Entradas etiquetadas como ‘embelesar’

¿Sabes qué es un ‘embeleco’?

¿Sabes qué es un ‘embeleco’?

Se conoce como ‘embeleco’ a un ‘engaño o embuste’. Fue recogido por primera vez en el diccionario de Autoridades de 1732 con la acepción de ‘Embuste, fingimiento, engañoso, mentira disfrazada con razones aparentes’.

Cabe destacar que, antiguamente, al que engañaba con dedicación profesional se le conocía como ’embelecador’, término proveniente del árabe andalusí ‘bala’, cuyo significado era ‘mal de amores’; y es que el embelecador solía seducir con sus palabras a sus víctimas.

También debo añadir que a pesar de su parecido con el vocablo ‘embelesar’, (del que hablé en un anterior post) nada tiene que ver con este ni con su raíz etimológica.

 

 

Lee y descubre el curioso origen, historia y etimología de infinidad de palabras y palabros

 

 

Fuente de la imagen: pixy

El curioso origen etimológico del término ‘embelesado’

Se conoce como ‘embelesado’ al individuo que ha quedado cautivado, fascinado, seducido, absorto e incluso hechizado por algún motivo (por ejemplo, alguien amante del arte que queda embelesado ante un cuadro).

El curioso origen etimológico del término ‘embelesado’

El término fue recogido por primera vez en el Diccionario de Autoridades de 1732 en el que se le daba las acepciones de ‘pasmado, absorto, trasportado o traspuesto’. En las siguientes ediciones la entrada correspondiente a esta palabra redirigía hacia ‘embelesar’ (suspender, arrebatar los sentidos), siendo en la edición de 1822 la última en la que aparecía recogida la entrada ‘embelesado’ (actualmente tampoco aparece).

Etimológicamente, el término se formó a partir del prefijo latino ‘en-‘ (cuya función es formar verbos a partir de sustantivos) y el vocablo ‘belesa’, el cual hacía referencia a una planta que forma parte de familia de las plumbagináceas, muy utilizada para realizar ungüentos e infusiones medicinales en la antigüedad y que tenía virtudes narcóticas.

Aquellas personas que eran tratadas con la belesa quedaban, momentáneamente, en un estado de semiinconsciencia y con apariencia de haber sido hechizadas (en realidad estaban drogas), por lo que a aquel que parecía estar absorto, traspuesto o pasmado, empezó a ser señalado como ‘embelesado’, como si estuviese bajo los efectos de esa planta medicinal.

 

 

Te puede interesar leer también:

 

 

Fuente de la imagen: theoskingdead

Media docena de palabras que quizás no sabías que provienen del árabe

Aunque la base del idioma español es el latín, el vocabulario de nuestra lengua contiene numerosas palabras que proceden de las diferentes culturas que por la Península Ibérica han ido pasado a lo largo de la historia. Muchas de ellas provienen del árabe, gracias al rico legado cultural que dejó en nuestra sociedad de los ocho siglos de presencia musulmana.

Media docena de palabras que quizás no sabías que provienen del árabe

En este post os traigo media docena de palabras que quizás no conocíais o no sabíais que provienen del árabe.

Aljaba. Proviene del árabe yaba, que significa ‘funda’ y hace referencia a la bolsa o funda que llevaban colgada al hombro los soldados antiguamente y en la que iban las flechas que iba a lanzar al enemigo.

Mohíno. Se trata de un estado de melancolía, tristeza, debilidad o disgusto. Es un antiquísimo término que ya fue recogido en los primeros diccionarios editados con la misma acepción y cuya etimología proviene del árabe andalusí muhin, cuyo significado era ‘ofendido,  vilipendiado’. De dicho vocablo también derivó mohín, referido a la mueca que hace el rostro cuando se está triste o melancólico, de donde surge la expresión mohín de disgusto.

Alafa. Vocablo que proviene del árabe alafa, que, originalmente, hacía referencia a las dietas (retribución diaria para manutención u hospedaje) percibidas por un profesional que debía desempeñar su oficio en otra población o fuera de su puesto de trabajo. El término está prácticamente en desuso, pero, durante un tiempo (siglos xvi a xix), tomó el significado de ‘paga o dotación que disfrutaban los militares’ (se entiende que enviados a alguna misión).

