Descorche Descorche

Puede que en el vino no esté la verdad, si es que sólo existe una,pero lo que es seguro es que está el placer y juntos vamos a encontrarlo

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Tampesta Rosado y Tinto, la esencia de la Prieto Picudo

Vuelvo a León desde mi voluntario exilio burgalés y lo hago otra vez con la uva Prieto Picudo como bandera.

Los vinos recomendados hoy son un rosado y un tinto, los dos con la marca Tampesta como señal de identidad.

La aventura de los hermanos Paz Tampesta, Juan Luis, Oscar y León, empieza en el año  2000 cuando plantan sus primeras cepas. La idea inicial era vender las uvas pero pronto se dieron cuenta de que eso no era rentable y en el año 2004 sacan al mercado su primer vino.

En la actualidad de la dirección de la empresa se encarga, con mano tan firme como agradable, Noelia de Paz hija de Juan Luis. A pesar de su juventud tiene las cosas muy claras y su apuesta por la calidad es clara. De la elaboración se encarga el enólogo leonés Luis Buitrón.

La bodega tiene 18 hectáreas de viñedo en propiedad, la mayor parte de ellas en el paraje de Las Lagunillas. Domina Prieto Picudo, aunque también tienen Tempranillo, por el que se apostó al principio pero que se va eliminando para dar paso a la tradicional uva leonesa.

La bodega está en Valdevimbre los Oteros, de cuya larga historia vinícola hablan las numerosas y viejas cuevas subterráneas donde se elaboraba y se guardaba el vino. Sus zarceras son visibles desde lejos.

No suelo recomendar rosados pues no son precisamente mi pasión, pero ahora que el calor aparece, por fin, después de un tan largo invierno este Tampesta Rosado 2009 es una opción divertida y fresca, una buena forma de empezar una comida o de tomarse un aperitivo al aire libre.

Elaborado sólo con Prieto Picudo destaca por sus poderosos aromas de fresas y su ligero amargor final que le da personalidad.

Pero después del rosado podemos pasar a beber algo más serio, el Tampesta Tinto 2009, con la Prieto Picudo como base, acompañado por un poco de Tempranillo. La crianza en barrica de entre 6 y 9 meses no oculta el poder de su fruta, sino que la madera se integra muy bien hasta casi desaparecer. Ligero, fresco y con personalidad. Un poco de aireación le viene muy bien.

El precio de los dos vinos ronda en una tienda los 6 euros, el rosado no los alcanza y el tinto los supera por poco. Una magnífica relación calidad/personalidad/precio.

Lecheneaut Clos de la Roche 2003, un vino que emociona

Casi todos los días bebo vinos que me gustan, algunos días bebo vinos que me encantan, pero los vinos que producen emoción, esos que hace que el cuerpo se estremezca y te duele que la botella se acabe, se beben en muy contadas ocasiones.

La última vez que me pasó fue el 31 de diciembre. Aprovechamos las fiestas en las que estamos con nuestra familia para disfrutar de buenos vinos y la verdad es que de los que nos llevamos ninguno nos decepcionó. Pero el que alcanzó el límite de lo sublime fue un Lecheneaut Clos de la Roche Grand Cru 2003.

Clos de la Roche es un Grand Cru del pueblo de Morey-Saint-Denis, situado en el límite con Gevrey-Chambertin. Morey es un pueblo a veces olvidado, aplastado por la elegante intensidad de los Gevrey y por la seducción sensual de los Chambolle. Lo mismo sucede con algunos de sus Grand Cru.

Clos de la Roche tiene 16,9 hectáreas de viñedo. La exposición es este y la altitud oscila entre 270 y 300 metros. Los suelos son pardo calcáreos, ricos en elementos asimilables por la viña y aunque en la superficie no parece muy pedregoso a poco que se profundice aparecen bloques rocosos de grandes proporciones. Por otro lado, la tierra vegetal no tiene más de 30 centímetros de espesor.

Su nombre viene de la topografía del clos, que está sobre la roca. Aunque otra hipótesis dice que existía una roca, druida o celta, posiblemente un monumento megalítico de la época gala, entre Latricières-Chambertin y Clos Saint Denis, en el lugar donde está ahora este clos.

