Entradas etiquetadas como ‘sentido del tacto’

¿Cómo aprendemos el código no verbal?

Esta pregunta es de una importancia considerable, ya que nos muestra qué elementos de la comunicación no verbal son innatos y cuáles son aprendidos. 

¿Cómo aprendemos el código no verbal? Esta pregunta es de suma importancia, ya que nos muestra qué elementos del lenguaje corporal son innatos y cuáles aprendidos.

El primer sentido que entra en funcionamiento para comunicarnos es el tacto. La sensibilidad táctil es la forma de comunicación más básica y primitiva, el feto no solo responde a los latidos del corazón de su madre, cuando acariciamos el vientre podemos evocar una reacción de movimiento (una patada) al contacto. En el momento del parto, y todavía antes de abrir los ojos, el recién nacido ya hace uso de sus sensores táctiles intentando tocar con sus manos.

Parece ser que cuando se alcanzan los seis meses de edad, aproximadamente, las madres tocan más a las hijas que a los hijos, es una diferencia muy sutil pero como resultado las niñas con trece meses de edad ya buscan el contacto físico más que los niños en situaciones de mucho espacio (Argyle, 1990). Este dato ya nos indica que el sexo biológico funciona como variable en el comportamiento táctil.

Captura de pantalla 2016-08-02 a la(s) 22.46.15El autor Knapp asume como proceso el aprendizaje de los bebés, que va desde la proximidad y el contacto físico hasta la distancia. Argumenta que en los primeros meses de vida las madres van acompañando el contacto físico con palabras. Paralelamente, el contacto físico con su madre es sustituido por indicios verbales y visuales a través de expresiones faciales y gestos. A partir del momento en que las palabras sustituyen al contacto táctil la proximidad íntima es remplazada por la distancia.

Knapp añade que la satisfacción táctil durante la infancia y la niñez tiene además una importancia fundamental en el posterior desarrollo de un comportamiento saludable. Explica que las personas que carecían o han tenido un escaso contacto físico durante la infancia aprenden a caminar y hablar más tarde.

 

 

 

Convence y consigue ayuda con un solo toque

El sentido del tacto es el primero que se desarrolla en el ser humano.

El sentido del tacto es el primero que se desarrolla en el ser humano.

Uno de los canales de expresión de la comunicación no verbal con los efectos más intrigantes es el canal ‘háptico’, nos conectamos y transmitimos a través del tacto y las investigaciones al respecto vierten resultados de lo más curiosos. En una serie de experimentos, desarrollados en la Universidad de Indiana, los sujetos debían intentar comunicar una lista de emociones a través del tacto a extraños que tenían los ojos vendados. Las personas fueron capaces de comunicar ocho emociones distintas a estos completos desconocidos con un 70% de exactitud.

Pero quizás uno de los efectos más interesantes del toque humano sea el que motiva a las personas (desconocidas) a devolver aquellos objetos que han ‘tomado prestados’. En este sentido, en la década de los años 70, en el Wheaton College de los Estados Unidos, se desarrolló un curioso experimento en una cabina telefónica donde el investigador había dejado una moneda de diez centavos. Los desconocidos que entraban a la cabina posteriormente cogían la moneda y se la guardaban, el investigador les abordaba a la salida y les preguntaba si se habían encontrado una moneda, ya que había olvidado su cambio. Cuando las personas sentían un ligero toque en el brazo, mientras les pedían la moneda, eran más propensas a devolver el dinero mientras que la ausencia del toque humano les hacía quedarse con los centavos en el bolsillo.

Posteriormente, en la década de los 80 se evidenció un curioso experimento sobre el toque humano en el cuál se demostró cómo éste es efectivo para convencer a las personas. En esta ocasión se le pidió a los participantes que firmasen una petición. Cuando a las personas no se les tocó sino que simplemente se les pidió que firmasen, sólo el 55% de ellas lo hicieron pero cuando se les tocó levemente en el brazo, el 81% de ellas dio su consentimiento. Investigaciones posteriores han reafirmado este efecto en similares condiciones experimentales.

Lee el resto de la entrada »