Archivo de mayo, 2017

El Gobierno español lucha solo y sin cuartel contra el autoconsumo

Por Laura Martín Murillo – Directora de la Fundación Renovables

Desde que se aprobó en España la ley más regresiva para el autoconsumo del mundo, los gobiernos sucesivos del Partido Popular han decidido librar en solitario una batalla contra la sociedad española, el resto de los grupos parlamentarios, el resto de países de la Unión Europea y ahora, incluso, contra la propia Comisión Europea liderada por Arias Cañete.

Que el gobierno del Partido Popular aprobara una ley pensando únicamente en las grandes eléctricas y contraviniendo los intereses de la ciudadanía no es de extrañar, pero que su actitud beligerante se mantenga en el tiempo, contra todos los demás, tanto a nivel nacional como internacional, es difícilmente explicable.

España ya es una excepción. A diferencia de lo que ocurre en Europa y en el mundo, aquí el autoconsumo, acosado por las trabas, no termina de despegar. Hemos pasado de ser un país relativamente pionero en energías renovables a convertirnos en el único país del mundo en el que existe el ‘Impuesto al Sol’.

El estudio que desde la Fundación Renovables acabamos de publicar resume la situación del autoconsumo en 10 países europeos y da buena cuenta de la excepción que se vive en España: mayores trabas administrativas sobre las que ya ha alertado la Comisión Europea, falta de un marco retributivo adecuado para la energía vertida a red, prohibición del autoconsumo compartido y existencia de tasas absolutamente injustificables, como la que se aplica a la energía autoconsumida en el domicilio o la empresa. La legislación española es la peor de Europa y no está tampoco en línea con las propuestas de la Comisión.

Por ello, después de haber vetado en el Parlamento la propuesta de todos los grupos parlamentarios sin excepción para un cambio en la regulación de autoconsumo, con un informe económico torticero, el Gobierno traslada su batalla a Europa. Mientras la Comisión Europea presenta un Paquete de Invierno que se propone situar al ciudadano y al consumidor europeo en el centro del sistema, dotando de derechos al autoconsumidor, el Gobierno español (un gobierno en minoría, no olvidemos) presentó la semana pasada como contribuciones a este paquete una batería de comentarios contra el autoconsumo: contra el autoconsumo en comunidades, pidiendo que se reconozca el hecho de que el autoconsumo es oneroso para el sistema, en contra de los sistemas de apoyo al mismo… en fin, propuestas muy ideologizadas y en completa minoría y, otra vez, en contra de la ciudadanía de su país.

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La era de la energía renovable 100 x 100

Por José Luis García – Área de Energía y Cambio Climático de Greenpeace

Hoy debería ser el día de la energía 100% renovable. Cada vez más voces reconocen no solo la necesidad, sino la viabilidad de alcanzar un suministro energético completamente renovable. Y así lo voy a plantear en un debate en el que participo hoy, representando a la Fundación Renovables, con el sugerente título de “La transición energética hacia un modelo 100 x 100 renovable”.

Es cierto que cada vez somos más los que defendemos ese futuro basado en la energía renovable. Hoy mismo se presenta en Bonn una Plataforma Mundial por la Energía 100% Renovable, que formaliza la colaboración de gran cantidad de grupos y entidades que vienen trabajando juntos en los últimos años para impulsar la agenda 100% renovable en distintas partes del mundo y desde diferentes ámbitos.

Pero no siempre ha sido así. Hace solo diez años, muy pocos creían en esa posibilidad, pues se pensaba que las energías renovables nunca serían suficientes para satisfacer toda la demanda de energía y que, aunque lo fueran, no podríamos usar “solo” energías renovables, porque ¿qué hacemos cuando no hay sol o no sopla el viento?

Greenpeace se propuso desmontar esos mitos y encargó a los mejores especialistas que analizaran esa posibilidad en vez de descartarla de antemano. Las conclusiones se publicaron en varios estudios. El primero (Renovables 2050) demostró que la cantidad de recursos renovables disponibles en España permitirían producir más de diez veces la demanda de energía total que tendríamos en 2050.

El siguiente estudio (Renovables 100%), del que ahora hace diez años de su publicación, demostró que sí es posible garantizar el suministro de electricidad cada hora de cada día de cada año con fuentes renovables, y a un coste mucho menor que hacerlo con energías sucias. La clave está en combinar las distintas tecnologías renovables disponibles (termosolar, fotovoltaica en suelo o en edificios, eólica terrestre o marina, hidráulica de embalses existentes o de pequeños saltos, energía de las olas, biomasa o geotérmica) de forma que siempre exista la capacidad de producir lo necesario. Lo bueno es que hay múltiples soluciones 100% renovables.