Cuando elegimos el vino tuvimos en cuanta la añada, 2003, una de las más cálidas de Borgoña, con un ciclo vegetativo de casi 100 días. Una añada que al principio no me entusiasmó nada, pero que voy reivindicando últimamente.

Desde que en 1985, a la muerte de su padre, los hermanos Vincent y Philippe Lecheneaut se hacen cargo del domaine familiar, su prestigio ha ido aumentando de forma continua hasta estar entre los mejores de la zona. Ellos representan la tercera generación de una familia de viticultores cuyos orígenes se remontan a 1928.

Tienen 11 hectáreas de viñedo, 10 de Pinot Noir y 1 de Chardonnay, repartidas en 65 parcelas, y trabajan en 19 AOC diferentes.

Ellos mismos reconocen que al principio sus vinos eran muy concentrados, pero faltos de finura. Para resolverlo deciden intervenir menos en la bodega y trabajar más el viñedo. Desde el año 2000 sus tierras se cultivan de forma biológica, sin abonos, ni tratamientos, arándolas y recortando de forma drástica su producción.

La parcela de la que proviene este emocionante vino es minúscula, 0,09 hectáreas y no hay error, ni he puesto un cero de más, son eso 0,09 hectáreas. La parcela la compra en 1957 su padre y la planta él.

Esta botella parecía recoger el poder de sus vecinos del norte y la seducción de los del sur. Complejo, con cereza y violetas. Mineral, profundo, un espectáculo.

Nosotros nos bebimos nuestra última botella del 2003, por eso está vacía en la foto, y creo que será difícil de encontrar otra, a España llegan 6 botellas, pero si tenéis la posibilidad de beberla, o de beber otra añada, no lo dudéis. No es barato, sobrepasa los 200 euros, pero pocas veces se puede gastar tan bien ese dinero. Como dice un anuncio la emoción no tiene precio.

Un Prieto Picudo leonés

Algunos leoneses amigos míos me llaman renegado pues casi siempre digo que soy burgalés. Yo les respondo que la vaca no es de donde nace sino de donde pace. Pero hoy voy a dejar salir mi toque leonés y voy a recomendar un vino de mi tierra y de una variedad como la Prieto Picudo, en la que tengo gran fe, aunque todavía no ha dado sus mejores frutos. Es el Pricum Prieto Picudo 2007, elaborado por Bodegas Margón.

La razón del nombre es vidente si tenemos en cuenta que la bodega surge de la unión entre Alfredo Martínez y Eugenio González. No es lo más original desde luego.

Parten de 25 hectáreas de viñedo propias, de las que 24 son de viejas cepas de Prieto Picudo y 1 de la variedad blanca Albarín.

Esas 25 hectáreas están distribuidas en unas 100 parcelas a lo largo de unos 10 kilómetros, desde Pajares de los Oteros hasta San Pedro, pasando por Pobladura, Velilla o Valdesaz. Sus viñas son las más viejas de la zona y algunas sobrepasan los 100 años.

El sistema de conducción es el típico de la zona, con las uvas tocando el suelo. Todos los trabajos del campo se hacen a mano, con azadón.

La bodega está en Pajares de los Oteros. Dispone de mesas de selección y de cabina de refrigeración en la zona de recepción de la uva situada en un plano superior a la nave central para facilitar la caída de la uva por gravedad. Los depósitos de fermentación son tinas troncocónicas de madera de roble y de cava de barricas subterránea y climatizada.

Pricum 2007 está elaborado únicamente con Prieto Picudo. Las uvas, después de pasar por la mesa de selección, han tenido una maceración en frío y después una larga maceración de 60 días. La fermentación se ha hecho en madera. La crianza, en barricas de roble francés nuevo, ha durado 13 meses.

De la elaboración y dirección de viñedo se encarga Raúl Pérez y su forma de concebir el vino se nota.

