Me habéis leído contar alguna vez que nunca he tenido el más mínimo problema dando el pecho: ni dolor, ni grietas, ni obstrucciones…
Pues tal vez por hablar me ha caído una mastitis.
Todo apunta como causa a una patada voladora que me arreó el peque en la teta derecha mientras le daba el masaje con crema de después del baño. Dolió, pero se pasó.
La noche siguiente, justo 24 horas después, estaba hecha polvo: cansadísima y con dolor de huesos, pero lo achaqué a una semana intensa y me fui a dormir.
Y dormí poco: el malestar creció y aparecieron la fiebre y los escalofríos de madrugada. Notaba el pecho ligeramente dolorido. Me levanté, fui al espejo y ví esa zona ligeramente roja y endurecida.
Paracetamol y a la cama otra vez consciente ya de tener una mastitis.
La mañana siguiente me dediqué a mantener vacío ese pecho poniendo a Julia a mamar con frecuencia y sacándome leche manualmente.. Por suerte el pecho apenas dolía y el paracetamol mantenía los síntomas pseudogripales a raya.
Y a mediodía al ambulatorio. Allí la doctora me confirmó que era una mastitis, pero muy leve, me recetó un antibiótico durante una semana, el paracetamol si tenía otras molestías, frío local para la inflamación y seguir dando de mamar con ese pecho.
Lo del frío no me ha hecho falta y el sábado por la mañana tomé mi último paracetamol. El pecho está mejor, apenas algo más rojo y duro.
Quiero creer que se trata de una prueba superada.
También he tenido suerte, no es una mastitis severa. Por ejemplo, no sale pus del pecho que puede hacer que el bebé no quiera vaciarlo por el cambio de sabor, aunque hay que intentarlo ya que no supone ningún riesgo para él. Tampoco me ha resultado muy dolorosa, aunque también es verdad que mi umbral de dolor es bastante alto.
¿Alguna habéis pasado por ésto?