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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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Lecciones desde la estratosfera

El salto de Felix Baumgartner el domingo pasado ha sido una de las noticias amables de la semana.

El aventurero austriaco batió al menos tres récords:

El de velocidad vertical sin usar paracaídas de guía, al alcanzar los 1324,8 kilómetros por hora.

El de altura de salto, con 39.045 metros.

El de caída libre más larga en distancia, con 36.529 metros.

Además, como destacaba Panorama Audiovisual, la novedosa tecnología utilizada también batió varios récords de trabajo en condiciones extremas, de temperatura, velocidad y variación acelerada de situaciones.

Acostumbrado a las cifras millonarias de la televisión, a mí me impresiona poco que ocho millones de personas (en todo el mundo) vieran en directo la hazaña a través de YouTube. Incluso si eso supone multiplicar por 16 la mayor audiencia simultánea obtenida, en los JJOO de Londres, hasta ahora por el portal de vídeo de Google. Muestra el potencial del nuevo medio, pero también su todavía relativamente pequeño tamaño: poco más de una de cada mil personas del mundo.

Porque la televisión siguió mostrando todo su poderío. En España una cadena especializada minoritaria, como Teledeporte, superó los 4.300.000 espectadores en su minuto de oro: casi uno de cada diez espectadores posibles.

Y no podemos olvidarnos de las redes sociales. A lo largo de la tarde del domingo y buena parte del lunes el salto de Baumgartner fue el claro protagonista de los contenidos, con varios trending topics mundiales y muchos más en los diversos países. Yo, que venía conduciendo de regreso tras el puente del Pilar, viví la retransmisión en directo minuto a minuto a través de Twitter que me iba leyendo mi hija desde el asiento de atrás.

He llegado hasta aquí sin hablar de Red Bull y sin embargo es la marca de bebidas, también austriaca, quien nos ha dado más lecciones con esta acción.

Llevamos años hablando de branded content, de contenido generado por las marcas, como alternativa, o al menos complemento, de la publicidad convencional. Se ha abusado tanto de la publicidad en alguno de sus formatos que nos dicen que es intrusiva, interrumpe los contenidos que queremos ver, nos obliga a ver lo que no queremos.

Este caso nos muestra justo lo contrario: la gente huía de otras programaciones para buscar el salto estratosférico.

Red Bull lleva muchos años apoyando deportes extremos, generando contenidos que ofrece a los medios y estos a su vez ofrecen gustosos a una audiencia que los ve porque los considera interesantes. El salto de Felix no sólo fue el anuncio más largo de la historia (prácticamente en todo momento durante la transmisión se veía perfectamente el logotipo y el nombre de la marca) y figuró como tal, Red Bull Stratos, en las parrillas de los canales que lo emitieron; también consiguió su tiempo en los noticiarios a lo largo de toda la semana; las emisoras de radio retransmitieron el evento en directo y muchos periódicos llevaron las fotografías a su portada.

Puede que los retrasos se debieran al viento, pero el resultado final fue que el salto se emitiera en directo durante el prime time de la mayor parte de los países de Europa justo en uno de los pocos domingos del año en que las cadenas no están absortas con las ligas de fútbol. Un domingo que ya había empezado con el triunfo de los prototipos de Red Bull en la prueba de Fórmula 1.

Red Bull lleva años dándonos lecciones de marketing: es una bebida cara, un lujo asequible, asociada al aguante nocturno, un riesgo controlable; con este tipo de eventos no hacen publicidad (¿no?) apoyan valores y proezas. El posicionamiento de la marca es claro.

Al ser cara consigue unos márgenes altos que puede invertir en patrocinios (hasta un 25% de sus ingresos según Marketingdirecto.com ) que generan contenidos interesantes deseables por los consumidores. Con ello la notoriedad de la marca crece. Y se añade una nueva vuelta a la espiral.

