Los estados ya no compiten por la nuclear sino por las renovables

 

joanherreramini

Joan Herrera – Abogado

Treinta años desde el accidente de Chernóbil, cinco desde el de Fukushima, y aún hoy podemos escuchar aquello de “temer la energía nuclear es como temer un eclipse de sol, no se puede encarar el debate sin apriorismo, el debate nuclear se tiene que hacer sin ideología de por medio”. Frases como estas se han dicho desde todos los rincones, especialmente antes de prorrogar la vida útil de las centrales.

Pero Fukushima, como Harrisburg en 1979, como Chernóbil en 1986 o Tokaimura en 1999, demuestran que un imprevisto puede alterar todas las previsiones. A punto estuvo de pasar en Vandellós en 1989 cuando estuvimos a muy poco de sufrir un grave accidente nuclear. En todos los casos, un imprevisto, en forma de error humano o de circunstancia extraordinaria y no prevista, hizo que la delgada línea roja decidiese entre rozar la tragedia o tocarla con la palma de las manos.

Central nuclear

Y así, por un escenario no previsto, se ha dejado todo un territorio y miles de vidas hipotecadas para centenares de años. Este es el problema de la energía nuclear. Una energía cara –no explican que los costes sólo son asumidos por un privado cuando la administración paga la construcción, el desmantelamiento de la planta, se hace cargo del seguro o se encarga de la gestión de los residuos–; una tecnología que no sabe qué hacer con los residuos peligrosísimos que genera; y, lo que es más grave, una opción que supone asumir riesgos extraordinarios, riesgos absolutos en caso de accidente.

Pero la seguridad es un coste que nadie parece querer tener en cuenta y que no está internalizado en los costes de generación nuclear: costes de los planes e infraestructuras de emergencias, costes de desmantelamiento, costes de gestión de residuos, costes de cultura de seguridad. Frente a ello, la política de los propietarios de las centrales ha sido la optimización de la producción ahorrando costes de gestión, porque las centrales nucleares, una vez amortizadas, como es el caso de España, son una hucha de hacer dinero. En nuestro país, las nucleares se amortizaron ya hace años, primero gracias al mecanismo del Marco Legal Estable antes de la liberalización del sector eléctrico y luego gracias a diversas ayudas del Estado –como los costes de transición a la competencia (CTC)-  y a unos beneficios desorbitados por el perverso sistema de formación marginalista de precios en el pool.

Más allá de incidentes, accidentes e historias para no dormir, hay que decir que la energía nuclear lleva tiempo en situación de freno y marcha atrás. En EEUU, desde 1979 (accidente de Harrisburg) no se ha construido ninguna nueva central y en España, desde 1991, año en el que el Ministro Claudio Aranzadi terminó con la moratoria nuclear, nadie ha querido hacer ninguna otra nueva. Esta tendencia también se constata en el análisis de los 15 últimos años. En este período, el 56,2% de la nueva capacidad eléctrica instalada corresponde a las fuentes renovables (y el 29,4% a la eólica). A lo largo de estos 15 años, desde el 2000, el balance de incrementos y descensos de capacidad arroja este saldo: la eólica gana 116.759 MW; el gas 101.277 MW y la fotovoltaica 86.926 MW. Por el contrario, en el furgón de cola están el fuel oil (que pierde 25.293 MW), el carbón (se reduce en 24.745 MW) y la energía nuclear (baja 13.190 MW). Y cuando se pregunta por qué Estados Unidos lleva tres décadas sin nueva inversión nuclear, la respuesta que dan los economistas americanos es su elevado coste y la necesidad de fuertes ayudas públicas para las nuevas centrales.

Los estados no compiten por la nuclear sino por las renovables y esa es la clave de fondo en la competencia económica entre EEUU y China que, no por casualidad, son ya las primeras potencias del mundo en tecnologías limpias, después de haber desbancado a la Unión Europea en ese liderazgo.

El modelo energético mundial está cambiando hacia lo que Jeremy Rifkin define como “Tercera Revolución Industrial” a través de las energías renovables. Y la clave que determina que el modelo sea nuevo o reproduzca los errores de los modelos existentes es si es un modelo de generación distribuida, en manos de más gente, más democrático y con menos pérdidas.

Y mientras esto pasa, en España no somos capaces de encarar un debate sobre el futuro de la energía nuclear, mientras la industria va ganando sus absurdos pulsos a la sociedad. Entre ellos las prórrogas a la central de Garoña, una central ruinosa y cuyas mejoras no le van a salir nada a cuenta al propietario, pero que sirven al conjunto de las centrales nucleares para mantener la expectativa de que plantas que deberían cerrar continúen en funcionamiento.

Lejos de esa realidad, encarar el debate de cómo afrontar el cierre de las plantas abriría la oportunidad de afrontar también el debate energético. Para España las consecuencias de un parón nuclear pueden ser positivas debido al exceso de generación en el sistema, muy superior a los 7.000 MW nucleares. Esa sobrecapacidad permitiría elevar mucho más los objetivos de renovables en generación distribuida para mejorar los malos ratios de dependencia energética y de eficiencia energética. Se trata de hacer lo que han hecho otros. Una vez las plantas están amortizadas, lo que ganan de más debe servir no para repartir dividendos entre accionistas, sino para invertir en renovables, eficiencia y alternativas económicas en los entornos de las plantas. Se trata pues de hacer de un problema, el cierre de las plantas, una oportunidad: la oportunidad de avanzar hacia un sistema energético menos dependiente del exterior, que incentive el ahorro de energía y la reducción de las emisiones de CO2.

