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Media docena de curiosos términos que hacen referencia a tonalidades de colores (II)

Muchos son los colores que conocemos y las diferentes tonalidades que presentan. A menudo nos referimos a estos por alguno de sus rasgos, colocándole tras el nombre genérico alguna coletilla (por ejemplo: azul claro, verde oscuro, amarillo brillante, gris apagado, rosa chillón…). En realidad la mayoría de ellos tienen una palabra concreta con la que referirse al mismo, motivo por el que en este post te traigo la segunda (de varias entradas) con media docena de curiosos términos que hacen referencia a tonalidades de colores.

Media docena de curiosos términos que hacen referencia a tonalidades de colores (II)

Ampo: Blancura resplandeciente. Deriva del italiano ‘lampo’ (relámpago), en referencia al resplandor o brillo de éste.

Cetrino: Amarillo verdoso y a veces utilizado para referirse al ‘amarillo limón’. Del latín medieval ‘citrinus‘ (cítrico) y derivado de ‘citrus’ (limonero).

Índigo: Añil, azul oscuro. Del latín ‘indĭcum’; literalmente ‘de la India’, porque de allí se traía.

Jalde: Amarillo subido. Del francés antiguo ‘jalne’, y este del latín ‘galbĭnus’ (de color verde claro).

Musco: Pardo oscuro. Del latín ‘muscus’, el cual hacía referencia a la sustancia grasienta segregada por las glándulas de ciertos animales, muy utilizada antiguamente para la elaboración de cosméticos y perfumes.

Opalino: Entre blanco y azulado con reflejos irisados. Del latín ‘opălus’ el cual hacía referencia al ópalo, mineral silíceo con algo de agua, lustre resinoso, traslúcido u opaco, duro, pero quebradizo y de colores diversos.

 

 

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Fuente de la imagen: piqsels

El curioso motivo por el que las pelotas de tenis son amarillas

Días atrás, tras volver a compartir en mis redes sociales un post que publiqué en este blog en 2017 donde explicaba el motivo de la obligatoriedad de que los jugadores de tenis vistan totalmente de blanco en el Torneo de Wimbledon, me preguntó Julia Garrido sobre la razón por la cual las pelotas de tenis son de color amarillo.

El curioso motivo por el que las pelotas de tenis son amarillas

Durante la mayor parte de la historia de este deporte las pelotas han sido de otros colores (sobre todo mayoritariamente blancas) y no fue hasta 1972 cuando se optó por el ‘amarillo óptico’ (nombre por el que es conocida esta gama de color) instaurándose de forma progresiva por la ITF (Federación Internacional de Tenis), aunque los últimos en adoptar el amarillo fue en el mencionado Torneo de Wimbledon, quienes se resistieron al cambio hasta 1986 (hasta ese año las pelotas habían sido de un inmaculado blanco, al igual que la vestimenta de los jugadores).

El motivo por el que la ITF decidió cambiar al blanco fue a raíz de la llegada y popularización de la televisión en color. Hasta principios de la década de los ’70 las  retransmisiones se realizaron, mayoritariamente, en blanco y negro (excepto contadas excepciones, sobre todo en emisiones de prueba).

Se dieron cuenta que mientras que se estuvo retransmitiendo los partidos de tenis en B/N  la pelota (que era blanca) se veía perfectamente y era distinguida por los telespectadores sin problema alguno, pero la llegada de la televisión en color cambió las cosas y muchas eran las quejas de televidentes que, desde sus casas, se quejaban porque no podían apreciar bien la trayectoria de la bola.

Tras un concienzudo estudio se llegó a la conclusión de que el mejor color para teñir las pelotas de tenis era el amarillo óptico y así fue establecido a partir de 1972. Cabe destacar que, como los británicos son tan particulares para algunos asuntos (sobre todo en los relacionados con sus tradiciones y costumbres) fue muy complicado convencerlos para que adoptasen el nuevo color de las pelotas y siguieron utilizando las blancas en su emblemático torneo durante una década más.