La hazaña de Red Bull todavía es difícil de cuantificar ya que la repercusión del evento no ha terminado. Algunos de los primeros análisis que se han hecho están muy centrados en Estados Unidos. Un primer análisis de urgencia para España elaborado por Kantar Media cifra en más de siete millones de euros (a precio de tarifa publicitaria) la repercusión en radio y televisión, a la que habría que sumarle el valor aportado por la prensa, en muchos casos con sus portadas a las que ni siquiera se podría atribuir una tarifa.

Sin duda Felix Baungartner ha ayudado a Red Bull a completar una lección magistral en el campo del marketing.

Y eso abre un nuevo tema para los medios ¿hasta qué punto podrán seguir apoyando sin cobrar (o incluso pagando) las acciones/noticias que generen las marcas, que retiran así las inversiones en publicidad de las que se mantenían hasta ahora?

De nuevo hay materia para una profunda reflexión.

Los niños e Internet

El jueves fue el día de Internet. Quería haber escrito un post dedicado al tema y había guardado algún material. Pero últimamente no consigo sacar tiempo (al menos entre semana) para el blog. Lo intento ahora, sábado por la tarde.

Internet es ya casi universal. Esta semana en una comida de trabajo, Manuel me contaba una anécdota: su sobrina de dos años y medio maneja con soltura la tableta de su padre, hasta el punto de que ¡llega a comprarse juegos! Con dos años y medio. Sí, el padre es bastante arriesgado, pero para la niña no hay secretos.

Esta semana se ha dado a conocer el estudio que realiza AIMC sobre el acceso a Internet entre menores de 13 años. El estudio se realiza utilizando el trabajo de campo del Estudio General de Medios (EGM) y sirve como referencial para los páneles de audiencia (ComScore y Nielsen).

El estudio arroja resultados muy interesantes. El acceso a Internet entre los niños va creciendo con la edad: es algo menor del 20% entre los de 4 y 5 años; supera el 36% entre los de 6 años y va creciendo unos diez puntos al año hasta el 78,5% de penetración a los 10 años. A partir de ahí el ritmo de crecimiento se modera, necesariamente: la penetración es del 82% a los 11 años, del 85% a los 12 y del 90% a los 13.

Se accede a Internet desde casa en la mayor parte de los casos, aunque a partir de los 10 años el acceso desde el Centro de Estudios supera ya el 40% de los niños.

A diferencia de lo que todavía ocurre entre los adultos, las niñas son más afines a internet que los niños. La diferencia se aproxima a los ocho puntos a los siete años y se atenúa al crecer la edad.

El resumen del estudio incluye una comparación para todos los tramos de edad: la penetración es prácticamente del 100% entre los 14 y los 20 años; supera el 80% entre los 11 y los 38 años o el 60% entre los 9 y los 53. A partir de esa edad, la penetración cae.

El Hogar es el lugar desde el que más se accede al hogar a cualquier edad; el segundo es el Centro de Estudios entre los 4 y los 22 años; a esa edad y hasta los 27, el segundo puesto lo ocupan Otros Lugares; entre los 27 y los 64 el segundo lugar de acceso a Internet, siempre después del Hogar, es el Trabajo.

En cualquier caso, Internet es cada vez más universal, a pesar de que alguno de los discursos oficiales del pasado jueves no diera esa impresión.

El precio justo

No voy a hablar de uno de los programas de televisión de mayor audiencia de la historia de España, aunque no está mal recordar de vez en cuando que a finales de los ochenta dos tercios de la población española se sentaban frente al televisor para ver un mismo programa: El precio justo, que producía Jorge Arqué con su Videomedia, una de las grandes en la producción española.

Esta es otra historia.

Ayer recibí un tuit (uno de esos mensajes cortos en la red Twitter) de Sam Júdez, una publicitaria catalana a la que no conozco personalmente, lo que no impide que goce de una gran admiración por mi parte; hace poco le voté como la mejor publicitaria joven. El tuit linkaba a un artículo de la contra de La Vanguardia y Sam comentaba:

¿Y si abogáramos por el fair cost? Made in Europe: producimos donde no todo vale.

