Archivo de noviembre, 2021

El origen etimológico de los términos ‘hucha’ y ‘alcancía’

El origen etimológico de los términos ‘hucha’ y ‘alcancía’

El nombre más común para referirse a los recipientes utilizados para guardar el dinero es ‘hucha’, un término aparecido en el castellano alrededor del siglo xii procedente del francés huche, que hacía referencia a un tipo de cofre o mueble de pequeñas dimensiones en el que se guardaba cualquier pertenencia. Curiosamente, en Francia las huchas no son conocidas por ese término sino como tirelire, un vocablo cuya etimología no está del todo clara y que, muy probablemente, derive de la onomatopeya del tintineo que hacían las monedas al agitar el recipiente.

En muchos lugares de España y, sobre todo, en Hispanoamérica, es llamada popularmente ‘alcancía’. Término que llegó al español a través del árabe andalusí ‘kanziya’ (tesoro) y que se aplicaba para hacer referencia a un tipo de vasija, por lo general de arcilla, que tenía una pequeña obertura superior por la que se echaban las monedas.

 

 

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¿Desde cuándo se mide la magnitud de un terremoto con la ‘Escala de Richter’?

Cuando se produce un movimiento sísmico, para indicar su magnitud, se utiliza habitualmente el término ‘escala de Richter’ acompañado de un número (por ejemplo: ‘Se ha producido un temblor de magnitud 6,9 en la escala Richter’).

¿Desde cuándo se mide la magnitud de un terremoto con la ‘Escala de Richter’?

Tal denominación para este medidor se la debemos al apellido del sismólogo estadounidense Charles Francis Richter, quien en 1935 creó una escala que mejoraba y actualizaba las utilizadas hasta aquel momento para medir los seísmos.

Pero, al igual que la de Richter era una modernización de las anteriores, en todas estas décadas transcurridas desde entonces, se han desarrollado otros métodos y escalas. En 1979 se estableció otra nomenclatura para indicar la magnitud de un terremoto y los expertos aconsejan no utilizar la de Ritcher, especialmente cuando ésta está por debajo de 7,0.

Los centros sismológicos indican que se utilice la forma magnitud de momento (Mw) ‘X’, en la que ‘X’ es el número que corresponde a la intensidad del terremoto (por ejemplo: ‘Se ha producido un temblor de magnitud de momento 7,1’).

 

 

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¿Sabes qué es una ‘baratería’?

¿Sabes qué es una ‘baratería’?

Una ‘baratería’ es el engaño y fraude que se hace a través de la compra-venta de alguna mercancía. Quien lo cometía era conocido como baratero, vocablo que proviene de barato (de bajo coste), ya que para llevar a cabo la trampa solía ofrecer el producto fraudulento a un precio muy por debajo del estipulado.

En derecho se conocía como baratería el delito cometido por un juez cuando este admitía dinero o regalos por dar una sentencia.

 

 

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El curioso origen etimológico del término ‘embelesado’

Se conoce como ‘embelesado’ al individuo que ha quedado cautivado, fascinado, seducido, absorto e incluso hechizado por algún motivo (por ejemplo, alguien amante del arte que queda embelesado ante un cuadro).

El curioso origen etimológico del término ‘embelesado’

El término fue recogido por primera vez en el Diccionario de Autoridades de 1732 en el que se le daba las acepciones de ‘pasmado, absorto, trasportado o traspuesto’. En las siguientes ediciones la entrada correspondiente a esta palabra redirigía hacia ‘embelesar’ (suspender, arrebatar los sentidos), siendo en la edición de 1822 la última en la que aparecía recogida la entrada ‘embelesado’ (actualmente tampoco aparece).

Etimológicamente, el término se formó a partir del prefijo latino ‘en-‘ (cuya función es formar verbos a partir de sustantivos) y el vocablo ‘belesa’, el cual hacía referencia a una planta que forma parte de familia de las plumbagináceas, muy utilizada para realizar ungüentos e infusiones medicinales en la antigüedad y que tenía virtudes narcóticas.

