Descorche Descorche

Puede que en el vino no esté la verdad, si es que sólo existe una,pero lo que es seguro es que está el placer y juntos vamos a encontrarlo

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Reflexiones de un gran bodeguero

En elmundovino.com Jordi Melendo publica una soberbia entrevista a Alain Graillot, al que ya definí como uno de los bodegueros más interesantes que me he encontrado en estos años.

Alain va a asesor a una bodega en el Priorato y habla de los vinos de la zona, de lo que le gusta y de lo que no. Lo hace con rotundidad, sin miedo

Los vinos del Priorato se introdujeron en una posición como vinos potentes y a un nivel de precios bastante alto. Se trata de grandes vinos aunque el estilo general de los vinos del Priorato no coincide con el mío.

Pero también con la humildad que le caracteriza

Después de 25 cosechas sigo interesado en seguir aprendiendo y aquí lo puedo hacer. La reacción de la uva en su medio es distinta aquí de la que tenemos en Crozes-Hermitage, hay muchas diferencias.

Habla de la uva que el más domina, la Syrah y los vinos que de ella salen

Tienen el típico amargor lo que para mi es una cosa con la cual debemos que aprender a convivir. No es necesariamente lo mejor de la uva pero es parte de la syrah, y entonces creo que es más preferible aprender a soportar un poquito de amargor. Obviamente es importante cosechar con uva madura para evitar que haya demasiado amargor y es imprescindible que la duración del paso por la tina sea lo suficientemente larga para que ese mismo amargor vaya desapareciendo gradualmente. De todos modos creo que tratar de borrar totalmente el amargor no sería conveniente cuando uno hace vinos demasiado potentes, demasiado ricos, con mucho azúcar y por lo tanto con mucho alcohol.

Reflexiona sobre lo que puede aportar la Syrah a los vinos del Priorato

En este syrah tenemos mucha finura, para mí la finura es una cosa sumamente importante y a un ensamblaje con garnacha le va a traer un poco más de estructura o de forma redonda, yo veo una armonía que funciona muy bien, lo que me gusta mucho de esta syrah es que tiene un buen frescor, taninos presentes pero no demasiado fuertes, pero más bien destaca la finura. A mi no me gustan los vinos con demasiado cuerpo y este me esta gustando mucho. Sin duda la syrah es una variedad mejorante que aporta ese toque de frescor y mucha elegancia.

También habla de la Garnacha

La garnacha que me gusta en mi mente es la garnacha que tiene mucha fruta durante su periodo de juventud y que luego puede envejecer perdiendo poco a poco su fruta y llegar a algo un poco más complejo, pero para mí debe tener ese aspecto de mucha fruta al inicio y por eso no hay que ir a la sobremaduración que quema un poco estos aromas.

Cuando Jordi Melendo le pregunta cómo ve el futuro del Priorato vitivinícola, la contestación de Alain es para enmarcar

Este es otro tema. Yo sé hacer vino pero no soy un especialista en el mercado del vino. Sin embargo opino que los próximos cuatro o cinco años serán bastante cruciales para el Priorato que ha basado su éxito inicial en un tipo de vino y deberá ajustar un poco el estilo general. Es una opinión totalmente personal, estoy un poco cansado de estos vinos súper estructurados, súper potentes y aunque hay un mercado para estos vinos, se trata de un mercado que no es muy grande. Yo espero que nosotros seamos capaces de echar un pequeño desvío hacia vinos más accesibles, creo que eso sería magnífico.

P . ¿Accesibles?

R . Sí, accesibles en el sentido de ‘bebibles’. Yo no digo que sean unos vinos imbebibles pero son vinos con mucho cuerpo y estoy definitivamente convencido que el consumidor busca vinos más frescos, más ligeros… Este no era el caso hace diez años pero pienso que ahora es así. Hablo con mucha gente que me confirma que vinos como los modernos de Burdeos cansan demasiado y no son fáciles de beber. Creo que debemos apostar por esos vinos más accesibles a los que me refería.

