«¿Por qué te arreglas si vas a cavar, mamá?»

hablameEso me dijo Julia el domingo, tras asomar su cabecita por la puerta del baño.

Julia y Jaime no han visto a su bisabuela durante las últimas semanas en las que estaba ya encamada y muy malita, apenas consciente. Mi padre no quiso que se llevaran ese recuerdo de ella y yo estuve de acuerdo. Pasaron este fin de semana de despedida en casa, atendidos por familiares, jugando con sus primas, paseando, ajenos a lo que sucedía a pocos kilómetros.

No nos pareció oportuno llevarles al tanatorio y al entierro, así que no lo pisaron. No digo que haya que mantenerles siempre lejos de esas ceremonias y manifestaciones de duelo, pero creo que en la mayoría de los casos se les puede ahorrar una experiencia que no va a resultar beneficiosa. Recuerdo que la primera vez que yo estuve en uno fue cuando murió mi bisabuelo. Era un poco mayor que Julia y aunque estuve tranquila y entera, me impresionó; al poco de llegar a casa vomité y recuerdo aquella noche repleta de sueños raros. El mismo tipo de sueños raros que he tenido las últimas noches. Sueños que nos ayudan a encajarlo todo, estoy segura de ello.

Pero no llevarles a tanatorios y entierros no implica que no haya que hablar con ellos, explicarles lo que pasa con sinceridad y aclarar sus dudas sin mentir, sin dobleces.

Jaime no es capaz de entenderlo. Tiene ocho años, pero su autismo le hace ajenos a la muerte, sus pesadillas y consideraciones. «Pensadillas» dijo hace algunos años Julia, una palabra que podría resumirlo todo. A Julia, que tiene seis años y es consciente de que el abuelo Jose murió antes de que ella naciera, sí que le hemos contado que la abuela Maruja había muerto y que nosotros no estaríamos en casa con ella porque íbamos al tanatorio a despedirla y luego al entierro. Y lo aceptó con toda la naturalidad del mundo, sin apenas preguntas, pese a que estábamos preparados para responderlas. Llegarán, estoy segura.

Aunque cada caso es distinto en función del niño, el momento, su relación con la persona fallecida, su experiencia previa, cómo seamos los que vamos a ayudarles a entenderlo, si hay o no creencias religiosas por medio… hay algunas pautas obvias en las que todos coinciden y que pasan por un lenguaje claro, sinceridad, no esconder nuestros sentimientos ni pedirles a ellos, directa o indirectamente, que lo hagan.

En la página de orientación educativa de Mónica Diz Orienta hay una estupenda colección de enlaces para afrontar el tema de la muerte y el duelo con los niños. A mí me ha gustado especialmente la Guía cuya portada ilustra este post y de la que tal vez os hable más detenidamente en otro post.

Hoy quiero traer lo que allí comentan sobre que los niños acudan a velatorios y entierros:

Otra forma importante de explicar a nuestros hijos la muerte de un familiar es iniciarles en los ritos que se realizan cuando una persona fallece, es decir: el tanatorio, el entierro y el funeral. Esta es una decisión que debe tomar la familia, pero, por regla general, a partir de los seis años un niño puede compartir con sus parientes las ceremonias de despedida que se organicen.

El sentido de que los niños, preadolescentes y adolescentes acudan al velatorio, entierro o funeral radica en la necesidad que ellos mismos tienen de sentirse incluidos en el sistema familiar y de recibir consuelo, cobijo y compañía durante estos momentos difíciles. Los preadolescentes y adolescentes pueden vivir con mucho dolor el hecho de que se les aparte de la familia en estos momentos de unión. Necesitan formar parte de lo que sucede y despedirse de la misma forma que todos los demás.

Participar en estos ritos también ayuda a que la despedida se concrete en un tiempo y en un espacio determinado. En ocasiones, los niños y adolescentes pueden quedarse con una profunda sensación de vacío por no saber qué ha pasado o dónde está ahora su pariente fallecido.

Si vamos a introducir a los niños en estos ritos, es importante que les preparemos con antelación para todo lo que va a suceder. Si les contamos previamente en qué consiste el entierro o el funeral, lo que sucede allí –que la gente puede llorar, abrazarse, etc.-, y el sentido del pésame y cada rito de despedida, les ayudaremos a situarse en la realidad de los hechos y no en la fantasía.

También es fundamental que permanezcan acompañados en todo momento por un adulto que se responsabilice de ellos y que responda a todas las preguntas que necesiten resolver.

