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¿Cómo es el rostro de la confianza?

Fotografía publicada en el experimento, muestra de la codificación facial de la menor a la mayor confiaza.

¿Te has preguntado alguna vez cómo algunas personas parecen engendrar confianza, incluso cuando no es merecida? No tiene nada que ver con la psicomorfología facial. No creo, más bien nadie ha demostrado aún, que un determinado rasgo de tu cara quiera decir que eres más o menos sociable, o más o menos agresivo. Si bien es cierto que el canal de la apariencia es fundamental para entender el poder de la comunicación no verbal.

Las investigaciones en esta área apuntan de forma unánime que las primeras impresiones sobre otra persona se forman en menos de un segundo y a menudo son bastante duraderas, una primera impresión puede incluso prevalecer sobre la evidencia objetiva posterior que entre en conflicto con ese primer impacto. A veces, nuestros cerebros forman una impresión sobre los rostros de los demás incluso cuando el tiempo de exposición es tan corto que ni siquiera somos conscientes de haberlos visto.

Los expertos afirman que nuestra amígdala, un área del cerebro asociada con la emoción y la toma de decisiones, juzga la confiabilidad de una cara después de solo 33 milisegundos de exposición. Los sujetos no recordaron ver caras, pero sus amígdalas reaccionaron de manera diferente según los detalles de la misma. En la Universidad de Princeton llevan años investigando sobre el tema y la conclusión es que existen ciertas características faciales que implican confianza.

Concretamente, la forma de la boca y las cejas son las más importantes. Las cejas de mirada enfadada (ceño fruncido) y el leve descenso de las comisuras labiales no son dignas de confianzaLos rostros más susceptibles de que sean percibidos como confiables son los que tienen las cejas arqueadas, como una ligera expresión de sorpresa y una sonrisa en forma de «U».

Estos patrones pueden ser muy útiles para fabricar una imagen de marca, en marketing y publicidad, no podemos cambiar la configuración de los rasgos de nuestra cara, pero sí que podemos fotografiarnos con ciertas expresiones faciales en este sentido para proyectar un aspecto más positivo y confiable de nosotros mismos… A Trump le ha funcionado, ¿no? 🙂

Composición realizada por CNN

 

 

*Referencia: https://www.neurosciencemarketing.com

 

Una mirada, una boca sugerente… ¿en qué nos fijamos más?

Son muchos los que reconocen que lo primero en lo que se fijan al conocer a otra persona es en los ojos, que la mirada es el espejo del alma y podemos reconocer, a través de ésta, expresiones tristes, alegres, sugerentes, de interés, o de auténtico terror. No son pocas las personas que admiten que su atención se fija más en la boca, en unos labios gruesos y en la forma que dibujan en el rostro.

Pues bien, según la ciencia ninguna de estas partes del rostro son las que captan una mayor atención para nuestro cerebro. Al parecer, las cejas encierran un fuerte significado social porque además de embellecer o afear notablemente nuestro rostro, también tienen una fuerte carga emocional, y son las responsables de maximizar y regular la expresión de nuestras emociones.

Una investigación realizada por la Universidad de Lethbridge en Canadá ha analizado el rol que desempeñan las cejas en el reconocimiento facial con unos resultados sorprendentes, y es que los datos obtenidos son concluyentes: ni los ojos, ni la boca, las cejas son la parte más importante del rostro.

Los autores del estudio eligieron 25 fotos de famosos sin cejas y otras 25 imágenes de celebridades sin ojos, y se las mostraron a un grupo de personas. ¿El resultado? Los participantes del experimento fueron capaces de identificar a más famosos sin ojos (56%) que sin cejas (46%). Así, el trabajo, que lideró Sadr, concluyó que las cejas vienen a ser un identificador facial.

Para los científicos las cejas son similares a un código de barras, donde la frente es blanca, las cejas una barra negra, los ojos blancos y los labios la otra barra negra, dibujando así cejas y boca los dos puntos más oscuros del rostro. Por este motivo, la falta de cejas desorienta y a su vez marca la identificación de una persona.

Ejemplos de las imágenes utilizadas en el experimento: En la parte superior: el presidente Richard M Nixon. En la parte inferior: la actriz Winona Ryder.