Divertido e irónico se muestra cuando explica que se ha jubilado y quien se ocupa de su bodega en Crozes-Hermitage

Se ocupa mi hijo Maxime, nos llevamos muy bien, me pide consejos y seguramente cuando estoy fuera el está más tranquilo.

Enhorabuena a Jordi Melendo por la entrevista y a elmundovino por publicarla.

Les Sorcières 2007, la esencia del Roussillon

Languedoc- Roussillon es La Mancha francesa, la zona donde se concentra la mayor parte del viñedo. Y al igual que en la zona española en los últimos años algo está cambiando.

La crisis de la filoxera genera un cambio en el cultivo y se empezaron a plantar variedades mucho más productivas y en las tierras más ricas. A esto se añade, en 1962, la pérdida de Argelia, que hace que desaparezca el mayor proveedor de vino a granel y barato y que Languedoc-Roussillon esté dispuesto a ocupar su papel.

Tras años de vinos baratos donde la calidad no era lo importante aparecen numerosas bodegas dispuestas a disputar la batalla de la calidad.

Una de ellas es el Domaine Clos des Fées. Y de allí nos viene el vino de esta semana. Es Les Sorcières 2007.

Hervé Bizeaul su propietario fue sommelier, ganador del concurso al mejor sommelier de Francia, restaurador, periodista vinícola y gastronómico. Sus primeros vinos nacen en 1998.

Perdidas en un desierto de monte bajo y carrascal, rodeadas de muros de piedra sabiamente apilados por viticultores hace muchos años, las viñas están plantadas a azada. Imponentes robles en medio de las viñas.

Los diferentes terroirs están muy separados unos de otros y esa es para Hervé Bizeaul y su mujer, Claudine, una de las cualidades del domaine. La altitud varía entre los 350 y los 650 metros.

Les Sorcières tiene un 40% Carignan, 45% Grenache, 10% Syrah y 5% Mourvèdre. Es una selección de viejas viñas de Carignan y Grenache de 40 a 80 años plantadas en laderas arcillo calcáreas, junto con viñas jóvenes de Syrah y Mourvèdre. Se realiza una maceración prefermentativa a bajas temperaturas. La maceración dura entre 15 y 21 días, con bazuqueos suaves diarios. Una parte del vino, 15%, se cría en barricas de roble nuevas durante 6 meses, el resto del vino tiene una crianza de 8 meses en depósitos de cemento.

Intenso en el color, frutas rojas y negras muy maduras en nariz, sedoso en boca, nuevamente intenso, con taninos presentes pero bien domados. Fácil de beber y para disfrutar cómodamente ahora.

En tienda su precio ronda los 13 euros.

Dos vinos auténticos a precios comedidos

El primero de nuestros vinos de este fin de mes nos viene de un enólogo del que ya hemos hablado varias veces, Marcos Eguren.

Se trata de Protocolo 2007, un Vino de la Tierra de Castilla elaborado sólo con Tempranillo.

Se han buscado viñedos de rendimientos no muy altos, nunca más de 35 hectolitros por hectárea. Se ha realizado una maceración en frío antes de la fermentación durante 24 horas. Durante la fermentación, y buscando una buena extracción, se han hecho 2 remontados diarios.

La cosecha 2007 es una cosecha especialmente fresca en la zona y se nota en el vino. Tras un noviembre muy lluvioso llegó una época sin lluvias que se prolongó hasta primeros de marzo. Después durante el mes de abril las lluvias fueron copiosas. El verano fue uno de los más frescos y suaves de los últimos años, con un importante contraste noche día. La vendimia se realizó en la última semana de septiembre.

El resultado es un vino fresco, sin excesivo cuerpo, con una relación taninos acidez adecuada y con la fruta roja como gran protagonista. Es un vino de trago fácil, sencillo pero agradable. Un vino para beber ahora. Uno de sus puntos fuertes es su relación calidad precio, pues en una tienda cuesta menos de 3 euros.

