Si ayer os comentaba la posibilidad de que Ross Brawn regrese a Ferrari, una opción que sigue abierta ya que los rumores sobre la marcha de Brawn de Mercedes van aumentando, hoy os quiero hablar de un cuchicheo mucho más rocambolesco, que ha publicado motorsport-total.com. Según esta web especializada en motor, el director de Red Bull, Christian Horner, visitó recientemente la sede de Ferrari en Maranello.
Al parecer fue una visita secreta que se produjo el pasado mes de diciembre en la que Horner se reunió con el responsable de recursos humanos de Ferrari, Mario Mairano. ¿Y por qué tuvo lugar este sorprendente encuentro? Pues según Christian Nimmervoll, el periodista que firma la información, porque detrás de esa misteriosa reunión estaría el enésimo intento de Ferrari por fichar al diseñador Adrian Newey, artífice de los éxitos del equipo Red Bull.
El argumento tiene sentido, todo hay que decirlo, porque Christian Horner es un gran amigo de Newey y parece que los dos acostumbran a firmar juntos sus contratos en la Fórmula 1. La hipotética llegada de Newey a Ferrari estaría vinculada al fichaje de Horner, que se convertiría en el director deportivo de la Scuderia en lugar de Stefano Domenicali. Horner termina su contrato con Red Bull en 2014.
Sea Ross Brawn o sea el tándem Horner-Newey, lo cierto es que hace tiempo que se especula con el posible relevo de Domenicali y de la actual cúpula directiva de Ferrari. El proyecto de 2012 fue un completo desastre, solo maquillado por el pilotaje de Fernando Alonso, y 2013 se presenta como un año decisivo para la escudería italiana.
La web que ha publicado el encuentro Horner-Ferrari también especula con la posibilidad de que Ferrari haya filtrado la noticia de forma deliberada para desestabilizar al equipo Red Bull, en estos momentos su gran rival en la Fórmula 1.
PD. Otra posibilidad abierta es que ese hipotético doble fichaje de Ferrari se transforme en triple con la llegada en 2014 de Horner, Newey y… Sebastian Vettel. (Mientras Helmut Marko no entre en la operación, podemos estar tranquilos).