La gala de anoche, amigos fue… como explicarlo, como si invitáramos a una cena a Charles Manson, Fredie Freddy Krueger y Jason Voorhees y les pones de cenar guindillas y de postre, machetes al horno.
El caso es que pocas horas antes Alberto había protagonizado un nuevo episodio violento (protagoniza más episodios violentos que Van Damme). El caso es que al premio Nobel se le metió en la cabeza que Sonia y Carolina no podían usar el fuego común, así que fue a quitarles el tronco con brasas.
Sonia intentó prender un palo para hacer su propio fuego, pero eso tampoco le parecía bien al reflexivo chaval, que cogió el palo y comenzó a retorcerle el brazo a Sonia. Al final, ella y Carolina acabaron el suelo, lastimadas.
Por otro lado, viendo a J. J. V. saliendo de entre las llamas sin arder he llegado a dos conclusiones: o es de sangre Targaryen o tiene el pellejo más resistente que el amianto. Y rubio no es.
Jessica Ikea (porque es un mueble muy bonito, pero de cartón piedra) y Sonia se disputaron la prueba de líder.
Cuando Sonia se enfrentó a Montalvo y les pusieron una prueba física, renunciando al jardín de fuego por primera vez. En la gala de ayer, Sonia, contra Jessica y les pusieron otra vez el jardín de fuego, o sea, una prueba de azar… ¿Casualidad?
El caso es que volvieron al jardincito de las llamaradas, y pasó lo que tenía que pasar, que a Sonia le dio una llamarada en toda la cara, como si estuviera haciendo un anuncio de barbacoas. A todos los presentes se les pusieron los huevos como las orejas de Mickey Mouse, porque Sonia cayó al suelo y se puso a gemir con desespero.
Al final fue sólo un poco de calentón en la cara y un chamusque de pestañas, que es la última moda en los antros más glamourosos de Manila. Un poco de crema y hielo después, Sonia decidió continuar con la prueba. Y la ganó, siendo de nuevo líder.
Amador Mohedano acudió al plato con un pelo como si hubiera llegado en el coche haciendo el cachorro, o sea, sacando la cabeza por la ventana. Llevaba un pelo peinado hacia atrás a lo «me echo la gomina y luego pruebo el túnel de viento». Era como el anticristo de los tupés.
Esta es la primera gala en la que Toni Genil no tenía ganas de hacer el payaso, lo que supone una singularidad que ríete tú de los agujeros negros.
De todo lo que ha pasado esta semana, broncas animales, agresiones, insultos, a J. J. V. lo que más le molestó es que Alberto llamara a Toni «maricona vieja». Sí, eso es lo más trascendental. Cómo sabe ir a lo importante. Le das un libro de la Segunda Guerra Mundial y te comenta el bigote de Hitler.
«Ellas son unas busconas», dijo Tatiana refiriéndose a Sonia y Carolina y «Si no te quitan la esterilla, esto no pasa«, dijo Rosa Benito. Dos frases que justifican a Alberto. Guay.
Como el ambiente estaba más enrarecido que en el cuarto de baño de un orco con diarrea, la organización decidió separar a los concursantes en dos grupos.
Estaban los alfas, en los que se incluía automáticamente a Alberto, Arturo y Emma y los beta, en los que estaban Carolina, Sonia y Toni. El resto de concursantes tuvieron que elegir uno u otro grupo, sabiendo que:
-La comida se repartirá a partes iguales, independientemente del número de miembros que sean.
-Deberán luchar en las pruebas de recompensa.
Todos eligieron irse a los alfas. O sea, que ocho iban a comer lo mismo que tres. ¡La hambruna abre una sucursal en el grupo de los alfas!
Y llegó la prueba de recompensa, en la que se enfrentaban por primera vez los alfas y los betas. Consistía en derribar con un tirachinas gigante a los miembros del otro equipo, que hacían equilibrio sobre un travesaño.
Se enfrentaron Toni Geni, Sonia y Carolina contra Tatiana, Rosa Benito y Emma.
Con el tirachinas tuvieron la misma puntería que yo disparando cacahuetes con el esfínter. El caso es que al final ganaron los betas porque Rosa Benito fue descalificada por hacer trampas apoyándose en el travesaño con los dos pies cuado había que estar a la pata coja.
Los betas se llevaron treinta plátanos y encima, los alfas tuvieron que nominar a uno de los suyos. Salió nominado Alberto, que se hace querer allí por donde va. Es como el cobrador del Frac: esperado y acogido de buen grado.
Montalvo llegó al plató como si le hubieran dado de desayunar seis super ratones y un zumo de Speedy González dopado.
Se puso un poco pesado al lamentarse de que teniendo él una empresa de mantenimiento no le funcionara el candado que le hizo perder el liderato frente a Sonia. J. J. V. Le mandó callar por pesado. «Viva la libertad de expresión», dijo el mister.
Y conectaron por teléfono (en el sentido copulatorio no lo habría permitido sanidad) a Rosa Benito y a Montalvo. El chaval se le puso a soltar una especie de poesía, fina como un papel de lija del 15, en la que la llama montaña. Muy elegante para dedicárselo a una chica. Rosa se emocionó, o porque le gustó el poema o porque la habían llamado gorda.
«Por las noches te echo de menos», dijo Rosa. En mi barrio eso sólo significa una cosa: que no pasaste por la calle y no te pudieron atracar.
Y llegó la gran mentira. Rosa preguntó si su niño le había aprobado el curso (así, sin rulos puestos ni nada) y Montalvo, sin pensarlo y sin saberlo dijo que sí…
¡¡Pero era mentira, el chaval ha palmado unas cuantas asignaturas!! (Eso dijo Mohedano)
El caso es que luego pusieron a Rosa a hablar con su marido y le preguntó otra vez por el niño y como Amador se hizo el sueco cangrejero, la mujer dijo «¿Pero qué pasa, que le ha quedado alguna?».
Después de eso las cosas se precipitaron como Toni Genil en la marmita de las sandeces cuando era pequeño.
En primer lugar el público echó a la calle a Emma, que estaba contenta como si le estuvieran leyendo sus números en el euromillones. Esta gente que se quiere ir a toda costa… ¿A dónde pensaba que iba? ¿A Hotel Glam?
Pero debe ser que a Telecinco les hacen descuentos de grupo por viajar en avión y Emma no se fue sola.
¡¡EXPULSARON A ALBERTO POR SU COMPORTAMIENTO AGRESIVO!!
A la calle el chaval que, según supimos después en ‘Sobreviviré, ¿vale?’ en una ocasión fue detenido por la policía tras darse a la fuga en una moto y agredir de un cabezazo a un policía.
Tanta paz lleve como descanso deja.
En las nominaciones no hubo sorpresas: todos los alfas nominaron a Carolina, menos Arturo, que se decidió por Toni Genil, por ser un «ser despreciable, repugnante, falso, chaquetero, arrastrado». Que se quieren, vamos.
Como Sonia es la líder (no sabemos de qué, pero lo es) decidió que el otro nominado sería Arturo.
Y así acabó la cosa, amigos, con una gala que van a emitir en la ONU antes de cada sesión, para que las guerras parezcan menos malas.