El segundo vino nos viene otra vez del sur del Ródano, uno de los lugares del mundo donde se puede encontrar mejor calidad a muy buenos precios. Es el Sélection Laurence Féraud 2005.

Es un Côtes du Rhône Villages Séguret. Las 268 hectáreas de viñedo se extiende por el pueblo de Séguret, situado a los pies de los Dentelles de Montmirail.

El primer aval de este vino viene de mano de su elaboradora, Laurence Féraud, propietaria del Domaine de Pégau en Châteauneuf-du-Pape, uno de las mejores bodegas de la zona.

Este vino tiene un 90% de Garnacha y un 10% de Syrah. Las uvas se han despalillado totalmente y la vinificación se ha hecho en cubas de cemento.

Es uno de esos vinos que a mi me gustan, elegante, auténtico, con un buen equilibrio. No tiene un cuerpo excesivo, es fresco, con buena acidez, sin nada que oculte la buena expresión de la Garnacha. Su precio en una tienda no llega a los 10 euros.

De La Manchuela y la Ribeira Sacra

Varias veces se me ha acusado de recomendar siempre un tipo determinado de vinos olvidándome de los vinos más potentes. Es una acusación cierta, pues responde a mis gustos. Pero reconozco que hay gente a la que le gustan los vinos más potentes y entre ellos hay cosas de muy buena calidad.

El primer vino que hoy recomiendo va en esa línea. Se trata de Salia 2006. Un vino elaborado por Víctor de la Serna. Personaje controvertido nadie puede negarle a Víctor de la Serna su pasión por la gastronomía y el vino, que le viene desde la cuna. Periodista de El Mundo y tertuliano de la Cope, crítico gastronómico, especialista en baloncesto, director de elmundovino.com, en 1988 decide pasar al otro lado y para hacerlo se centra en La Manchuela conquense.

Parte inicialmente de 10,5 hectáreas de Syrah, a una altitud de 770 metros. Para escoger las plantas se busca un vivero francés asociado al magnífico Château de Beaucastel, de donde proceden las plantas.

Pero elabora además varios majuelos de viejas cepas de la zona, en especial una viña de 2,4 hectáreas de Garnacha y Bobal de más de 60 años, plantada a 1.050 metros de altitud.

Elabora esencialmente dos vinos, Finca Sandoval y Salia. Las fermentaciones las hace en depósitos abiertos de 5.000 litros, realiza largas maceraciones en frío y la maloláctica en barrica.

Salia 2006 está elaborado con Syrah, Garnacha y Bobal. Es un vino poderoso, tánico, todavía muy joven, pero con marcada presencia de fruta roja madura. Le viene fenomenal jarrearlo antes de beberlo. Su precio en tienda está sobre los 14 euros.

El segundo vino viene, otra vez, de Galicia y es que la cabra siempre acaba tirando al monte. Es Lalama 2005 de Dominio do Bibei, un magnífico exponente del gran potencial de la Ribeira Sacra.

Javier Domínguez saca al mercado su primer vino en 2002 y con auténtica pasión ha conseguido situar sus marcas en los mejores restaurantes. Sus viñedos están entre los 300 y los 700 metros, en suelos ácidos y con poca materia orgánica, con un subsuelo de granito y pizarra.

Las cepas tienen entre 15 y 100 años y los rendimientos son muy bajos, entre 700 y 1.500 gramos por cepa.

Lalama 2005 está elaborado con Mecía, Brancellao y Garnacha Tintorera. Cada variedad y cada parcela se elaboran por separado. Las uvas se despalillan intentando no aplastarlas. Se hace una prefermentación en frío y la fermentación es en parte en barricas abiertas de 500 litros y el resto en fudres de 4.500 litros y depósitos de hormigón.

Todavía es un vino joven, con taninos marcados y presencia de la madera, pero tiene una fruta tan espectacular que puede con todo. Magnífica acidez que le aporta frescura. Gana mucho con un jarreado previo. Su precio en tienda está sobre los 16 euros.

