Con mucho más retraso del pensado vuelvo a ponerme manos a la obra en el blog. He aprovechado este tiempo, que, por desgracia, no ha sido todo de vacaciones, ya me gustaría a mí, para viajar y ver viñedos.
Uno de los mejores viajes ha sido a Alemania. En el viaje nos acompañó Michael Wohr, que ya he dicho alguna vez que es posiblemente el mejor importador de vinos que hay en España por pasión y conocimiento.
Visitamos primero Rheingau y después Nahe. Como era de esperar viñedos excepcionales y vinos a su altura. Fue impactante estar en Dönnhoff por primera vez. El lugar donde está situada la bodega es uno de los más bonitos que te puedes encontrar. Ver desde lo alto los pagos de Hermannshöle y Brücke mientras Helmunt Dönnhoff explicaba las características de cada uno es uno de los grandes momentos que un amante del vino puede vivir. La cata que nos organizó fue también de las inolvidables.
En el viaje estaba también Víctor Franco, otro apasionado del vino que imparte su saber en Polakia y en su blog publica una bonita y personal colección de fotos. Os aconsejo que las miréis con detenimiento. He cogido las fotos sin su permiso y espero que no le moleste, pero es que son tan buenas que no me he podido contener.
Después de ese día parecía que lo demás sobraba y era el momento de volverse a casa con el recuerdo en la boca de los dos Eiswein que Helmunt elaboró en la añada 2008, uno vendimiado el 30 de diciembre y el otro a principios de enero.
Pero para el día siguiente Michael nos había programado otra visita a la bodega de Emrich Schönleber, en el pueblo de Mozingen, en la parte alta de Nahe. Allí nos recibió Werner Schönleber, que en los últimos años ha conseguido situar su bodega entre las más destacadas de Alemania.
Con él paseamos por viñedos tan espectaculares como Halenberg y Frühlingsplätzchen, que se podría traducir como pequeño lugar de la primavera. Otra vez os aconsejo mirar las fotos de Víctor Franco y pasaros por su página.
También aquí la cata que nos prepararon fue memorable.
Pero hoy voy a escoger uno de sus vinos más básicos. El Riesling Mineral 2007. Un vino que en una tienda estará sobre los 22 euros y que es una perfecta definición de la zona y del estilo de trabajo de la bodega.
Las uvas proceden de las viñas más jóvenes de Halenberg, con suelos de pizarra azul, cuarcita y numerosos guijarros. La fermentación es un 20% en tinas de madera y el resto en acero inoxidable.
Tiene un bonito equilibrio entre el alcohol, la acidez y el azúcar. Su nariz es seca y hace honor a su nombre, pues la mineralidad es el rasgo más destacado tanto en nariz como en boca. Está en un gran momento para ser bebido.