Si el niño o adolescente no desea acudir a estos rituales es vital que respetemos su decisión, sin obligarles ni hacerles sentir culpables. Siempre podemos dejar la puerta abierta para el momento en que ellos quieran acudir al lugar donde su pariente está enterrado, acompañarles y explicarles lo que necesiten preguntar.

18 comentarios

  1. Dice ser marian

    Efectivamente explicarles con sinceridad y claridad, luego ellos deciden.
    Mi hijo con 9 años se empeñó en ir al tanatorio, funeral y entierro del padre de un amigo (o sea no era un familiar) y sin problema. Sin embargo ahora con 11 no ha querido asistir al de un tio abuelo y sin problema también.
    Es bueno hacerles partícipes pero nunca obligarles.

    14 abril 2015 | 10:25

  2. Dice ser dfa

    claro, sin problema que el niño decida así va el pais, que no quiere estudiar que no quiere limpiar, sinproblema, en fin. Entiende que los niños menores de 9-10 años no vayan, mas mayores, sin problemas

    14 abril 2015 | 10:56

  3. Dice ser Almudena Fer

    Este verano mi primo, con el que tengo una relación cas de hermanos, tuvo una niña. Desgraciadamente, por un error médico, la niña sufrió una hipoxia y sólo sobrevivió 15 días, sin llegar siquiera a abrir los ojos. Mis hijos tenían 8 años y fue duro explicárselo. Al no llegarla a conocer, fue más la pérdida de la ilusión por tener una primita, ya que salvo mi hija todos los primos son chicos. Creo que fue más difícil para mí explicárselo.

    Cuando tenía 12 años murió un primo de mis padres en un accidene de coche. Teníamos mucha relación, nos veiamos todos los fines de semana, una de mis primas, dos años más pequeña, había sido mi compañera de juegos durante la infancia y pasasba muchos veranos en un chalet que tenían en la sierra. Recuerdo que como madre reciente esa noche vomité y tuve pesadillas. No fuí al cementario, pero si al tanatoiro porque le celebraron allí mismo una misa. El peor momento fué cuando tuve que darle el pésame a mi tía, me limité a darle un beso, claro ¿que le iba a decir? Me obligaron a ir, más o menos, no me negué, pero tampoco lo pedí. Pero creo que fue bueno pasar por la experiencia.
    Un cuento muy bonito sobre el tema, para niños más o menos de 3 a 6 años:
    http://www.casadellibro.com/libro-abuela-de-arriba-abuela-de-abajo/9788434862838/624287

    14 abril 2015 | 11:04

  4. Dice ser nekane

    En nacimiento, la vida y la muerte forma parte de la educación desde el minuto cero, creo que hay que hacer crecer lso niños en libertad y con naturalidad, por lo tanto si en medio hay una muerte debe ser partícipe como los demás, de lo contrario es crear misterio, dar paso al pensamiento dudoso, oscuro o torticero, tratar a un niño como persona es lo normal, lo sano y menos preguntitas de qué quiere o no quiere, tan pequeños no están preparados para saber como seguir la línea de la vida y hacerles elegir es como en una bollería, pastel de chocolate o crema?, en la vida hay muy poca elección y sí mucho seguimiento y rutina, el niño debe de crecer con ello y ser partícipe, pues hemos traído al mundo un ser humano más y con cuanta más naturalidad se lo tome, le libraremos en un futuro de no pocos traumas existenciales, por lo tanto podrá leeer con comprensión kafka y nietzche a su debido tiempo, lo contrario es dejarle elegir entre leer o ver sálvame

    14 abril 2015 | 11:39

  5. Dice ser marian

    dfa, sí que el niño como persona decida, en estos casos que no dejan de ser meros rituales, hasta yo decido si voy o no y al que no le guste, que se aguante.

    14 abril 2015 | 12:04

  6. Dice ser marian

    Es como ir de visita a un hospital, yo le dejo decidir, no se dónde véis el problema la verdad.
    Yo tardé mucho en ir a un tanatorio, me daba pavor y nadie me obligó nunca, si les parecía bien o mal me daba exactamente igual (el muerto no resucita y a la familia se les puede acompañar en otro momento)

    14 abril 2015 | 12:07

  7. Dice ser dfa

    no sabéis bien cuantos de vuestros hijos van a llenar las consultas de psicologos y psiquiatras con vuestran estupideces

    14 abril 2015 | 12:59

  8. Dice ser marian

    Nekane insisto, creo que el tema entierros, lutos, despedidas en vida, etc… son ritos o costumbres sociales que no tienen obligación de ser asumidos por nadie (adulto o niño), es como al que no le gusta cumplir años y no celebra fiesta; luego una vez explicado, si quiere venir que me lo diga, de lo contrario ni le voy a insistir ni llevar a rastras.