Hace pocos días David Robledo, sumiller del restaurante Sant Celoni, me recomendó un Lalama 2002 que estaba soberbio y es que estos vinos necesitan tiempo y pocas veces se lo damos.

Alain Graillot y Domaine de Trevallon: dos joyas del Ródano y de la Provenza

Esta semana van como recomendados dos de los vinos que más me gustan y más quiero. El primero nos viene de la parte norte del Ródano francés. Es el Alain Graillot Corzes-Hermitage 2007.

Alain Graillot es uno de los viticultores más interesantes que me he encontrado en estos años. Habla perfectamente español pues vivió varios años en Costa Rica y Guatemala. Era por entonces un ejecutivo de una multinacional, pero a los 40 años lo dejó para dedicarse enteramente al vino.

Sus 21,10 hectáreas de viñedo están situadas en Pont de l’Isère, a pocos kilómetros al sur de Tain l’Hermitage. Hay 2,7 hectáreas de blanco con viñas de unos 20 años, y 17, 3 hectáreas de Syrah, con una edad que va desde los 10 a los 50 años. Sólo hay una hectárea que no está en el entorno de la bodega, sino en una ladera cerca de Tain. También tiene 1 hectárea en Saint-Joseph y 0,10 en Hermitage.

Los métodos de cultivo son tradicionales, orientados hacia pequeños rendimientos, poda corta y abonados muy ligeros. No se utilizan herbicidas y los suelos se trabajan únicamente con arado, para conseguir que las raíces de las cepas profundicen en la tierra y que el agua pueda entrar. Las vendimias son manuales y normalmente no se despalilla la uva.

Cuando acaba la fermentación maloláctica, el vino pasa a criarse en barricas de roble. Aunque hay un pequeño porcentaje de barricas nuevas, un 10% cada año, la mayoría son de 1 y 2 años compradas en Borgoña. También se usan fudres de 600 litros. Después de 12 meses de crianza los vinos de las diferentes parcelas se mezclan en proporciones que dependen de cada añada y continúa su envejecimiento en tinas de más volumen.

Alain Graillot 2007 es la fiel representación del Syrah más puro, más auténtico. Todavía es una criatura a la que le quedan unos años para dar lo mejor de si mismo, pero se puede beber ahora gracias a su excelente materia, con fruta madura pero para nada confitada a sobremadura. Su precio en tienda sobrepasa por poco los 18 euros.

El segundo vino nos viene de la parte más sur del Ródano, de los Alpilles, entre Avignon y Arles, cerca de Saint Remy de Provence. Es el Domaine de Trevallon 1999.

El otro día hablaba de Eloi Dürrbach, como asesor de Château Gigognan. Hoy voy a hablar de su casa. La finca fue comprada en 1955 por René Dürrbach, pintor y escultor, gran amigo y colaborador de Picasso, que buscaba un rincón tranquilo para poder trabajar sin el agobio de la Costa Azul. Él jamás pensó que en el monte bajo de los alrededores se pudiese hacer un gran vino.

En 1973 su hijo Eloi Dürrbach, que tenía entonces 23 años y estudiaba Arquitectura, crea el viñedo y para realizarlo construye diversas terrazas en parte de las colinas que rodean la casa. El viñedo tiene 20 hectáreas y está formado por un gran número de pequeñas parcelas, situadas en un radio de unos 2 kilómetros alrededor de la bodega. Hay 200 metros de desnivel entre las parcelas y los terrenos son arcillo pedregosos, con arenas y gravas, sobre un fondo calcáreo duro. Todo el terreno está lleno de impresionantes barrancos. El cultivo se realiza de forma natural y tradicional, sin insecticidas, abonos o herbicidas químicos.

Los vinos tintos tienen un 50% de Cabernet Sauvignon y un 50% de Syrah. Las dos variedades se vinifican separadamente. Los racimos no se despalillan. La fermentación se realiza en pequeñas tinas donde se practica el bazuqueo con los pies, sin control de temperatura y sin utilizar levaduras. Cada parcela se vinifica por separado. Después el vino envejece 2 años en pequeños fudres de roble.