Un vino intenso, sin demasiada estructura. En nariz al lado de frutas rojas maduras aparecen las notas especiadas de la madera, presente pero que no molesta y que el vino tiene potencia y fruta para integrar. En boca es intenso, de cuerpo medio, con buena acidez que le aporta frescura.

Su precio en tieda está sobre los 22 euros y es una demostración de que, aunque aún queda mucho camino por recorrer, en la zona se pueden hacer grandes vinos con Prieto Picudo.

Los 40 mejores vinos de España según Robert Parker

Aunque pensaba no publicar nada hasta septiembre, han salido las notas de Robert Parker y no he podido reprimirme.

Estos son los 40 vinos que él considera los mejores de España.

Pingus 2006: 99 puntos

Raul Perez El Pecado 2007: 98 puntos

Artadi Vina El Pison 2007: 98 puntos

Vega Sicilia Unico Reserva Especial NV: 98 puntos

Clos I Terrasses Clos Erasmus 2006: 97 puntos

Raul Perez A Trabe Red 2006: 97 puntos

Hermanos Sastre Pesus 2005: 97 puntos

Mas Doix Doix Costers de Vinyes Velles 2006: 97 puntos

Bodegas Emilio Moro Malleolus de Sancho Martin 2006: 97 puntos

Bodegas El Nido El Nido 2006: 97 puntos

Mas Romani (Mas Alta) La Basseta 2006: 96 puntos

Bodegas Y Vinedos Mancuso Mancuso 2005: 96 puntos

Raul Perez Prieto Picudo 2007: 96 puntos

Vinedos de Paganos La Nieta 2006: 96 puntos

Alvaro Palacios L’Ermita 2006: 96 puntos

Raul Perez La Claudina 2007 Blanco: 96 puntos

Bodegas Fernando Remirez de Ganuza Rioja 2005: 96 puntos

Bodegas Sierra Cantabria Amancio 2005: 96 puntos

Aalto PS 2006: 96 puntos

Descendientes de Jose Palacios Corullon Moncerbal 2006: 96 puntos

Dominio de Pingus Amelia 2006: 96 puntos

Espectacle Espectacle del Montsant 2006: 96 puntos

Bodegas Alto Moncayo Aquilon 2006: 96 puntos

Benjamin Romeo La Vina de Andres Romeo 2006: 96 puntos

Vega Sicilia Unico Reserva 1999: 96 puntos

Terra de Verema Corelium 2006: 96 puntos

Los Astrales Astrales Christina 2006: 95 puntos

Bodegas J A Calvo Casajus Nic 2005: 95+ puntos

Artadi Pagos Viejos 2007: 95 puntos

Acustic Auditon 2007: 95 puntos

Vinedos Y Bodegas Garcia Figuero Tinus 2006: 95 puntos

Clos Mogador 2006: 95 puntos

Celler Cal Pla Mas d’en Compte Planots 2006: 95 puntos

Raul Perez Sacrata 2007: 95 puntos

Bodegas Y Vinedos Pujanza Pujanza Cisma 2006: 95 puntos

Hermanos Sastre Regina Vides 2004: 95 puntos

Eduardo Garcia Ramiro’s Ribera del Duero Toro 2005: 95 puntos

Mauro Terreus 2004: 95 puntos

Bodegas Emilio Moro Malleolus de Valderramiro 2006: 95 puntos

Muga Aro 2005: 95 puntos

Bodegas El Nido Clio 2006: 95 puntos

Hace poco se produjo una larga polémica en la que se vió implicado Jay Miller, en la foto,, que como sabéis es realmente el que cata los vinos, acusado de dejarse agasajar con viajes y regalos por algunos importadores cuyos vinos obtenían después muy buenas notas y que originó incluso un artículo del Wall Street Journal.

Jay Miller y Robert Parker tuvieron que pedir perdón después en sendas cartas.

No se si ha influido en algo esta polémica que ha desacreditado bastante a Jay Miller, pero este año no ha concedido ningún 100 a diferencia de los dos últimos años . Aunque también puede haber influido la difícil cosecha 2006.

De los 41 vinos sólo hay un vino blanco. El nuevo vino de Raúl Pérez La Claudina 2007, un godello de El Bierzo.

