Me ha decepcionado un poco la última emisión de Casados a Primera Vista. Yo pensaba que esta vez ya podríamos ver cómo Toñi sacaba un arnés con un enorme pene de goma en la parte delantera y le pedía a Laurent que se agachara a por el jabón. Pero no, se limitó a putearle como de costumbre.
Lo que sí vimos es que como en la casa de los pitufos no se pone la calefacción, así que Laurent duerme vestido. Y cuando se levanta, es como si lo hiciera en una sala de interrogatorio de la CIA, porque Toñi se pone a hacer preguntas que sólo le falta darle descargas eléctricas en los testículos mientras le echa el humo del cigarro a la cara.
«Que difícil me lo estás poniendo«, le dijo encima ella cuando el pobre hombre salió de la casa más amargado que Marco el día de la madre.
«Si hablo le molesta, si no se qué… le molesta…» dijo Toñi, que debería haber añadido «si le hago reproches hasta por respirar, le molesta, si le hago dejar su vida, le molesta, si le encierro en una casa, le molesta, si le digo que no le entiendo, le molesta, si le trato de chacha, le molesta, si le humillo, le molesta». Si es que Laurent es un picajoso.
«Yo si eso me disculpo… pero a ver qué he hecho«, «le pedí perdón, pero no de corazón», dijo Toñi, que es sincera. Sin cera de que no tiene velas en casa, digo.
«Cuando me levanto tengo que organizar el día»… era el argumento de Toñi. Eso sí, al día siguiente Laurent le pidió que lo organizara y resulta que no tenía nada que hacer. Porque recordemos que Toñi no trabaja y que vive en una casa en el patio de su madre.
Total, que como una de las reivindicaciones de Laurent era que ni siquiera conocía Chiclana, pues Toñi dijo : «Pierdo el día, para mí lo pierdo, pero le voy a situar«… JA JA JA O sea, que para ella salir con su «marido» a enseñarle el sitio donde vive es perder el día. Eso sitúa a Laurent en lo alto de la lista de prioridades de Toñi.
«Yo lo llevé al punto mágico (un mirador) por si se resbalaba y me quedaba viuda«, dijo ella en broma… de esas bromas tontas que ja ja, ji ji, pero oye.
Lo malo es que Toñi no sabía ni qué se veía desde el mirador, ni cómo se llamaba el puente, ni hacia dónde estaba su casa, ni un santo que había allí… No es que tenga poco mundo, es que tiene poco pueblo. Si pretendía situar a Laurent mejor le había dado un puto mapa turístico y una brújula.
Así que la mujer decidió dejar de perder sus valiosos días, esos en los que descubre materiales que permiten ir a vivir a Marte y curas para el cáncer de seis tipos distintos, y se dedicó a lo que le gusta.
«Hoy vienen unas amigas de mi madre a jugar al parchís«, le dijo a Laurent, que lejos de ir a la cocina, meter la cabeza en el horno y darle a tope, aceptó ir. Pero no fue suficiente para Toñi: «yo pensé que iba a decir, ¡que guay!, pero por lo visto no es lo que él quiere».
¿PERO CÓMO COJONES VA A DECIR QUE ES GUAY IR A JUGAR AL PARCHÍS CON UNAS AMIGAS DE TU SUEGRA?
Si yo voy a tener pesadillas con eso, por el amor de dios. Es que prefiero ir a una quedada del club de Psicópatas Asociados Listos, Malvados y Asesinos Sádicos que a eso (sí, es el club PALMAS). En serio. Prefiero que me circuncide a bocados un cocodrilo que ir a esa partida de parchís.
Porque lo del parchís fue como un episodio de Muchachada Nui escrito y rodado mientras el ejército colombiano quemaba droga a dos metros.
Toñi subió a una escalera junto a un muro a llamar a berridos a la vecina, una señora mayor. La vecina saltó el muro por la escalera, en un claro acto para tentar a la suerte de sus huesos. Estas mujeres no juegan al parchís, juegan a la cadera rusa.