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Un regalo más a los grandes consumidores de energía

Una disposición adicional de los PGE crea un sistema de apoyo para compensar a los grandes consumidores por “soportar” la financiación de las renovables

Por Sergio de Otto – Periodista especializado en energía

Monedas

En los Presupuestos Generales del Estado de 2017, que han empezado a debatirse esta semana en el Congreso de los Diputados, el Gobierno ha colado en las 114 disposiciones adicionales un nuevo regalo para los grandes consumidores de energía que viene a sumarse a lo que ya cobran por el servicio de interrumpibilidad que lleva muchos años sin emplearse y al que le quedan otros tantos antes de ser necesario algún día. Ya se ha denunciado en numerosas ocasiones que los 525 millones de euros que los consumidores eléctricos pagaremos este año a un reducido grupo de estas empresas no es hoy una necesidad del sistema sino una subvención industrial encubierta.

Ahora, la subvención llega vía Presupuestos, pero con el insólito argumento reflejado ya en el título de la disposición (la 111 para quien quiera comprobarla): “Compensación por costes adicionales derivados de la financiación del apoyo a la energía eléctrica procedente de fuentes renovables” y en el texto añade: “que soportan” …” las industrias”, empresas que describe el punto 2 de esta disposición. De nuevo el Gobierno presenta a unas empresas como víctimas y a las renovables como culpables de un sobrecoste que tienen que “soportar” esas pobrecitas industrias.

El perfil de las empresas que tendrá derecho a este “sistema de ayudas” (pero ¿no éramos tan liberales que queríamos acabar con todo tipo de subvenciones?) “se determinará reglamentariamente atendiendo a la intensidad del uso de la electricidad y a la intensidad del comercio con terceros países y dentro de los límites previstos en las directrices sobre ayudas estatales en materia de protección del medio ambiente y energía 2014-2020”.

Si el Gobierno quiere subvencionar a estas industrias que lo haga y que se las arregle con Bruselas para ver si cuelan las subvenciones (como parece que es el caso) pero que no use como excusa el apoyo a la energía renovable. No debe hacerlo por muy diversas razones, pero, sobre todo, porque es rotundamente falso que eso suponga una desventaja competitiva para esas empresas como lo demuestran las estadísticas que publica la Comisión Europea y que, recientemente, una vez más han puesto en evidencia que esas grandes industrias consumidoras españolas son las que menos “soportan” estos costes.

En el primer gráfico, comprobamos que España es el país en el que mayor diferencia existe entre el coste que “soportan” por la retribución a las renovables y cogeneración las pequeñas y medianas empresas (Tarifa IB) y los grandes consumidores de electricidad (Tarifa IF). Mientras que para los primeros rondan los 25 euros, para los segundos (los que ahora se verán beneficiados por una nueva subvención) no llega a los 4 euros. Sí, la mayor diferencia en toda Europa entre la una mayoría de nuestras empresas y los privilegiados del gran consumo eléctrico.

Costes de apoyo a las renovables y cogeneración para las empresas. 2015. Fuente Comisión Europea.(Tarifa IB: consumidor negocio, pequeña tienda o muy pequeña industria; Tarifa IF: electro intensivos de gran consumo).

En el segundo cuadro, en el que podemos ver el porcentaje que supone en la factura eléctrica para unos y otros, de nuevo constatamos una escandalosa diferencia entre el 15% para la mayor parte de nuestras empresas y solo un 4% para los grandes consumidores.

Porcentaje en el coste de la electricidad de los costes de apoyo a las renovables y cogeneración para las empresas por países. 2015. Fuente Comisión Europea. (Tarifa IB: consumidor negocio, pequeña tienda o muy pequeña industria; Tarifa IF: electro intensivos de gran consumo).

¿Está justificada una nueva subvención para unas empresas en las que este coste solo supone un 4 por ciento de su factura? La pregunta se responde sola.

 

 

 

La (enorme) hipoteca nuclear

Por Joan Herrera – Abogado

Abro la prensa y veo que el presidente de Endesa tiene hoy semáforo verde en la prensa escrita. El motivo no es otro que la demandada de alcanzar un nuevo pacto energético bajo la premisa de alargar la vida útil de las centrales nucleares existentes. Continúo mi lectura y compruebo cómo en el mismo periódico que le da semáforo verde, en la página impar, hay un anuncio de la misma compañía, mientras que en la página par hay un desarrollo de la noticia en la que Endesa pide ese pacto para la energía, cuya principal propuesta es el alargamiento de las centrales nucleares, bajo la amenaza de que de no ser así aumentará el precio en 10 euros el megavatio-hora.