El artículo, una entrevista de LLuis AmiguetNancy Fraser, a quién tampoco conocía (es tremendo, con los años mi incultura crece en lugar de disminuir) está lleno de ideas sugerentes. Lo mejor es que lo lean entero pero voy a entresacar alguna de esas ideas para quienes, como nos pasa a todos habitualmente, no tengan tiempo de acercarse al artículo completo.

el hambre de trabajo de millones de inmigrantes chinos del campo a la ciudad permite milagros productivos globales.

a medida que los trabajadores de países emergentes vayan adquiriendo más derechos –ojalá los logren pronto– nosotros, los empleados de países anteriormente ricos, los iremos cediendo… con nuestros salarios.

Cada vez que un trabajador norteamericano entra en Wal-Mart y compra productos chinos baratos está rebajando su salario.

Usted compra barato lo que antes fabricaban en su país o en otro país europeo que respetaba los derechos laborales y, de ese modo, contribuye a liquidar su empleo y a rebajar su propio salario.

Pero seamos realistas: no podemos bajarnos del tren de la globalización, porque aislarse sería peor que la peor de sus consecuencias.

Cada Estado protegía a sus ciudadanos y, mediante sus impuestos, redistribuía la riqueza que creaba su economía en forma de servicios del Estado de bienestar. Pero para poder redistribuir la riqueza, primero hay que crearla, y lo que Europa fabricaba y vendía para mantener sus servicios hoy lo fabrican y venden mucho más barato los países emergentes.

…los occidentales ya hemos cedido bienestar sin darnos cuenta…Recuerde que sus padres podían vivir relativamente bien sólo con el salario del cabeza de familia. Hoy son imprescindibles dos sueldos para mantener el mismo nivel de vida en un hogar.

la vida low cost: usted paga menos y así le acaban pagando menos a usted.

Y en el otro extremo está el high tech: Google, Facebook, Apple… Son sectores californianos donde los sueldos se han disparado.

¡Aquí (en Europa) evaden sus impuestos!

Porque sus estados nacionales europeos ya son impotentes para hacerles pagar. Pueden confiscar las rentas del trabajo de sus clases medias, pero son incapaces de hacer pagar a grandes fortunas o multinacionales.

Se gravan más las rentas del trabajo que las del capital, precisamente por la misma lógica anticuada: si se molesta al gran capital, se irá a otra parte y perderemos inversiones. Si evitáramos los paraísos fiscales –algo perfectamente factible con la suficiente presión ciudadana–, se frenaría ese proceso.

Y concluye:

Necesitamos un nuevo cosmopolitismo que sepa ver que nuestros grandes problemas globales ya no tienen soluciones nacionales. Así podremos crear instituciones globales para solucionarlos.

La idea de fair cost, que propone Sam Júdez, me parece excelente; utópica, pero excelente. Si nos negáramos a comprar productos que son muy baratos porque proceden de la explotación de personas, si frenáramos el poder del capital financiero especulativo y los paraísos fiscales, estaríamos defendiendo a los trabajadores chinos…y nuestros propios puestos de trabajo. Puede ser la última línea de defensa del Estado del Bienestar.

Merece la pena pensarlo.

Malos tiempos para la publicidad

Este mes he podido sacar a tiempo el estudio Zenith Vigía. Escribí el informe entre el sábado y ayer y esta mañana lo he enviado a los panelistas y un resumen a la prensa.

A estas horas Google recoge 38 referencias, si bien muchas de ellas apuntan sobre todo al estudio i2p que hoy ha publicado los resultados referidos a 2011 (fuerte caída del 8,2%) y su propia previsión para este año (nueva caída, del 5,8%).