Toñi tiene envejecimiento prematuro. «Vamos al vicio», les dijo al empezar a jugar. Vicio. El parchís. Vicio loco. «Eh, eh, que yo controlo, que puedo dejar el parchís cuando quiera, ¿vale? Dame una fichita más, tronco, que estoy con el mono, que no puedo salir de la casilla, dame un cinco».
«El parchís es una cosa demasiado grande para mí», dijo Laurent. No es porque el parchís sea complicado de entender, es que se lo explicaron que a su lado parecía fácil controlar una central nuclear apretando botones al azar golpeando el panel de mandos con el pene.
Laurent, pensando ya en si cortarse las venas o dejárselas largas, se llevó a Toñi a ver a unos amigos suyos que son un belga casado con una española. ¿A que no sabéis? A ella no le gustó el plan: «si con un belga me aburro, ¿con dos que hago?«.
Eso sí, a Toñi le gustó el amigo, porque era rubio y alto. Mira tú, un belga rubio y alto. Qué cosas más raras. ¡Que lo metan en un circo, es un belga rubio! Sí, amigos, Toñi debe pensar que en Bélgica a los rubios les persiguen por la calle y les tiran piedras los niños.
El amigo sería muy apuesto, pero no está muy puesto en historia: «El belga y el español siempre se han llevado muy bien«, dijo. Sí, de puturrú de fuá. Cuando los soldados de los tercios les pasaban el gaznate a cuchillo se llevaban guay. Al acabar las escaramuzas hasta cambiaban camisetas.
«Bélgica está en Holanda, no?«; dijo Toñi, que una vez quiso viajar a Albacete y acabó descubriendo las fuentes del Nilo.
«En casa con su familia habla flamenco«, le dijo la mujer del amigo a Toñi. Y qué alegrón para Toñi oye, que pensó que el belga con su familia decía quillo, arsa, ariquitáum. Sí, Aznar hablaba catalán en la intimidad y todos los belgas hablan flamenco andaluz y olé. Lo del dialecto del neerlandés que se habla en Flandes es ciencia ficción.
El amigo y Laurent hablaron en esa lengua que no se puede llamar flamenco porque el flamenco es Farruquito y nada más, y Toñi preguntó qué se habían dicho. «Que eres muy guapa», contestó Laurent.
«Me ha dicho que se le nota que es una tía de pueblo, como habla, como se ríe, como come…», reveló después el muchacho. JA JA JA JA JA JA JA CA-TA-CRACK
«Él sinceramente no tiene comparación contigo«, le dijo Toñi al salir a Laurent. Así, sin ánimo de molestar, oye, que luego es que no sabe la muchacha porqué Laurent no se abre y le cuenta sus cosas. JA JA JA «Se te nota a ti más belga que a él», añadió y «estoy contenta porque veo que no todos los belgas son iguales».
Lo guay de Toñi es aclararle las frases buscando el sentido de lo que quería decir: «veo que no todos los belgas son igual de insoportables/sosos/malos que tu».
GLORIA Y SALVA

Gloria y Salva, haciendo como que sí, pero no.
Se llevan súper bien. Se compenetran a las mil maravillas. Lo que pasa es que sólo se compenetran. Con el Com. Sin el penetran. «El matrimonio no se ha consumado», dijo Gloria, como si hiciera falta una aclaración, cuando en esa casa tiene más sexo el niño satánico del cuadro que ellos.
«Gloria no se está enamorando de mí… por ahora«, dijo Salva, que tiene más moral que el Alcoyano.
Y yo os digo de mi que Angelina Jolie no quiere que la haga sentir mujer hasta que grite de placer renegando de Brad Pitt… por ahora.
«Baja la tapa del váter, es una joya«, dijo ella. Tope sexy. No hay nada que le ponga más a una mujer que ir a mear y no encontrar gotitas en la taza. Es casi un orgasmo instantáneo. Eso y lo de que no haya una anchoa trepando por la taza.
