Descorche Descorche

Puede que en el vino no esté la verdad, si es que sólo existe una,pero lo que es seguro es que está el placer y juntos vamos a encontrarlo

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Nikolaihof, el pionero de los vinos de Austria

Nikolaihof es la bodega más antigua de Austria, con una historia que se remonta a la época romana. La primera referencia la encontramos en un documento de Saint-Séverin, patrón de Bavaria, en el año 470.

Sus viñedos están en Wachau, un estrecho y precioso valle de unos 33 kilómetros de largo, lleno de edificios de gran belleza y paisajes espectaculares.

Las cepas ascienden en estrechos senderos desde el río Danubio hasta los bosques de la parte superior. Las pendientes son muy marcadas y el viñedo se cultiva en terrazas de difícil acceso. El clima es cálido por el día y, sin embargo, los vientos que vienen del norte bajan la temperatura por la noche, consiguiendo un contraste térmico muy interesante para la viña. El Danubio regula el calor y aporta humedad.

En el año 777 se construye una basílica dedicada a Saint-Agapitus, que se encuentra todavía en el patio principal de la bodega.

De esta forma lo que hoy es Nikolaihof fue primero una fortaleza romana, en la que se cultivaba vino, después durante siglos centro de poder político y económico y también centro religioso y espiritual.

Los principales edificios se construyen en el siglo XV, pero por todos los lados se ven restos de la antigua fortaleza romana. Los cimientos de la casa datan de la época romana, con una torre en forma de herradura y un fuerte hecho de madera y tierra del año 63 antes de Cristo. El sótano es una cripta romana y el nivel del suelo se ha hundido 1 metro en los últimos 100 años.

En la actualidad es propiedad de la familia Saahs, que cultiva 20 hectáreas de viñedo, situadas en las mejores laderas, ricas en minerales, gneiss y mica. Todo el cultivo es biodinámico desde hace más de 30 años. Los rendimientos son muy bajos. No usan herbicidas, fertilizantes artificiales, fungicidas, pesticidas o cualquier otro tipo de tratamiento químico. Diversas plantas y hierbas se siembran entre las cepas para vigorizar el suelo y dar resistencia a la viña.

La variedad mayoritaria es Riesling, que representa el 55% del viñedo, seguida de Grüner Veltliner, con un 35%. El 10% restante se reparte entre Nuburger, Weisburgunder, Frühroter Veltliner y Chardonnay.

La vendimia es siempre a mano, prestando mucha atención a la maduración de las uvas. Los racimos se prensan directamente, sin despalillar. La fermentación, únicamente con levaduras naturales, se hace en una gran cuba de madera, sin ningún tipo de control de temperatura. Después de 6 meses de maduración en cubas de madera de 2.000 a 12.000 litros se embotella sin filtrar o rectificar.

Hombre de pocas palabras, más amigo de escuchar que de hablar, Nikolaus Saahs define perfectamente la filosofía de la bodega

estamos tan anticuados que pasamos a ser modernos

Su gama de vinos es muy amplia, pero en todos se aprecia una gran autenticidad. Vinos minerales y muy respetuosos con su terroir.

El estilo de vinos que me gusta

Tendría que haber sido el primer tema pero lo ha ido dejando por lo complejo de la explicación. Y es que definir que tipo de vino es el que más me gusta es complicado. Empezaré por definir lo que no me gusta y de la negación saldrá algo positivo.

No me gustan los vinos elaborado con uvas sobremaduradas, aquellos en los que la fruta se expresa confitada.

No me gustan los vinos con sobre extracción. No me gusta que la madera se note en el vino, ni aunque esté enmascarada por los toques de torrefacto que aporta un buen, y excesivo, tostado de las barricas.

No me gustan los taninos secos, ni que haya gente, incluida especialistas, que digan que con el paso del tiempo se van a limar: un tanino seco es seco hasta que el vino muere.

Resultado de todo esto no me gustan los vinos concentrados y pastosos, de entrada rotunda y que se mueren a mitad de la boca.

No me gusta que los vinos de una zona sean tan iguales a los de otra, que las técnicas de elaboración se impongan hasta el punto de que es imposible saber la procedencia de los vinos, el lugar donde han nacido las uvas.

Algunos amigos cuando les cuento esto me dicen que acabo de eliminar a la mayor parte de los vinos top que se elaboran en España y es posible que sea así, pero la moda de la concentración, la búsqueda del estilo que supuestamente gusta a Parker no me interesa. Este tipo de vino me aburre.

Me gustan los vinos en los que el hombre interviene poco en la elaboración, aunque haya trabajado a fondo el viñedo.

Mi trabajo acaba cuando la uva llega a la bodega

decía el gran Denis Mortet, del que otro día hablaré más.

Me gustan los vinos que expresan su terroir, que son diferentes, únicos, aunque tengan defectos. Me gustan los vinos frescos, con acidez y buena fruta.

Adoro Borgoña, me gustan los buenos mencías leoneses o gallegos, la expresión elegante del Duero, el equilibrio y la finura de los buenos riojas, la Cabernet Franc y la Chenin Blanc del Loira, el Riesling de Alemania, la Grüner Veltliner austriaca, los grandes y olvidados vinos de Jerez, la frescura del moscatel de la Axarquía de Málaga, la intensidad auténtica de los buenos douros, la cariñena del Priorat, el Champagne de los buenos viticultores, la sutileza de una bodega del Penedès como Can Ràfols, los viejos oportos, las garnachas llenas de sutileza procedentes de viejas cepas…

De esos vinos voy a ir hablando en este blog para que juntos podamos disfrutarlos.