Soy consciente de que Domaine de Trevallon no es el vino más fácil, hay que dedicarle tiempo y dejarlo que exprese lo mucho que lleva dentro. La mejor forma de hacerlo es decantarlo bastante antes de que vayamos a beberlo. Pero cuando se abre aparece como uno de los vinos más personales de cuantos yo he bebido.

Su precio en tienda está sobre los 44 euros. No es barato pero es realmente bueno.

De Méntrida: un syrah y una garnacha

Normalmente no suelo recomendar dos vinos de la misma bodega, aunque ya lo hice una vez con Viña Tondonia.

Pues hoy otra vez los vinos recomendados son de la misma bodega, de Jiménez Landi, de la que ya hablé este lunes. Vinos todavía no muy conocidos pero de profundo interés.

El primero de los vinos es Jiménez Landi Sotorrondero 2007. Es el único vino de la bodega que tiene una variedad foránea, en este caso Syrah, de cepas de 10 años, que con un 90% es el eje del vino. El resto es Garnacha, de cepas de entre 40 y 70 años.

Las uvas proceden de cepas de unos 9 años, situadas a una altitud de 600 metros. Tras una maceración prefermentativa en frío, la maceración duró 15 días, la maloláctica se hizo en barricas y la crianza que se hace en barricas de 300 y 500 litros, duró 8 meses.

Un vino goloso, concentrado pero para nada cansino, fácil de beber pero no aburrido, neto en boca, con mucha fruta y sin que la madera aburra. Su precio en tienda está sobre los 12 euros.

El segundo vino es Jiménez Landi Cantos del Diablo 2007. Elaborado sólo con Garnacha, procedente de una parcela de El Real de San Vicente, de suelo arenoso de origen granítico, situada a 710 metros de altitud y con cepas de 60 años.

Maceración prefermentativa en frío durante 7 días. Las uvas entran enteras, con el raspón, sin despalillar, la maceración duró 10 días, la maloláctica se hace también en barricas y la crianza, que duró 14 meses, se hizo en una barrica de roble francés.

La producción se limita a 200 botellas y su precio en tienda ronda los 44 euros. Con una producción tan pequeña no hay que insistir en lo difícil que es encontrarlo, pero el esfuerzo se verá recompensado con una de las mejores garnachas de nuestro país.

Elegante, fino, muy mineral, es una perfecta expresión de un terroir especial y una demostración de por donde deben ir los vinos de la zona si quieren como este aspirar a la grandeza.

Un Xarel.lo del Penedès y un Vacqueyras del Ródano

Nuestro primer vino de esta semana está elaborado con una de las variedades blancas más interesantes de nuestro país, la Xarel.lo. Es el Nun Vinya dels Taus 2006.

La Xarel.lo es una variedad autóctona de Cataluña, una de sus variedades históricas pero que ha pasado unos años casi abandonada.

Fue Carlos Esteva quien demostró su enorme potencial y ahora le sigue Enric Soler, que con la ayuda de Esther Nin ha conseguido un blanco original, a la vez poderoso y fresco, opulento y mineral.

Enric es, a pesar de su juventud, un veterano en el mundo del vino. Sumiller, catador, profesor, decide dar el paso adelante y convertir sen productor. A la muerte de su padre hereda un viñedo de 0,89 hectáreas de cepas de Xarel.lo de más de 60 años. Junto a la viña hay una pequeña masía que sirve de bodega.

Esther Nin, es hija de un viticultor del Penedès y creció entre viñas. Estudió biología en Barcelona y enología en Tarragona. Tras trabajar en Clos Martinet, empieza su camino independiente y es la bodega de Clos Erasmus en el Priorato. Ella se encarga de la elaboración.

El cultivo es biodinámico, la fermentación se hace en barricas de roble nuevas, de diversas procedencias, y la crianza en esas barricas se ha prolongado durante 10 meses. Se han elaborado unas 7.000 botellas, por lo que es difícil de conseguir. Su precio en tienda está sobre los 38 euros.