Así son las cosas. El esfuerzo del fin de semana ha quedado bastante deslucido.

Otros años i2p e Infoadex competían por sacar los datos del año alrededor de la última semana de febrero; yo tenía cuidado para no coincidir en fechas con mi ola de Zenthinela de febrero Pero esta vez Jesús Pascual, Enrique Yarza y su gente (¡Enhorabuena chicos!) se han adelantado más de un mes y me han descolocado.

Nunca me ha gustado ser el mensajero de malas noticias. Ya saben: es muy arriesgado. Pero últimamente no consigo salir de ese círculo vicioso. La crisis económica y la estructural del propio sector publicitario nos están llevando al borde del abismo. En cuatro años se ha perdido más del 40% de la inversión. La situación es aún peor para algunos medios; los que utilizan el papel han retrocedido más de veinte años y no hay visos de que se vayan a recuperar nunca.

Lo único que crece son los medios digitales. Pero el crecimiento de las versiones digitales de los medios tradicionales no compensa sus pérdidas en los soportes de siempre. La oferta casi infinita en Internet hace que los precios se mantengan bajos y la inversión crece más despacio de lo que disminuye en otros medios.

Se decía hace unos años que estábamos sustituyendo euros analógicos por céntimos digitales. Ese dato es ahora exagerado, pero apunta en la buena dirección.

Los mejores datos en este Vigía son los que se refieren a la inversión en Redes Sociales, Vídeo en Internet y Publicidad Exterior Digital. Para los tres se esperan crecimientos importantes este año.

Otra vez Campofrío

Hace algunos días, a raíz de una charla de Fernando Valdés, escribí aquí sobre una marca que hace un marketing muy diferente: Campofrío.

Ayer se volvió a demostrar.

A los pocos minutos de darse a conocer el nuevo spot se convirtió en trending topic en Twitter (uno de los temas más comentados en la red de microblogging). Ahora mismo, casi 24 horas después, tanto Campofrío como Gila, el protagonista del spot, siguen siendo trending topic.

No va a ser una campaña que se emita muchas veces; no va a acumular GRPs. No los necesita. Todo el que la vea una vez la va a recordar.

También se va a buscar en internet. Hace unos minutos la habían visto algo más de 23.000 personas; nada comparado con la audiencia de un spot en cualquier cadena de televisión. Pero seguro que dentro de unos días ya serán cientos de miles las personas que habrán buscado la campaña en los archivos de vídeo.

La película tiene un alto valor sentimental: el abrazo de los componentes de Martes y 13, el de Pajares y Esteso, el reencuentro de Chiquito y Florentino y tantos otros grandes momentos…

Para mí también ha tenido una curiosa satisfacción, además de ver triunfar a una marca para la que trabajo: ayer vi por casualidad que Campofrío era trending toppic, lo cité en Twitter y parece ser (así me lo dijeron @TrendsEspana, @Trendsmadrid y @Trendingsearch) que yo mismo, @MadinaED, llegué a ser trending topic gracias a la cantidad de gente que retuiteó (citó mi comentario en otros tuits). No es fácil que una persona particular (y más una persona que habla de cosas como la publicidad) llegue a los primeros puestos de esas listas. Yo no me vi, supongo que sería sólo por unos minutos, pero me hace gracia y ¡claro! alimenta mi ego.

Postpublicidad

Me gusta leer. Leo siempre que puedo, pero en verano, cuando tengo más tiempo, leo más. Leo sobre todo ficción, pero también aprovecho para ponerme al día con libros que he ido acumulando a lo largo del año.

Ese es el caso de Postpublicidad, el libro de Daniel Solana que voy a comentar aquí,

Daniel Solana, fundador de Doble You, es uno de los grandes de la publicidad española actual. Probablemente es el primero que se dio cuenta de que internet y lo digital iban a suponer un cambio radical en el ámbito de la comunicación en general y el de la publicidad en particular.

