La ‘despedida’ no verbal de Pablo Casado

A veces no son necesarias las palabras para demostrar ciertos hechos. Pablo Casado ha intervenido en el Congreso hoy, en lo que parece que será su última vez, y así lo demuestra también su comunicación no verbal.

La primera pista la encontramos en el contenido del discurso, que ha sido muy atípico con respecto a lo esperado si las circunstancias fueran otras, realmente ha elegido los alegatos solemnes por los que espera ser recordado.

Además, el tono y la velocidad de su participación ha sido especialmente suave, institucional, con tonalidades tristes, al igual que apunté en el análisis de su entrevista con Herrera, la filtración emocional de Casado encuentra normalmente su salida a través del paralenguaje (en el cómo dice el mensaje).

Y entonces llega el aplauso de su bancada. Largo, inusualmente largo también. Otra forma de despedida no verbal hacia el hasta ahora líder del PP.

Pablo Casado recibe el aplauso con la sonrisa de circunstancia, aprieta los labios, ya que no sonríe de felicidad, se trata de una expresión social de agradecimiento, que acompaña a su vez con el gesto de la mano en el pecho (afecto y correspondencia hacia sus compañeros)

Se sienta, suspira fuertemente y sigue ‘aguantando’ el interminable aplauso,

 

sabe lo que significa, y lo recibe ahora con tensión y nerviosismo, esto es visible desde el plano superior, ya que se aprecian sus manos fuertemente entrelazadas, se contiene, se auto-agarra para pasar este ‘mal trago’.

Es evidente que intenta mantener el tipo pero en momentos de alto impacto emocional suelen aparecer indicadores que nos dan pista sobre el estado interno real y las intenciones de la persona, en este caso, con la esperada tristeza y presión del momento.

 

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