Curioso país este. El debate energético, aquello de lo que va el cambio de modelo productivo en uno de los países más dependientes del mundo (72% de dependencia energética, más del 80% si añadimos el uranio importado, 20 puntos más que el entorno europeo, que a su vez es el escenario regional más dependiente del planeta) no existe. Pero se introduce para hablar del alargamiento de la vida útil de las centrales nucleares. Una propuesta que, de ser realidad, marcará el futuro de muchas generaciones. Si posponemos o no el funcionamiento de las centrales.

Tenemos centrales que todas ellas están a las puertas de cumplir los 40 años (más allá de su vida útil). Centrales que necesitan de una inversión extraordinaria de acuerdo con los estándares establecidos tras el accidente de Fukushima. Dicha tecnología es claramente incompatible con las energías renovables, ya que estas últimas necesitan de tecnologías complementarias que se puedan activar cuando no hay fuentes de origen renovable, y que se puedan apagar cuando la potencia instalada en renovables está a su máxima producción.

De hecho, hoy, el modelo en la fijación del precio en la nuclear es uno de los factores por los que pagamos una de las energías más caras de Europa entre el pequeño consumidor. Jorge Fabra, economista especializado en la materia, ha explicado de forma reiterada como, bajo hipótesis generosas, los costes asociados a la producción en una planta se sitúan en torno a los 22€ el MWh) pero sus ingresos se multiplican por dos y por tres por MWh en función del año.

Mientras tanto, en el mundo se invierte cada vez más en renovables: el 2016 ha habido casi tanta inversión en renovables y ahorro y eficiencia como en extracción de petróleo y gas, según datos de la Agencia Internacional de la Energía. En el Reino Unido se ha instalado 32 veces la potencia fotovoltaica que España el 2016 (72 veces en 2015). Y en EEUU, que representa el 20% de la inversión global en renovables, un tercio de la inversión se ha producido en autoconsumo. Si el carbón fue la palanca de cambio (de control y contaminación) del siglo XIX y el petróleo la del siglo XXI, hoy las renovables pueden cambiar el modelo productivo. Con un elemento añadido, que la gestión de las renovables puede pasar por una gestión democrática de la energía (y no necesariamente por oligopolios).

Pero España a su rollo. Tenemos un traje eléctrico que nos van grande. Con mucha potencia instalada, ineficiente, antigua, e incompatible en muchos casos con un mix energético en que entren con más fuerza aún las renovables y especialmente el autoconsumo. Pero, a pesar de ello, el autoconsumo continúa parado, debido al veto del gobierno del PP a la proposición de ley unitaria sobre la materia (con la aquiescencia de Ciudadanos). Se anuncia una subasta para renovables porque la Unión Europea obliga, pero se imposibilita que el pequeño inversor pueda entrar en la subasta. Las micro redes no se permiten. Los contadores inteligentes se instalan, pero se deja la gestión de los datos en manos de quien tiene el monopolio natural de la distribución, dificultando una gestión de la demanda eficiente, permitiendo que quien tiene hoy el monopolio de la distribución pase a tener el monopolio del saber.

Pero el debate energético que nos encontramos es el de alargar la vida útil de las centrales, bajo la amenaza que si o es así aún se encarecerá mas el precio de la luz.

Pues bien. Dejemos las cosas claras. Si lo consiguen, si ahora alargan la vida de las centrales no será necesario ni autoconsumo ni renovables. Incluso será inconveniente: ¿cómo tener renovables que no son compatibles con un modelo con fuerte peso de la nuclear? Es más; continuaran haciéndolo todo para que no haya más potencia renovable para poder así sacar provecho de la potencia instalada, y para poder hacer que los ciclos combinados funcionen más horas. Por supuesto que no habrá modelo cambio de modelo productivo. Ni se generará puestos de trabajo. Ni tendremos las figuras del agregador energético que ya proliferan en otros países. Es posible que al cabo de los años Europa obligue. Y para entonces tendremos que cerrar abruptamente la centrales nucleares. Unas centrales más antiguas, más inseguras, pero que hoy por hoy son la gallina de los huevos de oro para sus titulares, y uno de los motivos por los cuales tenemos un sector energético tan reacio a los cambios que se dan en otras latitudes. Pero las cerraremos con la correspondiente indemnización, multiplicando el negocio de unos pocos y añadiendo hipotecas al conjunto de la sociedad y la economía.

Hoy somos, un país rico, muy rico en sol y viento. Pero pobre, muy pobre, en la voluntad política necesaria para protagonizar un cambio de modelo energético.