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¿Cuál es la diferencia entre bruto y neto?

A través de mi perfil @yaestaellistoquetodolosabe2 en la red social Instagram me preguntan cuál es la diferencia entre bruto y neto a la hora de cobrar una cantidad de dinero.

¿Cuál es la diferencia entre bruto y neto?

La diferencia entre bruto y neto se refiere a la cantidad de dinero antes y después de deducir impuestos, contribuciones u otros descuentos.

El ingreso bruto se refiere a la cantidad total de dinero que una persona recibe antes de deducir cualquier tipo de impuesto o contribución. Por ejemplo, si un trabajador gana un salario bruto de 1000 euros al mes, eso significa que ese es el monto total que recibe antes de cualquier deducción.

Por otro lado, el ingreso neto es la cantidad de dinero que una persona recibe después de aplicarle las correspondientes deducciones. Por lo tanto, si el trabajador del ejemplo anterior tiene una deducción de impuestos y contribuciones de 200 euros, su salario neto sería de 800€.

En la nómina de un trabajador el salario bruto es el que aparece como la cantidad total que se le paga antes de que se le deduzca cualquier cantidad y la cantidad de dinero que realmente recibe el trabajador después de las deducciones se llama salario neto. Los impuestos sobre la renta (IRPF), la seguridad social o cuotas a mutualidades de un seguro privado de salud (entre otros), son deducidos del salario bruto y se le ingresa (paga) el salario neto.

 

 

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¿Cuál es el origen del término ‘emolumento’?

¿Cuál es el origen del término ‘emolumento’?

El término ‘emolumento’ es uno de los muchos sinónimos que sirven para referirse a la remuneración que se percibe tras desempeñar un trabajo, entre las que encontramos ‘sueldo’, ‘salario’, ‘jornal’ o ‘estipendio’.

Muchos son quienes creen que ‘emolumento’ es, quizá, una forma culta para referirse al acto de cobrar por un trabajo ―posiblemente por lo rimbombante del vocablo―, pero, curiosamente, su origen etimológico nos lleva al latín emolumentum, que era la forma de denominar la retribución o las ganancias que percibía un molinero.

De hecho, la palabra comparte raíz etimológica con molino, moler o molinero.

 

 

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‘Inmune’, ‘municipio’ y ‘remunerar’, tres términos que provienen de la misma raíz etimológica

Quienes sois asiduos lectores de este blog, sabéis mi especial predilección hacia las etimologías y cómo voy publicando de vez en cuando algunas entradas en las que explico el curioso origen y vínculo que existe entre algunas palabras que aparentemente no tienen nada que ver entre sí pero que provienen de una misma raíz etimológica. En esta ocasión os voy a hablar de los términos ‘inmune’, ‘municipio’ y ‘remunerar’.

‘Inmune’, ‘municipio’ y ‘remunerar’, tres términos que provienen de la misma raíz etimológica

La ‘remuneración’ o ‘remunerar’ hacen referencia al acto de pagar, gratificar o recompensar a alguien normalmente por un servicio que ha prestado, siendo sinónimo de términos como ‘paga’, ‘sueldo’, ‘salario’, ‘jornal’

Un ‘municipio’ es un territorio o división administrativa, de otro más grande, y en el que se gestiona o gobierna a través de unos representantes (alcalde, regidores y concejales) que han sido escogidos entre sus habitantes.

El término ‘inmune’ se utiliza para señalar a quien queda exento de ciertas obligaciones o castigos gracias a los privilegios que le otorgan su cargo o rango (por ejemplo, la ‘inmunidad parlamentaria’).

Etimológicamente, estos tres términos provienen del vocablo latino ‘munus’/’muneris’ el cual hacía referencia a un cargo u oficio que desempeñaba alguien que trabajaba para la comunidad.

Por un lado dio ‘remunerāre’, el cual se formó con el prefijo ‘re-’ (en este caso para hacer referencia a ‘intensidad’) dando como resultado el término ‘remunerar’ para indicar el salario que cobraban aquellos representantes de la comunidad (munus) por la labor que desempeñaban.

