Conocemos como polémica a aquello relacionado con una controversia, discusión o debate acalorado sobre algún tema.
El término proviene del griego ‘polemikós’, cuyo significado literal era ‘arte de la guerra’ y el cual se relacionaba con las tácticas, estrategias y habilidades necesarias para enfrentarse en batalla, destacando que, en este contexto, este vocablo denotaba una connotación positiva, destacando la destreza y valentía de los guerreros.
No obstante, más allá del ámbito militar, el término también se utilizó en la Antigua Grecia para describir situaciones de controversia y confrontación en otros contextos, como en debates filosóficos, discusiones políticas y disputas retóricas, adquiriendo un matiz más neutral y refiriéndose a la capacidad de argumentación y lucha verbal.
Los términos ‘debate’ y ‘coloquio’ se han convertido en sinónimos, y aunque los dos hacen referencia a esos encuentros entre diferentes individuos que hablan entre si y exponen sus diferentes puntos de vista sobre algún asunto, hay ciertas diferencias entre ambos.
Un coloquio es una conversación entre dos o más personas en el que cada una expone su idea o punto de vista y en el que los participantes no suelen polemizar (aunque se puede dar el caso) debido a que suele girar en torno a un tema o idea en común. El término coloquio proviene del latín colloquium y cuyo significado literal era hablar entre varios.
Un debate es aquel en el que varias personas conversan y, a menudo, discuten alrededor de un tema o idea, exponiendo cada uno su punto de vista que pueden estar los unos a las antípodas ideológicas de los otros. Normalmente suelen ser discusiones sobre temas políticos, económicos y sociales. El término proviene de debatir y este del latín debattuĕre cuyo significado original era batirse, en el sentido de enfrentarse.
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A través de la cuenta de este blog en Instagram (@yaestaellistoquetodolosabe2) me consultan si es lo mismo un ‘coloquio’ y un ‘debate’.
Numerosas son las ocasiones en las que se utilizan diferentes términos para definir un concepto, a pesar de no ser sinónimos ni tener relación entre si.
Es el caso de ‘coloquio’ y ‘debate’ (muy de moda últimamente en la radio y televisión) y que se usan, frecuentemente, para hacer referencia a una misma cosa: un grupo de personas conversado sobre un tema o asunto, aunque en realidad ambos vocablos no significan lo mismo.
Un ‘coloquio’ es una conversación entre dos o más personas en el que cada una expone su idea o punto de vista y en el que los participantes no suelen polemizar (aunque se podría dar el caso) debido a que suele girar en torno a un tema o idea en común. El ´termino coloquio proviene del latín ’colloquium’ y su significado literal era “hablar entre varios”.
En un ’debate’ varias personas conversan y, a menudo, discuten alrededor de un tema o idea, debido a que cada uno suele exponer su punto de vista que suele estar en las antípodas del resto. Normalmente suelen ser discusiones sobre temas políticos, económicos o sociales. El término debate proviene de “debatir” y éste del latín “debattuĕre” cuyo significado original era “batirse”, en el sentido de “enfrentarse”.
Se conoce como ‘insultar’ a la acción de agraviar a una persona utilizando palabras hirientes y descalificaciones, con el objetivo de dañar tanto su reputación como anímica y personalmente.
Etimológicamente proviene del latín ‘insultāre’ de igual significado y que nacía de la unión del prefijo ‘in-‘ (hacia adentro) y el vocablo ‘saltus’ (saltar) teniendo originalmente el significado literal de ‘asaltar’ o ‘saltar sobre alguien’.
Pero este salto o asalto no se refería a la acción física de dar un brinco, sino al gesto que se realiza de echar el cuerpo hacia adelante cuando, en una discusión, se gritan improperios, injurias u ofensas contra un oponente. Ese característico gesto que hace pensar que durante una disputa uno va a saltar sobre el otro mientras le suelta lindezas de todo tipo es lo que originó el uso del término latino insultāre y que llegó al castellano como insultar (insulte en francés; to insult en inglés).
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Conocemos como tertulia a una reunión de personas que se han juntado con el fin de conversar alrededor de un tema, siendo éste, habitualmente, sobre algo relacionado con la cultura (obras literarias, teatro, cine, filosofía, pintura, ciencia…)
España ha sido uno de los países donde la costumbre de reunirse en un café, local o cualquier tipo de círculo cultural, más se ha realizado y es precisamente aquí donde se bautizó con el término ‘tertulia’ a esas reuniones en las que se dialoga coloquialmente.
Durante el reinado de Felipe IV se puso de moda entre los aristócratas de la época reunirse para comentar las obras del teólogo Quinto Septimio Florente Tertuliano, considerado como uno de los Padres de la Iglesia y de los mayores eruditos del cristianismo de su época (vivió entre los siglos II y III).
Poco faltó para que a aquellas reuniones que se realizaban alrededor de la obra de Tertuliano se las comenzase a conocer como ‘tertulias’ y, evidentemente, a sus participantes con el nombre de ‘tertulianos’. Un término que ya quedó acuñado para todo tipo de reuniones cuyo objetivo era conversar alrededor de un tema (aunque éste ya no tuviera nada que ver con las obras del mencionado teólogo).
Según indican algunos expertos, Tertuliano no era parte del nombre de Quinto Septimio Florente sino un sobrenombre que lo recibió como clara referencia al famoso filósofo ‘Marco Tulio Cicerón’ (106 a.C-43 a.C.), considerado como uno de los más grandes oradores romanos.
Parece ser que debido al dominio que tenía el teólogo de la retórica comenzó a ser conocido con el sobrenombre de ‘tre Tullius’ cuyo significado era ‘tres veces Tulio’ o ‘el que vale tres veces como Tulio’.
Fuentes de consulta: etimologias.dechile / Revista Historia y Vida (diciembre 2003) / hispanoteca / RAE
Fuente de la imagen: Wikimedia commons (escena de una tertulia en el Café Gijón de Madrid del Museo de Cera)