Pero no solo el color de la pelota de tenis está reglado por la ITF, también el tamaño (cuyo diámetro debe ser obligatoriamente entre 6,54 y 6,86 centímetros) y su peso (entre los 56 y los 59,4 gramos), además de estar confeccionas de caucho y recubiertas de fieltro fibroso.

Cabe destacar que no todo el mundo está de acuerdo con la afirmación de que las pelotas de tenis son amarillas ya que son muchas las personas que aseguran que son verdes (hay que tener en cuenta que según se van usando se oscurecen tomando una tonalidad verdosa).

Y aquí ya entramos en la famosa discusión sobre la tonalidad y color de un objeto que cambia según la percepción del individuo que la observa ¿recordáis aquel famoso viral de 2015 sobre el color de un vestido?

 

 

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Fuente de la imagen: maxpixel

Destripando mitos: Molière no murió sobre un escenario vestido de amarillo (y ese no es el origen de la superstición española a este color)

Una de las supersticiones más extendidas en España y que además siguen al dedillo un gran número de artistas y personas relacionadas con el mundo del espectáculo, el cine y la televisión es que vestir de color amarillo trae mala suerte. Por tal motivo innumerable son los profesionales (sobre todo de las artes escénicas) que se niegan a llevarlo e incluso a compartir escenario o plató si hay algún elemento amarillo (ya sea de atrezo o textil).

Destripando mitos: Molière no murió sobre un escenario vestido de amarillo (y ese no es el origen de la superstición española a este color)

La inmensa mayoría de los supersticiosos a ese color (e incluso un gran número de expertos e historiadores) se acogen a la leyenda (que no deja de ser urbana) que explica que Jean-Baptiste Poquelin (más conocido por el sobrenombre de Molière) falleció el 17 de febrero de 1673 mientras representaba en un teatro de París la insigne obra ‘El enfermo imaginario’. Todas esas fuentes y personas indican (erróneamente) que el ilustre dramaturgo y actor vestía en ese momento de amarillo.

Pero esto no es cierto, debido a que Molière no falleció sobre el escenario (aunque sí se encontraba con un fuerte dolor de pecho durante la representación) pero le dio tiempo de llegar a su  casa, donde murió pocas horas después, posiblemente a causa de una tuberculosis (aunque nunca se determinó el motivo real del deceso).

Otro detalle importante es que Molière no iba vestido de amarillo en dicha función, pues existen suficientes pruebas documentales que indican que, para interpretar el papel del hipocondriaco Argán (protagonista de la obra), encargó a una importante sastrería parisina un traje de color amaranto (rojo tirando a granate) y de ese modo era como iba vestido cada noche de las cuatro funciones que le dio tiempo a protagonizar.

Cabe destacar que en el mundo del teatro francés el color verde es por antonomasia el que causa superstición a los actores y esto viene de unos cuantos siglos antes del fallecimiento de Molière, aunque no se sabe por qué a partir de mediados del siglo XIX aparecieron ciertos escritos que vinculaban dicha superstición hacia el verde en los escenarios franceses y el fallecimiento del célebre dramaturgo y actor.

El motivo por el que se originó la superstición al verde en el mundo teatral de Francia viene de mucho antes de la muerte de Molière: antiguamente para conseguir los pigmentos de este color se debían usar elementos químicos como el óxido de cobre (cardenillo) con el que tintaban la ropa. Esto hacía enfermar a muchos de los actores que habían vestido una prenda teñida con ello.

Ojo, hay quien dice que también influyó el color de las llamas de las lámparas situadas al borde del escenario para iluminarlo, que provocaban que el espectador no pudiese ver con claridad a los actores y a estos moverse con facilidad por el escenario, pero realmente ese no es el origen de la superstición al color verde en entre los actores franceses sino el de porqué a los comediantes británicos les trae mala suerte el color azul (los ingleses a la luz que dan ciertas bombillas en el escenario de tono azul lo llaman ‘Ghost light’ o ‘luz fantasma’, pues parece que aparecen espectros y espíritus en el escenario). Como veis en cada país los actores le tienen superstición a un color diferente (en Italia es al morado, pero esto os lo cuento detalladamente en mi próximo post).