    14 abril 2015 | 13:02

  9. Dice ser mari mar

    Pues cuando falleció mi padre, al que mi hijo (7 años), estaba muy unido, yo pensé también que estaría preparada para todas las preguntas…..pero cuando llegó el momento y mi hijo, las planteó……me dí cuenta que para mí era mi complicado responderlas.
    Han pasado 2 años….y aún pregunta.

    14 abril 2015 | 13:04

  10. Dice ser marian

    dfa, enumera estupideces corazón que es que me he perdido y no encuentro a mi psiquiatra

    14 abril 2015 | 13:18

  11. Dice ser nekane

    Marian, insiste todo lo que quieras, pero si en la familia hay un deceso, es la familia quien apechuga con el ritual, entierro, despedida o lo que quieras, en ese caso no hay elección, te ha tocado y hay que estar …claro, si no quieres no vayas, a ver qué pasa si todos dícen los mismo
    en ésta vida o se es maduro o no se es y lo que somos es lo que inculcamos
    y para muestra un botón: éste país nuestro que lucimos

    14 abril 2015 | 19:40

  12. Dice ser Jessica

    Hola, me llega al corazón este post y me sirve mucho porque mi abuelita de 95 años está bastante enfermita estos días. Aprovecharé los enlaces para irle explicando las cosas a mis hijas de 6 y 3 años y prepararnos todos para cuando llegue el momento. Gracias.

    14 abril 2015 | 21:22

  13. Dice ser Paz

    Nekane, tienes toda la razón, estas situaciones también se educan. Hace falta más naturalidad, que de todo se hace un mundo…

    Y efectivamente, son rituales, y si estos rituales llevan existiendo desde que el mundo es mundo, es porque tienen un sentido psicológico, para ayudar a elaborar el duelo. Que al final parece que queremos reinventar todo lo que ya está inventado.

    15 abril 2015 | 09:28

  14. Dice ser marian

    Qué manía, no creo en obligar a nadie y menos a un niño a ir a un entierro.
    Por esa regla de tres, deberíamos obligarnos a comer lo que nos ofrecen nos guste o no incluso si nos sienta mal por convencinalismo social y educación no?

    15 abril 2015 | 10:16

  15. Dice ser nekane

    Nadie está obligando, es un sentido del deber y aquí eso está muy olvidado, se dán mucho: «mis derechos», «mi individualidad», mi, mi, mi …así anda el país!
    a los niños les encanta la naturalidad y procurando obrar, que no actuar, así en cada momento no tienes ni idea de la de miles de complejos y problemas que les evitarás en un futuro
    no preguntes tú, deja que lo haga el-ella y contesta con naturalidad-cariño y firmeza, solo avisa de que en la vida también hay obligaciones y no siempre se puede elegir
    de paso te aprenden que hay que estar, apechugar y tener lo que hay que tener en la vida, lo contrario son pusilánimes, ay nenito, quieres? no quieres? , no, no será como tú digas …por qué tantas preguntas? tantas opciones que no sabe ni discernir bien aún?, un niñ@ necesita hechos, acciones, ver a su padres tutores obrar con decisión y madurez, eso les dá seguridad y garantías de que con la vida sí se puede!!!

    15 abril 2015 | 11:09

  16. Dice ser marian

    Y dale, que en otras muchas cosas no le doy opción, en esta sí, porque una vez explicado y visto, ni a mi familia ni a mi (que es lo que importa y no tu opinión) no nos importa que el crío DECIDA ir al entierro de su tío o no y sabes por qué, precisamente porque en mi familia priorizamos y damos importancia a las cosas que realmente la tienen y eso, creeme es muy pero que muy sano.

    15 abril 2015 | 11:26

  17. Dice ser marian

    Vamos, que en mi familia no miramos quién va para fichar en este tipo de cosas, damos importancia a los sentimientos y al cariño fuera de los protocolos.

    15 abril 2015 | 11:28

  18. Dice ser marian

    ¿Educar para ir a un tanatorio, entierro, o cementerio? a estos asuntos se va con el corazón, con ganas, sino, no vayas.
    Mucha gente ni pone esquela, ni sala en tanatorio, ni nada ¿y?…¿es acaso obliglatorio montar la parafernalia alrededor de la muerte de un ser querido? que se sepa y de momento no, así que cada uno obre como crea.

    15 abril 2015 | 11:34

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