El segundo vino nos viene del Ródano. El otro día hablábamos de Château Rayas, hoy quiero recomendar un vino que elabora su propietario pero de precio más ajustado. Es el Château des Tours Vacqueyras 2000.

La finca está situada entre Sarrians y Jonquières, en una pedregosa ladera en lo alto de la colina, en las faldas de la sierra de Dentelles de Montmirail.

Louis Reynaud, propietario de Château Rayas, compra la finca en 1935 y se la lega a su hijo Bernard. Recibe el nombre por su pequeño, pero muy bonito, castillo de dos torres del siglo XVI.

Durante años se cultivan diversos productos agrícolas y el vino se vende a la cooperativa local. En la actualidad hay también cereales y olivos.

En 1980 Emmanuel Reynaud comienza a trabajar con su padre y en 1989 construye la bodega para elaborar personalmente el vino. Emmanuel trabaja con su tío Jacques en Château Rayas y aprende los métodos de trabajo que han llevado a la cumbre a Rayas. Reduce sustancialmente los rendimientos de Château des Tours, hasta los 20 hectolitros por hectárea.

La vendimia es tardía, casi con ligera sobremaduración. Todas las parcelas se elaboran por separado, para respetar al máximo las características de sus suelos. Sin despalillar las uvas entran en los depósitos de cemento donde fermentan y hacen la primera parte de la crianza, que finalizan en viejos fudres de roble, en los que el vino permanece entre 8 y 14 meses.

Son en total 40 hectáreas de viñedo, de las que 15 son de Vacqueyras, aunque únicamente se utilizan 6. De Côtes du Rhône hay 5 hectáreas, siendo el resto Vin de Pays de Vaucluse, comercializado como Domaines des Tours.

Château des Tours Vacqueyras 2000 tiene un 80% de Grenache (Garnacha) y un 20% de Syrah. Las cepas tienen entre 30 y 70 años y los suelos son arcillosos y calcáreos.

Un vino que marca el estilo de la casa, fino, no muy concentrado, expresivo, con buena capacidad de envejecer. Este 2000 es un vino ya hecho, que se disfruta ahora, pero que va a vivir muchos años más.

Su precio en una tienda ronda los 20 euros, por cierto, muy bien gastados.

Un albariño gallego y un syrah del Ródano

Xoan Canas, sumiller y propietario con su hermano Xose, el cocinero, del restaurante Pepe Vieira me dio a probar el vino que ahora recomiendo. Se trata de Contraaparede 2004, un albariño elaborado por Adegas dos Eidos.

Como todas las recomendaciones de Xoan fue un acierto. Las uvas proceden de una parcela, llamada Vento, situada en la parroquia de Padriñán, en el municipio de Sanxenxo. Las emparradas cepas tienen 70 años y están situadas en laderas de granito orientadas al sur.

La producción es pequeña, unos 3.000 kilos por hectárea. Se vendimió el 29 de septiembre en cajas de 16 kilos. La maceración duró 48 horas, la crianza se hizo en depósitos de acero inoxidable y se prolongó durante 3 años y 8 meses, siendo embotellado el 30 de mayo de 2008.

Un albariño diferente, lleno de personalidad, con magníficas notas de evolución que se mezclan con una buena acidez. Es distinto a los demás albariños, con mucho carácter y una adecuada estructura. Su precio está sobre los 12 euros, pero es difícil de encontrar fuera de Galicia, pues únicamente se elaboraron 2.000 botellas.

El segundo vino nos viene de Saint-Joseph, en el valle del Ródano. Es el Coursodon Silice 2006.

La bodega de Pierre Coursodon es una de las que más cariño tengo, no sólo por ser su importador en España, sino porque tuve la suerte de que Noémie, una de las hijas de Pierre Coursodon estuvo de prácticas conmigo durante unos 4 meses y guardo de ella un gratísimo recuerdo.