Así que se los llevaron a la psicóloga, que para lo que hizo igual podían haberles llevado al mamporrero o a alguna rave nudista muy loca. «Vamos a hablar de sexo», dijo la psicóloga, a la que le faltó sacar lubricante y un guante de látex largo.
Salva se lo montó bien, pidiendo una cama llena de pasteles con Gloria desnuda en el medio. Debe ser que le gusta el dulce y el sushi. A ella le empezó a dar el calor, no sé si por los pasteles o por la cara de Salva de estar salivando y no por los pasteles.
Salva dijo que es un buen amante porque se «entrega y es fogoso». Nos ha jodido, no va a ser un buen amante porque se queda dormido mientras folla. Total, que le veías hablar y parecía José Luis López Vázquez intentando conquistar a una sueca con el pelo cardado.
Y como no hay nada que venda más que un buen meneo de riñones en posición horizontal, pues les dieron un juego erótico y les pagaron un hotel/picadero. No sé si les darían viagra y burundanga para amenizar la cosa. A mi me recordaba a los programas de reproducción en cautividad del Zoo.
También les dieron alcohol, claro, y Gloria llevaba ya un pedo del 15 y pidió un pene XXXXXL. Por cómo lo decía no quería un pene, quería un poste de la luz. Más tarde confesó que ella es una gran amante y que sus ex la llamaban para eso. ¿Sabéis si eso es conveniente ponerlo en el currículum?
Inglés: Nivel medio.
Cópula: Fogoso, entregado, pene como el cerrojo de un penal.
Pero mucho ja ja ja y ji ji ji pero nada de ñaca, ñaca, nada. En aquella habitación la única que sudó fue la camarera de piso haciendo la cama.
QUIQUE Y VERÓNICA
La mañana llegó tras la «discusión» (a cualquier intercambio de pareceres cursi le llaman discusión, discusiones las de mi casa, que acaban con los antidisturbios cargando en la cocina) por el tema del tabaco y Quique retomó su habitual actitud de reírse cada tres palabras. Debería trabajar comunicando fallecimientos. ¿Que tu abuela estira la pata mientras practica la asfixia sexual? No pasa nada, te llama Quique y te lo cuenta entre risas.
Para compensarla el resalao se la llevó a montar a caballo y al Teleférico. Lo de Quique montando a caballo estuvo a punto de hacer que los caballos dejen de ser una especie domesticable. Y en el teleférico se dieron un besito casto que se lo podría haber dado Juan Pablo II a la Madre Teresa de Calcuta sin que tuvieran que confesarse después.
«Ya ha habido un beso… que aproveche que estoy receptiva hoy«, dijo Verónica, que está la pobre más salida que el pitorro de la olla exprés y Quique a verlas venir. Ese huerto está arado, muchacho, siémbralo, que se te llena de hierbajos.
Total, que se pusieron a pasarse chucherías con un antifaz puesto. «A mí esas cosas de sexo y demás me ponen rojo«, dijo Quique. Es lo único que le ponen, al parecer. Ella intentaba hacerlo sexy y él se descojonaba como si estuviera jugando al conejo de la suerte en el campamento de verano.
«Lo que yo pienso que te puede sorprender… es demasiado fuerte«, le dijo ya Verónica intentando ser clara y él respondió: «te has levantado tontorrona, ¿eh?».
Dios le da barra de pan a quien no quiere plato para rebañar. No sé si me explico con esta elegante metáfora.
Quique buscó la pasión comprándose un pijama que podría usar Julio Iglesias para dar una recepción en su casa. «Es como el que usa mi padre dijo ella«. Se vio caer la lívido de Verónica que atravesó el globo terráqueo y le sacó un ojo a un antillano.
«Hala, otro día más que hemos pasado, buenas noches«, dijo al acostarse Quique, cerrando toda posibilidad de contacto físico, sin saber que lo que Verónica quería pasar era la noche.