Aquellas personas que eran tratadas con la belesa quedaban, momentáneamente, en un estado de semiinconsciencia y con apariencia de haber sido hechizadas (en realidad estaban drogas), por lo que a aquel que parecía estar absorto, traspuesto o pasmado, empezó a ser señalado como ‘embelesado’, como si estuviese bajo los efectos de esa planta medicinal.

 

 

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El origen de tres personajes utilizados para asustar a los más pequeños

El origen de tres personajes utilizados para asustar a los más pequeños

Numerosos son los personajes (sobre todo de ficción) que son nombrados a la hora que querer asustar a los más pequeños. En este post os traigo tres de los más famosos:

Ogro: Numerosas son las antiquísimas historias que hablaban de un malvado gigante que se alimentaba de carne humana. El ogro se convirtió en uno de los recursos de muchísimos cuentos infantiles para encarnar el mal y con el que se asustaba fácilmente a los más pequeños. Se trataba de un personaje que surgió de la mitología escandinava aunque también hay infinidad de referencias a él en la cultura celta. La denominación a este ser llegó al castellano a través el francés ogre, que derivaba del latín orcus, vocablo que los antiguos romanos utilizaban para referirse a la ultratumba o lugar al que iban a parar los muertos y del que también surgió el término orco.

Coco: Ser imaginario con el que se trata de asustar a los más pequeños advirtiéndoles de que, si no se portan bien, vendrá el coco y se los llevará. Es muy utilizado este recurso en prácticamente toda la península ibérica, especialmente en Portugal, donde un gran número de historias del folklore popular luso hablaban de un terrorífico ser llamado Côco. El etimólogo Joan Corominas indica en su obra Breve diccionario etimológico de la lengua castellana que fueron los marineros que acompañaron en su primer viaje al explorador Vasco da Gama quienes, a su regreso a Portugal, trajeron consigo un buen número de frutos recogidos en las palmeras que crecían en el delta del Ganges. Muchos de ellos encontraron una similitud asombrosa entre ese fruto y el personaje de Côco, tan famoso en su patria. El parecido radicaba en que los tres agujeros que hay en la cáscara del fruto les recordaban los ojos y la boca de la cabeza con la que se ilustraba en aquella época al personaje del asustador. Por tal motivo ese fruto tropical recibió el nombre de coco.

Hombre del saco: Otro personaje surgido del folklore popular para asustar a los niños y las niñas, amenazándolos con que, si se portan mal, aparecerá y se los llevará metidos en su saco. A pesar de que es un ser ficticio, son muchos los lugares en los que se ha cometido algún crimen y han bautizado al criminal con el apelativo de hombre del saco, como el perpetrado en la población almeriense de Gador por Francisco Leona, quien, en 1910, secuestró a un niño (metiéndolo en un saco) para darle de beber la sangre del pequeño a un enfermo de tuberculosis que había contratado sus servicios. Pero el personaje del hombre del saco no solo aparece en España; por ejemplo, los anglosajones tienen el bogeyman; en Francia, entre otras muchas denominaciones, recibe la de croquemitaine; y en Italia se conoce como babau.

 

 

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¿Sabes qué era el ‘cordojo’?

Antiguamente, el término ‘cordojo’ era una más de las muchas formas que se utilizaban para denominar al estado de aflicción, congoja, pena, desconsuelo, angustia o zozobra.

¿Sabes qué era el ‘cordojo’?

Etimológicamente provenía del latín ‘cordolium’, cuyo significado literal era ‘dolor de corazón’.

Por su parte el término ‘congoja’, ampliamente utilizado en castellano, llegó desde el catalán ‘congoixa’ y este del latín congustia, ‘con angustia’.

 

 

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El origen etimológico de los términos ‘acúfeno’ y ‘tinnitus’

Se conoce como ‘acúfeno’ o ‘tinnitus’ a la molesta sensación auditiva que consiste en estar escuchando continuamente un pitido u otro sonido que no provienen del exterior.

El origen etimológico de los términos ‘acúfeno’ y ‘tinnitus’

El término ‘acúfeno’ llegó al castellano desde el italiano ‘acufene’, de exacto significado, y a este, desde el griego ‘akouphaino’ y que quería decir ‘sonido que aparece’.

Por su parte, ‘tinnitus’ proviene del latín ‘tinnire’, que es la onomatopeya de ‘tintineo’.

 

 

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