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Puede que en el vino no esté la verdad, si es que sólo existe una,pero lo que es seguro es que está el placer y juntos vamos a encontrarlo

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Garnacha Tintorera en Almansa y un Ribera del Duero que busca la elegancia

Esta semana para empezar nos vamos otra vez al Levante, en este caso a Almansa, una zona que todavía no ha explotado su potencial vinícola.

Bodegas Almanseñas nace en el año 2003 fruto de la colaboración de profesionales de la zona con un grupo de enólogos, que encabeza Pep Aguilar.

Trabajan con 60 hectáreas de viñedo, con una edad media de 30 años, situados a 900 metros de altitud.

La Huella de Adaras 2005 es el vino que hemos escogido. La variedad mayoritaria, con un 60%, es Garnacha Tintorera, acompañado de Monastrell, 30%, y repartiéndose el 10% restante varias variedades, entre las que no pueden faltar las inevitables Cabernet Sauvignon y Syrah.

La Garnacha Tintorera es una variedad curiosa y muy poco utilizada para elaborar vinos de calidad. Es de las pocas uvas que tiene la pulpa coloreada, con lo que el aporte de color es más intenso.

La Huella de Adaras 2005 ha tenido una crianza en depósitos de cemento de 12 meses.

Es un vino potente en nariz, muy expresivo, goloso en boca y con taninos bien fundidos.

Una buena manera de conocer una uva tan personal y desaprovechada como la Garnacha Tintorera. Su precio está sobre los 9 euros.

La altitud del viñedo es algo que comparte nuestro segundo vino. Los viñedos de Alonso del Yerro están en el pueblo de Roa, en el corazón de la Ribera del Duero, a más de 800 metros.

Javier Alonso dejó en el 2002 los negocios familiares, centrados en la industria farmacéutica y con bodegas en Rioja y Ribera del Duero, para, junto con su mujer, María del Yerro, formar su propia bodega.

Parten de 26,5 hectáreas de viñedos, plantadas en 1989.

Decididos a conseguir un gran vino desde el principio, consiguen como asesor a Stéphane Derenoncourt. Este bordelés asesora también a bodegas del prestigio de Canon La Gaffelière, La Mondotte o el Domaine La Soumade y es propietario del Domaine de L’A.

Desde el año 2004 trabajan también con Claude Bourguignon, uno de los mejores especialistas en terroirs del mundo.

Alonso del Yerro 2005 ha hecho la fermentación maloláctica en barrica y ha tenido una crianza posterior de 12 meses, todo en roble francés.

Todavía demasiado joven, destaca por su fruta negra madura, pero no confitada. Le falta integrar la madera pero tiene potencial de fruta para hacerlo.

No pretende ser un Ribera del Duero más y lo consigue gracias a su apuesta por la elegancia, en lugar de la concentración.

Su precio en tienda no llega a los 20 euros.