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¿De dónde proviene decir que algo es de ‘palabras mayores’?

¿De dónde proviene decir que algo es de ‘palabras mayores’?

Suele utilizarse la forma ‘palabras mayores’ para indicar que algo es de una importancia, gusto o valor mucho mayor de lo esperado o de lo corriente (por ejemplo hablar de cocina y l nombrar a cierto chef decir ‘eso ya son palabras mayores’).

Pero, originalmente, esas ‘palabras mayores’ a las que hace alusión la locución nada tenía que ver con el significado que le damos actualmente, sino que hacía referencia a un listado de términos, insultos, injurias, calumnias o groserías que eran consideradas como impropias, siendo incluso tachadas como blasfemia y que podían constituir algún tipo de delito o pecado, por lo que se procedía a multar y castigar a los infractores que las pronunciaran o que hubiesen sido denunciados y acusados de hacerlo.

 

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El curioso origen etimológico del término ‘despotricar’

Conocemos como ‘despotricar’ al acto de hablar mal de alguien y, sobre todo, criticándolo, llegando a utilizar algún insulto sin tener reparos ni consideración.

El curioso origen etimológico del término ‘despotricar’

El origen etimológico del término lo encontramos en la unión del prefijo ‘des’ y ‘potro’ (la cría del caballo durante su infancia, aproximadamente hasta los cuatro años y medio de edad).

Ya en la antigüedad se tenía el convencimiento que un potrillo, hasta el momento de alcanzar la edad adulta y ser domado, se comportaba de un modo irracional y díscolo, pudiendo saltar sobre alguien de manera violenta, por el hecho de no estar todavía educado.

Cuando una persona se comportaba de un modo insensato, entrando fácilmente en la provocación y utilizando aspavientos y movimientos violentos a la hora de discutir o hablar mal de alguien, se decía que estaba comportándose como un potro, por lo que se utilizó la forma ‘despotrar’ (que acabaría en la forma ‘despotricar’) para indicar la mala conducta del mencionado individuo.

Esta etimología es muy parecida a la del término ‘insultar’ para referirse al agravio verbal que se realiza contra alguien y que os expliqué en otro post: https://blogs.20minutos.es/yaestaellistoquetodolosabe/de-donde-proviene-el-termino-insultar-para-referirse-al-agravio-verbal-que-se-realiza-contra-alguien/

 

 

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¿De dónde proviene el término ‘insultar’ para referirse al agravio verbal que se realiza contra alguien?

Se conoce como ‘insultar’ a la acción de agraviar a una persona utilizando palabras hirientes y descalificaciones, con el objetivo de dañar tanto su reputación como anímica y personalmente.

¿De dónde proviene el término ‘insultar’ para referirse al agravio verbal que se realiza contra alguien?

 

Etimológicamente proviene del latín ‘insultāre’ de igual significado y que nacía de la unión del prefijo ‘in-‘ (hacia adentro) y el vocablo ‘saltus’ (saltar) teniendo originalmente el significado literal de ‘asaltar’ o ‘saltar sobre alguien’.

Pero este salto o asalto no se refería a la acción física de dar un brinco, sino al gesto que se realiza de echar el cuerpo hacia adelante cuando, en una discusión, se gritan improperios, injurias u ofensas contra un oponente. Ese característico gesto que hace pensar que durante una disputa uno va a saltar sobre el otro mientras le suelta lindezas de todo tipo es lo que originó el uso del término latino insultāre y que llegó al castellano como insultar (insulte en francés; to insult en inglés).

 

 

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¿De dónde proviene la expresión ‘Calumnia, que algo queda’?

¿De dónde proviene la expresión ‘Calumnia, que algo queda’?

Hoy en día es sumamente fácil calumniar a alguien a través de la prensa amarilla o las redes sociales y crear toda una controversia alrededor de esa persona llegando a millones de internautas en un santiamén. El problema está cuando, tras haber hecho todas esas acusaciones falsas, al realizar una rectificación ésta ya no llega a toda esa gente a la que llegó la difamación, por lo que un rastro de duda sobre la honorabilidad del afectado queda pululando en el aire. Lamentablemente, la mayoría de ocasiones esos infundios se realizan de manera premeditada y con la intención de dañar la imagen de alguien.

A esta práctica se la conoce comúnmente como ‘Calumnia, que algo queda’. Como expresión llegó hasta nosotros a través del filósofo y escritor inglés Francis Bacon en su obra, de 1625, ‘De la dignidad y el crecimiento de la ciencia’ (De Dignitate et Argumentis Scientiarum) en la que aparece en la manera: ‘Calumniad con audacia; siempre quedará algo’.

Aunque en realidad, la expresión recogida por Bacon no era más que un antiquísimo dicho popular en latín: ‘Calumniare fortiter aliquid adhaerebit’ (La calumnia se adhieren fuertemente algo) que él había adaptado en su mencionado libro.

Posteriormente, en la obra de teatro ‘El barbero de Sevilla’ (también titulada ‘La precaución inútil’) que Pierre-Augustin de Beaumarchais escribió en 1775 aparecía en la forma ‘Calomniez, calomniez, il en reste toujours quelque chose’ (Calumnia, calumnia, siempre queda alguna cosa) y posteriormente, en 1810, la frase alcanzó el cenit de popularización tras ser incluida por el célebre compositor italiano Gioachino Rossini en su ópera ‘El barbero de Sevilla’ (basada en un libreto de Cesare Sterbini que a sus vez se basó en la obra de Beaumarchais) en la que la aria de la calumnia dice así:

La calunnia è un venticello,
un’auretta assai gentile
che insensibile, sottile,
leggermente, dolcemente
incomincia a sussurrar.

 

 

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Fuentes de consulta: Refranero Latino de Jesús Cantera Ortiz de Urbina / Diccionario de anécdotas, dichos, ilustraciones, locuciones y refranes de Rubén Gil / Del hecho al dicho de Gregorio Doval
Fuente de la imagen: densetsu-no-akira (deviantart)