Fue una de las mejores recomendaciones que me hicieron cuando mi peque era poco más que un recién nacido.
Me dijeron que buscara un pañuelo de un tejido natural y sin tintes. Obviamente de tela, no de papel. Y que se lo ofreciera para que empezara lo antes posible a jugar con él.
Cuando aún no tienen fuerzas para sostener ningún otro juguete, el pañuelo es algo estupendo que mover, agitar, estirar, retorcer y chupar sin peligro.
Y así fue. Podéis comprobarlo en la foto: tenía exactamente tres meses.
Descubrir el mundo con los juegos es tan importante para los niños que nunca es demasiado pronto para empezar a hacerlo.