También sabéis mi opinión sobre Parker y sus gustos, pero eso no hace que siga siendo todavía el crítico con más influencia en el mercado mundial del vino. Por eso os pongo su lista. Por cierto, los errores en los nombres y la falta de acento son suyos, yo no he retocado nada.

Aligoté de Borgoña para combatir el calor

El vino de esta semana nos viene otra vez de Borgoña, que como todos sabéis es una de mis pasiones.

Es el Bouzeron Aligoté 2007 del Domaine Aubert et Paméla de Villaine, una bodega de la que ya hemos hablado en su día y de la que también recomendé un vino tinto.

Como ya explicamos la bodega es propiedad de Aubert de Villaine y su mujer, la californiana Paméla Fairbanks. Aubert de Villaine es copropietario y director del Domaine de la Romanée Conti. Junto a ellos está Pierre de Benoist, sobrino de Aubert.

La Aligoté no goza precisamente de buena fama, debida, en gran parte, a los altos rendimientos que se consiguen y a que no está plantada en los mejores suelos. Pero Bouzeron es una excepción, afortunadamente no la única.

Son los vinos blancos elaborados con esta variedad los que han dado fama a Bouzeron. En 1730 el abad Courtépée en su famosa Descripción du Duché de Bourgogne, señalaba la calidad de este blanco seco, que se distinguía por su redondez y su fineza. En 1979 se crea la A.O.C. Bourgogne Aligoté Bouzeron y el 17 de febrero de 1998 se transforma en Appellation Villages Bouzeron. Son 61 hectáreas. Los suelos son poco profundos y bastante pendientes, el subsuelo es de margas blancas, mezcladas con arcilla y calcáreo. La altitud oscila entre 270 y 350 metros.

Bouzeron es el único lugar donde la variedad blanca Aligoté se puede embotellar como village. En palabras de Aubert

Antiguamente la Aligoté cubría buenas laderas, sobre todo en Meursault y Pernand, pero poco a poco la Chardonnay la ha ido desplazando a las tierras más ricas. Es una variedad remarcable, pero muy productiva, hay que cuidar dónde se planta

Por eso desde su llegada en 1973, Aubert de Villaine, ha seleccionado entre las más viejas viñas de Bouzeron, escogiendo las dorées, que dan más bajos rendimientos, pero vinos más aromáticos y finos. En la actualidad tienen 8,7 hectáreas de Aligoté.

Los Aligotés de Aubert de Villaine y de Pierre de Benoist destacan de jóvenes por su frescura y su fruta, con notas florales bien marcadas y tonos cítricos. En boca el vino marca claramente su mineralidad. Tiene buena presencia en boca, aunque el falta esa ampulosidad que le van a dar los años.

Su precio en una tienda está sobre los 15 euros.

Juancho Asenjo y la histórica cata de Marqués de Riscal

Tuve la suerte de estar hace ya varios años en la primera cata vertical que organizó Marqués de Riscal. Probamos desde su primer vino en 1862 hasta la que iba a ser la primera cosecha de Barón de Chirel.

Fue algo magnífico. La demostración de la enorme calidad de los grandes vinos de Rioja. Todavía recuerdo con emoción el Marqués de Riscal 1945, uno de los mejores vinos que yo he bebido en mi vida.

Guy Guimberteau, profesor de la Universidad de Burdeos, dirigió la cata. Junto a él Paco Hurtado de Amézaga y Manolo Ruiz Hernández.

Un magnífico artículo de Juancho Asenjo en el mundovino me lo ha recordado.

Podéis leerlo aquí y os lo recomiendo pues merece la pena. Es de lo mejor que he leído en bastante tiempo.

Nuevamente los tres han dirigido la cata y a Juancho le maravilló el mismo vino que años antes nos había deslumbrado a Maribé y a mi.

