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Puede que en el vino no esté la verdad, si es que sólo existe una,pero lo que es seguro es que está el placer y juntos vamos a encontrarlo

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Les Sorcières 2007, la esencia del Roussillon

Languedoc- Roussillon es La Mancha francesa, la zona donde se concentra la mayor parte del viñedo. Y al igual que en la zona española en los últimos años algo está cambiando.

La crisis de la filoxera genera un cambio en el cultivo y se empezaron a plantar variedades mucho más productivas y en las tierras más ricas. A esto se añade, en 1962, la pérdida de Argelia, que hace que desaparezca el mayor proveedor de vino a granel y barato y que Languedoc-Roussillon esté dispuesto a ocupar su papel.

Tras años de vinos baratos donde la calidad no era lo importante aparecen numerosas bodegas dispuestas a disputar la batalla de la calidad.

Una de ellas es el Domaine Clos des Fées. Y de allí nos viene el vino de esta semana. Es Les Sorcières 2007.

Hervé Bizeaul su propietario fue sommelier, ganador del concurso al mejor sommelier de Francia, restaurador, periodista vinícola y gastronómico. Sus primeros vinos nacen en 1998.

Perdidas en un desierto de monte bajo y carrascal, rodeadas de muros de piedra sabiamente apilados por viticultores hace muchos años, las viñas están plantadas a azada. Imponentes robles en medio de las viñas.

Los diferentes terroirs están muy separados unos de otros y esa es para Hervé Bizeaul y su mujer, Claudine, una de las cualidades del domaine. La altitud varía entre los 350 y los 650 metros.

Les Sorcières tiene un 40% Carignan, 45% Grenache, 10% Syrah y 5% Mourvèdre. Es una selección de viejas viñas de Carignan y Grenache de 40 a 80 años plantadas en laderas arcillo calcáreas, junto con viñas jóvenes de Syrah y Mourvèdre. Se realiza una maceración prefermentativa a bajas temperaturas. La maceración dura entre 15 y 21 días, con bazuqueos suaves diarios. Una parte del vino, 15%, se cría en barricas de roble nuevas durante 6 meses, el resto del vino tiene una crianza de 8 meses en depósitos de cemento.

Intenso en el color, frutas rojas y negras muy maduras en nariz, sedoso en boca, nuevamente intenso, con taninos presentes pero bien domados. Fácil de beber y para disfrutar cómodamente ahora.

En tienda su precio ronda los 13 euros.

Los 25 más influyentes: Ramón Castaño

La Monastrell es una de nuestras uvas más significativas. Conocida en el mundo como Mourvèdre, casi todos piensan que es de origen francés. El nombre de Mourvèdre viene de Morvedre, antiguo nombre de Sagunto.

Durante años ha sido una variedad no muy valorada, elaborada a granel y destinada a la mezcla con otras para aportarle color y grado. Pero es la segunda variedad más plantada en España después de la Garnacha.

De España sale en los siglos XVI y XVII hasta la Provenza francesa, donde llega a ser la variedad mayoritaria, aunque hoy su cultivo se haya vista muy reducido, excepto en Bandol.

Es precisamente en Bandol donde adquiere fama y reconocimiento mundial. Pero es una fama reciente y se debe en gran parte al gran Lucien Peyraud que, tras casarse con Lucie Tempier, se hace cargo del Domaine Tempier y se enamora de esta variedad y empieza a criarla en roble.

También en el Ródano francés empezaba a utilizarse la Monastrell, a veces sola pero casi siempre mezclada con Garnacha. Mientras en España seguía siendo utilizada para los graneles.

Pero la familia Castaño, con Ramón Castaño Santa a la cabeza, construye su bodega en Yecla en 1985 y decide apostar fuerte por la Monastrell como eje de todos sus vinos.

Los inicios no fueron fáciles y sus vinos empezaron vendiéndose prácticamente sólo en el extranjero. Pero poco a poco, y gracias a sus grandes esfuerzos, el mercado nacional empezó a conocer sus vinos y empezó a disfrutarlos.

