El presidente de Ferrari, Luca di Montezemolo, ha hecho un pequeño balance de la temporada en el Salón del Automóvil de Frankfurt y ha resumido en dos los problemas que están lastrando el rendimiento de su escudería en el Mundial de Fórmula 1. Estas son las claves del fracaso de Ferrari, según su presidente:

1. Prohibición de los tests. Montezemolo considera que Ferrari es el equipo que más ha sufrido por la prohibición de los tests durante la temporada que entró en vigor en 2009. «Nos ha afectado mucho más que a nuestros rivales porque Ferrari tiene una cultura mecánica, de trabajar en la pista, muy diferente a la cultura de los ingleses basada en la aerodinámica», dice el directivo. Es cierto que 2009 fue un año nefasto para Ferrari, que terminó en cuarta posición en el campeonato de constructores y solo logró una victoria en toda la temporada gracias a Kimi Raikkonen, que acabó sexto en el Mundial. La temporada pasada Ferrari también sufrió bastante y solo la magia de Fernando Alonso le permitió llegar a la última carrera con opciones al título. Este año ya ha sido demasiado y ni siquiera el pilotaje del asturiano ha podido plantar cara a los poderosos Red Bull.
2. Congelación de los motores. Montezemolo también achaca el bajón de Ferrari a la prohibición de evolucionar los propulsores, que entró en vigor en 2008 teóricamente para un periodo de diez años. «Son unas normas demasiado restrictivas y nuestros ingenieros están frustrados porque no pueden incrementar la potencia de nuestro motor», apunta el jefe de Ferrari. También es cierto que la congelación de los motores obliga a los equipos a marcar las diferencias en la evolución aerodinámica donde, quizás, las escuderías británicas cuentan con más medios y tradición. Además, hay que recordar que Ferrari sufrió la pasada temporada muchos problemas de fiabilidad en sus motores y, parece evidente, que los propulsores Mercedes cuentan con cierta ventaja sobre el resto.

PD. No voy a negar que esos dos aspectos han influido negativamente en el rendimiento de Ferrari. La prohibición de los tests durante la temporada podría tener los días contados y levantarse en 2012, pero la congelación de los motores parece que va para largo. La FIA estudia, incluso, limitar todavía más su potencia, una medida que Ferrari rechaza de plano.