Es uno de esos vinos que uno sueña probar alguna vez en su vida. No sé con exactitud que es la perfección pero este 45 se acerca a mi modelo

Juancho describe los vinos de forma amena y muy culta

Las dos botellas que probé estaban espléndidas y me recordaron al gran Cicerón en su ‘De Senectute’ cuando por boca de Catón decía: «Las armas más valiosas de la vejez son el arte y el ejercicio de las virtudes». Todas las claves del futuro y del presente están en el pasado al que, en tantas ocasiones, hay que venerar como demuestra este colosal ejemplar de 1870

Sobre el Marqués de Riscal 1945 también comenta

Es juntar en la misma terna el poderío y el dominio de Joselito El Gallo, el arte y la quietud de Juan Belmonte y el equilibrio de Rafael Ortega. Cosecha con heladas importantes que no fue considerada en su época como excepcional. Un homenaje al vino: lo tiene todo. Un monumento por el que el tiempo no ha pasado. Se muestra joven, imberbe, barbilampiño

Pero descripciones de vinos al margen hay que destacar la introducción que hace Juancho, un tratado histórico sobre la evolución del vino condensado en unas pocas líneas.

Valgan estas frases como resumen de un artículo que, de verdad, no os podéis perder

Que los vinos nunca volverán a ser como los de antes es un hecho por las diferentes técnicas de cultivo. Los años 50 del siglo XX supusieron un punto de inflexión en el cambio de concepto integral de agricultura donde se ha pasado a los cultivos intensivos con clones mucho más productivos que llevaban a producir vinos de color más abierto ahondado en su mezcla con la blanca viura y en la forma de concebir el negocio del vino con la llegada de los poderosos grupos vinícolas jerezanos a La Rioja con un sentido mucho más comercial.

También sucedió en el concepto enológico porque hasta entonces en bastantes añadas las variedades de origen francés contaron con un protagonismo que fueron perdiendo a partir de esta fecha. Los antiguos RM (Reserva Médoc como homenaje a las castas de origen galo) había un ensamblaje de diversas variedades foráneas (cabernet sauvignon, pinot noir…) y autóctonas (tempranillo, graciano, mazuelo, viura y malvasía). Éstos dieron paso al Rioja Clásico donde la tempranillo adquiriría su propio protagonismo con la compañía de otras cepas locales. Las variedades francesas tenían un ciclo vegetativo más largo con una floración temprana y una maduración tardía con unas vendimias más precoces y verdes. No había aclareos como los de hoy ni se buscaba ni, afortunadamente, se sabía que era eso de la madurez fenólica. Los clones eran mucho más productivos…

Terrazgo 2005: el potencial de Los Arribes

Acabo de probar un nuevo vino que me ha parecido realmente interesante. Se trata de Terrazgo 2005, un vino de Los Arribes del Duero.

Está elaborado con las uvas autóctonas Juan García, Rufete y, en menor medida, Bruñal. Proceden de cepas de más de 90 años, plantadas en terrazas de pizarra.

El nombre de terrazgo se utiliza en Los Arribes para definir un terreno de labranza en terrazas o bancales. Son terrazas hechas hace muchos años cuando la mano de obra era más numerosa y más barata.

La idea del proyecto del que surge este vino nace en el 2003 y esta es la segunda añada que la bodega comercializa. Tres jóvenes amigos, José Carlos, Juan Carlos y Víctor, deciden una noche entre risas y vino elaborar su propio vino. Víctor Siesto es el enólogo.

Parten de pequeños viñedos situados en diversos pueblos. El viñedo no es de su propiedad, aunque 1 hectárea la tienen controlada, pero en las uvas que compran a diversos propietarios, en total unas 2 hectáreas, intervienen de forma fundamental, tanto en la poda como en la vendimia o cualquier tratamiento.

Su viticultura es respetuosa, siguen los ciclos lunares para todas las acciones incluida la vendimia. Cada parcela se vinifica por separado, la maloláctica se ha hecho en barrica y la crianza se ha prolongado durante 12 meses en barrica de roble francés, americano y húngaro.

En nariz destacan sus tonos especiados, la mineralidad se marca en la boca, donde aparece presente la madera. Puede que la madera se marque todavía un poco más de lo que a mi me gusta pero tiene fruta para imponerse. Es mejor decantarlo, o mejor dicho jarrearlo, para que se exprese mejor.

