Hay amigos que me dicen que como me encantan los vinos de Borgoña me olvido de los de Burdeos. Y puede que tengan razón. Pero Burdeos fue mi primer amor vinícola. Todavía recuerdo cuando Maribé y yo hicimos nuestro primer viaje a la zona. La sensación de emoción que nos embriagaba al ver los míticos châteaux, con los que tantas veces habíamos soñado y que estaba ahora delante de nosotros.
En aquella época los españoles todavía viajábamos pocos a la zona y en algunos de nuestros restaurantes favoritos éramos conocidos como les amis espagnols.
Son muchos los vinos de Burdeos que me gustan. Todos los grandes nombres y algunos mucho menos conocidos. Hoy voy a recomendar uno de estos últimos.
Es el Château Villa Bel-Air Tinto 2004. Un tinto de Graves realmente atractivo. Graves debe su nombre al tipo de suelo, las míticas graves garonenses. Comienza en la parte norte en el arroyo de Blanquefort y termina poco después de Langon. Bordea el río Garona y al oeste tiene el bosque de pinos de Las Landas, que le sirve de frontera y protección. Es una banda de 50 km. de larga y entre 15 y 20 de ancha. Las gravas reposan sobre un subsuelo de arcilla, arena, capas ferruginosas, caliza y margas. Que yo recuerde ahora mismo es el único sitio que lleva el nombre de su suelo, aunque puede que haya más.
Château Villa Bel-Air está situado en Saint-Morillon, en el corazón del viñedo de Graves. Es una preciosa propiedad de unas 50 hectáreas juntas. En el siglo XVIII, un consejero del Parlamento de Burdeos, el Marqués de Lajarte, construyó una cartuja, hoy declarada Monumento Histórico. Los jardines, las fuentes y el viñedo le dan un toque de villa clásica romántica y acogedora.
Pero desde el punto de vista vinícola la propiedad estuvo durante años abandonada, hasta que, en 1988, la compra Jean-Michel Cazes, uno de los nombres de oro de Burdeos, propietario entre otras cosas del Château Lynch Bages en Pauillac y de los restaurantes Cordeillan Bages y Le Chapon Fin, posiblemente los dos mejores de toda la zona de Burdeos.
Jean-Michel Cazes renueva totalmente el viñedo y las instalaciones y partiendo de cero aprovecha el peculiar terroir para conseguir un gran vino.
La finca tiene un especial microclima al estar rodeada de un bonito bosque de pinos y al estar muy cerca del río Garona. Situada en una ligera colina, los suelos son de gravas y en el subsuelo hay arcilla calcárea y algo de hierro.
Las cepas tienen una edad de 20 años. Hay un 40% de Cabernet Sauvignon, plantado sobre las gravas más cálidas buscando una buena maduración, un 10% de Cabernet Franc y un 50% de Merlot, que está plantado en las laderas más frescas.
La maceración dura unos 20 días y la crianza en barricas de roble francés nuevo se prolonga durante 12 meses. Detrás del vino está Daniel Llose, asesor de todos los vinos de Jean-Michel Cazes y uno de los enólogos más interesantes de Burdeos. Un hombre siempre respetuoso con el terroir, que nunca ha buscado vinos poderosos y modernos sino que se ha mantenido fiel a un estilo clásico, a pesar de que en los años más duros, cuando la modernidad se imponía, recibiese por ello tantas críticas como elogios recibe ahora. Daniel es una persona sensata, amable y sencilla y sus vinos son como él.
Château Villa Bel-Air 2004 es un vino que refleja la idea que yo tengo de Graves, un vino sencillo a la vez que complejo, sin exceso de cuerpo o de madera, sin tonos tostados, auténtico, fino, largo, con buena acidez, con fruta no confitada sino fresca, con taninos integrados y nada agresivos. Un vino que podría beber a todas las horas.
Su precio en tienda está sobre los 17 euros. Una gran forma de acercarse a Burdeos. Está en un momento muy bueno para beberse, lo que no quiere decir que no mejore algunos años.