Descorche Descorche

Puede que en el vino no esté la verdad, si es que sólo existe una,pero lo que es seguro es que está el placer y juntos vamos a encontrarlo

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Un Mencía de El Bierzo y un Garnacha del Ródano

De Raúl Pérez hemos hablado ya en varias ocasiones. El primer vino que voy a recomendar esta semana es suyo.

Estaba el otro día comiendo, muy bien por cierto, en La Cantamora y acompañamos la comida con el Ultreia Saint Jacques 2007, que mezcló a la perfección con el arroz que nos tomamos.

Es el último, de momento, proyecto personal de Raúl Pérez y nace, como él, en El Bierzo.

El nombre de Ultreia es por el saludo que se daban los peregrinos del Camino de Santiago cuando se encontraban, significa más o menos sigue adelante, no te pares. Parece que esta frase refleja bien el espíritu de Raúl.

El Ultreia Saint Jacques es el vino más sencillo del proyecto. Por encima tiene al Ultreia Valtuille.

Las uvas para el vino de hoy proceden de la de Valtuille y son una selección de cepas viejas de Mencía. Ellas lo ponen todo y Raúl les deja que se expresen lo más libremente posible. Ese es su gran mérito, saber apartarse para dejar que el terroir fluya.

Un vino agradable, frutoso, complejo y a un precio casi imbatible, en una tienda sale por menos de 7 euros.

El segundo vino procede el Ródano francés, posiblemente la zona de Francia donde se hacen los mejores vinos en relación calidad/precios.

Es Les Aphillanthes L’Ancestrale du Puits Cairanne 2004. Cairanne es uno de los pueblos que puede añadir su nombre al de Côtes de Rhône Villages.

Viticultor de vocación, de familia de viticultores desde siempre y con su padre todavía trabajando las viñas, Daniel Boulle, y su mujer Hélène, deciden en 1999 comercializar sus vinos bajo el nombre de Les Aphillanthes.

La bodega está en el pueblo de Travaillan y tiene 37 hectáreas de viñedo, con predominio de Grenache, con una edad media de 45 años, pero también hay Syrah, con una media de 35 años, Mourvèdre, viejas cepas de Carignan, y muy poco de Cournoise, Cinsault y Clairette.

Los suelos son arcillo calcáreos, recubiertos de cantos rodados, no muy grandes pero muy numerosos, que filtran el agua casi sin retenerla, obligando a las raíces a profundizar en busca de alimento. Las viñas se trabajan de forma biodinámica desde 2002.

La vendimia es manual y hay una mesa de selección en la propia viña. Se vinifica en cubas abiertas de cemento, con remontados todos los días. Hay una maceración previa en frío. Hasta que la temperatura sube se hacen dos bazuqueos diarios y después se continúan haciendo pero no todos los días.

Les Aphillanthes L’Ancestrale du Puits Cairanne 2004 se elabora con un 90% de Grenache (Garnacha), plantada en 1902, y un 10% de Mourvèdre (Monastrell).

Es una Garnacha intensa, poderosa y a la vez fina. Uno de esos vinos que hace que adore esta variedad.

Su precio en tienda en está sobre los 23 euros.

La Mencía del Bierzo

Me piden en dos comentarios anteriores que diga algo sobre el Bierzo y con mucho gusto voy a hacerlo, pues uno de los objetivos de este blog es poder entablar una relación directa con quien lo lee.

Aunque mi apellido es originario de El Bierzo mi relación con esta zona no es muy directa.

Para nadie es un secreto que Bierzo es una de las denominaciones de origen más pujante de España en los últimos años. Su secreto está en la uva Mencía, una uva que se emparenta con la Cabernet Franc del Loira, una uva única de esta zona del noroeste español.

Su gran problema son los protocolos que se aplican para elaborar esta variedad, sensible, delicada y fresca. En numerosas ocasiones se elabora como si fuese Merlot o Tempranillo. Se busca la sobre maduración, se le extrae a tope y se cría en barricas de madera nuevas con tostados intensos. Al final el vino parece, otra vez, de cualquier sitio y la gran capacidad de expresar su suelo que tiene la Mencía desaparece.

Por otro lado, habría que distinguir dos bierzos diferentes. La parte de Corullón y Villafranca y la parte de Bembibre.

La primera es un conjunto de pequeños valles y las cepas están en laderas y pendientes, mientras la segunda, el bajo Bierzo, es una zona más amplia y llana. Los suelos de la montaña tienen más pizarra, mientras en el valle de abajo son más aluviales.

Dos zonas diferentes y yo me inclino más por la primera. Aunque me gustan también mucho los vinos de Valtuille, con sus laderas en las que se manifiesta de verdad la autentica Mencía.

En el cambio del Bierzo hay nombres que no conviene olvidar: Amancio Fernández, Jorge Peique, Ricardo Palacios y su tío Álvaro y Raúl Pérez.

Dos ejemplos del estilo de vino que a mi gusta en el Bierzo son Pétalos del Bierzo, de Ricardo Palacios, y Ultreia Saint-Jacques de Raúl Pérez.

Vinos, además, que por su precio son asequibles a todos, pues el Ultreia Saint-Jacques no llega a 7 euros y Pétalos del Bierzo está sobre los 15.

El estilo de vinos que me gusta

Tendría que haber sido el primer tema pero lo ha ido dejando por lo complejo de la explicación. Y es que definir que tipo de vino es el que más me gusta es complicado. Empezaré por definir lo que no me gusta y de la negación saldrá algo positivo.