Pero, llegados a este punto, os estaréis preguntando ¿por qué entonces en España se le tiene superstición al color amarillo y cuál es el motivo de vincularlo al fallecimiento de Molière?

Empezaré respondiendo a la segunda cuestión… cuando a mediados del siglo XIX en Francia empezó a relacionarse, inexplicablemente, la superstición de los actores al color verde con la muerte de Molière (que nada tenía que ver, como os he comentado más arriba) en España ya llevaba muchísimo tiempo instaurada la costumbre de que el color amarillo traía mala suerte (aunque ésta no se originó en los teatros). No se sabe bien si fue una torpeza, un fallo de traducción o realizado deliberadamente por alguien que le venía bien justificar y/o relacionar la superstición española al amarillo con la muerte de Molière que, de la noche a la mañana, aquellas reseñas que se hacía al color amaranto (amarante en francés) de las ropas que vestía el dramaturgo se convirtieron en castellano en amarillo.

En realidad la superstición española al color amarillo no se originó en los escenarios teatrales, tal y como se viene repitiendo desde hace tantísimo tiempo, sino en el coso taurino. Mucho antes de que llegara a España (en el siglo XIX) la versión errónea sobre el color de la ropa de Molière ya existía cierta animadversión hacia el color amarillo en el mundo de la tauromaquia ¿el motivo? porque ese era el color del reverso del capote de brega y, por tanto, en caso de ser corneado el torero por el animal durante una faena ese sería el último color que vería en caso de fallecer.

Destripando mitos: Molière no murió sobre un escenario vestido de amarillo (y ese no es el origen de la superstición española a este color)El capote de brega está compuesto originalmente por dos colores: el rosa (o fucsia) en el anverso y el amarillo en el reverso. El rosa, dentro del mundo de la tauromaquia está considerado como un color de buena suerte (de ahí que las medias que llevan los toreros también sean de ese color, para atraer la buena suerte). Por el contrario, el amarillo del reverso se consideró como de mal fario por el motivo que explico en el párrafo anterior que relaciona una cogida por parte del toro y el visionado por parte del matador del  envés del capote de brega.

Sí, parece una explicación algo pillada por los pelos, pero es la única documentada que se le dio antiguamente, mucho antes de que se cambiara, en el siglo XIX, por la errónea y falsa versión sobre el color de la ropa que vestía Molière en el momento de fallecer y que ha llegado hasta nuestros días.

Y para finalizar, una pequeña reflexión… si supuestamente (como tantísimo tiempo se ha estado defendiendo) Molière falleció sobre un escenario vestido de amarillo ¿por qué solo en España los actores y actrices le tienen superstición a ese color? Debería haber sido ese mismo color para los artistas de todos los países y no en cada lugar tener superstición a un color diferente (en Francia el verde, Inglaterra el azul, Italia el morado…).

 

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Fuentes de las imágenes: Captura Vimeo / Wikimedia commons

¿Si la leche es blanca, por qué la mantequilla es de color amarillo?

¿Si la leche es blanca, por qué la mantequilla es de color amarillo?

Hay una famosa y antigua adivinanza que dice: “Es blanco como la leche y negro como el carbón; es dulce como la miel y agrio como el limón ¿qué es?…”

Pero no, el post de hoy no es para formular adivinanza alguna, simplemente la he utilizado en la intro del mismo a modo de ejemplo de cómo en muchas ocasiones utilizamos un epíteto (en este caso el color y sabor) para referirnos al algo.

Y es que, tal y como titulo el post, el característico color blanco de la leche no lo tienen otros productos derivados de ésta, como es la mantequilla o algunos quesos, los cuales de una manera natural adquieren un tono amarillento.

Pero la razón de que sea así no es a causa de algún colorante artificial que se le añade durante el proceso sino a un pigmento natural conocido como ‘beta-caroteno’ (β-caroteno) que se encuentra en la hierba que es ingerida por las vacas y que, durante el curioso proceso de digestión de estos rumiantes, acaba disuelto en la leche.