El término ‘munus’ junto al verbo latino ‘capere’ (tomar, coger) dio lugar al vocablo ‘municipium’ (municipio), para hacer referencia al conjunto de representantes de un territorio.

Por último, la formación del vocablo ‘inmune’ proviene de la unión del prefijo ‘in-‘ (negación) junto al mencionado ‘munus’ y, originalmente, hacía únicamente referencia a aquellos ciudadanos de un territorio (municipio) que estaban libres del pago de tributos, realizar el servicio militar o de cualquier deber de carácter oficial. Con el tiempo también se utilizó el término para referenciar a los representantes de servicios públicos que quedaban exentos de ciertas obligaciones (incluso judiciales).

Quizás estás pensando que el término ‘inmune’ también es utilizado (sobre todo en los últimos tiempos) para hacer referencia a un ser vivo (persona o grupo, animal o planta) que no es atacable por ciertas enfermedades, que no se contagia y que está protegido frente a estas. Pero en este caso, nos encontramos frente a un ejemplo de palabra homófona (que suena igual que otra, pero que tiene distinto significado), debido a que esta proviene del vocablo latino ‘munire’, cuyo significado es ‘reforzar, fortificar’) y fue acuñada para tal uso por Louis Pasteur en el último cuarto del siglo XIX.

 

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¿Cuál es el origen de llamar ‘estipendio’ a una paga o remuneración?

El término ‘estipendio’ es uno de los muchos sinónimos que existen para hacer referencia a una paga o sueldo, siendo, posiblemente, una de las formas más antiguas para referirse a la retribución percibida por un trabajo.

¿Cuál es el origen de llamar ‘estipendio’ a una paga o remuneración?Proviene del latín stipendium, formado por ‘stips’ (moneda) y ‘pendo’ (pagar)  y hacía referencia, originalmente, a la remuneración recibida por los soldados.

Curiosamente, el término estipendio también pasó a designar cierto impuesto que se pagaba al Estado y, también, durante la Edad Media, a la tasa que cobraban los sacerdotes por oficiar alguna misa por encargo (oficiar una boda, bautizo, dar la extremaunción…).

 

 

Lee y descubre el curioso origen, historia y etimología de infinidad de palabras y palabros

 

 

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¿Por qué el término salario es sinónimo de sueldo?

Hay numerosos términos para referirse a la retribución que percibe una persona en concepto de pago por un trabajo realizado: sueldo, jornal, paga, remuneración, mensualidad, emolumento, nomina, estipendio, haberes, honorarios o salario.

¿Por qué el término salario es sinónimo de sueldo? El término salario tiene su origen en la Antigua Roma y más concretamente de la ‘Vía Salaria’, un camino (calzada) que partía desde Roma hacia la población de Castrum Truentinum, a orillas del Mar Adriático. Dicho camino recibía este nombre debido a que era la ruta por la que se llevaba los cargamentos de sal.

Tanto a los soldados encargados de custodiar dicha Vía Salaria, como a los trabajadores  que la trasportaban, se les pagaba con sal, y de ahí que la retribución que percibían recibiese el nombre de ‘salarium’, el cual derivó al castellanizado salario.

Cabe destacar que la sal, por aquellos tiempos, era considerada como el oro blanco’, gracias al  gran valor y utilidad que se le daba: con la sal se conservaban los alimentos (debido a que no existían los frigoríficos y por tanto los alimentos se estropeaban antes). También era un perfecto antiséptico con el que curar las heridas.

Una importante parte de la economía, tratos y negocios de la época se basaba en el trueque, y con la sal recibida como sueldo, se podía ir al mercado y pagar la compra de alimentos, ropas…

Por cierto, el término ‘sueldo’ proviene de la palabra latina ‘solĭdus’, una antigua moneda de oro que comúnmente valía 25 denarios.

