Por Hugo Morán – Exdiputado
Este miércoles presentó Irena (Agencia Internacional de Energía Renovable) su informe anual “Energía Renovable y Trabajo”, y los datos son reveladores en cuanto a la evolución experimentada entre 2014 y 2015, y esperanzadores en sus proyecciones a 2030.
Así, mientras en el año analizado se produjo una pérdida de empleo a nivel mundial en el sector de la producción de energía, las renovables experimentaron en el mismo período un incremento del 5%, hasta alcanzar 8´1 millones de personas empleadas, a las que habría que sumar otro millón trescientas mil del subsector de la gran hidroeléctrica. En tanto que en el medio plazo se manejan cifras próximas a los veinticinco millones de empleos vinculados a la generación con renovables en 2030.
España, que había llegado a ser un país de referencia en creación de empleo vinculado a las tecnologías verdes, es ahora señalada como el garbanzo negro del club, con una senda de destrucción ininterrumpida en los últimos años que se ha llevado por delante del orden del 50% del empleo del sector.
El balance de estos años en materia de política energética en nuestro país es demoledor. Se ha desmantelado todo un tejido empresarial que ha tenido que buscar refugio en el exterior, acentuando así la pérdida de peso de la industria en el PIB; las emisiones de CO2 vinculadas a la generación eléctrica han roto su trayectoria descendente, justo en el momento en que en París parecen alumbrarse algunos compromisos climáticos tangibles; se ha triturado literalmente el principio de seguridad jurídica, último de los asideros para la inversión en tiempos de crisis, provocando la ruina de miles de pequeños inversores que se han visto obligados a recurrir al amparo de la justicia, y decenas de denuncias ante los tribunales de arbitraje internacionales; y ahora vemos que las consecuencias en el terreno laboral están siendo catastróficas.
Surge entonces mi duda. Hemos visto movilizaciones en casi todos los sectores en defensa de los puestos de trabajo; hemos sido testigos del profuso seguimiento mediático que acompañó a algunos de los conflictos laborales más señalados; muchas han sido las iniciativas institucionales y sociales a distintos niveles que han puesto voz a colectivos en el ámbito sectorial, el territorial y hasta el de centro de trabajo concreto. ¿Quién pone voz a los miles de trabajadores del sector de las renovables que han visto extinguirse sus empleos en nuestro país teniendo que resignarse casi al anonimato?
Sr. Moran, su colaboración me ha despertado muchas dudas a las que me gustaría que tener respuesta, las fundamentales son dos,
¿ Cuáles son las causas para que nos hayamos convertido en el garbanzo negro?
¿Cómo es posible que un negocio tan lucrativo como las Energías Renovables se venga al traste y pierda un 50 % de sus empleados?
27 mayo 2016 | 13:10
Me río, el problema es que confundes beneficio con generación de caja. Puede tener beneficios, pero es un sector que nació muy apalancado, es decir con mucha financiación. ¿Qué significa eso? Que hay que pagar intereses y principal de la deuda, y más al principio de la vida útil de la instalación. Pues bien, la estructura de pagos diseñada por el Ministerio, impide que muchas empresas puedan hacer frente a los pagos financieros. Y además, las empresas cobran con retraso, pero tienen que pagar a tiempo.
Eso implica que las plantas generadoras vayan a la quiebra, y por tanto, sus trabajadores sean despedidos, pero además, la inexistencia de nuevas plantas implican que los ingenieros y montadores pierdan también sus puestos.
27 mayo 2016 | 14:04
¿Alguno de estos empresarios es el que le vendia a Zapatero energia solar por la noche y era que la hacia con gasoil y la vendia a precio solar? me cago en él.
27 mayo 2016 | 17:30