Hoy su labor la continúan sus hijos, Ramón, Juan Pedro y Daniel. Tienen unas 500 hectáreas de viñedo, de las que más de 300 son de Monastrell. Gracias a ellos Yecla está en el mapa vinícola mundial y gracias a ellos, y a otros que les siguieron, la Monastrell española también.

Un Riesling Kabinett del Mosela y un Monastrell Pie Franco de Jumilla

Este verano estuve visitando la Mosela y fue uno de mis mejores viajes vitícolas. Una de las cosas que más me sorprendió fue la enorme capacidad de algunos vinos, que nosotros consideramos dulces, para acoplarse a la perfección a la cocina de los guisos y las carnes.

Hasta ese momento había comido muy bien con los blancos secos y también con los dulces, pero no había experimentado tanto con los Kabinett, los Spätlese o con los Aulese viejos.

El vino que hoy recomiendo es uno de los que más agradablemente me sorprendió en ese viaje, por su frescura, su mineralidad, su contenido dulzor y su buena acidez. Es el Abtsberg Riesling Kabinett 2007 de la bodega Maximin Grünhaus – Schubert’sche Gutsverwaltung. Merece la pena pinchar en el enlace para ver una bonita colección de fotos.

Maximin Grünhaus es una bodega que durante siglos perteneció a la abadía de San Maximin y fue su primer propietario laico, Friedrich Freicher, en 1810, quien vendió las primeras botellas de vino.

El precioso edificio de la bodega se construyó en el año 996 y pertenece a la familia Carl Friedrich von Schubert desde 1882. Tienen 31 hectáreas de viñedo.

Este Kabinett procede el pago de Abtsberg, el pago del abad, una finca de 8 hectáreas, en las que la viña ha estado siempre plantada desde hace más de 1.000 años. Los suelos son de pizarra azul desmoronada y la pendiente alcanza en algunos sitios el 70%.

La cosecha 2007 es de excepcional calidad y estuvo marcada por uno de los desarrollos vegetativos más largos de la historia.

Un vino con apenas 8,5 grado de alcohol, una acidez de 8,4 gramos y 59 gramos de azúcar residual. Una mezcla espectacular para un vino con el que es imposible no disfrutar. Su precio en tienda es de unos 22 euros.

El segundo vino nos lleva casi al otro extremo. Nos vamos a Jumilla y para hacerlo escogemos un Casa Castillo Pie Franco 2005.

Elaborado sólo con Monastrell, procedente de la finca La Solana y de cepas plantadas a pie franco, sin injertar, en el año 1941. Una joya de baja producción, apenas 600 kilos por hectárea, de la que José María Vicente saca un buen rendimiento.

Despalillado si estrujar, encubado en lagares subterráneos, hace la maloláctica en barricas de roble francés nuevo en las que después continúa su crianza durante 18 meses.

Un vino poderoso, con 14,5 grados, de taninos densos pero integrados, con la madera muy marcada pero con buena fruta, roja y negra. Personalmente creo que con menos madera estaría mejor, pero la fruta es tan poderosa que acaba venciendo. Su precio está sobre los 28 euros.

El Fondillón, la leyenda del vino alicantino

El vino histórico más olvidado es el Fondillon. Equiparado históricamente a vinos como el Jerez o el Oporto, estuvo a punto de desaparecer.

Se puede decir que desde principios del siglo XX hasta la década de las 50 el vino llegó a estar desaparecido. Cuenta el enópata Juan Ferrer

En 1954 se encontró en la partida de Caseta Nova, cerca de Castalla, un tonel lleno de Fondillón perteneciente a don Juan Maissonave que don Eleuterio Llorca, familiar de los Poveda, descubrió. Salvador Poveda fue quien lo restauró recuperando el mítico vino alicantino a partir de la madre de aquel tonel olvidado

Su historia venía de lejos y su prestigio sorprendería ahora. Cuenta Francisco Martínez, cocinero de Felipe II, en su Conduchos de Navidad, que cuando el rey recibió a una embajada japonesa

Entre todos los vinos generosos questa tierra produce, se encuentra en primer lugar, éste, que tiene nombre propio: Fondillón, el vino dulce, añejo, de la Huerta de Alicante. La fama de que goza es tanta, que en probándolo han pronunciado los Señores Príncipes: -¡¡Pero si este es el famosísimo «Vino de Alicante» que tanto renombre tiene en diversos países!!