Pierre y su hijo Jérôme son viticultores serios, que realizan un profundo trabajo en las viñas. No usan insecticidas, ni productos químicos. Todos los trabajos en el campo están destinados a reducir el fenómeno de la erosión y favorecer la implantación de las raíces. Vendimian en verde de forma rigurosa, con el fin de limitar las enfermedades, equilibrar la carga y reducir drásticamente los rendimientos. Durante esta época hay entre 15 y 18 personas trabajando en el campo.

Dada la pendiente de sus viñedos todos los trabajos hay que realizarlos a mano, con la única ayuda de animales.

En total tienen 15,5 hectáreas de viñedo, 13 de Syrah y 2,5 con las variedades blancas Marsanne y algo de Roussanne.

Este vino se elabora sólo con Syrah, procedentes de impresionantes laderas graníticas y esquistosas de exposición Sur y Sudeste en las que es totalmente imposible la mecanización. La edad media de las cepas es de 25 años. La densidad de plantación es de 6.500 cepas por hectárea y los rendimientos de 24 hectolitros por hectárea.

La crianza se hace en pièces, barricas de 228 litros, y demi-muid, fudres de 600 litros, y dura 12 meses.

Un syrah sin pretensiones, ni maquillajes, auténtico, el tipo de vino que a mi me gusta. Lleno de fruta, pero una fruta para nada empalagosa, con buena acidez, un vino que disfrutas bebiendo. Su precio en tienda está sobre los 25 euros.

Los tintos despiertan en Galicia

Hace algún tiempo en una entrevista en la revista La Clave dije que la zona de más futuro para elaborar vinos tintos es Galicia. Hasta ahora sólo se valoraban sus vinos blancos, sobre todo sus albariños, pero el cambio climático les ha cogido en buen momento.

Vicente Sotés, presidente del Comité Científico del CONCLIVIT y del grupo de expertos Medio Ambiente y Cambio Climático de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) lo tiene claro:

El ciclo se está adelantando. La vid brota antes en Galicia y la uva tiene más meses por delante para alcanzar un nivel óptimo de maduración.

El catedrático de edafología Francisco Díaz-Fierros asegura:

En algunos lugares la vendimia ha pasado de realizarse a mediados de octubre a primeros de septiembre. La temperatura media puede subir en torno a los 2,5 grados al norte de Galicia, y hasta 5 grados al sur, lo que haría posible incluso la introducción en algunos valles de las provincias de Lugo y Ourense de variedades de uva francesa como Cabernet Sauvignon o Chardonnay, o las utilizadas en las denominaciones de origen Rioja y Ribera del Duero, Garnacha y Tempranillo, entre otras.

Esta es la parte que más me preocupa, que en Galicia se repita el terrible mal de otras zonas en las que se ha abandonado lo propio para empezar a apostar por lo que viene de fuera, sin darse cuenta de que caemos otra vez en la internacionalización del gusto. Vinos iguales en todos los sitios.

Galicia tiene la suerte de contar con una buena cantidad de uvas autóctonas, cultivadas durante años y de marcada personalidad. Dejarlas de lado sería un crimen.

Bastardo, Caiño, Loureiro y Mencía son las cuatro patas sobre las que debe asentarse esta revolución que en pocos años situará los tintos gallegos entre los más prestigiosos de España. Olvídense del Cabernet, del Tempranillo o de la inefable Syrah.

Vinos atlánticos, finos y la vez intensos, capaces de expresar la mineralidad de sus suelos, a veces graníticos y a veces pizarrosos, provenientes de viejas cepas de poca producción. Vinos diferentes.

No hay que olvidar estos nombres:

Quinta Muradella y Gorvia de Monterrei, Goliardo de Rías Baixas, Algueira, La Cima y La Lama de Ribeira Sacra, Gaba do Xil de Valdeorras y A torna dos pasas de Ribeiro. Sus producciones son pequeñas y a veces son difíciles de encontrar pero hay que hacer el esfuerzo porque la recompensa merece la pena.