Daniel y su agencia son responsables de algunas de las campañas más emblemáticas que se han realizado en España en esta nueva era. La agencia de viajes interactiva Atrápalo ha basado toda su imagen en los trabajos de esta agencia; varios años sus campañas han sido premiadas en los principales festivales de publicidad españoles. También fue idea suya la campaña aficionado/profesional que empezó ofreciendo un trabajo como bloguero para seguir a Fernando Alonso, cuando era patrocinado por ING. Algún tiempo después una campaña similar (el mejor trabajo del mundo para la oficina de turismo de Queensland en Australia) ganó los principales festivales internacionales.

Postpublicidad es un libro interesante; llama la atención desde la portada, una especie de nube de tags con la mayor parte de los conceptos que se manejan en el libro y sus interacciones. Pero lo realmente interesante es el contenido, un recorrido por todos los aspectos de la nueva publicidad, una crítica, sobre todo, de la publicidad tradicional, la de repetición e invasión.

Solana diferencia entre publicidad diente de león (la que se expande tratando de buscar un sitio dónde asentarse) y la publicidad frambuesa, tan apetitosa que puede esperar a que los consumidores vengan a degustarla. Tras un comienzo en el que  se centra en ese concepto, pasa a hablar de publicidad yin, femenina, que nos acoge, y publicidad yang, masculina, que nos invade. Los siguientes capítulos nos hablan de publicidad comestible, publicidad líquida, publicidad conversada y publicidad social. Todos aspectos complementarios de lo que debe ser una nueva era en la comunicación publicitaria.

Para conseguir los cambios necesarios se debe ir hacia la postagencia. Aquí es donde vemos que casi todo está por hacer: sabemos cómo no debe hacerse la nueva publicidad, cuales no son los caminos que se deben seguir para avanzar hacia el nuevo tipo de agencia necesaria, pero no sabemos muy bien, Daniel Solana tampoco, cómo debería ser la empresa encargada de hacer la nueva publicidad que se necesita para comunicar las marcas en el nuevo escenario más social. Deberemos ir descubriéndolo entre todos. Poco a poco.

Un libro difícil de resumir, pero de muy interesante lectura. Si te dedicas a algo relacionado con la publicidad y quieres seguir haciéndolo en el futuro, no te lo puedes perder.

El mundo se hunde

El mundo se hunde…y yo de vacaciones.

Hace un par de semanas reactivé mi cuenta de Twitter, (MadinaED) a la que no había hecho caso desde que me dí de alta para probar, allí por el mes de mayo de 2008.

La frase con la que inicio este post es la única de las que he escrito desde entonces que ha tenido alguna repercusión entre mis, escasos, followers.

Empezar con esto unos días antes de irse de vacaciones tiene algunas ventajas (observar lo que hacen otros, mucho más que hacer uno mismo) pero también algunos inconvenientes: da la sensación de que estás solo en el mundo y además es difícil establecer una línea que luego será imposible seguir.

Estos días los temas dominantes han sido el 15M y sus derivados indignados: la indignación se extendió a Israel, mientras la english revolution ha adquirido unos tintes mucho más violentos. Pero sobre todo la revolución que no cesa, la de la crisis de los mercados y de las deudas soberanas. Que las agencias de calificación (las mismas que hace tres años mantenían la valoración de Lehmann Brothers) se hayan atrevido a rebajar la de Estados Unidos ha sido todo un elemento diferencial.

Releyendo viejos papeles he encontrado un estudio del National Bureau of Economic Research, publicado a comienzos de la actual crisis en el que se llegaba a la conclusión de que los periodos de recesión duran por término medio menos de un año. Analizando las ocho crisis vividas en Estados Unidos entre 1948 y 1981 la media de duración es de 11,7 meses y ninguna había superado los 17 meses.