El viajero inglés Joseph Townsend describía en el siglo XVII la elaboración del vino

Recogen la uva, separan los granos del racimo y lo extienden sobre cañizos de mimbre bastante elevados; los dejan allí durante quince días, sometidos a la influencia del sol y el viento, para evaporar la humedad superflua, después de lo cual lo prensan… Una vez prensadas, cae con la piel en la cuba donde sufre la fermentación para colorear el vino, que sustraen a continuación para ponerlo en los toneles

Un sistema que de forma similar sigue utilizando Salvador Poveda. Según el Consejo Regulador de Alicante la crianza del Fondillon, elaborado con la uva Monastrell, debe durar como mínimo 10 años.

Un vino único, excepcional, intenso, dulce y con grado alcohólico alto. Se que es difícil pero merece la pena probarlo.

Y si antes hemos mencionado a Eleuterio LLorca, acabaremos con uno de sus Consejos para catar el Fondillón

«… Levanta la copa hacia la luz del cielo

admira su color. ¡qué maravilla!

y póstrate de hinojos al suelo

¡que este vino hay que beberlo de rodillas

Un tinto de Monastrell y un blanco espectacular los vinos de esta semana

Como no sólo de zonas famosas bebe el hombre, para esta semana recomendamos un vino de Yecla, Dominio de Espinal 2005.

Yecla es la única denominación de origen española que abarca un sólo pueblo, el que le da el nombre. Situada en la parte norte de Murcia, los orígenes de su viñedo se remontan al siglo I antes de Cristo. Su clima es de tipo continental seco, con veranos cálidos en los que se pueden alcanzar temperaturas de 39º C, mientras que los inviernos son bastante crudos: en los peores días, la temperatura puede llegar a los -10º C. Las lluvias son escasas y se dan en forma de aguaceros y tormentas. Las horas de sol superan las 3.000 al año. La pobreza de sus suelos y un clima tan extremo dan lugar a vinos de marcada personalidad.

Por si fuera poco este es uno de los reinos de la Monastrell, olvidada durante años y que ahora vive un espectacular resurgir.

Pero Yecla no sería nada sin la labor de la familia Castaño, los únicos que durante años creyeron es la capacidad de la zona para hacer grandes vinos y que lucharon solos contra vientos y molinos.

Los Castaño tienen unas 400 hectáreas de viñedo, de las que 116 están en la finca El Espinal, en la zona suroeste de Yecla, una zona de terrenos arcillosos. De esta finca proceden las uvas con las que se elabora Dominio de Espinal 2005. La Monastrell es mayoritaria con un 90% y se completa con Syrah.

Un vino sin gran carga alcohólica para la zona de la que procede, suave, fino, fácil de beber. Acompaña una comida suave, sin mezclas de alimentos ni tonos especiados o picantes. Una forma de acercarse a una variedad todavía muy desconocida, pero que merece la pena descubrir. Su precio ronda los 4 euros y es difícil dar más por menos.

El otro día hablábamos de Can Ràfols dels Caus y hoy vamos a recomendar uno de sus vinos, el blanco Vinya El Rocallís 2003.

Procede de una viña plantada en 1988 con Incroccio Manzoni, un cruce de Riesling y Pinot Bianco creado por el profesor italiano Luigi Manzoni, del que hay muy pocas hectáreas en todo el mundo.

La viña hace honor a su nombre, el roquedal, y está lleno de piedras. Suelo arcilloso calcáreo y poco profundo.

Un blanco diferente, con marcada mineralidad, sabroso, concentrado, con buena acidez y un final almendrado. Su nariz es seca, con notas de flores blancas.

No debe beberse demasiado frío para apreciar su gran cantidad de matices y yo aconsejo decantarlo una hora antes de beberlo. Válido como aperitivo, encaja perfectamente con pescados, carnes blancas y quesos no picantes. Su precio está sobre los 27 euros.

Uno de los mejores vinos blancos españoles.