No es hasta el proceso de elaboración de los diferentes derivados lácteos (mantequilla, queso…) cuando el beta-caroteno libera su poder colorante que termina tiñéndolo de color amarillo (este pigmento también tiene la propiedad de teñir de naranja o rojizo y está presente en infinidad de frutas y verduras como las zanahorias, la calabaza, la frambuesa o el melón…).

 

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Post realizado a raíz de una consulta de Maribel Romero enviada a través del apartado de contacto.
Fuente de la imagen:  Dwayne Madden (Flickr)

¿Cuál es el origen de las tarjetas roja y amarilla en el fútbol?

Tras diputarse un partido de cuartos de final en el estadio de Wembley que enfrentó a la selección anfitriona de Inglaterra frente a la Argentina, en el Mundial de Fútbol de 1966, la prensa publicó que se había amonestado a Jack y Bobby Charlton, pero sin que el árbitro indicara esto al público presente en el encuentro.

Hubo bastante polémica respecto a este tema, ya que hasta entonces todas las amonestaciones a los jugadores por parte del árbitro eran de forma verbal.

Poco después, Ken Aston, árbitro inglés ya retirado, iba conduciendo su automóvil por la calle Kensington High cuando al detenerse frente a un semáforo le vino la inspiración:

Amarillo, precaución, mandar calmar.

Rojo, peligro, expulsión.

Y así lo expuso ante la Comisión de Árbitros de la FIFA, de donde era miembro.

Cuatro años después fue nombrado Presidente del Comité de Árbitros de la FIFA y durante la celebración del Mundial de Fútbol de México 1970 se adoptó, por primera vez, el uso de las tarjetas rojas y amarillas.

 

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Portada 6ª edición Ya está el listo que todo lo sabe

 

Curiosidad que forma parte del libro “Ya está el listo que todo lo sabe” (Una curiosidad para cada día del año) de Alfred López
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Los colores en los semáforos…. ¿Por qué no está el color azul?

Los colores en los semáforos…. ¿Por qué no está el color azul?El 10 de diciembre de 1868 se colocó el primer semáforo en el exterior del parlamento británico de Westminster. Fue ideado por el ingeniero, experto en asuntos ferroviarios, J. P. Knight. Este semáforo tenía dos brazos móviles que se accionaban moviendo unos cables desde una torre. El sistema era similar a las señales que daban paso a los ferrocarriles. Contenía dos lámparas de gas con una luz roja y otra verde. No tuvo una larga existencia, ya que al poco de instalarse a causa de un accidente explotó, provocando la muerte de un policía. Fue retirado y hasta agosto de 1914 no se volvió a instalar un semáforo. Esta vez en Cleveland (EE.UU.) donde se colocó el que se conoce como primer semáforo.

Pero ¿por qué desde el inicio de los semáforos los colores de éstos han sido siempre el rojo, el verde y más tarde el amarillo (o también llamado ámbar) y nunca el azul?

El porqué de la elección de estos colores resulta muy convincente.
El rojo representa en la naturaleza un color de aviso, alarma o peligro de la que se sirven los animales para ahuyentar a sus enemigos; ese color tiene el mismo significado para los seres humanos. Esto es debido a que el color rojo tiene una gran longitud de onda y alcanza rápidamente a los ojos.
La luz azul es de corta longitud de onda y por eso “no salta” tanto a la vista.
El mayor contraste con el rojo es el verde.
La teoría de los colores enuncia que ambos, rojo y verde, son complementario pues en un disco de color están exactamente uno frente al otro.
El amarillo fue un color que se incorporó más tarde a los semáforos; después del rojo y el naranja es el color de mayor longitud de onda, y con su ayuda es posible proporcionar al trafico una mayor información que la simple orden de pasar o detenerse. Además, en todos los países la luz roja está arriba, o a la izquierda, para que la puedan interpretar los que tienen alguna afección en la visión para el rojo y el verde (Daltonismo).

 

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Fuentes de consulta: Wikipedia / El Tamiz / ¿CUANTO PESA UNA NUBE? de IRIS HAMMELMANN