En este agosto se cumplen cuatro años desde el primer estallido de la crisis actual, lo que entonces llamamos burbuja de las hipotecas subprime, algo que nunca pensamos que nos iba a afectar tanto y a lo largo de tanto tiempo.

En verano uno puede seguir la actualidad a través de varios periódicos y varios noticiarios, pero estoy comprobando que los twits de los amigos también añaden algo.

Estos días he vivido casi en directo el nacimiento de Mia Varsawsky, la hija de Martin Varsawsky (no le conozco personalmente, aunque durante bastante tiempo trabajé para él: los lanzamientos de Jazztel y de ya.com se hicieron desde Zenith). ¡Enhorabuena, Martin! También estoy viviendo casi en directo la puesta en marcha de Ideonomia, la empresa que lanzaron hace poco dos buenos amigos (con estos he trabajado).

Marcos de Quinto está en plena campaña en favor de la formación de los ciudadanos. También puntualiza: estábamos muy felices con eso de que el capitalismo es el sistema menos malo y se nos olvidó seguir mejorándolo. Y también: lo peor de lo que está pasando es que no sabemos lo que está pasando y por qué está pasando.

En una línea similar Mario Tascón afirma: Tenemos que empezar a trabajar en el mundo que queremos para nuestros hijos, no sólo en salvar viejos trastos.

Incluso he visto ya en Twitter alguna oferta de trabajo, seguro que muy apta para alguien más joven que yo.

Hay un cierto movimiento (que yo interpreto en contra) sobre el Estado del Bienestar: Yo pago por cosas que no uso y otros usan cosas que no pagan. Pues sí, a lo largo de la vida hay momentos en que no necesitamos cosas por las que pagamos, pero podemos necesitarlas cuando ya no podemos pagarlas. Yo creo que eso es bueno y deberíamos lucha para mantenerlo.

Periodistas 21 ha estado muy pendiente de la movilización cidadana que se ha vivido en Londres para contrarrestar los disturbios.

Juanjo Azcárate promueve el contrato a tiempo parcial, la conciliación y la participación femenina (son más y mejores autónomas).

Creo que este verano, estos últimos años, nos estamos jugando mucho. No podemos perder de vista lo que pasa.

 

Indignados, comunicación y poder

Ya han pasado tres semanas desde la explosión de los Indignados o Movimiento 15M (¿por qué nos sonará tan mal lo de Movimiento a los de nuestra generación?). Algunos siguen en las plazas donde se iniciaron las concentraciones; otros se han desplazado hacia los barrios para continuar en la búsqueda de ideas que llevar luego a las asambleas. Tengo la impresión de que en este caso extender es diluir.

No tengo ni idea de cómo acabará esto, incluso es probable que no llegue a ninguna parte, pero al menos ha sido un toque de atención y una búsqueda de nuevos caminos. ¿Podemos seguir indefinidamente con un sistema en el que sólo pueden gobernar dos partidos que, a la postre, harán siempre la misma política, la que les impogan eso que llaman los mercados? ¿Quién elige a los mercados? ¿Por qué, tras rescatar a los bancos que tan importante papel jugaron en la marcha hacia la crisis económica actual, tenemos que admitir que sus directivos se lleven indemnizaciones millonarias?¿Por qué, mande quién mande, la política tiene que ser ultraliberal?¿Por qué dejamos que los productos fabricados en China, con nulo respeto a los derechos humanos o laborales de la gente, hundan a nuestras empresas?

Los Indignados, 15M, no les votes, acampada en la plaza… no tienen líderes, no tienen una ideología definida, pero defienden ideas con las que muchos estamos de acuerdo.