NOTA: Se han ido a vivir encima de un taller de Tuning. Ideal para el romanticismo en pareja, ahí el canto de los pájaros, la brisa, el sonido de las radiales, los taladros instalando alerones, el olor a pintura morada metalizada…
Fueron al psicólogo. Sí, ellos también. Les pusieron un ejercicio que podría destruir cualquier matrimonio: debían puntuar del 1 al 5 las cualidades del otro. Eso se lo hacen a María y a José y el niño Jesús se cría a base de régimen de visitas.
Ella dijo entre otras cosas que Quique es «muy cariñoso, a veces en exceso…» y el psicólogo para ayudar, le dijo «empalagoso, ¿no?». Ahí, ayudando. Tócate los cojones, que forma de arreglar las cosas. Debería haber dicho: «Cuando dices cariñoso te refieres a empalagoso, a que es un asco, a que una lapa con sarna sería más grata para tí, ¿no?».
«Del psicólogo acabé un poco desmoralizado«, dijo él después. Normal: la puntuación fue 18 puntos que le puso ella a Quique por 33 que le puso él a Verónica.
REUNIÓN DE PAREJAS
Reunieron a los seis a tomar unas tapitas y a comer. Toñi se puso a hablarle a las otras dos y les contó una película en la que Laurent era un ser cerrado y enigmático que ríete tú de preguntarle dónde se crió a Jason Bourne.
«Que envidia, que envidia«, dijo Toñi al ver a las otras dos parejas. Esta mujer es un compendio de buenos sentimientos.
Si algo fue positivo es que las otras dos parejas se consolaron viendo a Laurent y a Toñi. Y es que a su lado Kim Jong-Un y Obama parecen un matrimonio bien avenido.
En la comida Toñi se dedicó a lanzarle hostias a Laurent y los demás comían sin levantar la cabeza del plato, no fuera que les cayera algo de mierda. «Se está montando un papelón en el que yo soy la mala y él un santo«, dijo Toñi. Este Laurent…
Pero el belga dio en el clavo: «Si todos tus amigos saben de mi más que yo ¿no te has preguntado por qué?«, respondió a Toñi cuándo ésta se quejaba de que no le contaba cosas.
«Llega un momento en el que empiezo a creerme que la mala soy yo, hasta yo me lo estoy creyendo», decía entre lágrimas ella. No, al final no se lo creyó, es más, siguió pensando que Laurent es el culpable hasta de la extinción de los dinosaurios.
La psicóloga se los llevó a un aparte, más que nada para que no acabaran tirándose de los pelos. De nuevo se convirtió en una encerrona para Laurent. La psicóloga se empeñaba en que reconstruyeran la cosa, en que lo intentaran…
¡¡Y OJO!! Que Laurent sacó el carácter, que al parecer había. «Tonto no soy, un perro no soy, un juguete no soy, me voy«, dijo, en una cosa que se parecía un poco, sólo un poco, a gritar.
«Todo el esfuerzo que yo he hecho, al final para nada», dijo él después llorando… pero volvió. Yo creo que le hacen algo, si no, no es normal. A este hombre le gusta sufrir, no hay otra explicación.
Regresó, y pidió perdón a Toñi, y ella, dulce como es: «Como siempre, el numerito y después pides perdón, es la tercera vez». Y ahí es cuando Laurent debió bajarse los pantalones y hacerse caca en el suelo delante de todos, pero no, se tragó el orgullo (que debe comer más orgullo que EE UU hamburguesas en un año) y se quedó.
Mientras, los demás se fueron a bailar a un local de salsa. Y se lió parda. Verónica y Salva estuvieron bailando… «a mi marido no hay por dónde cogerlo», dijo Verónica, que se arrimaba a Salva cosa mala.
La verdad es que Enrique se movía bailando como si le estuvieran atacando abejas asesinas… pobre hombre. Era como ver un Furby que se está quedando sin pilas.
A Salva le gustó más Vero que Gloria y a Vero más Salva que Enrique. Cuando llegó el Que viva España la cosa ya estaba desatada. Y claro, en una comida que tuvieron después a Gloria se le infló la vena cuando tanto Verónica como Toñi se lo quisieron quedar…
¿Quiénes seguirán casados la semana que viene?