha cuidado tanto la manera de mostrarla que verla es un regalo para los sentidos.
Cuatro mundos: el de los vivos, el de los recordados en el que los muertos viven felices de fiesta mientras alguien vivo se acuerde de ellos y el gris mundo de los olvidados. Y también nuestro mundo, en el que se narra la historia.
La historia es un triángulo que huye de estereotipos marcado por la apuesta de dos dioses que reinan distintos mundos de los muertos. Está formado por una chica que sabe elegir y no tiene que ser salvada, que libera a todos los cerdos del pueblo para evitar que los maten y se queda uno como animal de compañía. También un guerrero que tendrá que aprender que los héroes no deben vanagloriarse y un torero que lo que desea es cantar en lugar de torear para vergüenza de su familia.
Sí, un torero. Pero no os equivoquéis, El libro de la vida, aunque se ubique en el día de los muertos mexicano y esté lleno de ellos es un canto a la vida, y también a no matar.
(Ojo, spoilers a partir de ahora)
El verdadero protagonista es Manolo es hijo de un linaje de toreros que sabe que no está bien matar aunque eso le suponga enfrentarse a todo su pueblo, aunque la prueba que le hayan impuesto para volver al mundo de los vivos con su amada sea vencer a un toro formado por todos los que sus antepasados mataron.
Entre la espada y la guitarra, elige pedir perdón.
Creo que es la primera película infantil antitaurina. Atención a la escena y a la canción:
Toro, I am humble, for tonight I understand
Your royal blood was never meant to decorate the sand
You’ve suffered great injustice, so have thousands before you
I offer an apology, and one long over dueI am sorry
Toro I am sorry,
Hear my song, and know I sing the truth
Although we were bred to fight, I reach for kindness in your heart tonightAnd if you can forgive, and if you can forgive, love can truly live
Toro, I am frightend, but I’ll use my final breath
To tell you that I’m sorry, let us end this dance of death
Two centuries of agony, that to your heart we sent
Here and now with my amends, the senseless killing endsI am sorry,
Toro I am sorry,
Hear my song, and know I sing the truth
Although we bred to fight, I reach for kindness in your heart tonightAnd if you can forgive, and if you can forgive, love can truly live
Nosotros si la vimos… y la revimos…..
Noa se quedó encantada con los colores, las canciones, la chica con una espada¡¡¡¡
A nosotros nos pareció una manera muy bonita de hablar de la muerte a los niños…
Y lo de los antitoros… un plus
Las canciones…. el I wil wail…. perfecta 🙂
22 septiembre 2015 | 10:31
A mi me encantó. La vi con mi sobrina y luego volví a repetir con mi sobrino. La segunda vez me gustó aun mas.
La historia genial, el colorido y las canciones. Una pena que pasara desapercibida…
22 septiembre 2015 | 11:21
Pues a nosotros lo que nos paro para que la viera mi hija fue lo de los toros,pero si dices que es antitaurina la veremos
22 septiembre 2015 | 13:59