Estos días he oído manifestaciones de apoyo de José Luis Sampedro, un hombre que no ha perdido su lucidez pese a lo avanzado de su edad (y que ya prologó el librito de Stéphane Hessel al que se coloca en el inicio de este movimiento). También Eduardo Punset, otro veterano lúcido y que se aparta de los caminos trillados, apoyó a los primeros indignados. Federico Mayor Zaragoza, que fue ministro con UCD y Secretario General de la Unesco, analiza muy bien la situación en el libro Reacciona, que venía a ser una continuación del primer ¡Indignaos! Ahora me ha llegado, a través de LinkedIn la charla que Manuel Castells dio hace unos días a los acampados en la Plaza de Cataluña de Barcelona (se puede ver en video en este enlace). Todo un ejemplo de que los indignados pueden atraer a gente muy interesante.

Hace un par de años leí Comunicación y poder,  creo que es el último libro del profesor Castells, en el que analiza la autocomunicación de masas, este nuevo entorno que ha propiciado la web 2.0, en el que todos nos convertimos (potencialmente) en generadores y propagadores de noticias y opinión. Este hecho, que relativiza el papel de las autoridades y, sobre todo, de los medios (siempre oligopolistas) puede cambiar sustancialmente la sociedad. Quizá este sea el primer paso.

Por cierto, ayer estuve en la Feria del Libro y ya ví varios libros, en papel, que hacían referencia al movimiento 15M. Todo,hasta algo tradicionalmente tan lento como el mundo editorial en papel, se acelera en estos últimos tiempos.

Sigue el pesimismo

Otra vez he dedicado una buena parte del fin de semana analizando los resultados del Vigía el estudio sobre inversión publicitaria en medios que hago preguntando a directivos de medios.

Al menos esta vez he conseguido enviarlo dentro del mes.

En mayo ha habido muchas respuestas; tendría que comprobarlo, pero creo que han sido más que nunca. Cada mes voy tratando de incluir a nuevos representantes de los medios y luego insisto e insisto (en esta ocasión hasta cinco veces) para conseguir un buen número de respuestas. Sería más fácil si todo el mundo contestara a vuelta de correo la primera vez, pero ya sé que es una utopía.

El caso en que, según va pasando el año las previsiones son cada vez peores y el pesimismo va invadiendo a los medios, como ya había invadido a los anunciantes.

Ahora ya se prevé una ligera caída de inversión, del 0,3%, para el conjunto del año. No sería grave si no fuera porque cada dos meses la previsión es 1,2 puntos peor. Si todo siguiera a ese ritmo llegaríamos a fin de año con una caída del 4,5% y perderíamos algo más de lo que se recuperó en 2010.

Peor aún es la evolución de los índices de percepción. El IPSE, que mide cómo se percibe desde los medios la evolución de la economía se ha hundido hasta -33,7. El IPMP, que es algo así como la autopercepción, cómo se ve el propio mercado publicitario, se cae hasta -47,1. Nos vamos así hasta cifras de finales de 2009 o principios de 2010.Además, que el IPMP sea peor que el IPSE es mala señal, apunta hacia un nuevo alargamiento de los problemas.

Los resultados del año pasado, que parecían anunciar el principio de la recuperación, se caen por tierra.

El final de la crisis se aleja de nuevo.

A mí, lo he dicho aquí muchas veces, no me gusta ser el portavoz de malas noticias. Pero esto es lo que dicen los panelistas.

Como viene ocurriendo estos últimos años los comportamientos por medios son muy diferentes. Las previsiones vuelven a ser muy malas para el papel: todos los medios en papel retroceden entre 5 y 10 puntos. La Televisión se mantiene, podría crecer algo, pero a medida que va avanzando el año las previsiones son peores y todo apunta a un año plano. De nuevo es Internet, con crecimientos de más de 10 puntos y, por fin, Móviles, que podría crecer cerca de 20, la excepción favorable.

Cuando acabe la crisis, y todas las crisis acaban, el mercado publicitario será muy diferente, con un peso mucho mayor de los medios digitales.