No me gustan los vinos elaborado con uvas sobremaduradas, aquellos en los que la fruta se expresa confitada.

No me gustan los vinos con sobre extracción. No me gusta que la madera se note en el vino, ni aunque esté enmascarada por los toques de torrefacto que aporta un buen, y excesivo, tostado de las barricas.

No me gustan los taninos secos, ni que haya gente, incluida especialistas, que digan que con el paso del tiempo se van a limar: un tanino seco es seco hasta que el vino muere.

Resultado de todo esto no me gustan los vinos concentrados y pastosos, de entrada rotunda y que se mueren a mitad de la boca.

No me gusta que los vinos de una zona sean tan iguales a los de otra, que las técnicas de elaboración se impongan hasta el punto de que es imposible saber la procedencia de los vinos, el lugar donde han nacido las uvas.

Algunos amigos cuando les cuento esto me dicen que acabo de eliminar a la mayor parte de los vinos top que se elaboran en España y es posible que sea así, pero la moda de la concentración, la búsqueda del estilo que supuestamente gusta a Parker no me interesa. Este tipo de vino me aburre.

Me gustan los vinos en los que el hombre interviene poco en la elaboración, aunque haya trabajado a fondo el viñedo.

Mi trabajo acaba cuando la uva llega a la bodega

decía el gran Denis Mortet, del que otro día hablaré más.

Me gustan los vinos que expresan su terroir, que son diferentes, únicos, aunque tengan defectos. Me gustan los vinos frescos, con acidez y buena fruta.

Adoro Borgoña, me gustan los buenos mencías leoneses o gallegos, la expresión elegante del Duero, el equilibrio y la finura de los buenos riojas, la Cabernet Franc y la Chenin Blanc del Loira, el Riesling de Alemania, la Grüner Veltliner austriaca, los grandes y olvidados vinos de Jerez, la frescura del moscatel de la Axarquía de Málaga, la intensidad auténtica de los buenos douros, la cariñena del Priorat, el Champagne de los buenos viticultores, la sutileza de una bodega del Penedès como Can Ràfols, los viejos oportos, las garnachas llenas de sutileza procedentes de viejas cepas…

De esos vinos voy a ir hablando en este blog para que juntos podamos disfrutarlos.

Dos nuevos 100 de Parker, sin Parker

Dos nuevos vinos españoles alcanzan la puntuación de 100 en la revista de Robert Parker The Wine Advocate. Son el vino riojano Contador 2005 de Benjamín Romeo y el del Priorat Clos Erasmus 2005.

No es Parker mi pasión personal y normalmente su gusto y el mío no van parejos, pero no dejo de reconocer que cuando él da una alta puntuación a los vinos que más conoce, como es el caso de Burdeos, suele acertar. Puede que olvide otros estilos, que a mi me atraen más, pero un 100 suyo, la máxima nota que otorga, es sinónimo de calidad.

Los vinos españoles hace tiempo que dejó de catarlos personalmente y en su lugar lo hace su colaborador Jay Miller. Y, aunque a nuestro mercado exterior le venga bien, parece que el señor Miller ha decidido ser más generoso con las puntuaciones.

Ningún 100 de Parker en la historia y en la primera cata de Miller cinco vinos alcanzan esa puntuación: Clos Erasmus, Pingus, Termanthia, Contador y Viña El Pisón. Los cinco de la añada 2004. Y ahora nuevamente otros dos vinos alcanzan el 100. Llevamos siete 100 de Miller en dos años. Insisto comercialmente para España muy bien.

Estos son los 23 mejores vinos españoles para The Wine Advocate.

Con 100 puntos sólo dos vinos: Contador 2005 y Clos Erasmus 2005

Con 99 puntos aparecen 4 vinos: Pérez Barquero PX 1905, Pingus 2005, que en esta añada se queda a un punto de la gloria, Vega Sicilia Único Reserva Especial y Espectacle 2004, un vino del Monsant que elaboran juntos René Barbier, Fernando Zamora y el importador americano Christopher Cannan.

16 vinos son puntuados con 98. Vega Sicilia Único 1998, Raúl Pérez Ultreia de Valtuille 2005, Raúl Pérez El Pecado 2005, L’Ermita 2005, Aro de Muga 2004, El Nido 2005, Nit de Nin 2005, Mas Doix Costers de Vinyes Velles 2005, Malleolus de Sancho Martín 2005, Villacreces Nebro 2005, Aurus 2005, Emilio Hidalgo Pedro Ximénez Santa Ana, Pérez Barquero Amontillado, La Viña de Andrés Romeo 2005, Aalto PS 2005, Clos Mogador 2005, Mas d’en Compte Planots 2005

Los blancos obtienen peores notas, siendo el más puntuado con 96, Françesc Sánchez con su Bas Blanc de Monsalvat 2006, una mezcla de Macabeu y Trepat Blanc, para mi desconocida.

Le siguen con 95 el Clos d’Agon 2006 y con 93 hay seis vinos: dos Penedès, El Rocallís 2002 de Can Ràfols dels Caus y el Xarel.lo de Nun Vinyas dels Taus 2006, y cuatro albariños, el Pazo de Señorans Selección de Añada 2003 , Leirana Barrica 2006, A Trabe 2006 y Sketch 2006, estos tres últimos elaborados también por Raúl Pérez.

Las calificaciones de vinos a mi siempre me han parecido discutibles y no me gusta puntuar las emociones, pero es evidente su reflejo y su influencia en el mercado y por eso las pongo aquí.