Por Fernando Ferrando – Vicepresidente de la Fundación Renovables
El pasado 18 de abril escribí un artículo en este blog titulado “Soria como Al Capone: no será juzgado por su política energética”, en el que exponía más de 25 razones por las que el ministro Soria debería haber dejado su cargo, por una incompetencia manifiesta en su gestión como máximo responsable en materia energética, que ha conseguido que España siga siendo un país dependiente, ineficiente y que fue capaz de poner en marcha una persecución en contra de las energías renovables, único recurso energético sostenible y abundante que tenemos.
En el artículo, no quise entrar en su nefasto papel como ministro de Industria, ya que bajo su responsabilidad el sector industrial redujo de forma notable su aportación al PIB, sin ser capaz de buscar nuevas líneas de actuación para salvaguardar el necesario peso industrial, a pesar de haberse reducido los costes laborales con la paulatina pérdida de derechos de los trabajadores en España, fruto de la Reforma Laboral aprobada.
Reconozco que la decisión de escribir el articulo estaba motivada por una necesidad de desahogo al ver como un mal ministro y un mal gestor público dejaba el cargo por un error de comunicación, al “olvidarse informar” de que tenía intereses donde decía que no los tenía y que además era en paraísos fiscales.
Han pasado cinco meses y medio desde la dimisión del señor Soria y, personalmente, aunque las consecuencias de sus actos las seguimos sufriendo, pensaba que tardaría mucho tiempo en volver a tener noticias suyas. Bueno, en realidad mi horizonte era abril del 2018, fecha en la que se cumplirían dos años de su cese y esperaba que a partir de ese momento entraría a formar parte, como un ejecutivo de alto nivel de remuneración, en alguna de las empresas a las que siempre les dejó su puerta abierta.
Claramente no he tenido que esperar hasta 2018 porque solo dos minutos después de que Mariano Rajoy no saliera elegido como presidente en segunda convocatoria, se remitía un comunicado por el Ministerio de Economía anunciando que había presentado como candidato por España para ocupar una de las 24 direcciones ejecutivas del Banco Mundial al ex ministro Soria, en un claro gesto de nepotismo político al tratarse de una actuación in famiglia.