Las renovables constituyen el cambio tecnológico más importante del siglo XXI por su rápida maduración, por ser la fuente de aplicación más rápida y más eficaz para reducir las importaciones de petróleo y las emisiones de CO2 y porque son un instrumento de innovación tecnológica imprescindible para cambiar nuestro patrón de crecimiento y crear empleo.

Tenemos de nuevo nuevas elecciones y estas serían una magnífica oportunidad para que cada uno de los actores políticos se comprometiese con un horizonte sin nucleares. Deberíamos romper la hucha que representan las nucleares para las eléctricas y con ello aplicar la ética de la energía que consiste, sencillamente, en no derivar los problemas a las futuras generaciones.

  • Imagen: Blatant World

7 comentarios · Escribe aquí tu comentario

  1. Dice ser Viva la Ciencia Ficcion

    Viva la Ciencia Ficción!! es lo que pienso al leer este artículo. Ya sé que es un artículo de opinión, pero a la hora de afirmar según qué cosas, hay que contrastar informaciones con datos o por lo menos, aclarar que son totalmente inventados, como los de este artículo.
    Resumiendo, según lo expuesto hay que fijarse en el modelo energético de USA y China que han abandonado la energía nuclear por la energía renovable. Pues esto no es cierto, en el articulo se afirma que USA no ha construido ninguna central nuclear desde 1979 y realmente han conectado a la red 49 nuevos reactores desde 1981. Adicionalmente estaban bajo construcción a fecha 31/12/2014 cinco reactores nucleares en USA y 26 en China. En esa misma fecha estaba planeada la construcción de otros 16 reactores más en USA y 39 más en China. Y digo estaba porque son datos del año pasado y desconozco si ahora son más o menos, pero son datos reales, no opiniones o ciencia ficción, que se pueden comprobar en http://www-pub.iaea.org/books/IAEABooks/10903/Nuclear-Power-Reactors-in-the-World-2015-Edition (datos de la Agencia Internacional de la Energía Atómica)
    En definitiva, que si nos tenemos que fijar en USA y/o China creo que deberíamos empezar a construir nuevos reactores, que es lo que hacen allí. Y el construir nuevos reactores no tiene que ir enfrentado con seguir invirtiendo en energias renovables.
    Por lo demás, que facil es escribir criticando la energía nuclear, algo que es de lo más populista, apoyándose es frases inventadas como «la respuesta que dan los economistas americanos es su elevado coste y la necesidad de fuertes ayudas públicas para las nuevas centrales»
    Un saludo, y gracias por el relato de ciencia ficción

    05 mayo 2016 | 10:16

  2. Dice ser C

    Las energías renovables son costosas en mantenimiento. El mundo se mueve con el motor del consumismo feroz.

    De momento las energías renovables son de apoyo, porque a todo el mundo le gusta tener lavadora, secadora, horno, cien lámparas encendidas en casa, microondas, televisión, aspirador, las ciudades iluminadas, las calles iluminadas, las fuentes iluminadas …en fín que no es suficiente, y las nucleares -para bien y para mal- te dan toda la energía que no te paras a pensar que consumes, pero que demandas.

    Imáginate, -que ya es así-, vivir en Alemania en una casa en el campo, con tus tejaditos de placas y un arroyo con corrientes. solamente mantenida por el sol, el agua y el viento, una maravilla y a la vez complicado. porque
    en invierno será otro cantar y funciona todo peor, pero a la familia que habita la casa no les importará porque han hecho de esto su forma de vida, y eso conlleva deshacerse de conceptos o nociones que no consideran necesarias.

    Ahora vete a Berlín y me cuentas cuántos edificios cuentan con placas solares, molinillos y norias.

    Alguien cree que toda una sociedad mundial consumista va a hacer de esto su forma de vida?
    Que debería ser que sí?…eso ya es otro tema.

    05 mayo 2016 | 11:26

  3. Dice ser Jorge

    Vaya articulo, Joan Herrera (Abogado) pone….también podrían poner que era de Iniciativa els Verds en Catalunya, que hizo el tripartit famoso en la Generalitat, que esta involucrado en un montón de …..Y que escribe en contra de las nucleares…CLARO, que va hacer este sino?? Dice que EEUU y China no han echo cnucleares….jajajajaja será buen abogado, pero periodista…..
    En fin, cada uno que lea y interprete lo que quiera, pero este no tiene vista neutra en esto.
    Salud para todos!

    05 mayo 2016 | 15:07

  4. Dice ser Javier

    Este es el problema de la energía nuclear….los que manipuláis a la opinión pública con miedos que lo único que demuestran es que no tienes ni puta idea….porque no cuentas a cuanto subiría la factura de la luz si cerramos nucleares y vivimos de tu sol y tu aire?porque no cuentas los más de 50 reactores que tiene Francia y a pesar de ser vecinos no parece importaria?porque no cuentas que factura de luz media paga un ciudadano francés?porque no cuentas las medidas de seguridad ..las modificaciones que obliga el Consejo de seguridad nuclear constantemente que hace que tengamos unas centrales realmente modernas???quieres que te diga porque no lo cuentas?porque no tienes ni puta idea ni más ni menos

    05 mayo 2016 | 15:44

  5. Muy Buen Articulo.

    Gracias.

    05 mayo 2016 | 16:35

  6. Dice ser johanna

    Excelente artículo, siempre existen muchas dudas sobre el funcionamiento de los paneles fotovoltaicos y como afectan a la producción de energía y por ejemplo en http://enlight.mx nos hemos visto con la tarea de explicarlo en muchas oportunidades, pero realmente su artículo da un excelente entendimiento en la materia.

    06 mayo 2016 | 16:34

  7. Excelente artículo, una versión bastante acertada sobre el tema. Está claro que los gobiernos tienen que dar un paso adelante en este tema pero no a cualquier coste

    27 octubre 2016 | 12:42

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