Se han embotellado 2.480 botellas y su precio en tienda está sobre los 18 euros.

Les Sorcières 2007, la esencia del Roussillon

Languedoc- Roussillon es La Mancha francesa, la zona donde se concentra la mayor parte del viñedo. Y al igual que en la zona española en los últimos años algo está cambiando.

La crisis de la filoxera genera un cambio en el cultivo y se empezaron a plantar variedades mucho más productivas y en las tierras más ricas. A esto se añade, en 1962, la pérdida de Argelia, que hace que desaparezca el mayor proveedor de vino a granel y barato y que Languedoc-Roussillon esté dispuesto a ocupar su papel.

Tras años de vinos baratos donde la calidad no era lo importante aparecen numerosas bodegas dispuestas a disputar la batalla de la calidad.

Una de ellas es el Domaine Clos des Fées. Y de allí nos viene el vino de esta semana. Es Les Sorcières 2007.

Hervé Bizeaul su propietario fue sommelier, ganador del concurso al mejor sommelier de Francia, restaurador, periodista vinícola y gastronómico. Sus primeros vinos nacen en 1998.

Perdidas en un desierto de monte bajo y carrascal, rodeadas de muros de piedra sabiamente apilados por viticultores hace muchos años, las viñas están plantadas a azada. Imponentes robles en medio de las viñas.

Los diferentes terroirs están muy separados unos de otros y esa es para Hervé Bizeaul y su mujer, Claudine, una de las cualidades del domaine. La altitud varía entre los 350 y los 650 metros.

Les Sorcières tiene un 40% Carignan, 45% Grenache, 10% Syrah y 5% Mourvèdre. Es una selección de viejas viñas de Carignan y Grenache de 40 a 80 años plantadas en laderas arcillo calcáreas, junto con viñas jóvenes de Syrah y Mourvèdre. Se realiza una maceración prefermentativa a bajas temperaturas. La maceración dura entre 15 y 21 días, con bazuqueos suaves diarios. Una parte del vino, 15%, se cría en barricas de roble nuevas durante 6 meses, el resto del vino tiene una crianza de 8 meses en depósitos de cemento.

Intenso en el color, frutas rojas y negras muy maduras en nariz, sedoso en boca, nuevamente intenso, con taninos presentes pero bien domados. Fácil de beber y para disfrutar cómodamente ahora.

En tienda su precio ronda los 13 euros.

Le Cadet de Montirius 2005: biodinámico y asequible

El vino de esta semana nos lleva otra vez al Ródano francés, uno de los lugares donde se encuentran en mayor cantidad vinos con buena relación calidad/precio/personalidad.

Es Le Cadet de Montirius 2005, un Vin de Pays de Vaucluse elaborado por el Domaine Montirius.

Una bodega que lleva cinco generaciones en manos de la misma familia y en la actualidad está dirigida por Eric Saurel, acompañado por su mujer Christine, en la foto de abajo los dos en su bodega. El nombre de la bodega viene de la unión de los nombres de sus hijos, Monon, Justine y Marius.

Tanto el viñedo como la elaboración de los vinos siguen a rajatable los sistemas de la Biodinámica. Ya en 1980 Max Saurel, el padre de Etic, deja de utilizar algunos abonos químicos, por los efectos negativos que producen en sus suelos. Al año de incorporarse su hijo abandonan de forma definitiva todo herbicida químico y en 1990 eliminan totalmente los pesticidas químicos. En 1996 convierten todo su viñedo en biodinámico. El domaine tiene 54 hectáreas de viñedo, con 7 de las cuales se elabora este vino. Pocas bodegas, y menos con esta extensión, trabajan con tanta profundidad y convencimiento la biodinámica como ellos. Merece la pena entrar en su página y pulsar sobre la byo-dynamie.

La nueva bodega se construye en el año 2002. Para no romper el paisaje se excavó un gran hueco de unos 10 metros. La llegada de los racimos se hace en la parte alta de la bodega y después por gravedad va bajando a los depósitos de fermentación y crianza.