Embeleco. Engaño o embuste. Antiguamente al que engañaba con dedicación profesional se le conocía como embelecador, término proveniente del árabe andalusí bala, cuyo significado era ‘mal de amores’; y es que el embelecador solía seducir con sus palabras a sus víctimas. Cabe destacar que a pesar de su parecido con el vocablo embelesar, nada tiene que ver con este ni con su raíz etimológica.

Mogrollo. Que vive a costa de los demás. Término en desuso que ya aparecía en la edición de 1734 del Diccionario de autoridades con esa misma acepción. Parece ser que etimológicamente proviene del vocablo mogollón, de exacto significado y que llegó al castellano desde el catalán mogobell, ‘interés sobre un capital’, y este del árabe muqabil, ‘compensación’.

Alfayate. Término con el que se denominaba durante la Edad Media al profesional que se dedicaba a la sastrería y confección de trajes y ropas. El vocablo proviene del árabe hayyat, ‘el que cose’, con el que se designaba a quienes ejercían el oficio de sastre. Dejó de utilizarse a partir del siglo xvii (hasta entonces aparece muy mencionado en documentos y obras literarias), cuando fue sustituido por la forma sastre, proveniente del latín sartor, ‘remendador o cosedor de ropa’, que tras pasar por el provenzal y el catalán quedó en la forma actual utilizada en español. Cabe destacar que en Portugal se sigue usando la forma alfaiate.

 

 

Lee y descubre el curioso origen, historia y etimología de infinidad de palabras y palabros

 

 

Fuente de la imagen: Wikimedia commons

El curioso y hechizante origen del término ‘Glamour’

El curioso y hechizante origen del término ‘Glamour’

Se define como ‘glamour’ (la RAE aconseja usar el vocablo ‘glamur’) para señalar el encanto y sensualidad que algunas personas trasmiten de una manera elegante y distinguida y con un destacado toque de fascinación.

El origen etimológico del término nos llegó desde el francés y a éste desde el escocés glamour/glamor cuyo significado literal era ‘hechizo’.

Y es que esta palabra era la que se utilizaba antiguamente para referirse a aquel que era capaz de hechizar a alguien mediante un encantamiento. Con el tiempo se pensó que aquellos que irradiaban cierta atracción y eran capaces de seducir y fascinar a través de su personalidad lo que estaban haciendo era ‘hechizar’. De ahí que el término glamour/glamur acabase siendo utilizado como sinónimo de palabras como seducción, elegancia, estilo, encanto o atractivo (aparte de hechizo y fascinación) siendo comúnmente usado hoy en día para hacer alusión a artistas de cine, cantantes e incluso a miembros de la alta sociedad, además de todo lo que tiene que ver con el buen gusto y el lujo.

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

Portada 6ª edición Ya está el listo que todo lo sabe

 

Curiosidad que forma parte del libro “Ya está el listo que todo lo sabe” (Una curiosidad para cada día del año) de Alfred López
Compra el libro a través de los siguientes enlaces: https://www.amazon.es/dp/841558914X (para España) | https://www.amazon.com/dp/841558914X/ o https://www.createspace.com/7085947 (desde fuera de España)

 

Post realizado en respuesta a una consulta realizada, a través del apartado de contacto, por Carmen Roig
Fuente de la imagen: Wikimedia commons

¿Cuál es el origen del término ‘fascinante’ para indicar que algo nos atrae irresistiblemente?

¿Cuál es el origen del término ‘fascinante’ para indicar que algo nos atrae irresistiblemente?

Utilizamos con regularidad el término ‘fascinante’ para decir que algo es sumamente atractivo o que nos atrae irresistiblemente.

Fascinante proviene de ‘fascinar’ y el origen de este vocablo lo encontramos en el latín ‘fascināre’, término que se utilizaba en la antigüedad para referirse al encantamiento realizado por un hechicero con la pretensión de dejar a alguien embelesado o también para lo relacionado con los maleficios y el mal de ojo. De hecho, el Diccionario de la Rae recoge la palabra ‘fascinar’ con las siguientes acepciones:

  1. Engañar, alucinar, ofuscar
  2. Atraer irresistiblemente
  3. Hacer mal de ojo

Se tenía en convencimiento de que aquel que se sentía irresistible e irracionalmente atraído por algo había sido ‘fascinado’ y, por tanto, había sido víctima de un hechizo o encantamiento.

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

Fuente de la imagen: pexels