Esta tarde ya había más de 20 referencias al estudio recogidas por Google, desde agencias como Europa Press, o medios generalistas (como El Mundo, Diario Siglo XXI, La Vanguardia, Infoperidistas, El Día, Periodista Digital, o Lainformacion) a medios económicos (Cinco Días, El Economista, Invertia, Cotizalia, ) y profesionales de la publicidad (como Anuncios, PRNoticias, marketingdirecto.como Eastwind).

¿Cómo ha cambiado internet nuestras vidas?

Hoy, 17 de mayo, es el día de Internet.

Hace 20 años, muy poca gente había oído hablar de Internet. Hoy creo que muchos no nos podríamos hacer a la idea de cómo sería ahora nuestra vida sin internet. Había pensado recoger en este post todos aquellos aspectos de mi vida que han cambiado desde que ¡hace ya 17 años! tuve mi primer contacto con aquella internet incipiente y desesperantemente lenta (que, pese a todo, nos parecía un milagro). Pero no caben en un post de tamaño legible, así que me tengo que conformar con algunos. Y eso que, evidentemente, no soy un nativo digital; ni siquiera un usuario avanzado de internet.

Ya casi no recibo cartas, a lo sumo facturas; a cambio una buena parte de mis horas de trabajo las dedico a leer y escribir e.mails.

Tengo mi propio blog (éste) y me he convertido en un minimedio de comunicación que hasta tiene unos cuantos miles de seguidores habituales, muchos de ellos amigos o colegas de profesión. Además puedo ver su reacción si son de los que comentan.

Cuando publico algo se lo puedo contar inmediatamente a mis cientos de contactos en las redes sociales.

Cuando quiero buscar el significado de algo, casi nunca utilizo un diccionario de papel: voy a la wikipedia o a un buscador, que además me permiten enlazar con las empresas o los sitios en los que encontraré más información o incluso podré comprar el producto si lo necesito.

He dejado de estudiarme los periódicos en papel, que compro muy pocos días; pero no tengo la sensación de estar peor informado que antes.

En el plano profesional internet se ha convertido en mi principal objeto de estudio (estudio de Redes Sociales,estudio de Blogs, Net Radar, estudio de eficacia publicitaria en internet) y también en el vehículo de una buena parte de las investigaciones que llevamos a cabo: Vigía y Zenthinela existen porque existe el e.mail, pero hay otras investigaciones (los cuatro estudios de Móviles, algunos de los estudios Touch Points, más de un estudio rápido de notoriedad, The Pool sobre Vídeo en internet, o post tests de creatividad y varios más) que se han hecho a través de internet.

El propio mercado publicitario, en el que trabajo, ha cambiado radicalmente: Internet ya es el tercer medio por captación de inversiones y se prepara para ser el segundo muy pronto. Y es, como medio muy tecnológico pero intensivo en mano de obra, el que más trabajo da actualmente.

Por si fuera poco, internet ha cambiado también la relación entre los políticos y sus electores; creo que en España estamos lejos de vivir una campaña electoral comparable a la de Obama, pero hay un acuerdo general en que internet fue un factor clave en la elección de Obama.

Además está contribuyendo a cambiar el mundo: las revueltas de Oriente Medio, que cambiaron el Gobierno en Túnez y Egipto y que están complicando mucho la vida a otros dictadores en Libia, Siria o Yemen, tampoco habrían sido lo mismo sin la influencia de internet.

En algún momento me he preguntado si en un país con cinco millones de parados y con una juventud sin esperanza no acabaría ocurriendo algo similar. Europa es mucho más conformista; los sistemas de protección social pueden frenar muchas reacciones, el tener un partido del siglo generador de grandes polémicas cada semana puede atontar…y si falla eso tenemos una buena dosis de Belén Esteban, pero…

…el movimiento Democracia real ya acaba de ponerse en marcha. La repercusión inicial no ha sido muy grande ¿o sí? pero esto no ha hecho más que comenzar y no creo que internet tenga menos fuerza aquí que en los países árabes.

Veremos