El cemento se impone, tanto en la construcción de la bodega como en los depósitos. Pero es un cemento que se ha fabricado con agua mezclada con fragmentos de piedra del subsuelo, para que no rompa la armonía del lugar donde está.

Mientras dura la fermentación alcohólica cuando se realizan los remontados se inyecta aire, pues Eric Saurel piensa que de esta forma los gustos de reducción desaparecen y los antocianos y los taninos se estabilizan con el aporte del oxígeno. La cantidad de aire que se inyecta depende de las características de cada depósito.

La crianza de todos los vinos se realiza en depósitos de cemento de diferentes tamaños, 50, 100 y 150 hectolitros. Los vinos pasan allí dos inviernos, de esta forma se obtiene una estabilización natural del vino y se embotella sin clarificar ni filtrar.

Las viñas con las que se ha elaborado Le Cadet de Montirius 2005 están situadas en la ribera del Ouvèze, un pequeño río que en verano se seca. Los suelos son de aluviones antiguos, situados sobre un depósito de gravas del cercano río. Hay un 50% de Grenache (Garnacha), 30% de Syrah y 20% de Cinsault.

Un vino lleno de personalidad, distinto a otros, con buena fruta y nobles notas de reducción. Está en un momento perfecto para ser bebido y su precio en tienda ronda los 9 euros.

Leflaive Mâcon-Verzé 2007: El blanco más sencillo de una bodega mítica

El vino recomendado de esta semana nos viene de la parte sur de Borgoña es el Domaine Leflaive Mâcon-Verzé 2007.

Para mucha gente el Domaine Leflaive es el mejor elaborador de vinos blancos del mundo.

Su historia viene de muy lejos. Ya en 1580 hay un Marc Le Flayve viviendo en Beaune, pero no es hasta 1717 que Claude Leflaive se instala en Puligny. Pero realmente quien funda el domaine es Joseph Leflaive. Ingeniero naval participa en el diseño y realización del primer submarino francés. Al casarse modifica su carrera y pasa a dirigir una fábrica metalúrgica y a cuidar los viñedos, cuyas uvas empezó vendiendo a los negociantes de la zona.

En la actualidad el domaine está dirigido por su nieta Anne Claude. Ella estudió enología y cuando se hace cargo de la gerencia, en 1990, decide probar las técnicas de cultivo biodinámico en una pequeña parte del viñedo.

El primer ensayo se hace sobre 1 hectárea de viñedo, repartida entre Bourgogne, Village Les Grands Champs, Premier Cru Clavoillon y Bienvenues Bâtard-Montrachet, representando únicamente un 5% del total del viñedo. Su padre, que en ese momento tenía 81 años, le dijo que era necesario continuar ese camino. Desde 1997 de las 22 hectáreas con las que cuenta el domaine hay 7 hectáreas en biodinámica y 15 en biológico.

En el año 2004 compran 9 hectáreas de viñedo en Mâcon-Verzé, siendo el sobrino de Anne Claude, Paul de Noüe, quien se encargará de la dirección.

De esas 9 hectáreas sale el Leflaive Mâcon-Verzé 2007 que hemos escogido esta semana. Es la cuarta añada en que el viñedo está trabajado de forma biodinámica.

Los vinos se vinifican en la bodega de Puligny-Montrachet. Una vez que las uvas llegan a la bodega para eliminar los fangos el mosto se decanta en cubas 1 ó 2 días, después pasan a barricas de roble de 228 litros. Allí hacen la fermentación alcohólica, que dura entre 2 y 3 meses con removidos de lías habituales, y después la maloláctica.

El primer trasiego se hace en marzo. Una vez acabada la crianza en barricas, que son en parte nuevas y en parte de 3 y 4 años, los vinos se dejan 6 meses en cubas de acero inoxidable. La crianza dura15 meses.

Un vino de un precio asequible, en tienda sobre los 23 euros, que es una buena forma de acercarse a un domaine mítico sin necesidad de romper la cartera. Elegante, preciso, mineral, grande, complejo, auténtico.