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¿De dónde surge la expresión ‘Buscar a María por Rávena’?

En mi afán de buscar y recuperar lo que se conoce como ‘expresiones viejunas’, añado a mi lista la locución ‘Buscar a María por Rávena’, la cual se utilizaba antiguamente para designar el acto de realizar una búsqueda que puede ser muy dificultosa o casi imposible de lograr (algo así como ‘buscar una aguja en un pajar’).

¿De dónde surge la expresión ‘Buscar a María por Rávena’?

Curiosamente esta expresión surge de un error de traducción, ya que esta no debería de ser ‘Buscar a María por Rávena’ sino ‘Buscar el mar en Rávena’.

Originalmente la locución surgió en latín en la forma ‘Ravennae maria quaerere’, que significaba literalmente ‘Buscar el mar en Rávena’, ya que el ‘maria’ al que hace referencia no es el nombre de mujer sino una de las muchas denominaciones que existían antiguamente para referirse al mar.

La población de Rávena se encuentra en noreste de Italia y está separada del mar Adriático varios kilómetros, aunque en la Edad Media tuvo un importante tránsito marítimo gracias al acceso fluvial a través del río Candiano (desde el siglo XVIII gracias al canal Corsini).

A pesar de no tener un acceso directo al mar, Rávena llegó a convertirse en uno de los principales puertos comerciales de su época auspiciado por la Serenísima República de Venecia. Una serie de inundaciones, a finales del siglo XVI, provocaron que se limitara aquel paso fluvial hacia el mar, surgiendo la mencionada locución ‘Ravennae maria quaerere’.

Una mala interpretación llevó a confundir el término mar con el nombre María, cambiándolo en la traducción.

Cabe destacar que en ‘El Quijote’ aparece esta expresión (pronunciada por Sancho Panza) con un pequeño cambio y de la siguiente manera: […] Y más, que así será buscar a Dulcinea por el Toboso como a Marica por Rávena, o al bachiller en Salamanca […], pero cabe destacar que la ‘Marica’ a la que hace alusión no es la forma despectiva usada para referirse a un hombre afeminado u homosexual, sino que es el diminutivo del nombre ‘María’ que se utilizaba en aquella época para llamar de ese modo y de una manera familiar a muchas mujeres.

 

 

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¿Por qué el término salario es sinónimo de sueldo?

Hay numerosos términos para referirse a la retribución que percibe una persona en concepto de pago por un trabajo realizado: sueldo, jornal, paga, remuneración, mensualidad, emolumento, nomina, estipendio, haberes, honorarios o salario.

¿Por qué el término salario es sinónimo de sueldo? El término salario tiene su origen en la Antigua Roma y más concretamente de la ‘Vía Salaria’, un camino (calzada) que partía desde Roma hacia la población de Castrum Truentinum, a orillas del Mar Adriático. Dicho camino recibía este nombre debido a que era la ruta por la que se llevaba los cargamentos de sal.

Tanto a los soldados encargados de custodiar dicha Vía Salaria, como a los trabajadores  que la trasportaban, se les pagaba con sal, y de ahí que la retribución que percibían recibiese el nombre de ‘salarium’, el cual derivó al castellanizado salario.

Cabe destacar que la sal, por aquellos tiempos, era considerada como el oro blanco’, gracias al  gran valor y utilidad que se le daba: con la sal se conservaban los alimentos (debido a que no existían los frigoríficos y por tanto los alimentos se estropeaban antes). También era un perfecto antiséptico con el que curar las heridas.

Una importante parte de la economía, tratos y negocios de la época se basaba en el trueque, y con la sal recibida como sueldo, se podía ir al mercado y pagar la compra de alimentos, ropas…

Por cierto, el término ‘sueldo’ proviene de la palabra latina ‘solĭdus’, una antigua moneda de oro que comúnmente valía 25 denarios.

 

 

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Montenegro y el curioso origen de su topónimo (que no proviene del castellano)

Montenegro y el curioso origen de su topónimo (que no proviene del castellano)A finales de la década de 1990, tras el conflicto militar de los Balcanes, el mapa del sureste de Europa cambió de repente con la aparición de una serie de nuevos países tras la desintegración de Yugoslavia (ya se habían producido cambios importantes tan solo unos pocos años antes tras la disolución de la URSS).

Tras la Guerra de los Balcanes una serie de nombre de países (que no eran nuevos, pero que habían estado integrados en Yugoslavia durante medio siglo) comenzaron a hacerse habituales de escuchar: Eslovenia, Macedonia, Bosnia-Herzegovina, Croacia, Serbia y Montenegro.

Lo curioso es que los topónimos de todas esas naciones es sus respectivos idiomas se pronuncias de otro modo y sin embargo, a nivel internacional la de Montenegro suena tal cual.

Esto ha llevado a muchas personas a creer que el topónimo de ese país a orillas del mar Adriático proviene del castellano y alguna supuesta presencia española por la zona durante la Historia.

Pero en realidad quien tuvo una destacada presencia en toda la región balcánica fue la Serenísima República de Venecia, uno de los más prósperos Estados del continente europeo, quienes a partir del siglo XI tuvieron su gran apogeo a nivel social, político, artístico y económico.

La República de Venecia tenía su propio idioma oficial: el ‘veneto’, el cual era una más de las lenguas romances y que a pesar de encontrarse al norte de la Península de Italia (y hoy en día formar parte de este país) no procedía del italiano (aunque tenía, evidentemente, algunas similitudes).

Y fueron los venecianos, durante su presencia en varias zonas al otro lado del Adriático hasta finales del siglo XVIII, quienes dieron el nombre en su idioma a la región que hoy conocemos como Montenegro.

Simplemente hicieron una traducción al veneto del latín ‘Mons Niger’ (montaña negra) que durante los tiempos de la Antigua Roma se le dio a aquella zona, en referencia al color que presentaban las laderas del monte Lovćen que, desde la lejanía, daba la apariencia de que era totalmente de color oscuro.

Y es que ‘montaña negra’ en el idioma del veneto se decía literalmente ‘monte negro’, de ahí que, debido a la larga presencia veneciana, ‘Montenegro’ terminara quedándose como topónimo oficial.

Cabe destacar que en montenegrino (idioma oficial del país y que proviene del serbio), montaña negra se pronuncia ‘Crna Gora’, pero se optó por dejar el topónimo veneciano de Montenegro por el arraigo que este nombre tuvo en la historia del país balcánico y por la facilidad a la hora de pronunciarlo y escribirlo por parte de la comunidad internacional.

 

 

 

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Post realizado a raíz de la consulta que me ha hecho llegar mi compañera y amiga Melisa Tuya
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