 

 

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Un buen puñado de términos y expresiones que utilizamos diariamente y provienen del latín

Del “Carpe Diem” al salario, pasando por el “ciao”. Más de dos mil años de latinajos

Es obvio que nuestro idioma proviene del latín  y que la influencia de éste en nuestra forma de hablar es poderosa (evidentemente, sin olvidarnos de la gran presencia y riqueza aportada por otras lenguas, pueblos y culturas anteriores y posteriores a la llegada de los romanos a la Península Ibérica en el siglo III a.C.).

Pero este post, lejos de ser un estudio sociológico sobre la lengua, su uso y desusos, está escrito con la intención de repasar un puñado de términos y expresiones que hemos heredado directamente del latín y cómo las hemos adaptado a nuestro lenguaje coloquial. Aprovecharé para hablar sobre su origen etimológico, quizás para muchas personas desconocido, y de unas cuantas curiosidades sobre las mismas.

La famosísima expresión ‘Carpe Diem’, tan utilizada de forma optimista para sacar el mejor provecho del día, es un claro ejemplo de la popularización y uso de frases directamente en latín. Su origen la encontramos en una de las Odas (I, 11) escritas por el poeta romano Horacio en el siglo I a.C. ‘Carpe diem, quam minimum credula postero’ y con ella nos anima a aprovechar el momento, agarrar el día y sacar el mejor provecho de él, sin tener que esperar al día de mañana, que muy posiblemente no nos traiga lo mismo.

Del “Carpe Diem” al salario, pasando por el “ciao”. Más de dos mil años de latinajosOtra de esas expresiones recibidas directamente de los antiguos romanos es el conocido ‘Veni, vidi, vici’ (Llegué, vi, vencí), pronunciada por Julio Cesar tras la batalla de Zela o el ‘Alea jacta est’ (La suerte está echada), también de César, tal y como dejó escrito el historiador Suetonio.

Pero estos tres claros ejemplos de expresiones también pueden aplicarse a términos que utilizamos de forma cotidiana y que hemos adaptado a nuestro propio lenguaje, como puede ser la palabra ‘ciao’que utilizan comúnmente los italianos para saludar y que muchos de nosotros hemos adoptado en la forma de ‘chao’.

Es curioso ver como este ‘ciao/chao’ se utiliza para decir un ‘hola’ o ‘adiós’ (en España sobre todo para despedirse), cuando en realidad su origen etimológico es muy diferente.  Tal y como lo conocemos actualmente proviene del latín medieval (en su uso como lengua litúrgica o de enseñanza), que la recibió del dialecto véneto y este a su vez del latín vulgar, como la gran parte de las lenguas romances. Originalmente se escribía ‘s’ciavo’ y su significado era directamente ‘esclavo’, siendo utilizado por éstos a modo de saludo ante su señor para indicarle ‘servidor de usted’ o ‘a su servicio’.

Los nombres y/o apellidos de personajes ilustres también han dado paso a términos de uso cotidiano, como es el caso de Cayo Cilnio Mecenas, consejero político de César Augusto, un noble romano poseedor de una gran riqueza conocido por ser un ferviente impulsor de jóvenes talentos dedicados a escribir poesía. Acogió en su villa de Tívoli, entre otros, a poetas tan insignes como Horacio y Virgilio, proporcionándoles todo aquello que necesitaron para prosperar en sus respectivas carreras como poetas. A partir de entonces, a aquellas personas que patrocinan desinteresadamente a quienes se dedican a alguna disciplina artística se les llama ‘mecenas’.

En el mundo de la pareja también podemos encontrarnos con unas cuantas curiosas etimologías, como la que se le da a la palabra esposo/a y que proviene del latín ‘sponsus’, utilizado para referirse a aquellos que asumían un compromiso. Cabe destacar que sponsus, a su vez, provenía del griego ‘spendo’, cuyo significado era ‘hacer un acuerdo’ o ‘firmar un contrato’, que era lo que hacían el marido y la mujer cuando se casaban. Lee el resto de la entrada »